Re: La Sirenita de Copenhague [ZdR]

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 23, 2010 10:40 pm

En un momento no más especial que cualquiera, sin interrumpir su cancioncilla, se agachó un poco para rozar el agua con las yemas de los dedos, haciendo que la superficie de ésta se rizara en pequeñas ondas. Cuando se cansó de hacer el canelo, volvió a erguirse y se echó hacia atrás, apoyándose en la roca con las palmas de las manos para estar más cómoda. Al no prestar atención a nada, no escuchó un ligero chapoteo, y siguió tan tranquila hasta que terminó la melodía. Entonces, alguien a sus espaldas habló. No se sobresaltó ni se giró para mirar, porque ya sabía quién era. Últimamente el destino hacía que se vieran mucho las caras. Tal vez demasiado.
-¿Qué más te da? -preguntó, sin dignarse a mirarlo ni nada, con el tono de voz un tanto borde. Aprovechando que no la veía, apretó un poco los labios y se preparó para volver a hablar con aquel ser, porque sin duda no la dejaría tranquila aquella noche.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Miér Jun 23, 2010 10:52 pm

Observó desde su posición cada movimienton de la chica, ¿para qué negar lo que ambos sentían... o al menos lo que Kael sentía? Se negó internamente el hecho de quererla. Porque él NO la quería..., tal vez. No era imposible descartar el hecho de que sentía algo más que puro deseo hacia la castaña, pero no podía lograrlo. Estaba entre la espada y la pared. Se pasó la mano por el pelo, rociando por error la cabecita de la chica. ¿Por qué no volteaba? ¿Tenía miedo a darle la cara? Pensó. Se quedó varios minutos en silencio, con los brazos cruzados y comenzando a agarrar mucho frío. Vamos, con unos shorts mojados y mojado él también. ¿Quién le entiende?
Sin previo aviso, se sentó al lado de la castaña, con un semblante inexpresivo, sin mostrar ningún tipo de sentimiento de aprecio, de odio, de cariño o de cualquier tipo de sentimiento hacia Sanders. Sencillamente se limitó a callar, presintiendo una bomba de palabrotas expresadas por su acompañante.

- Me da que quiero saber más de la persona que maté, ¿no lo crees? -Sus palabras, sin embargo, no fueron iguales que su rostros. Estas fueron secas y duras, como si poco le importara el dolor de la chica- Siempre es bueno saber los lugares impregnados a la escencia de tu víctima. ¿No lo crees?

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 23, 2010 11:04 pm

Tanto tiempo en silencio no era propio del Kael que había conocido hacía unos días, y le picó la curiosidad por ver qué le pasaba por el rostro. Sin embargo, no se giró. Se dijo a sí misma que, por él, no debía mostrar nada. Ni siquiera curiosidad. Porque era un asesino, y lo sabía. Pero aún así no podía evitar ciertos quebraderos de cabeza que no llevaban a ninguna parte y que tampoco lograba acallar. Pero, por mucho que le diera que pensar, él no lo sabría.
Decidida como estaba a no dejar ver ningún sentimiento, no hizo ademán de apartarse, pues éso denotaría asco, o miedo u odio... Ni idea. Algo dejaría ver, y no lo podía permitir. Por tanto, continuó quieta, algo más tensa que antes, éso sí.
-Estás loco -murmuró en voz baja, disimulando así la rabia y la ira que sus palabras habían hecho florecer. No le dirigió ningún tipo de mirada. Sus ojos estaban clavados en el oscuro horizonte.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Miér Jun 23, 2010 11:18 pm

¿Por qué no le miraba? Se preguntaba internamente. No podrían estar así mucho tiempo más, en algún momento alguno de los dos terminaría viéndose directamente a los ojos o besándose así todo al estilo Un Lugar Llamado Nothing Hill. Le parecía asombrosa la resistencia de Sanders a mirarle, pero en algún momento terminaría rompiendo su angustioso y tenso silencio. Kael se bufó por lo bajo ante la pobre respuesta expresada por la chica, colocando ambos codos en una piedra que tenía detrás, casi adoptando la misma posición que la chica.

- Creo que ambos tenemos distintos tipos de vista, Sanders -respondió-. Debe ser que ambos tenemos distintos puntos de vista respecto a la vida o la muerte. -Tomó aire y continuó- Cuando matas a una persona, no preguntas de dónde es y de dónde viene. Por ejemplo, no había podido preguntarle al bastardo de Joshua todas las cosas que quería en aquellos momentos -expresó, moviendo los pies dentro del agua- porque estaría acortando mi trabajo. Luego de matarlo me dio curiosidad. Sí, curiosidad pura.

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 23, 2010 11:26 pm

Movido por la brisa, su pelo comenzó a rozar su rostro, y también el del chico. Como si fuera un crimen cometido por el mechón, Melanie lo retiró detrás de su oreja y cuadró los hombros. Maldito pelo. Como diera más problemas se rapaba al cero y se excusaba diciendo que había ido a una protesta contra el uso de pieles de animales, de ésas que tanto había últimamente. No podía dar crédito a lo que oía, y menos a que lo dijera tna tranquilo, como cuando uno dice que llueve, que el mar es azul o que los pájaros vuelan. Por fin, lentamente, giró la cabeza y clavó sus ojos azules en los de él. No había sentimiento alguno en éstos. De momento.
-Sí, creo que yo, al menos, no me erijo en verduga cuando me da la gana -sus palabras eran igual de frías y cortantes que le hielo, y no tenían otro motivo de ser que el molestar al rubio. Ojalá se quitara la venda de los ojos y se diera cuenta de lo que era. Un jodido asesino que no merecía más trato que un perro rabioso-. Bueno, pues ve a satisfacer tu curiosidad con la madre. Sí, seguro que recibe al que mató a su hijo de una forma muy cálida.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Miér Jun 23, 2010 11:43 pm

Esperó que aquellas palabras fuera las que lograran que Sanders se decidiera a voltearse. Aplicó toda la ponzoña y la morbosa tranquilidad en cada una de las palabras. ¿Cuándo aprendería que lo odiaba? ¿Que no quería nada con él? Pues aún aquella palabra la tenía en la cabeza, todavía tenía el agridulce sabor de sus labios cuando le besó en Kannikestra. Aquél beso dado al vivo reflejo de un muerto. ¡Lo habían comparado con un muerto! Recostó su rubia cabeza finalmente en la piedra, dejando ver sus casi dos metros. Vamos, que le sacaba como dos cabeza a Melanie. Se cruzó de brazos, soltando una risita cantarina, vamos, la típica risita de loco fugado del manicomio más miserable y más aislado de cualquier persona o animal posible que estuviera en peligro de ser atacado morbosamente por un ido de la olla.
Se quedó tranquilo unos instantes, mirando el salpicado cielo de estrellas sobre ellos. Veía varios aviones volar sobre ellos, al igual que estrellas fugaces extender su travesía por el tal vez infinito espacio. La luna, tan enorme y hermosa como siempre, relucía como el metal más incandescente jamás forjado. Todo tenía un toque muy romántico para le sentimiento de odio que ambos sentían. Miró desde su posición como Sanders finalmente se giraba, con ningún tipo de expresión en su moreno rostro.

- No podría ir con la madre de O'Keefe, Sanders -respondió, poniéndose la cabeza en las manos, que estaban posadas en la piedra-. Lo investigué, murió hace ocho años. Al menos estará feliz de tener a su hijito con él. -Soltó una risotada estridente, oyendo sus risas expandirse por toda la playa.

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 23, 2010 11:56 pm

Apretó los labios al verlo ponerse cómodo, manteniendo la poca compostura que le quedaba. Si no le hubieran molestado sus palabras, tal vez se habría fijado más en lo ligerito de ropa que iba el rubio, fresca como ella sola. Pero estaba algo mosqueada. Bueno, bastante. Sus risas de maniático hicieron que Melanie entornara los ojos, nuevamente mirando hacia adelante. ¿Era posible que le picara la palma de la mano de las ganas que tenía de pegarle un bofetón? ¿Y era posible que, a la vez, y odiándose por ello, tuviera ganas de volver a comerle la boca? Parecía que sí. Como fuera, tenía que apartarlo de su vida. Como si fuera una piedra en el camino. Puntapié y listo. Pero el morboso destino quería que siguieran encontrándose, y la piedra era más pesada de lo que parecía.
-Eh... -abrió la boca para decir algo cuando escuchó lo siguiente, pero de su garganta no salió sonido alguno. Tras fruncir el rostro de rabia, se sentó encima de él y le soltó una buena leche en la mejilla derecha, todo esto de forma rápida e imprevisible, pues ni ella lo había planeado. Pero le había sacado de sus casillas al hablar tan tranquilo de un muerto y reírse por ello. Cuando volvió a tomar posesión de su cuerpo, abrió la boca con asombro. A la porra su intento por no mostrar nada, y encima volvía a no poder moverse.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Jue Jun 24, 2010 12:10 am

Cerró los ojos, sin prestarle por los momentos algo de atención a Sanders. Sus risas aún se quedaban pegadas a la brisa, volando como palomas. Escuchó un simple "Eh" de Sanders y abrió los ojos, pero inmediatamente los cerró cuando sintió un gran peso sobre él y luego una bofetada en le mejilla derecha. Dicha cahetada le volteó la cara, y por supuesto, luego de varios segundos, Kael reacciona, volteado echo una furia. Observó a Sanders sobre él, y le sorprendió el echo de tenerla aún sobre él. Por supuesto, no iba a perder la oportunidad, En vista de que casi la tenía en la entrepierna, pudo levantarse desde el abdomen para arriba, y eso hizo. Se levantó, dejando tan solo centímetros de distancia en ambos. Podía sentir la respiración de la chica, su corazón latir. Y no perdió la oportunida. ¡Bum! Beso en los labios con pasión.

por **Melanie R. Sanders** Jue Jun 24, 2010 12:17 am

Sus labios, como siempre que algo la sorprendía -y ya iban dos veces seguidas que se sorprendía a sí misma- formaron una o redonda y perfecta, mientras ambas cejas se alzaban, provocando arruguitas en su frente. Con lo violento que era, la mataría. Seguro. Por éso, comenzó a revolverse para quitarse de en medio y salir corriendo, aunque fuera descalza. Pero no ocurrió nada de lo previsto. Ni le pegó un puñetazo, ni la empujó, ni nada que implicara dolor para ella. Al menos, no físico. ¿Por qué no le atizaba, como había hecho en el zoo? La respuesta llegó segundos más tarde, cuando el chico se irguió y volvió a besarla. Ella, por su parte, abrió aún más lo ojos, cuando creía que era imposible. ¿Qué coño hacía? ¿No se suponía que se odiaban y esas cosas? ¿Y por qué ella no se apartaba, ni sentía asco ni nada? ¿Por qué quería devolvérselo? Maldita fuera la hora en que nació Kael.
Sin saber qué hacer, colocó ambas manos sobre los hombros del chico y le empujó de manera un tanto brusca, pero sin fuerzas. Así, logró volver a tener sus labios desocupados.
-¿¡Pero qué haces!? -exclamó, con mal disimulada sorpresa. Lentamente, temiendo moverse demasiado deprisa por si decidía que era mejor pegarla que besarla, se bajó de encima suya y puso unos cuantos pasos de distancia, todo ello reculando, sin ponerse en pie.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Jue Jun 24, 2010 12:31 am

¿Qué era lo que pasaba con esos dos? ¿Se deseaban? ¿Se odiaban? ¿Se querían? ¿Se querían matar a palos? Kael, sin embargo, estaba sumamente confundido. Por una parte la odiaba; siempre lo golpeaba como piñata mexicana. Pero por otra parte la deseaba, quería comérsela enterita si pudiera. Abrió sus azules ojos, fijándolos en los azules también de Sanders. Ambos ojos al parecer enloquecían por los otros. Pero, como era de suponerse, el buen momento terminó. Se despegó él también de Melanie, sintiendo el continuo roce en su entrepierna por parte de la chica. Hala, que se bajara de él que terminaría violándola è_é

- Comprobar -responde, pasándose la lengua por los labios-. Comprobar por qué te quedas tan tranquila unos instantes cuando te beso. -Se arrastró en cuatro patas hasta Sanders, quedándose a tan solo centímetros de nuevo- ¿Por qué presiento que te encantan mis besos? ¿Ah? ¡¿Por ser el vivo reflejo de Joshua?! -La misma pregunta que le había hecho un Kannikestra.

por **Melanie R. Sanders** Jue Jun 24, 2010 12:46 pm

La roca se acabó demasiado pronto, y Melanie no pudo seguir echándose hacia atrás, en un vano intento de huir de Kael. No quería hacer compañía a Joshua en el cielo, no tan pronto. Sin embargo, el chico, antes de hacer nada, recorrió sus labios con la lengua. Como si le hubiera gustado besarla. Bueno, para cualquier persona estaría claro, ¿sino por qué iba a hacerlo? Pero Melanie prefería pensar que sólo lo hacía para confundirla y que lo único que quería era matarla. Cuando se acercó como si fuera una especie de depredador, la chica se quedó quietecita. Mejor no hacer nada brusco, y si veía que le iba a hacer algo ya se tiraría al mar o le dejaría agarrándose las partes bajas tras propinarle una patada. Así podría correr un poco e intentar salvarse.
Y la misma pregunta volvió a salir de sus labios. ¿Por qué? Ni ella lo sabía. Por éso, sólo podía mirarlo con sus ojos azules brillando con una mezcla entre confusión y miedo. Porque volvía a salir el Kael que gritaba, y de ahí a que decidiera golpearla podía haber unos pocos pasos. Estr tan cerca de él no podía dar más quebraderos de cabeza.
-No... -al menos ya no era cierta la última exclamación. Al principio puede que sí lo hubiera besado pensando en Joshua, pero aquella vez había sido distinto. Aunque, claro, tampoco es que se lo hubiera devuelto, porque simplemente no había podido.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Dom Jun 27, 2010 10:54 pm

Se pasaba cada vez más la lengua por el labio inferiro. Aún estaba el delicioso sabor de Melanie. Aquello se había convertido en una obsesión, en la obsesión más sádica del mundo era lo que había en aquellos dos seres que se odiaban y se deseaban. Kael seguía con la idea de matarla y besarla. Una extraña y confundible mezcla entre el deseo de tenerla con él, pegada a su cuerpo, ambos fundidos en un romance no correspondido y entre un odio mortal, el odio de ver al otro ser vivo. Kael no se daba cuenta de que Melanie tenía verdaderas razones para odiarle, y de que él sencillamente debería callar y dejar que todo aquél complicado odio impregnara las venas de la morena y él sencillamente ignorarla como si no valiera nada, pero no podía, su orgullo no le dejaba hacerlo.
"No". Kael se quedó quieto, aún en cuatro patas, a tan sólo centímetros de la boca de Sanders, sintiendo la nerviosa respiración de la chica. ¿Así que no le besaba porque era Joshua encarnado? ¿Le besaba porque quería? Su mano se deslizó por el hombro de Melanie, con una gracilidad que no debería de ser usada en una situación así, pero no importaba. Nada que hicieran los dos en aquél momento, tendría sentido alguno.

- ¿Y entonces por qué? -preguntó con lentitud, besándole las zonas que sus dedos habían recorrido- Me odias, me quieres. Es lo mismo que yo siento por ti.

por **Melanie R. Sanders** Dom Jun 27, 2010 11:18 pm

Las ganas de huir de allí y alejarse del chico cada vez eran más pequeñas, hasta que sólo ocuparon una mínima zona de su cerebro. Allí se quedarían hasta que fuera necesario sacarlas, pero por el momento no veía motivo alguno por el que tener que temer a Kael. De todas formas, seguía temblando como una hoja mecida por el viento. Y seguía siendo de miedo, pero de uno muy diferente al que sientes cuando temes por tu vida. Era algo más bien de la cabeza, no quería encontrar la respuesta a ese simple pero a la vez demasiado complicado por qué. Le aterraba lo que pudiera descubrir si daba con la contestación.
Un estremecimiento que no pudo evitar recorrió su cuerpo cuando notó la mano del chico, extrañamente suave y dulce, recorrer su hombro en toda su extensión. No debería haber dejado que ese simple movimiento hiciera agitarse de manera notable su cuerpo, pues con éso había hecho que más dudas asaltaran su cabeza y que él pudiera sacar conclusiones, sin saber si eran erróneas o no.
-No... lo sé -murmuró, su voz tenue, libre de la determinación que solía impregnar sus palabras. Maldito fuera por decirle lo siguiente, porque había dado en el clavo y Melanie se dio cuenta de que aquello era en lo que tanto había estado trabajando su cerebro. Unas ganas terribles de desmentirlo la dominaron por completo, pero entonces notó los labios de él sobre su cuello, y no pudo hacer nada más que girar la cabeza para no mirarlo e intentar no caer en la tentación-. Para, por favor.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Dom Jun 27, 2010 11:30 pm

Tenía ganas de comérsela a besos, no podía seguir guardando lo que sentía por ella. La quería, pero también la odiaba. Estaba tan confudido como ella. Ya no sabía qué hacer, estaba acorralado entre el amargo odio y el oculto amor. Porque podría ser amor, podría ser deseo, podría ser un sentimiento pasajero. Era algo que Kael jamás había sentido y no le gustaba. Pero una vez que entrabas en él, no podías salir de él, estabas amargamente atrapado sin poder huir, sin poder gritar, con contar con la única persona que nubla tu mente. Y en esos momentos era Melanie, Melanie Ross Sanders la culpable de aquellos sentimientos.

- Pues déjame buscar la respuesta -intentó decir entre jadeos, siguiendo con sus besos, hasta que la vio girarse. ¿Por qué quería que parara, Kael puso una de sus manos en la barbilla de la chica, y volteó delicadamente su cara, dejándola solamente a centímetros de la suya, impregnando su dulce aliento sobre la cara de esta-. Intenté huir de esto, pero no puedo hacerlo más. Todo por tu culpa, porque eres como la más adictiva droga para mí. -Dijo, entre un sentimiento de rabia y otro de confusión. No pudo aguantar más, y volvió a unir sus bocas.

por **Melanie R. Sanders** Lun Jun 28, 2010 1:37 pm

Siguió sin mirarle, con los ojos azules escondidos tras los párpados, cerrados fuertemente. Por un lado no quería que el chico estuviera tan cerca, porque la confundía terriblemente aun sabiendo ya lo que le pasaba, pero por otro lo único que quería era rodearlo con sus brazos y apretarlo contra ella. Nunca había tenido tantas ganas de abrazar a nadie. Pero seguía siendo doloroso, porque aún no había olvidado los motivos por los que también le quería zurrar hasta dejarlo tonto. En definitiva, estaba perdida en un mar de dudas del que veía que no iba a salir tan fácilmente como lo pintaban en las películas.
Pero los besos no cesaban por mucho que la chica hubiera pedido que así fuera, y cada vez iba queriendo más que Kael se pegara más a ella. Cuando él giró su cara de forma tierna y delicada, como si pudiera romperse, frágil como la porcelana, ella no abrió los ojos. Mejor no hacerlo. Las palabras que dijo cayeron a continuación como mazazos, porque puede que fuera algo parecido a lo que le pasaba con él. Y dicho de ésa forma, que bien podía ser o bonita o dura -'por tu culpa'-, era demasiado para Melanie. O éso quería pensar ella.
-Yo n... -sus palabras quedaron acalladas, de nuevo, por los labios ajenos. Y esa vez Melanie ya no pudo hacer nada para evitarlo, sino que le devolvió el beso, con las manos apoyadas en lo poco de roca que quedaba tras ella para no perder el equilibrio.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Lun Jun 28, 2010 4:32 pm

Joder, joder, ¡joder! ¿Por qué se hacía la dura? Era mejor desvelarlo todo de una vez, que ambos supieran lo que el otro sentía por el contrario; dejar ver sus sentimientos. Kael pensaba que era mejor hacer eso, pero algo le decía que siguiera tapando lo que sentía por aquella mujer, que sencillamente tendría un rollo de una noche y ya, seguiría burlándose de ella como si la vida dependiera de eso. Pero no podía hacerlo, estaba atrapado por un extraño revoloteo en el estómago que podía dejar en claro que era... Tsk... Asco, no... A... Amor. El sentimiento más odiado por Baker, el que siempre decía que era para débiles, pero ahora él era uno. Como bien se dice, la lengua es el castigo del cuerpo humano. Suspiró, acercándose a su frente y dándole un tierno beso en esta, para luego descender hasta su nariz y luego de eso besarle como hace unos momentos.

- Es mejor mostrarlo todo y dejar de negarlo -susurró, apartando sus labios un par de centímetros de los de ella-. Es mejor olvidar el odio que sentimos ambos, mostrar que aunque intetemos huir es imposible -musitó, acercándola más a él, colocándola en sus piernas, con ambas a cada lado de su cuerpo. Puso ambas de sus manos en la espalda de esta, y subió a su frente, para luego bajar hasta su boca y luego hasta su cuello. Daba igual ahora, lo que quería era a Melanie, a más nadie.

Kael vuelve a las andadas con el gris :lala:

por **Melanie R. Sanders** Lun Jun 28, 2010 5:41 pm

Una explosión comenzó a desplegarse por el cuerpo de Melanie, comenzando en los labios ocupados por los ajenos y llegando hasta las puntas de los dedos de los pies. No. No era el típico fuego abrasador que sentía cuando estaba con cualquier otro chico y que sólo incitaba a una cosa. Era algo distinto, más interno. No tenía nada que ver con sólo deseo. Porque, más que otra cosa, quería que Kael la abrazara. Quería que la apretara contra él y poder hundir su rostro en su pecho, y estar así toda la noche. Y luego ver el amanecer y chorradas que semanas antes no había sentido la necesidad de hacer, y menos acompañanda. Algo había cambiado dentro de ella, como una pequeña puerta abierta que antes desconocía, y ahora no sabía cómo debía actuar. Pero lo que más risa podía darle es que también seguía queriendo pegarle.
Su boca quedó libre mientras notaba una suave presión sobre su frente que hizo que una sonrisilla un tanto infantil apareciera en su rostro. Volvió a notar lo mismo, pero en la nariz, y luego en la boca. Lentamente, abrió los ojos de nuevo.
-Pero yo te odio -musitó tranquilamente pero en voz baja, con la cabecita gacha, como si le estuviera diciendo la cosa más normal del mundo. A pesar de las palabras, se dejó mover y correspondió a sus besos, hasta que se entretuvo en su cuello. Pero seguía teniendo ganas de abrazarlo, así que éso hizo.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Jue Jul 01, 2010 5:19 pm

Sabía que Melanie se quedaría tranquila, ya que había dado ya varios indicios de debilidad. Bueno, lo que quedaba ahora era disfrutar de ella, pasársela bien y evitar cualquier contacto con ella, pero presentía que no lo haría. Al menos podría hacer el intento de alejarse de ella, de evitarla, de volver a odiarla y poner cualquier resistencia hacia ella. Pero no podría. Aunque quisiera; no podría. Prosguió con los besos, acelerando un poco más sus besos. Eso, deja que sea puro deseo y olvídate de cualquier otro sentimiento. No significan nada en tu mente, es pura ñoñería sentimental.

- Yo también -dijo, casi del mismo tono de Melanie, abrazándola también, besándole todo lo que tenía cerca-. Pero me da igual, te quiero a ti conmigo.

por **Melanie R. Sanders** Jue Jul 01, 2010 6:13 pm

Hace apenas una semana habría sido impensable que Melanie y Kael hubieran estado de esa guisa y, sinceramente, ella seguía sin creérselo. Su odio seguía por ahí, pululando en algún lugar de su mente, y sabía que algún día explotaría y querría volver a pegarle. De momento, era demasiado poco como para hacer éso, y tampoco tenía ganas de reanudar la pelea. Se había cansado de follones. Quién lo diría.
Y el muchacho seguía llenándola de besos, de manera que Melanie se sentía un tanto agoviada pues todavía no se hacía a la idea. Con el ceño arrugado, aunque él no podía verlo porque tenía la cabeza hundida en su pecho, la morena se preguntó qué se habría tomado el rubio para hacer lo que estaba haciendo. Porque que ella hiciera éso vale, podía pasar, pero que fuera él el que más quisiera estar con el otro sí que se le hacía difícil de asimilar.
-Mentira -dijo sin pensar, negando con la cabeza. Mira que podía ser infantil algunas veces, hablando sin pensar y haciéndolo mal cuando lo hacía, porque sabía que no querría oír lo que Kael fuera a decirle a continuación. Fuera bueno o malo.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Jue Jul 01, 2010 6:30 pm

Recorrió con su boca todo lo que podía de Melanie, mientras jugaba con las tiras de la blusa de Mel con sus dedos. Estaba con los ojos cerrados, concentrado en jugar con la carne de la chica, hacer que en sus labios quedara impregnada la esencia de la castaña, que se quedara en sus labios como una quemadura. Pero una parte de él, y lo más seguro de la chica, estaba asqueada por el contacto físico entre ambos. Kael la seguía odiando, la detestaba, pero a través del odio viene el amor, ¿no? Siguió con sus besos, dejando que resbalara una de las tiras de Melanie. Abrió los ojos y vio esta caer hasta el brazo de la chica.
¿Que mentía? ¿Por qué decía eso? Pensó dibutativo. Pero él no mentía... en algo... él quería tenerla con él. Que fuera suya por esa noche y se no podía resistirse, pues que fuera todas las noches. Pero no se hacía la idea de verse con Sanders en una casa, en medio de Copenhague. Kael con un traje de ejecutivo, Melanie con un delantal y cuatro mocosos corriendo por la casa. Y que cuando llegara le recibieran con amor. Dios mío, no, no, no ò.o

- ¿Por qué crees eso? -preguntó, dándole besos por el cuello y luego depositándolos en su barbilla y luego en su boca, devorándosela en hambrientos y descontrolados besos. Hasta que luego de tanta lujuria, paró, separando su boca de la de ella- Dime, pues, espero respuesta -volvió a decir, en un tono de voz más severo.

por **Melanie R. Sanders** Jue Jul 01, 2010 7:15 pm

De nuevo sus labios estuvieron ocupados por los ajenos, mientras unos dedos le hacían cosquillas en el hombro. Ella, casi por inercia, comenzó a corresponderlos de manera tranquila, sin prisas, olvidando así que estaba esperando alguna frase hiriente aunque fuera sin pretender. Sus ojos estaban cerrados, al igual que los del chico, y ella llevó una de sus manos a la mejilla del muchacho, posándola con suavidad y dándole suaves caricias con los delgados y pálidos dedos.
Pero entonces Kael se separó, justo en el mismo instante en que uno de sus tirantes decidía que era mejor rodar hombro abajo, haciéndola sentir un poco expuesta sin saber por qué. Por favor, ¡qué sólo era un tirante! Pero nada, ella tuvo que cogerlo y recolocarlo en su sitio, con las mejillas un tanto sonrojadas y sin poder levantar la cabeza para mirarlo a la cara cuando preguntó el por qué de su negación. Y más roja se puso cuando siguió con su empeño de que cada centímetro de su piel hubiera sido recorrido por sus labios. Algo mareada y negando con la cabeza, se echó un poco hacia atrás, bajándose de encima suya. Ahora volvía a tener algo de roca para despejarse.
-Olvídalo, ¿vale? -le respondió, algo a la defensiva pues Kael había sido un tanto brusco. Aún seguía mirando la piedra, sin levantar cabeza.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Jue Jul 01, 2010 10:55 pm

Que se quedara más tranquila de lo que ya estaba. Y prosiguió con sus besos de modo hambriento; que se quedara tranquila mientras él proseguía con su trabajo, y era más especial para él aquella mano de Melanie en su mejilla. Sus dedos pasearon por toda la extensión del brazo de Melanie, haciéndole cosquillas. Qué majo era todo. Lo que sí le parecía extraño es que ni siquiera se pusiera a manosear su pecho, como todas las tías lo hacían cuando estaban de aquél modo con él
Pero entonces todo se detuvo, la miró con un poco de rabia. Vamos, que le había cortado el rollo. La miró aún peor cuando se bajó de él y le dijo aquellas palabras. Joder, ¿por qué ahora? ¿Por qué Demonios volvían a lo mismo? Volvió a pasarse la lengua por sus labios, como si el sabor de Melanie fuera un dulce para él.
- No quiero olvidarlo -espetó en un susurro amenazador. Y volvió a lo mismo de antes, se arrastró a cuatro patas a ella, como si fuera un depredador-. ¿Sabes por qué? Porque luego de todo eso que hicimos hace unos segundo deja marcas -le dijo, con un tono de voz entre dolido y cargado de ira-. Todo lo que hicimos ahora, tan sólo hace unos segundo deja marcas; marcas que aunque quieras intentar borrar se quedan en el alma, envenenándote con toda la ira posible. Las marcas que dejan estos labios -dirigió dos de sus dedos al labio inferior- para mí no se borran. Se me quedaron aquí. -Dirigió su mano a su corazón. Vamos, que todo eso era una cutrada romanticona, pero ya daba igual.

por **Melanie R. Sanders** Jue Jul 01, 2010 11:18 pm

Cuando volvió a reunir el valor suficiente después de ese sentimiento de desnudez tan extraño que le había asaltado por tan solo un fino e insignificante tirante alzó de nuevo la cabeza, mirando a Kael, aún algo mojado. Su cara estaba llena de rabia. ¿Por qué? A saber. ¡Tíos! Con un rubor más fresco tiñendo de nuevo sus mejillas, volvió a clavar sus ojos azules en su ropa, algo húmeda por haber estado tan pegada al muchacho. ¿A qué venían ahora esos ataques de vergüenza? ¿Dónde quedaba la segura Melanie de siempre? Intentó buscar en su cabeza un sólo motivo para estar así, y no lo encontró. Por éso, se dijo a sí misma que ya bastaba de hacer el tonto. Cogió aire y volvió a mirarlo.
En su dilema interno no había visto que Kael se había vuelto a acercar, así que dio un respingo cuando lo vio de nuevo a centímetros de su rostro, pero esta vez ni se ruborizó ni agachó la cabeza como una pava de esas que se dejan impresionar. Ya estaba bien.
-Eh... -todo lo que iba a decir se le quedó pegado en la garganta. ¿Oía bien o se lo estaba imaginando? ¿Kael, ¡Kael!, diciendo que ella le había dejado marca? No pudo contenerse y soltó lo primero que se le vino a la cabeza-. ¿Pero qué dices? ¿Yo? ¿A ti? ¿Marca?

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Vie Jul 02, 2010 9:02 pm

Se detuvo unos instantes para analizar con tranquilidad todas aquellas ñoñerías que había soltado de repente. Parpadeó varias veces, ahora ruborizándose él. Podía sentir con lentitud el calor en sus mejillas y en su frente. Todo aquello se lo provocaba Melanie, y a este paso que iba terminaría regalándole a Sanders unas flores y le recitaría un poema estilo película mexicana. Le daba asco tan sólo imaginarse eso tan... bonito y lleno de color de rosa. Apartó aquellos pensamientos rápidamente, fijándose ahora en Melanie, que parecía haber reunido el suficiente coraje para mirarlo.
Tenía un rubor en las mejillas, Kael arqueó la ceja y puso de nuevo su mano en su mejilla, dándole caricias suaves y de vez en cuando un tanto bruscas, presionando la mandíbula cuando volvía a sentir aquél extraño revoloteo en su estómago. Estaría así todos los días de su vida, peleando con lo que sentía, hasta que se hubiera acostado con las suficientes mujeres para olvidarla a ella.

- No eres sorda -respondió de mala gana, quitando de nuevo su mano de la blanca mejilla de la castaña-. Sí; una marca. Algo que jamás he sentido por nadie y al parecer tú eres la culpable de todo -se quejó, levantándose y mirando al mar, observando lo que podía la infinidad de este-. ¡Es irónico! ¿Yo, enamorarme de... alguien? Nunca lo había sentido. Es algo tan ridículo. Yo te odio, no te soporto. Pero... -La leventó del suelo y la pegó a él, con brusquedad- Me tienes desquiciado.

por **Melanie R. Sanders** Vie Jul 02, 2010 9:44 pm

El tono rojo que apareció en la cara de Kael parecía fruto de su imaginación. Incrédula por ese hecho, alzó una mano para rozar con la yema de los dedos la cara del muchacho, bajándolos rápidamente. Qué raro se le hacía ver al duro de Kael con las mejillas arreboladas. Eso era tan inocente, tan adorable, tan poco él... Que se preguntaba dónde se había dejado la cabeza el muchacho, o si podía ser verdad lo que le estaba diciendo. Pero seguía sin querer hacerle caso. Él no sentía, era una roca. Así que que se dejara de jugar con ella, o acabaría creyéndole.
Una caricias que bien podían ser casi golpes suaves hicieron que Melanie apartara la cara, disgustada. Le estaba haciendo daño de tanto apretar. Y entonces se levantó, haciendo que ella alzara la cabeza para observarle mientras miraba al horizonte negro como la tinta. Ni se había dado cuenta de que ya era de noche. Y segundos más tarde se encontró contra el cuerpo del muchacho, oyendo de nuevo que supuestamente la quería.
-Pues no me lo creo -replicó, firme como antes y a la vez de nuevo infantil. Porque en realidad sí que había comenzado a pensar que tal vez, tal vez, no estuviera mintiendo. Que tal vez sí sentía algo por ella, como, al parecer, le pasaba a Melanie, aunque siguiera odiándolo. Sin embargo, a pesar de sus palabras, no pudo evitar volver a juntar ambos labios. La primera vez que ella comenzaba un beso con él.

por Contenido patrocinado