Re: La Sirenita de Copenhague [ZdR]

por **John A. Miller** Mar Jun 08, 2010 11:16 pm

Sus ojos verdeazules se veían ese día más del primer color dado a la luz que les llegaban. Éstos vagaban de un ángulo a otro de la estatua, como si quisiera memorizar cada curva, cada palmo y cada detalle de la figura de la sirena. El sonido de un zoom fue acercándose cada vez más, conforme una joven caminaba hacia atrás sin que él se diera cuenta. Entonces, el más que típico choque de las películas se produjo. Erik, sobresaltado porque lo había pillado con la guardia baja, tardó un instante en responder al estímulo. Se giró sobre sí mismo, para quedar frente a frente, y pasó un brazo por la fina cintura de la rubia para evitar posibles caidas. Éso, claramente, redujo bastante el espacio vital de cada uno. Sus ojos se clavaron en los de ella, y con un rápido vistazo recorrió su figura, tan pegada a la propia. Segondos más tarde la soltó, echándose hacia atrás.
-Tranquila, no importa -respondió con una sonrisa tranquilizadora, girándose de nuevo hacia la figura, absoviéndola una vez más-. Preciosa, ¿verdad?

por **Greer D. Fisher-Barnes** Mar Jun 08, 2010 11:34 pm

No se había percatado de que el rubio la había tomado por la cintura para, al parecer, evitar un choque mayor o una posible caida. Agradeció éte gesto, pues ella parecía haber perdido todo su equilibrio, o tal vez fuera porque nunca había tenido uno bueno. Pudo sentir como sus mejillas se sonrojaban ante la mirada del chico, bajando su rostro un poco. Agradeció también que se separara, así le permitía pensar con más claridad.
Escuchó sus palabras y no pudo estar más de acuerdo. Hermosa figura, hermosaobra de arte y hermosa vista la que proporcionaba el lugar. Pocas veces había visitado la zona, solo unas en las que casi la obligaron, pero por cuestiones de trabajo no había podido disfrutar como era debido. Ahora podía ver cada detalle de la figura, fotografiarlo.

- Increible, toda una obra de arte - coincidió con una media sonrisa, mirando al chico y luego a la figura. - Entre las vistas del lugar y la belleza de la sirenita, éste sitio es impresionante - parecía como si hubiera dado a concoer un pensamiento interior, solo que en voz alta, y ahora se arrepentía un poco por ello. Recorrió el puerto con la vista, mientras que sus manos jugueteaban con la cámara que colgaba en su cuello.

por **John A. Miller** Mar Jun 08, 2010 11:56 pm

El sonrojo de la muchacha le hizo tener que guardarse una sonrisa, sacudiendo suavemente la cabeza. La timidez era algo que él había perdido con las personas del otro sexo, hacía ya mucho tiempo. Suele pasar cuando, en ocasiones de posible redada policial, tienes que esconderte en un lugar pequeño con bastantes personas y, a veces, incluso ducharte con todo el mundo. Que se le quedaran mirando el tema cuando pasaba éso le había hecho sonrojarse al principio, pero al final acabó acostumbrándose. A partir de ahí, adiós vergüenza. Asintió con la cabeza de manera un tanto ausente, envuelto aún en la nube de vapor de sus pensamientos, hasta que con una sacudida volvió a la realidad. Una realidad, en conjunto, bastante hermosa.
-Desde que llegué me ha cautivado -comentó tranquilamente, rascándose un momento la oreja y girándose para mirar a la chica a la cara. Una de las cosas que tuvo que aprender desde el principio era a mirar a los ojos cuando hablabas con cualquiera. Éso causaba problemas a los que tenían dificultades para ocultar sus sentimientos, cosa que a él no le costaba-. Dicen que las cosas bonitas son algo que enamora a los italianos -continuó con una sonrisa pícara, de broma -¿o no?-, haciendo saber con ese comentario su procedencia. De otra forma no se habría sabido que venía del país de los Romanos, Júpiter y el Coliseo; acento ya no tenía.

por **Greer D. Fisher-Barnes** Miér Jun 09, 2010 12:28 am

Así que era italiano. Vaya con las casualidades.
Le dedicó una sonrisa al escucharlo, teniendo que desviar la mirada de sus ojos. claros No era que le pesara tanto la mirada que tenía que bajar la suya, sino que ella era demasiado tímida con los desconocidos, más si eran así de guapos, como para mirarle directamente a los ojos. Greer aún no entendía como se había vuelto una persona tan reservada y tímida, cuando nunca había sido así. Libertad, locuras...esas eran las palabras que más le gustaba usar.

- Creo que no eres al único que ese sirenita enamora - comentó mirando a la figura, ocultando el hecho de que sus orígenes también eran italianos. - Si eres italiano sabrás que eso que dicen es cierto - coincidió con una media sonrisa. Y no mentía, aunque había quién decía que eran los italianos los que enamoraban. Esos tampoco mentían. - La verdad, no se te nota el acento italiano. - le confió soltando una risa por lo bajo - Si no me lo hubieras dicho no lo habría adivinado - añadió negando con la cabeza, y volviendo a mirar al horizonte.

por **John A. Miller** Miér Jun 09, 2010 12:42 am

Una suave brisa que traía el olor a la sal del mar se levantó en el lugar, revolviendo el pelo de Erik y también el de la mujer. Al ser tan largo el de ella, algunos suaves mechones chocaban contra su rostro, haciéndole cosquillas. Tras soltar una risa baja entre dientes, se apartó un poco, lo justo y necesario para que el pelo rubio de la muchacha no le impidiera ver el rostro que lo sujetaba. Uno que cautivaría hasta a las piedras, fueran de Italia o no. Una sonrisa curvó las comisuras de sus labios al oír su segunda frase. Bien lo sabía él, aunque no se consideraba un tipo desesperado ni mujeriego, sí que le encantaba el arte y todo aquello. Pocas veces desaprovechaba la oportunidad de pisar un museo o ver los edificios emblemáticos de una ciudad cuando llegaba. Si no era bueno con los nombres y las fechas, sí podía recordar claramente cualquier monumento visto anteriormente.
-Se me dan bien los idiomas -bueno, éso era medio verdad. Se le daban bien, sí, pero también era consecuencia de la ley del más rápido. O aprendes, o te quedas fuera. Y si se quedaba fuera ¿qué hacía con su vida? No servía para otra cosa. Sólo para el robo, el espionaje y, en casos extremos, la muerte-. ¿Cómo te llamas? -directo y al grano, sin rodeos. El tiempo siempre juega una mala pasada, y hay que aprovecharlo. Por éso, no daría vueltas ni titubearía a la hora de pedir un mísero apelativo. Como hacían otros.

por **Greer D. Fisher-Barnes** Miér Jun 09, 2010 5:20 pm

Su risa sonó musical, melódica, cuando los cabellos de la chica jugaron con su rostro decio a la bisa que los envolvió. Cuando el chico se alejó, evitando así sus cabellos, ella no pudo evitar soltar una risa por lo bajo, mientras con sus manos se acomodaba el pelo en un costado, así no le molestaría.
- Es bueno recorrer amplios horizontes - dijo algo filosófica, pero seguido se comenzó a reir - No me hagas caso - añadió dedicándole un gesto de la mano, restándole importancia a sus palabras. Ella era de las que preferían viajar a menudo, conocer culturas y nuevas constumbres. Había sido criada entre ese tipo de ideologías, y su trabajo también implicaba recorrer lasgos senderos y conocer al máximo la mitad de las cosas.

Escuchó su pregunta y le dedicó una sonrisa, bajando el rostro por un segundo, centrando su mirada en la cámara, para luego volverle a mirar. Era directo, eso le había quedado claro, y en parte le agradaba, ya que ella no era de las que socializaban con facilidad.
- Greer, me llamo Greer - respondió girándose un poco hacia él - ¿Y tú te llamas...? - dejó la pregunta en el aire, permitiéndole completarla. Así, sabiendo sus nombres, sería un poco más facil ser sociable.

por **John A. Miller** Miér Jun 09, 2010 5:41 pm

Erik volvió a acercarse lo poco que se había alejado cuando la chica se retiró el pelo, dejando al descubierto un cuello blanco. Como dirían algunos poetas renacentistas comparándolo con elementos de la naturaleza, como el mármol. Pelo rubio, ojos claros y piel pálida. Los ideales de belleza de aquella época. Aunque, a juzgar por algunos cuadros -como el de Las Tres ¿Musas? ¿Bellezas?-, las preferían más rellenitas. Para él, Greer estaba tremendísimamente estupenda. Toma pan y moja, chaval. Éso le habrían dicho sus compañeros más cercanos, los de su edad con los que se había criado. Y, calro, él no era tonto. Por éso, sabía que si iba demasiado rápido la cagaba, pero también si se tomaba su tiempo. Además, quedar como un pavo que sólo quería llevársela a la cama -por muy verdad que fuera- no iba con su estilo. No. Él tenía que engatusarla hasta dejarla coladita por sus huesos, física y psíquicamente. Un polvo de una noche no dejaba huella, y él quería hacerlo allí donde fuera.
-No, tienes mucha razón -replicó, negando con la cabeza cuando la chica hizo aquel gesto. Bueno, en algo más estaban de acuerdo, a parte de en la belleza del lugar. Tanto la paisajística como la... carnal-. Erik, un placer -sonrisa de muerte en tres... dos... uno... Ahí la tenía.

por **Greer D. Fisher-Barnes** Miér Jun 09, 2010 7:34 pm

Erik, lindo nombre, lindo dueño. No todos los días una se encontraba con compañías tan agradables e interesantes. Y esa sonrisa...sin palabras. Cuando vió esa sonrisa se replanteó muchas cosas. Él poseía una belleza poco típica. Ojos verdeazulados, aunque parecía que cambiaban de color, porque ahora se les veía un poco más grises. Su pelo rubio, su figura perfecta, su mirada, y ese aire de misterio que parecía emanar de él. Esas cosas eran hermosas a la vista de todos, y el que no lo admirara no era consciente de lo que se perdía.

- Tú pareces ser de esos que viajan con frecuencia, ¿o me equivoco? - quiso saber, algo curiosa, respondiendo a sus palabras. Ella viajaba, pero no por diversión -a veces si- sino porque se lo requerían, y por eso tenía amplias ideas y conocimientos. Pero habían cosas que, para concoerlas, no era necesario recorrer medio mundo. Algunas de esas ella desconocía. Su naturaleza le ayudaba en muchos casos, pero prefería no abusar de ella, a menos que se tratara de algo necesario o que la compañía tuviera sus mismos dotes. Se había ido acostumbrando a cerrar su mente, o mejor dicho, a obligarse a si misma a no escuchar los pensamientos de los demás. Por eso su padre le decía que hacía mal en negar su propia esencia. Ella era Laesind, y eso no lo cambiaría ni ella ni nadie.

por **John A. Miller** Jue Jun 10, 2010 8:33 pm

Como dictaba el protocolo -el cual se pasaba por el forro a no ser que le interesara-, después de presentarse dio un beso en cada mejilla a Greer, poniendo todo el empeño del mundo en que cada uno fuera más dulce que un caramelo. Que la dejara con ganas de más. Y, al mismo tiempo, que no pareciera que era pretendido, sino que era su forma de ser. Todo ello para que quedara a sus pies. Normalmente no era así con la gente, sino más bien distante, pero a una mujer guapa no se le puede negar nada. Y, a decir verdad, también le parecía de las chicas más interesantes que había visto en su vida. Había algo diferente en ella. Algo anormal. Y no, no es que fuera súper misteriosa o cosas así, sino que toda ella desprendía ése algo. Como si fuera diferente a todos los ciudadanos de a pie. Una diosa entre mundanos, por decirlo así.
-Sí, la verdad. Conozco mucho mundo. ¿Y tú? No tienes pinta de ser una persona que se ande quieta -respondió, guardándose para él las reflexiones tipo: si tú supieras para lo que viajo te iba por pies. Una sonrisa pícara curvó sus labios cuando dijo lo último, mirando hacia el horizonte.

por **Greer D. Fisher-Barnes** Jue Jun 10, 2010 9:02 pm

Cuando el chico se acercó a ella y le dió dos besos, a modo de saludo/presentación, sus mejillas se tornaron de un color rojo típico en ella. Esos besos le parecieron un tanto dulces en cierto sentido, pero por otra parte pensó que cargaban una dosis de atrevimiento por parte de él, algo que no le molestaba, para nada. Si en su lugar hubiera estado Kessi, su amiga, ya se habría lanzado a los brazos de rubio, sin siquiera dudarlo. Pero Greer era diferente, menos atrevida, más tímida y vergonzosa.

Las palabras de Erik le robaron una pequeña sonrisa, y un asentimiento de cabeza. No se equivocaba. Ella siempre se la pasaba de un sitio a otro, ya fuera por trabajo o por diversión, pero adoraba viajar.
- Mi trabajo me lo exige, y aparte de eso, sí, estoy siempre viajando y conciendo cosas nuevas - respondió con una sonrisa. Aparte, viajaba con frecuencia a visitar a su padre, o a su madre a Italia, cuando se encontraba allá. Esos eran los sitios que más visitaba, pero se había recorrido medio mundo, o casi.

por **John A. Miller** Vie Jun 11, 2010 4:47 pm

El rubor en las mejillas de Greer se le antojó adorable. No, si también decían que los italianos eran unos frescos aprovechados, y en su caso no se alejaban bastante, la verdad. Aunque él nunca 'tomaría' nada a la fuerza, sí hacía cualquier cosa para conseguir lo que quería. Y Greer acababa de ser apuntada a su lista de caprichos. No era un papelón imaginario de veinte metros, pues no era un chico que quisiera tenerlo todo, pero aquello apuntado tenía que caer. Ponía todo su empeño en que lo hiciera, hasta o bien llevarse el trofeo o bien desistir. Que tuvieran en común éso de viajar por trabajo le hizo sonreír, aunque no creía que la chica viajara para robar, espíar o, en casos desesperados, cargarse a un gilipollas que hubiera sido tan imbécil como para interponerse entre su misión y él.
-Yo también viajo por cuestiones de empleo, por desgracia -comentó, metiendo ambas manos en los bolsillos de los vaqueros oscuros que llevaba puestos y girando un poco la cabeza. Antes de que digera nada, se explicó-. Uno nunca tiene el tiempo suficiente de ver todo lo que quiere. Aunque creo que aquí me tiraré una buena temporada.

por **Cédric Grosvenor R.** Mar Jun 15, 2010 10:26 pm

- Stop callin’, Stop callin’ i don’t wanna think anymore, i got my head and my heart on the dancefloor. Stop callin’, Stop callin’. I don’t wanna talk anymore. I got my head and my heart on the dance floor. E-e-e-e-e-e-e-e-e-e-e Stop telephonin’. Me-e-e-e-e-e-e-e-e-e-e. I’m busy e-e-e-e-e-e-e-e-e-e. Stop telephonin’. Me-e-e-e-e-e-e-e-e-e-e :cant:

-Y va cantando felizmente Telephone de Lady Gaga mientras recorre la bahía hasta llegar a la sirenita. Llevaba unos zapatos deportivos que iban muy bien para la situación, os sea, para ir a la playa a apreciar tan magnícico monumento antiguo y hermoso. La brisa azotaba violentamente su cabello rubio, haciendo que la vez su corta camisa de color azul cielo se pegara ligeramente a su piel. Hoy, por alguna extraña razón, se encontraba feliz. Con ánimos de conocer gente y de pasárselo superjelou con el primer o la primera idiota que se le cruzare por el camino. Llevaba unos shorts cortos, llegándole hasta las rodillas.
Miró hacia atrás, y al no observar a nadie, se sentó en una piedra que no era alcanzada por la marea nocturna, y se quita la media y los zapatos, quedándose completamente descalzo. Pone ambos pies en el agua, mirando con duda si no había un bicho feo por ahí.

por **Kyle S. Zeelth** Mar Jun 15, 2010 10:43 pm

Aquellos últimos días habían sido un profundo y molesto ajetreo; habían localizado su último cargamento la maldita policía y las cosas se les habían complicado: muchos consumidores ansiosos por su mercancía, las mafias desprovistas de la droga que iban a vender al exterior y lo peor; la policía tras sus talones.
Pero los suyos tuvieron suerte de contar con Kyle como jefazo; no por nada en esos días demostró el porque era el jefe de la banda de narcotráfico del país. Y ahora las cosas parecían haberse solucionado mínimamente. Mientras caminaba sin rumbo fijo por las calles de Copenhague, a su mente acudieron los rostros de varias de sus conquistas y amantes de turno; sobre todo de éstos últimos.

Con una sonrisita traviesa, terminó por llegar a la tan famosa Sirenita de Copenhague. ¿Qué que hacía allí? Buena pregunta, porque ese lugar siempre estaba vacío por la noche. O a lo mejor se encontraba a una sirenita de verdad que quisiera pasar un buen rato. Quién sabía. Vio a lo lejos, sobre una roca cercana a la orilla del mar, una figura masculina poseedora de un rubio y desordenado cabello. Uy, ya no estaría solo. Se acercó sigilosamente y, estando a dos metros de la espalda del chico, lo reconoció. No era la Sirenita que esperaba encontrar, pero era algo mucho mejor. Se inclinó sin hacer ruido alguno y depositó sus labios en el cuello del chico, besando la piel de ese lugar muy lentamente.

por **Cédric Grosvenor R.** Mar Jun 15, 2010 11:00 pm

- Lights go out and I can't be saved. Tides that I tried to swim against. You've put me down upon my knees. Oh I beg, I beg and plead singing. Come out of things unsaid, shoot an apple of my head and a trouble that can't be named, tigers waiting to be tamed singing. Youuuuuuuu aare, youuuuuuuuuu aaaaare. -Ale, que hoy este chico está muy cantarín y es preocupante .___." ¿Se habrá muerto su padre? ¿Su madre? ¿Osama Bin Laden? Lo más seguro es que no. Pudo haberse encontrado con alguien más. Tal vez con su ex novio y lo engatuzó y medio le viola en su casa, o se va de viaje, pero nunca había estado tan cantarín. Parecía golondrina .____." El echo es de que se sentía libre, de que podía hacer lo que quería y de que nadie podría detenerle. Que si él quería podía volar y hacer de su vida lo que le diera la perra gana. Se acerca más a la orilla del océano, y se lanza, sumergiéndose el par de metros que habían entre la tierra y el agua. Ay, que todo ahí abajo era tan bonico *-* Ostras, pececitos de colores, ¡un animal grande y blanco de dientes grandes y ojos negros que tiene una foca muerta en la boca! No le presta atención al animal de dientes filosos que suelta a la foca y que intenta morderle una pierna. Agarra un par de ostras y se devuelve a la orilla.
Estaba sumamente empapado, pero fue un arranque de libertad. Se sienta en una piedra enorme y mira el par de ostras y corales que ha conseguido sacar. Pero de repente siente a alguien cerca de él y no le presta atención, se queda buscando una perla o algo.

Pero dicho individuo comienza a besarle el cuello, se queda unos instantes en shock. ¡¿PERO ES QUE TODOS EN ESA CIUDAD PARECÍAN VER DETRÁS DE CÉDRIC "BÉSAME, HERMOSO, QUE SOY TODO TUYO (//)"?! ò___________ó Con al ostra abierto, coje impulso, listo para estrellar al animal en la cabeza del abusón. Escucha algo romperse, sintiendo que la coraza se rompía y que daba paso a un zape bien dado al violador. Sonríe, satisfecho, pero no se había fijado quién era dicha persona.

- ¡Por pervertido! ¬¬

por **Kyle S. Zeelth** Mar Jun 15, 2010 11:15 pm

La mayoría de las chicas con las que alguna vez había repetido cama, le habían rogado una y mil veces que las llevara a aquel lugar, que era el sitio más romáááááántico de Copenhague, seguido después de la noria del parque de atracciones de Tívoli. Pero claro, él después del segundo encuentro las dejaba siempre, por lo que nunca había llevado a ninguna mujer a la Sirenita, ni falta que le hacía. Que si mira las estrellas, que las olas están calmadas, que la brisa marina parece susurrar una melodía de amor. Él era cero romanticismo, sólo le valía la pasión carnal.
Y al ver al rubiales allí, supo que aquella noche estaría acompañado. Paradojicamente, Kyle repetía lecho más veces con un mismo amante que con una mujer; estos tenían la misma mentalidad que él; sexo sin compromiso. Y después de probar al rubito, las ganas de repetir con él no eran pocas.

De lejos, no se había fijado que el rubio estaba algo empapado, seguramente una ola bastante grande le había calado enterito; pero al probar la piel de ese cuello que le llamaba a gritos y acariciar con suavidad la espalda del más pequeño por encima de la tela de su camisa, lo notó.
Pero lo que sí que no se esperó fue la reacción del rubio que, tan exagerada y escandalosa, no le dio tiempo a esquivarle y le golpeó fuertemente con una ostra en la cabeza. Parpadeó varias veces, sin creerse tal hecho e inmediatamente se llevó una mano a la cabeza. ¿Había querido abrir la ostra con su cabeza? De todas formas, el golpe le había hecho 0 daño .

-¿Acaso ya te has olvidado de mi? .-susurró con la voz algo más ronca de lo normal, cazando al vuelo las muñecas del rubio y apresándolas entre sus manos. No fuera que volviera a golpearle

por **Cédric Grosvenor R.** Mar Jun 15, 2010 11:24 pm

Se quedó de brazos cruzados varios minutos, con cara de mala leche impresionante y con ganas de seguir golpeando a ese loco se podía. Pero seguía sin darse cuenta de quién era, hasta que luego de varios segundos, captó la figura que estaba cerca de él. No se había esperado que fuera Kyle su besucón, si hubiera sabido que era él no le habría golpeado con una ostra. No sé, tirársele encima y montárselo en el agua o que sé yo. Sus mejillas se encienden ligeramente, sintiéndose verdaderamente apenado por su nervioso comportamiento. No, y aparte de nervioso, estúpido. ¿Es que no podías pegarle con algo más fuerte si no hubiera sido Kyle! ¡Con una ostra, por un Demonio!
Se acerca tímidamente a Kyle, sintiendo que sus manos eran apresadas por las del chico. Esta idea le pareció gustar, y con la ropa mojada y todo, se pegó a Kyle, juntando sus rostros, chocando ambas miradas con deseo.

- ¿Cómo voy a olvidarme de ti? :shy:

-Pregunta, dejando en claro que essa pregunta ni se preguntaba. Su boca se une rápidamente con la de Kyle, saboreando cada uno de los rincones de su boca como podía- Me hiciste falta. -Dice, separándose de él, sentándose esta vez en el agua, sintiendo las pequeñas olas chocar contra su espalda.

por **Kyle S. Zeelth** Mar Jun 15, 2010 11:38 pm

La cara del rubiales reflejaba de todo menos cualquier calificativo que se considerase bueno, positivo o simpático. Aretó sus dedos entorno a las muñecas del chico, no fuera a darle un arrebato y se soltase; aunque lo dudaba. Kyle tenía mucha más fuerza que él. Le hubiera gustado otro tipo de respuesta por parte de él, que se hubiera lanzado a su cuello a comerle la boca o que directamente hubiera pasado a otros asuntos más sucios, pero no, él chico había tenido que golpearle. Más le valía una muy buena excusa o pasaría de él; tenía infinitud de amantes con quien pasar su tiempo libre, por muy bueno que hubiera sido estar con el rubio, podría encontrarle pronto otro sustituto.
Una mirada de complaciencia se instauró en sus ojos cuando el muchachito se acercó a él por propia volunad, además de acercar peligrosamente su rostro al del moreno y mirándole con un deseo que no podría ocultar por mucho que quisiera.

-Eso es lo que ha parecido minutos atrás con el golpe que me has dado .-masculló, demostrándole en el beso que se enzarzaron que no le había hecho ni pizca de gracia lo ocurrido minutos atrás. Saboreó con deseo la boca contraria, además de batallar con la lengua ajena que se adentraba en la suya propia.-Lo sé, a todo el mundo le hago falta .-respondió con chulería marca Zeelth. Observó ocmo el rubio se sentaba en la orilla, mojándose a causa de las olas que chocaban en ésta. Fue hacía él, agachándose en cuncillas y lo acercó a si mismo agarrándole de la nuca; volviéndose a fundir en un apasionado beso. No le importaba mojar, era más, no le importaría hacer las cosas que tenía en mente con el rubio en el agua.

por **Cédric Grosvenor R.** Mar Jun 15, 2010 11:52 pm

Algo en su interiror decía que aquél golpe dado a Kyle podría arriesgar su cochina y morbosa relación. Eso era algo que él desde luego no quería. El miedo le poseía, pero ya luego se disculparía. Sus ojos se mantienen fijos en la cara del moreno, pensando de que aquella noche se lo pasaría de maravilla con él. Se pasa una mano por el pelo, encogiéndose luego de hombros al escuchar su voz y lo que decía. Aquello le había dolido como mil navajas, y si tenía que arrodillarse ante Kyle lo haría. No le importaba humillarse ante él. ¿Ahora qué el diría? ¿Que le había confundido con un violador? ~~Aunque no era tampoco una mala idea e.e~~ Opta por quedarse callado varios segundos, pensándose el modo de cómo decirle a Kyle lo ocurrido.

- Lo siento, Kyle, te confundí -le dice en un tono de voz parecido a la súplica, esperando que le perdonara-... Es que últimamente... bueno... ejé... hay muchos abusones que cuando menos te lo esperas te tienen debajo de ti (?) sí, eso Very Happy

-Gran mentira y verdad en parte- Anda, que tienes el ego subido y lo demás son tonterías ¬¬ -Dice, en un tono de voz un tanto borde, pero ¿cómo podía estar molesto con ÉL? Que a la primera de haberlo visto se lo había tirado e.e Mira divertido cómo el chico se pone de cunclillas y le agarra la nuca, besándole. Él por supuesto no iba a perder la oportunidad y jaló a Kyle con él, cayendo sobre el rubio- Eres magnífico -¿Y más o menos? No, le salió del alma, continúa con los besos, sintiendo las olas chocar con ambos.

por **Kyle S. Zeelth** Miér Jun 16, 2010 11:54 am

Había esperado paciente a que el chico le respondiera; de mientras acarició con los pulgares las muñecas del chico, las cuales aún tenía apresadas entre sus manos. Aquello de dominar siempre le había causado un morbo y un poder de superioridad que, siempre que podía sometía al contrario/a, bajo su voluntad. Y este caso, era el rubiales al que iba a someter, por haberle golpeado. En el beso le demostró lo que pasaba esos momentos en su cabeza y, después de mordisquearle el labio inferior hasta el cansancio, se separó.

Enarcó una de sus oscuras cejas al escuchar la pobre excusa que le dedicó que, aunque parecía creible y razonable, no daría como válida. Por lo que parecía, el chico haría lo que fuera para que le perdonase y se aprovecharía de eso (/).

-Excusa no aceptada, lo siento .-zanjó, esbozando una sonrisa que simulaba ser cruel .-Tengo el ego subido porque puedo, encanto .-y sin más, agachado de cunclillas como estaba y con la mano firmemente colocada en la nuca del más bajo, le comió la boca como si no hubiera mañana; siendo él el dominante de los besos.
Se dejó jalar hasta terminar recostado sobre el rubio, ambos cuerpos acoplados a la perfección sobre el agua y las olas empapándolos completamente con cada sacudida. Después de un par de besos fogosos, separó su boca de la del otro y juntó ambas frentes, mirándole fijamente a los ojos.

-Este moreno tan magnífico te va a hacer ver las estrellas esta noche...

por **Cédric Grosvenor R.** Miér Jun 16, 2010 2:30 pm

Kyle no le perdonaría ¿Pero y si le convencía de un modo más sucio y degenerado? No era tampoco mala opción aquella. Les pelitos de su nuca se erizaban al sólo sentir los dedos de Kyle en sus apresadas muñecas. El chico sabía muy bien en dónde tocarle, y eso era algo que más le fascinaba del moreno. Sabía que Kyle nunca había sido alguien que repetía, pero lo más seguro es que fuera con una mujer, ya que los hombres podían ser un poco más... alocados, por decirlo así. Seh, el término más útil en aquella situación era ese; alocado.
Presentía que Kyle tenía una especie de pensamiento tan cochino estilo sadomasoquismo en su cabeza. Hala, ¿lo azotaría? .____." No, no iba a dejar que sus nalguitas fueran golpeadas por un amante del sadomasoquismo ¬o¬. Su boca se unió con la del moreno en varios momentos seguidos, dándose los más largos y sabrosos besos que jamás han podido darles. Con Kyle conocía el lado más... simpático y tierno de su relación, mientras que con Scott era puro sexo. Ay, pero es que valía la pena con semejante machote militar *-*

- ¿Y qué tendría que hacer para que me perdonaras? -Pregunta en un tono de voz obsceno, dejando en claro que él ya tenía varias ideas para aplicar- Además, deberías de castigarme. Ejé, digo yo (//) -Varias olas hacían que pudiera ver un poco más de Kyle de lo que ya mostraba- Hazlo -y volvió a darle un laaaaaaaaaargo beso tan cargado de pasión y blablabla.

por **Kyle S. Zeelth** Miér Jun 16, 2010 4:41 pm

Dejó que su cuerpo quedara recostado por completo encima del rubito, con las piernas enlazadas estrategicamente con las de él y los brazos apoyados a cada lado del rostro del contrario; apresado y debajo suyo sin posibilidad de huir. Besó unos instantes aquellos labios que le llamaban a gritos y que siempre que tenía ocasión no perdía la oportunidad de degustarlos. Cambio de planes, por mucho que le cabrease ese crío, no pensaba dejarlo tirado como había pensado en un principio; si aquel rubiales era el dios del deseo, que con una sóla mirada encendía la pasión de Kyle a límites insospechados. Pero lo que si que haría sería jugar con él, hacerle creer que ya no quería nada más y después (/).

-No sé yo si ya puedes hacer algo...¿sabes? Me ha dolido mucho lo que has hecho .-comentó con indiferencia fingida.-¿Crees que debería de castigarte? ¿Quieres qué te de un par de azotes en el trasero? .-inquirió con una sonrisisa maliciosa, deslizando sus traviesas y pícaras manos hasta el trasero del chico, agarrándolo de él.
Correspondió tan sólo unos instantes a tan apasionado beso, para después separarse y mordisquearle la barbilla.

por **Greer D. Fisher-Barnes** Miér Jun 23, 2010 6:41 pm

Erik K. Night escribió:El rubor en las mejillas de Greer se le antojó adorable. No, si también decían que los italianos eran unos frescos aprovechados, y en su caso no se alejaban bastante, la verdad. Aunque él nunca 'tomaría' nada a la fuerza, sí hacía cualquier cosa para conseguir lo que quería. Y Greer acababa de ser apuntada a su lista de caprichos. No era un papelón imaginario de veinte metros, pues no era un chico que quisiera tenerlo todo, pero aquello apuntado tenía que caer. Ponía todo su empeño en que lo hiciera, hasta o bien llevarse el trofeo o bien desistir. Que tuvieran en común éso de viajar por trabajo le hizo sonreír, aunque no creía que la chica viajara para robar, espíar o, en casos desesperados, cargarse a un gilipollas que hubiera sido tan imbécil como para interponerse entre su misión y él.
-Yo también viajo por cuestiones de empleo, por desgracia -comentó, metiendo ambas manos en los bolsillos de los vaqueros oscuros que llevaba puestos y girando un poco la cabeza. Antes de que digera nada, se explicó-. Uno nunca tiene el tiempo suficiente de ver todo lo que quiere. Aunque creo que aquí me tiraré una buena temporada.

Asintió a sus palabras, mostrando una media sonrisa, mientras desviaba la vista del chico al horizonte que ante ella se exponía. Ella también sabía lo que era eso de estar de un lado a otro y tener que olvidarse de lo que dejas atrás. Durante mucho tiempo fue solo un monigote del destino, y por eso, ahora, que se había establecido bien en Copenhague trataba de viajar menos por trabajo y más por diversión.
- Es duro tener que estar siempre disponible para que el trabajo haga de ti lo que desea - comentó con un suspiro, recordando que por trabajo, ahora tendría que volver al estudio. - Bueno Erik, ha sido un placer hablar contigo, pero me temo que he de irme. Cuestiones de trabajo. - se explicó con una media sonrisa - Espero que puedas quedarte más tiempo aquí y disfrutar un poco el viaje. - le deseó acercándose y dándole un beso en la mejilla. - Hasta pronto - se despidió, comenzando a caminar en dirección al estudio.

por **John A. Miller** Miér Jun 23, 2010 6:51 pm

Su frase no podía haber sido más acertada. Mordiéndose el labio inferior suavemente, asintió con la cabeza. Dichoso trabajo. No podías vivir sin él a no ser que fueras rico, pero tampoco querías compartir cama con dicho explotador. Últimamente las frases de la cabeza de Erik eran un poco raras. Sacudiendo la cabeza, éste se giró para mirarla con una sonrisa y darle otro beso a ella en la mejilla cuando se despidió. Adiós entretenimiento. Con un suspiro de resignación ante el resto de la tarde, que seguramente sería aburrida, se marchó de allí.

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 23, 2010 10:21 pm

Mucho tiempo después de lo ocurrido con el rubio muerto, Melanie estaba sentada, de nuevo en la misma roca. Llevaba mucho tiempo sin visitar el lugar, y se alegraba de no haber ido antes, porque entre los malditos recuerdos de su infancia y los del chico, no podía reprimir alguna que otra lagrimilla de vez en cuando. Por el momento estaba serena. Sus pies, descalzos, se agitaban lentamente en el agua. Los zapatos estaban a su lado, sobre la misma piedra. Ese día llevaba también una camiseta de manga corta, además de los shorts, pero a pesar de éso no tenía frío. El pañuelo que siempre ocultaba su muñeca ondeaba un poco al viento, al igual que sus cabellos. Tarareaba en voz muy baja una canción que se le había venido a la cabeza, nada digno de nombre ni mención.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Miér Jun 23, 2010 10:32 pm

Cualquiera pensaría que Kael la acosaba, pero eran simples coincidencias lo que pasaban. Kael estaba sentado en una roca, sin camisa y con unos shorts playeros. Estaba completamente mojado, se había metido en la fría agua del océano. Eso no impedía que se fumara un cigarro, completamente concentrado en destruirse los pulmones lentamente. Se encontraba sentado en una piedra enorme, en el agua, siendo impactada de ves en cuando por pequeñas olas. Por supuesto, Kael no se encontraba en la tierra, se hallaba a unos cuatro metros lejos de cualquier vista humana. En el océano, sentado en una roca fumándose su cigarro. Hasta que la vio, tan sola y deprimida.
Puso sus pies en el agua, la cual llegaba casi hasta sus codos. Había tirado el cigarro al agua. Maldito contaminador. Siguió avanzando hasta estar detrás de la chica. Estaba triste, llorando, tarareando como loca de manicomio. No dijo nada, se le quedó viendo casi con ternura. Él se había negado totalmente sentir aprecio por alguien; pero Sanders era un caso especial. Algo en él hacía que se derritiera por la mujer que tenía delante.

- Supongo que aquí conociste a Joshua.

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