Re: La Sirenita de Copenhague [ZdR]

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Dom Mayo 16, 2010 3:47 pm

Dejó que Melanie metiera un poco más los dedos en sus boxers, y a raiz de esto, él aceleró un poco más sus besos, devorándole prácticamente la boca. Comienza a deslizar sus sumergidas manos por la liga que sujetaba la prenda que estaba en la entrepierna de la castaña, jugueteando un poco con el borde. Melanie había entendido perfectamente que en esos momentos no era el novio del año; y que más tarde estaría llorando y rogando por un milagro que hiciera que aquello desapareciera de su memoria. Le da unos últimos besos a la chica, cuando la carga aún en el agua y sale de ésta con la chica en sus brazos, llegando hasta la orilla y despareciendo entre una montaña de rocas amontonadas, que no dejaban ver absolutamente nada...

:aham:

por **Melanie R. Sanders** Dom Mayo 16, 2010 3:57 pm

Siguió correspondiendo a sus besos, sonriendo de forma pícara en anticipación a lo que iba a hacer. Zorra era, sí, pero también en el sentido de astuta. Si ya le daba a Joshua lo que quería, ¿qué gracia tenía? Además, así era más divertido. Cuando la sacó del agua comenzó a reír de forma cantarina, le ahorraba trabajo, así no tenía que nadar. Tras poner los pies en la tierra, siguió con su actuación y no se separó de él, besándolo un poco más y terminando con un mordisco en el labio inferior.
-No en la primera cita, amor -comentó con la voz semejante al ronroneo de un gatito, acariciando con un dedo su pecho para después salir corriendo hacia su ropa, vestirse, girarse para guiñarle un ojo e irse de allí, sin más. Dejando al pobre... en aquel estado.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Dom Mayo 16, 2010 4:18 pm

Prosiguió con los besos, quitándole el sujetador y él ya estaba desnudo. Pero cuando le dice lo de la segunda cita, se queda con cara de . Perfecto, le había dejado así y con un calentón de niño pequeño. Suspira, vistiéndose y poniéndose la ropa que había dejado tirada por ahí. Y sigue el mismo camino que Melanie había dejado. Con tal, en la segunda cita pasaría.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 12:52 pm

Desde pequeña había querido ir a aquel lugar, ver con sus propios ojos la tan famosa Sirenita de la ciudad en donde vivía, pero nunca nadie la había querido acompañar y; a sus dieciocho años de vida, ya era hora de cumplir uno de sus pocos sueños de infancia.
Aquella mañana, se había levantado decidida y, horas más tarde allí se encontraba, enfrente de la estátua y contemplándola ensimismada. No era la gran cosa, pero tenía un encanto que hacía que no apartaras la mirada de ella.

El viento soplaba fuerte -no por nada estaban en el Mar Báltico- e inconscientemente se apretujó un poco más en su sencillo abrigo, sin apartar los ojos de la figurilla de mármol y el mar. Le habría encantado tanto haber venido aquí con Joshua... Suspiró apesadumbrada, era en aquellos momentos cuando el recuerdo del moreno le atormentaba. Cansada de estar de pie, se movió lenta y cuidadosamente entre las rocas, hasta llegar casi a la orilla del lugar y sentarse sobre una de las piedras que había allí.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 1:06 pm

Kael va con paso lento, con parsimonia, a la gran estatua de aquella sirena que se hallaba en aquella esplendorosa bahía. Sus gélidos ojos iban mirando el suelo, intentando no pisar una piedra y romperse la cabeza. Llevaba un suéter de color blanco, y llevaba la capucha de éste sobre sus rubios cabellos, ya que recibir tanto sol no le agradaba.
Sigue caminando lentamente, hasta que una sombra, una sombra humana, hace que levanto sus azules ojos y vayan dirigidos a una chica de menor tamaño que poseía una cabellera tan roja como el fuego. ¿Ésa no era la tal... Ellah que Joshua le había dicho en su mente? Desde el primer día no hacía más que hablar de ella. Se acerca con lentitud hacia ella, presintiendo que en pocos segundos la voz de Joshua despertaría y le diría que no se acercase a ella.

- ¿Linda, verdad? -dice, señalando la estatua y quitándose la capucha del suéter, dejando que sus largos cabellos rubios fuesen azotados por el viento.

- Aaaalto ahí, Kael. Ellah no está en tu lista de "Chicas para ligar".

- ¿Y qué piensas hacer?, eres un espíritu.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 1:20 pm

Nada más después de sentarse en la piedra, había terminado por recostarse sobre ésta -ya que era plana- y cerrar los ojos, abrazándose a si misma para entrar en calor, aunque el frío aire no le molestaba cuando azotaba su rostro y su cabello. Era una sensación extraña, pero agradable. Desde la muerte, había empezado a percibir las cosas de otra manera, fijándose más en los detalles y abstrayéndose de la realidad con más frecuencia de lo habitual. Se había quedado en un estado de duermevela que, hasta que una voz masculina rompió el silencio, no supo que había alguien más allí junto a ella. Abrió los ojos de golpe y se incorporó con la misma rapiez, topándose con un muchacho rubio allí, a su lado.

-Sí, muy linda...-respondió después de unos instantes, esbozando una pacífica sonrisa y mirando de reojo la estátua. Aunque fuera un trozo de mármol, no perdía su encanto.-Yo..uhm..soy Ellah, encantada .-al cabo de otros segundos volvió a hablar para presentarse, aunque quizás al joven ni le interesase su nombre, ella lo hacía por educación.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 1:32 pm

La voz de Joshua se había callado y eso lo agradecía a todo Dios existente en el mundo. Se percata de que la chica, lo más seguro, tuviera frío. Se quita su suéter, poniéndolo en los hombros de la chica. Hacía frío y no iba a dejar que una dama se congelara. Al quitarse el suéter, dejó ver una camisa de mangas muy cortas de color negro azulado, dejando al aire sus músculos en los brazos. Mira de nuevo a la pálida cara de la chica, deslumbrándose de lo que más seguro sería: su próxima presa.

- Sí, lo sé -comenta, apoyando ambos ojos en las húmedas piedras que tenía a la altura de sus codos-. Conocí a tu novio: a Joshua -¿Sería conveniente soltarle el bombazo del año y decirle que él fue el causante de su tristeza y de la muerte de su pareja? No. La respuesta, por ahora, sería un rotundo NO. Muestra una convincente sonrisa, comenzando a pensarse halagos para la chica. Con tal, el dolor de saber que él fue el asesino de su novio podría esperar.

- Joshua me ha hablado maravillas sobre ti -comenta, suavizando el tono de voz-. Me decía que eras una chica muy hermosa. Y, realmente, estoy convencido de eso.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 1:55 pm

Sería mentira si dijera que no se había sorprendido por la acción realizada por el rubio. Poca gente prestaba su suéter o algo suyo a un completo/a desconocido/a. Le sonrió en un principio agradecida, pero negó con la cabeza a la vez que deslizaba el suéter de sus hombros, agarrándolo suavemente y tendiéndoselo. No podía aceptarlo y mucho menos al ver que tan sólo iba en manga corta. Él si que se moriría de frío si no se lo volvería a poner.

-Gracias, pero mejor póntelo tú, te vas a congelar así como estás ahora mismo .-mantuvo la sonrisa unos instantes, pues a los segundos en su rostro se formó una expresión de sorpresa; sabía su nombre y además, había conocido a Joshua. Sus azules ojos se oscurecieron ante el recuerdo de él, sólo de pensar en que no le volvería ver le causaba un profundísimo dolor. Volvió a la realidad cuando el rubio le comentó que Joshua había hablado maravillas de ella y, un pequeño rubor se instaló en sus mejillas ante lo siguiente.Oh...gracias .-carraspeó y se revolvió el pelo, no muy segura que contestar.-¿De qué...lo conocías?

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 2:10 pm

Niega con una sonrisa cuando Ellah le devuelve el suéter, dándoselo de nuevo, dejando en claro que a él no le iba a pasar nada. Con tal, ya estaba acostumbrado a frío, no era nada nuevo en su vida. Escucha lo que dice con una comprensiva mueca en el rostro, disfrazando lo que en realidad sentía.

- Fuimos compañeros en la Universidad -qué mentirota.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 2:26 pm

Aunque Ellah no lo quiso aceptar de nuevo en un principio, finalmente tomó el suéter y se lo colocó por encima, cubriéndose los hombros y los brazos con él. Joshua le había hablado en su día de alguno de sus compañeros, pero no le sonaba la descripción de ninguno de ellos con el rubio que tenía delante.

-Ah, entiendo...-asintió con la cabeza, mirando fijamente al joven y después entrecerrar los ojos.-¿Cómo decías que te llamabas...?

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 2:50 pm

Estaba haciendo muchas preguntas y eso no le estaba gustado. Las miradas dadas por Ellah hacían que su mentira fuese cada vez más visible a los ojos de la pelirroja. Se levanta finalmente, con una sonrisa triunfal en el rostro, dejando a relucir que lo que iba a decir era malo. Y mucho. No podría seguir haciéndose el bueno. Era mejor espantarla, decirle que él era el que había matado a O'Keefe. Ríe por lo bajo, como un psicópata.

- Dejémonos de jueguitos tontos -murmura, en un susurro escalofriante-. ¿De verdad crees que yo trato contigo porque sí, Ellah? -Pregunta, acercándose a la chica, dejando pocos centímetros de separación entre ambos- ¿Crees que conocí al imbécil de O'Keefe en la universidad? Déjate de estupideces, ¿quieres? -Estaba perdiendo la cordura. Sí sí- ¡Fui yo el que asesinó a tu novio! -Bombazo listo. Chanchaaan.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 3:07 pm

El cambió de expresión en el rostro del muchacho le extrañó como poco, ¿por qué sonreía así y por qué además reía de aquella manera? Daba escalofríos. Lo mejor enaquellos momentos sería marcharse; aunque tuviera curiosidad por saber más del rubio y su relación con Joshua, había algo en la actitud del joven que no le gustaba y no pensaba quedarse allí para averiguarlo. Se quitó el suéter de encima, tirándoselo al rubio a las manos y, fue a echar a andar para alejarse del muchacho y el lugar, cuando comenzó a confesar.

-¿Qué...jueguecitos? .-preguntó, sin comprender. ¿Todo había sido un juego? ¿Qué quería entonces el rubio? Sintió de pronto demasiada cercanía entre ella y el cuerpo del mayor y dio un par de pasos hacia atrás, asustada. Y cuando, la poca cordura y seguridad que le quedaban iba a salir a la luz; soltó el bombazo. No...No podía ser verdad, aquello era un shock demasiado fuerte para ella..-¿...Por qué? .-su voz sonó entrecortada al principio, sintiendo como inmediatamente sus ojos se aguaban, signo de que de un momento a otro se echaría a llorar.-¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! ¡¿Por qué?! .-le gritó, con las primeras lágrimas abandonando sus ojos. Apretó los puños y comenzó a golpearle el pecho, aunque solo serían cosquillas para el mayor.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 3:24 pm

Se había colocado de nuevo su suéter, sin borrar su macabra sonrisa triunfal; como si el dolor de la pelirroja le fuera un cigarrillo. Los gemidos de dolor que salían de la boca de la chica eran como la más hermosa de las melodías dadas por los ángeles, y los suaves golpes que le daba Ellah eran como cosquillas para Kael. Era un bastardo, lastimando a una chica inocente. Eso es lo que era: un bastardo sin corazón. Eso pasa cuando eres hijo de un mafioso y una puta ò_ó No borra su sonrisa aún, deslumbrándose por las pequeñas y cristalinas lágrimas derramadas por la chica.

Pero había cosas que ella no sabía de Joshua y del día que lo asesinó. No lo sabía. No sabía que justo en ese momento la estaba traicionando. Que su príncipe azul le montaba los cuernos justo el día de su muerte, haciéndose creer el rey del mambo y la final terminó siendo golpeado por alguien menor.

- Ay, deja el drama -bufa con fastidio, atajando las débiles manos de Ellah, apretando sus puños, intentando neutralizar las manos de la chica-. Pero que conste, lo asesiné con razones. Tampoco soy loco -ríe por lo bajo, dejando que sus palabras fueran arrastradas como mil navajas que apuñalarían el herido corazón de la menor-. Si tú supieras cómo estaba cuando lo asesiné. Sí. Lleno de sangre y agonizando. ¡Y pensar que lo hice por mis propias manos! Nunca había asesinado a alguien de aquél modo. Tendré que hacerlo más seguido -la soledad del lugar era perfecta para la situación. Sólo estaban acompañados por un par de gaviotas, que al parecer también estaban interesadas en el asunto-. Tu príncipe azul, Poïson, en ese momento te montó los cuernos. Andaba con una chica muy guapa, y como no lo dejé pasar al pub donde hago guardia, lo tuve que quitar de en medio para que dejara de molestar. Un estúpido Joshua, ¿verdad? ¡Pero tranquila! Lo tengo todo el tiempo en mi mente, si le quieres decir algo, él perfectamente te escucha. -Termina de contar todo aquello con una sonrisa peor que la anterior, mostrándose satisfecho.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 3:44 pm

Por mucho que llorara, el dolor y el malestar no se iban ni de su cuerpo ni de su corazón. El rubio parecía disfrutar de su estado y regodearse de su sufrimiento. Era un bastardo que lo único que quería era romperle aún más el corazón; primero había matado a su novio y ahora venía a ella a confesárselo, a recordarle que nunca más lo tendría junto a ella. Nuevas lágrimas abandonaron sus ojos, que corrían libres hasta caer en pequeñas y esporádicas gotitas al suelo.

-¡Suéltame! ¡Déjame en paz! .-le gritó, exigíendole entre hipidos.-¡Nadie tiene razones para matar a alguien! .-El joven estaba completamente loco, era un puñetero sádico y cruel. Tenía que alejarse, huir de aquel chico si no quería resultar aún más dañada, si se podía. Como hacía mucho tiempo que no sucedía, su respiración se tornó agitada y sus nervios se pusieron a flor de piel.-¡Cállate de una vez! No quiero saber nada más, déjame traquila, por favor...-en su mente se vislumbraba el cuerpo de su chico tirado en el suelo, cubierto de sangre y golpes por todas partes. Era simplemente espantoso. Y tocó un tema que no debía de haber tocado, uno que en su día creyó haber cerrado bajo llave en su corazón y que no volvería a aparecer nunca más.-¡No digas mentiras! Él me dijo que nunca me iba a volver a poner los cuernos, ¡No inventes cosas que no son! .-Pero las dudas ya estaban sembradas en su corazón y su mente. Su chico no habría sido capaz de volvérselo a hacer...Se lo había prometido.
El cuerpo de la muchacha se volvió débil, manejable y su cabeza cayó redotada. El rubio había conseguido destrozarla del todo.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 4:02 pm

Los gritos y alaridos de la chica ensanchaban a cada segundo su macabra sonrisa, sintiendo la euforia crecer dentro de él. El clima comenzaba a empeorar, el mar rugía violentamente y el sol comenzaba a cubrirse de nubes. Vaya, piensa, que el clima ha empeorado de repente. Suspira, acercándose a la oreja de la chica, mordiéndole el lóbulo y dándole un largo beso en el cuello, acercándose a la oreja de la chica, susurrándole la situación, lo que decía Joshua en el momento de su muerte y de cómo estaba con la chica. Cosas grotescas que lo que lograban era causar más dolor en el roto corazoncito de Ellah. Kael comenzaba a sentirse culpable, pero sólo un poco. Un sentimiento pasajero que luego se desvanecería con una risa.

- ¿A no? -Pregunta en el mismo susurro que había empleado hace pocos minutos, riendo como un niño pequeño a su oído- Mi trabajo primero que los demás, preciosidad -murmura, dándole besos en la mejilla, aprovechándose de su debilidad-. El que engaña una vez lo hace dos veces -asegura, ya qu él era perfecto hablando de aquel tema-. Si quieres vengarte de él, estoy disponible. El dolor siempre se ha quitado con un buen rato, ¿no lo crees? -Desliza sus manos por la espalda de la chica, atándola a él, prácticamente.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 4:23 pm

Aunque estuvieran a tan sólo un par de pasos del mar, Ellah no se enteraba de lo que la rodeaba, su cabeza estaba nublada por el dolor y los recuerdos de Joshua. Aquel joven que tenía delante era despreciable y, por mucho que quisiera huir de aquel lugar, sus piernas no respondían, parecían estar clavadas al suelo con cemento. Sólo el sentir los dientes de él en su lóbulo y seguidamente sus labios en el cuello de ella la hicieron volver a la realidad. Ahora además de dolida se sentía asqueada y que estaba traicionando a su rubio, aunque fuera el otro el que estaba sobrepasándose, no la pelirroja. Venga Ellah, reacciona, se repetía una y otra vez en lo más hondo de su mente.
Se tapó la boca con ambas manos ante las horrorosas y grotescas palabras que le susurraba al oído, relatándole como habían sido los últimos instantes de vida de Joshua.

-Cállate, no intentes confundirme con tus mentiras...-le exigió con un susurro de voz, estremeciéndose al sentir los besos que depositaba en su mejilla, ya no se sentía ni con fuerzas para poder alejarle.-No, no quiero pasar ningún buen rato y mucho menos contigo; me repugnas...

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 4:39 pm

Su sonrisa se la había quedado pegada, pues, no podía borrarla ni con borra ultra-poderosa. Sigue concentrándose en su cuello, oyendo los suaves gemidos lanzados por Ellah. Desliza sus manos por la cintura de Ellah, rodeándola sencillamente, sintiendo el choque de ambos cuerpos como si aquello fuera una droga o algo por el estilo. ¿Que le daba asco? ¿Y por qué se dejaba hacer aquellas cosas? Después de que mata a su amor de su vida, se queda tan tranquila mientras le tocan y atentan contra ella, cuando está consciente de lo que está haciendo Kael. Eso le confundía. Pero en fin...

- No sabes si son mentiras o no, Ellah -asegura, riendo entre dientes-. Si no me crees; bien, no te obligo a hacerlo. Pero la idea es abrirte los ojos y que sepas que tu novio te engañaba mientras te mantenía engañada con hermosas palabras. ¡No me hagas reír! -Susurra, cambiando su tono de voz a uno frío y carrasposo- Que creas que tenías como novio a un Dios, que fueras engañada bajo aquella falsa fachada del que te salvó de tu casi muerte hace ocho meses. Que creyeras que iba a querer tanto a una mocosa tímida de 18 años cuando él, era mayor y más activo -dice con ira, elevando un poco el tono de voz-. Lamento abrirte los ojos, pero debes saber qué tan mierda era O'Keefe. Creo que eres tonta, definitivamente -espeta, calmándose un poco-. ¿Te repugno? El que debería repugnarte es Joshua. Es más: deberías ir ya mismo a escupir su tumba.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 4:58 pm

Y fue cuando se encontró completamente pegada al cuerpo de él y los labios de él se volvieron más atrevidos en su cuello que reaccionó. Plantó firmemente las palmas de las manos en el pecho del rubio y con más fuerza que antes, le empujó hacia atrás, para que soltase su frágil cuello y se alejara de ella. Por poco y la había confundido para que cometiese algo que ella no quería. Ellah, eres demasiado tonta, se reprendía ella misma.

-¡No te inventes cosas! .-se llevó las manos a los oídos, pero ya había oído de más. ¿Por qué quería atormentarla tanto? ¿Acaso disfrutaba tanto causando el dolor a las personas? Ya sólo le quedaba pronunciar un par de palabras más para dejarla rota para siempre.-¡Deja en paz a Joshua! ¡Tú no sabes nada de él, así que no hables sin saber! Él si que me quería, me lo juró ¡así que deja de decir esas tonterías! .-Giró sobre sus talones para marcharse corriendo de allí, pero no recordó que aquellas piedras estaba completamente empapadas de las olas que rompían en la orilla y tan solo con poner el pie en una de ella, resbaló y cayó. Aquello ya era insuperable.-Joder...susurró, derrotada.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 5:12 pm

Se deja apartar por la chica, riendo cada vez más fuerte al paso que hablaba y se quejaba de las palabras de Kael. ¿Y eso a él qué demonios le importaba? Lo único que quería era dejar bien claro que el novio de Ellah era un idiota. Mira cuando se cae, y se acerca a ella con una sonrisa triunfal, poniéndose sobre ella, sintiendo el latido de ambos corazones a la par.

- Cuando yo quiero algo, lo consigo, sin importarme el costo -acerca sus labios a los de ella, fundiéndolos en un beso.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 5:25 pm

Las lágrimas que habían cesado minutos atrás, habían vuelto a aparecer ante el dolor de la caída. No se había torcido el tobillo ni nada parecido, pero le dolía el trasero cuando éste chocó tan fuertemente contra la dura piedra. Respingó al sentir el cuerpo del mayor encima suya y le miró asustada. Estaba acorralada entre el suelo y él.

-Déjame, por favor...-le suplicó, pero sus lamentos fueron silenciados por los labios del rubio sobre los suyos. El shock fue poco, pero rápidamente reaccionó y le mordió fuertemente el labio inferior, para que la soltase.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Mayo 29, 2010 5:40 pm

Ni siquiera las lágrimas soltadas por Ellah hacían que se retractara de lo que hacía. Ellah estaba en shock y parecía que le agradaban. Pero el mordisco dado por la pelirroja hace que se retracte de lo que hacía y se levante de golpe, sintiendo el leve ardor en sus labios. Posa una mano en estos y siente algo líquido en estos. Sangre. Mira a Ellah con odio, mirándola como si quisiera ahorcarla.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Mayo 29, 2010 5:49 pm

El mordisco había logrado su objetivo, al menos de forma temporal. Desde su posición, vio como el rubio se levantaba y se colocaba de pie, con una mirada que inspiraba de todo menos seguridad y confianza. Parecía taladrarla con la mirada, destilando odio y veneno por ambos ojos.

-Te lo dije..Te dije que me dejaras .-le advirtió, sin apartar en ningún momento la mirada de la de él. No se fiaba que fuera a hacer cualquier movimiento y él le volviera a hacer algo. Debía de andarse con cuidado. Con ayuda de ambas manos, se levantó y sacudió las manos, calculando lo que tendría que correr hasta llegar a su casa.

por **Greer D. Fisher-Barnes** Mar Jun 08, 2010 10:32 pm

Un paseo por la Bahía del Puerto de Copenhague le haría bien, así descansaba hoy que estaba libre. Así que allí estaba ahora. La escultura de la Sirenita, tan preciosa a sus ojos y al lente de su cámara también. Sacó ésta, que casi siempre iba consigo e hizo unas cuantas fotografías a la figura. También fotografió el cielo y los alrededores que la rodeaban. El lugar era encantador, las vistas preciosas, y el interés que mostraban los turistas por el lugar también era tentador.
Esas eran las cosas que le hacían sonreir. Ver a la gente reir y sorprenderse ante las cosas bellas de la vida. Su sonrisa parecía grabada en sus labios, a pesar del día y la semana tan agotadora que llevaba. Sonreía, sin motivo, solo sonreía.

por **John A. Miller** Mar Jun 08, 2010 10:38 pm

Como si simplemente saliera de su casa, Erik cerró la puerta de la vivienda que acababa de registrar en busca de datos sobre más gente a la que extorsionar. Tras cerrar la valla del patio delantero, se unió a los viandantes sin rumbo fijo. Su incursión no le había servido de nada, pues la casa estaba vacía. De personas y de documentos. Por ello, sólo había estado quince minutos. Los justos para buscar lo poco que, de haber existido, le habría servido para mucho. Caminó sin rumbo fijo, guiándose por la multitud que a esas horas ya iba descendiendo para llegar a un lugar interesante. Y lo llevaron a uno que ya había visitado. Con un suspiro de aburrimiento, el muchacho se acercó a la silueta del ser fantástico y se la quedó mirando, como tantas otras veces.

por **Greer D. Fisher-Barnes** Mar Jun 08, 2010 10:54 pm

La sesión de fotos, inesperada, pues solo quería salir de casa y tomar el aire, ahora le resultaba gratificante. Unos turistas le dedicaron una sonrisa cuando al pasar ella les hizo una foto, devolviéndoles luego la sonrisa. Comenzó a caminar sin mirar atrás, con los ojos pegados a la cámara. No supo cuánto caminó así, de espaldas, hasta que chocó con algo, o alguien, lo que la hizo girarse rápidamente.

- Lo siento, no te he visto - se disculpó colgándose la cámara en el cuello, con una sonrisa de disculpa en sus labios. Cuando vió la figura que estaba frente a ella no pudo evitar admirarla de pies a cabeza, y viceversa. Admirable figura, admirable físico, admirable todo. Vaya que sí eran interesantes las vistas.
Greer se reprochó a si misma tales pensamientos, pero no por eso dejó de pensarlo. NAdie la iba a culpar por admirar las bellezas que la rodeaban en ese instante.

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