Aeropuerto de Copenhague-Roskilde [ZdR]

por **Master** Sáb Mayo 08, 2010 12:06 am

El Aeropuerto de Copenhague-Roskilde fue inaugurado en 1973 como el primero de tres aeropuertos de apoyo en los alrededores de Copenhague.
El aeropuerto está abierto las 24 horas y tiene facilidades de inmigración y aduana para el tráfico internacional, pero es utilizado principalmente por taxis aéreos, turismo y vuelos de entrenamiento. También es la base de algunas escuelas de piloto. El aeropuerto es la base para más de la mitad de la flota de aeronaves GA. Cuenta con algunos servicios regulares a pequeñas islas, pero el Aeropuerto de Roskilde está planeando una expansión para incluir servicios internacionales de bajo costo y vuelos chárter.

Los servicios de autobús desde y hacia el aeropuerto son esporádicos, debido a su uso limitado.[/center]

por **John A. Miller** Mar Jun 08, 2010 9:19 pm

Una puerta cerrada en la que ponía 'Prohibido el Paso', situada en uno de los pasillos menos transitados del aeropuerto, se entreabrió apenas un milímetro y por ahí consiguió mirar el chico. Esperó hasta el momento oportuno, cuando casi nadie pasaba y los pocos que habían miraban hacia otro lado, y salió del lugar sin hacer ruido, cerrando la puerta tras de sí y caminando con naturalidad. No había hecho nada fuera de lo común. Un simple robo de información sobre billetes de avión para saber si su objetivo, un pobre hombre que había decidido ignorar a su mafia, había salido del país. La información que había conseguido se encontraba almacenada en un pequeño USB que llevaba al bolsillo de la chaqueta de color negro. Con andares fluidos, giró la esquina del pequeño corredor y caminó hasta llegar a la salida del aeropuerto. Allí, se quedó apoyado contra una pared, con la cabeza gacha mientras miraba hacia el suelo, esperando al compañero que iría a recoger los datos.

por **Beca I. Kana-Basinas** Mar Jun 08, 2010 9:36 pm

Con los hombros caidos, el móvil entre las manos y un claro gesto de fastidio me encuentro sentada en uno de los asientos que se disponen en las salas de los aeropuertos. Sí sí, los tipicos asientos incomodísimos y llenos de agujeros que te dejan el trasero repleto de marcas, esos mismos. Y qué hago yo aqui, te preguntarás. Estoy esperando a mi dichosa prima tercera - o cuarta o quinta, qué se yo- que ha decidido venir unos días a molestar. Claro, ahora que estamos empezando las vacaciones no puede faltar el típico viajecito a casa de los familiares desconocidos que he visto una única vez en la única cena familiar a la que he asistido porque estaba demasiado ocupada pintándome los morros como para ir a las demás.

La única esperanza que aún mantengo de poder pasar el resto de la semana libre y sin compromiso de enseñar la ciudad se encuentra en el teléfono móvil que tengo entre manos. Vamos, guapo, pita y enséñame el mensaje que anuncie que la prima cuarta se ha puesto gravemente enferma. En una de las veces que levanto la cabeza para observar al resto de personas que se encuentran alli me percato de algo sospechoso. Un chico saliendo de una de esas puertas prohibidas. Rapidamente bajo la mirada, no vaya a ser que descubra que le he pillado y me raje o algo parecido. Lo que no pudo evitar es observarlo de reojo, y no esporadicas veces, sino fijamente.

por **John A. Miller** Mar Jun 08, 2010 9:51 pm

Por el camino se fijó en una chica de reojo, fingiendo no haberla visto de una manera muy convincente pero dándose cuenta de que lo miraba de una forma que no dejaba lugar a dudas. Se había percatado de lo ocurrido. Genial, ahora tendría que esperar a alguien más antes de irse a su casa a descansar. Apoyó un pie contra la fachada del enorme edificio, pensando. Sabía que con sólo enviar un mensaje con la palabra 'Problema' y añadir el código correcto un par de armarios se plantarían allí para acabar con la tía de una forma rápida y limpia; llevándosela, claro está, a un lugar apartado. O se podía encargar él mismo. Era lo suficientemente manipulador como para atraerla, estaba claro, y luego la pistola que tenía escondida en la pesada chaqueta haría el resto. Sin embargo, no podía estar del todo seguro de que no se había equivocado. Así que le tocaba aguantar allí hasta que la tipa saliera del lugar y abordarla con cualquier tipo de excusa pobre. Mientras hablaran, sería el hombre más maravilloso sobre la faz de la tierra, para así crear una imagen de inocencia de él en la mujer.

por **Beca I. Kana-Basinas** Mar Jun 08, 2010 10:07 pm

Menos mal que el chico no se ha dado cuenta de que mi mirada sigue clavada en él, no quiero lios ni de personas que se creen que tienen tanto sexappeal que la gente les observa sin poder evitarlo ni de otros que contestan con comentarios ácidos y los ojos entrecerrados lanzándote pequeñas dagas a cada una de las partes de tu cuerpo. No no, yo sólo quiero esperar a mi familiar, que al parecer su vuelvo sigue intacto en el aire ya que el teléfono móvil ni siquiera ha vibrado en los últimos quince minutos que llevo allí. Quizás en un accidente no, pero en un retraso si que está metido ¡por eso mismo odio los aeropuertos, leches!

Pero como si el aparato estuviera conectado a mi mente empieza a cumplir mis deseos. Primero produce una pequeña vibración y segundos después una sinfonía que indica la llegada de un mensaje, mensaje que informe de que mi prima ha tenido la mala suerte -¡Viva, viva!- de que su avión ha sido uno de los nuevos afectados por el humo del volcán. No puedo evitar que una sonrisa radiante, de esas que dejan bien cegado hasta al viejo con bastón, invada mi rostro, adiós a fin de semana estresado. Con un pequeño saltito y fingiendo no haber visto nada decido caminar hasta la salida, cuanto antes huya de aquel lugar menos posibilidades tengo de que el chico descubra que le he pillado.

por **John A. Miller** Mar Jun 08, 2010 10:21 pm

Su hombre llegó antes de lo esperado. Como unos diez minutos más temprano. Ya estaba tan acostumbrado a las pequeñas incursiones que apenas le llevaban unos quince minutos, dejando los diez sobrantes para que llegara el contacto libres. Cuando bajó del coche, Erik se acercó con toda la soltura del mundo y le estrechó la mano, sonriendo como si fueran viejos amigos. Y, en cierto modo, se conocían de hace tiempo. Tras hablar unos cuantos minutos, Erik metió una mano en su chaqueta y cogió el USB. Otro minuto más tarde fingieron despedirse dándose de nuevo la mano. Momento en el que el muchacho le pasó el aparato. Éso nadie podría haberlo visto. Una vez montado en el coche el hombre, Erik volvió a su sitio, como si esperara a alguien. Y ése alguien salió por la puerta.
-¡Disculpe, signora! -aunque sabía hablar perfectamente el danés sin ningún tipo de acento, había decidido hacerse pasar por un extranjero. Con un poco de suerte podría fingir haberse equivocado al entrar por la puerta, diciendo que creía que eran los lavabos masculinos. A pasos rápidos se acercó a ella, con una sonrisa encantadora en el rostro-. ¿Podría decirme dónde están los aseos? Llevo un rato buscando y, cazzo -decidió añadir un improperio en italiano para darle más realismo. Significaba joder-, ¡no están en ninguna parte!

por **Beca I. Kana-Basinas** Mar Jun 08, 2010 11:32 pm

A paso rápido, o todo lo rápido que una puede andar sin que se den cuenta de que está huyendo descaradamente, me dirigo a la salida como tengo planeado hacer desde el primer Virp que sonó en mi teléfono. Sonrio de la misma manera ilusionada que antes, ya sólo me quedan un par de pasos para que el corazón deje de latir como si fuera un pequeño colibrí en sus mejores días del mes, volando de un árbol a otro sin molestia alguna. Y te preguntarás el porqué le ocurre eso al órgano principal de mi cuerpo, el que me mantiene con vida. La respuesta es muy fácil: tengo miedo de que el supuesto delincuente me haya pillado espiándola y ahora sea la primera víctima en su libro de la muerte.

- ¡Ah! -un gritillo se me escapa de la garganta cuándo el chico rubio que ocupa mis pensamientos aparece corriendo en mi dirección. Mierda, ahora se va a dar cuenta de que estaba pensando en él. Cuando se dirige a mi decido esbozar la sonrisa -o el intento de ella- que mejor tengo practica, la inocente. Aquella que muestra levemente el principio de los dientes y eleva las comisuras hasta el infinio y más allá. bueno no tanto, que tampoco quiero parecer un ser deformado.

- Y-yo... -tras hechar un vistazo rápido a la puerta y los carteles que se anuncian en ella señalo un gran trozo de plástico en el que pone Cuarto de Baño en dánes y, debajo, en inglés. Y sí, he tartamudeado, cuando alguien me intimida lo hace del todo, y cuanto más se aleje de mi mejor aún.

por **John A. Miller** Mar Jun 08, 2010 11:46 pm

Erik ni alteró su respiración por la pequeña carrera, su físico dejaba claro que había superado bastantes nimiedades como avanzar un par de metros en una especie de Sprint moderado. Una expresión de inocente desconcierto hizo pintar en su cara al escuchar el grito de la chica. Sí, éso confirmaba sus dudas. Lo había visto. Pero, con un poco de suerte, sus esfuerzos como actor -y solía considerarse uno muy bueno- darían frutos y la chica pensaría que había entrado por puro azar en la sala prohibida. Decidió ser, también, provocador. Tal vez éso ayudaría a que tragara. Con una mano, se revolvió el pelo de modo sexy, como si fuera un gesto de impaciencia. Correspondió a la sonrisa de la muchacha con otra deslumbrante, esperando, aún, su respuesta.
-Grazie mille -exclamó, ensanchando la sonrisa a la vez que se giraba para mirar el cartel señalado por su dedo. Se notaba en la voz lo, en pocas palabras, cagada que estaba por su presencia. Bien, éso ayudaría a que mantuviera la boca cerrada. Una muerte más en su conciencia lo tendría enfadado unos cuantos días. Como si hubiera sido un tonto que pasaba por alto algo evidente, se dio un golpecillo en la frente con la palma de la mano-. He estado buscando el sitio, ¡ma niente! -continuó, volviendo a mirarla. Entonces se dio cuenta de que tal vez la chica no sabía italiano y tenía que hacer bien su papel-. Niente significa... Come si dice? ¿Nada? Reale, gracias.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 2:01 pm

No sé qué hacer con las manos, ese es un gran problema que suele sucederme cuando estoy nerviosa pero pretendo aparentar tranquilidad ¿las dejo quietas a los lados del cuerpo? Eso sería demasiado recto y no quiero parecer un trozo de mármol ¿las cruzo? Menos aún, puede parecer que estoy enfadada o con cierto tono desafiante y eso cabrearía más a la persona con la que estoy hablando ¿me muerdo las uñas, retuerzo la camiseta, las guardo en los bolsillos? ¡Mierda, ninguna de estas últimas me gusta! Acabo cruzándo los brazos bajo el pecho, fin del asunto.

-Ya ya, lo entiendo, yo... sé unas cuentas palabras de italiano, estuve estudiandolo un año pero por falta de tiempo tuve que dejarlo, la universidad y el trabajo no dejan mucho espacio para caprichos personales -¡esa es la mejor solución, di que si Beca! Intento esconder la pequeña sonrisa que se forma en mi rostro cuando en mi cabecita se enciende una bombilla. Habla, habla mucho y no dejes que él diga palabra alguna, es la mejor solución por dos opciones. Primera: Si tú hablas el chico se siente intimidado y desiste hasta de los intentos de asesinato que hayan podido surgirle en la mente, de todo, una chica con una buena lengua asusta hasta al más repintado. Y segundo: cuando alguien se revuelve el pelo de manera que deja lo deja dándole un aire despeinado y despreocupado tú siempre acabas mal, bueno mal... (/) Sí, acabas mal y punto, ehé. Vuelvo a intentar sonreir ¿¡de qué hablo ahora, de qué!? - ¿Eres de Italia? Vaya, que sorpresa, a m-mi me encantaría visitarla, dicen que es preciosa y las ciudades y pueblos tienen un aire muy acogedor. Yo soy de Grecia, de un pequeño pueblo nada conocido. Al parecer los inmigrantes estamos tomando Copenhague -y como eso es un intento de broma en mitad de una situación tensa, acaba saliendo un churro de frase que no haría gracia ni al payaso Fofito. Bueno mejor, mejor si, se dará cuenta de que soy una aburrida y adiós muy buena chavalote.

por **John A. Miller** Miér Jun 09, 2010 4:33 pm

La tía parecía un flanecillo temblando sobre el plato, temiendo cada instante que lo acercaba a una muerte lenta -o rápida, depende del comensal- producida por una cuchara roma. Qué cruel destino el de un postre. Acabar digerido en el estómago de cualquiera, pasando al duodeno para que te siguieran rociando de líquidos asquerosos... Ése debía ser un mal futuro. Y, lo peor de todo, al final lo poco que quedara de tí saldría por un sitio bastante asqueroso del cuerpo humano, junto con miles y miles de desechos condensados. Sacudió la cabeza, apartando unas imágenes que habían comenzado a formarse en su cabeza. En ellas, flanes con caritas tristes salían de culos ajenos. Esbozó una sonrisa de disculpa cuando la chica le dijo que entendía italiano, como pidiendo perdón por haber menospreciado su inteligencia. Escuchó tranquilamente, sin ningún problema. La paciencia era algo que en su oficio debía tener por narices. Las cosas a su debido tiempo, y que se alargaran lo que fuera necesario.
-Sí, nací cerca de Florencia y creo que me conozco toda la bota de arriba a abajo, incluyendo Sicilia y Cerdeña -asintió con una sonrisa amable a lo de las ciudades hermosas, pensando que había algunas que no lo eran tanto. Como, por ejemplo, las de los índices elevadísimos de asesinatos. Algunos de los cuales provocados por su mafia, claro-. Ve a Napoles y no pensarás lo mismo -bromeó, alzando una ceja al escuchar su chiste malo, como si no comprendiera. Su voz estaba siempre marcada por un acento italiano que hacía mucho tiempo que había abandonado. No podía pasarse con éso de turista que conoce el idioma o podría sospechar-. La Grecia è bella.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 5:24 pm

Menos mal. Algo más aliviada esbozo una pequeña sonrisa, al menos por la personalidad tan tierna del chico no parece ser un mafioso de esos que te meten una bala entre ceja y ceja por encargo, los amfiosos van vestidos con traje y son más rudos y bordes. aunque nunca se sabe, quizás unicamentee stá fingiendo para que no me eprcate de que ha salido de esa puerta prohibida tras vender droga o incluso asesinar a algún presidente del gobierno. Me entran ganas de girar de nuevo, volver a entrar al edificio del aeropuerto y rebuscar por esa sala para salvar a lo que sea que haya dentro ¡puedo estar siendo cómplice de asesinato al no ir en su ayuda! Respira Beca, respira, que hoy no te has traido el aparatito para los ataques de asma y no es bueno que te alteres tanto.

- ¿Qué pasa en Nápoles? Según tengo entendido hay muchos turistas y mucha gente nueva cada días, la multitud de culturas es muy interesante y te hace descubrir cosas nuevas, como por ejemplo nuevas palabras en algún idioma o nuevos comportamientos ¿porqué dices que no voy a pensar los mismo? -ladeo la cabeza curiosa. Todas estas cosas suelen interesarme, soy una chica de mundo que se niega a quedarse en eCopenhague por mucho tiempo, soy una artista que va a viajar de un lugar a otro sin pegas algunas y no va a depender de ningún lugar ni de ninguna persona. Quizás me compre una casa en mi antiguo pueblo, pero nada más. Esbozo una sonrisa al escuchar sus últimas palabras y, tímida, agacho levemente la cabeza- Ciertamente Grecia es un país muy bonito, tiene muchas cosas intersantes y un pasado extraordinario. Pero ahora se está llendo al traste, tantas revoluciones y huelgas están haciendo que se convierta en una ciudad polémica a la que nadie desea viajar, ese fue uno de los motivos por los que mis padres aceptaron el traslado -levanto de nuevo la cabeza sin borrar la anterior sonrisa y lee xtiendo la mano, siempre es bueno concoer gente nueva y más con un acento tan violable, quiero decir, tan entrañable- Soy Beca, Beca Kana-Basinas pero no creo que te interese mi apellido, demasiado largo y raro.

por **John A. Miller** Miér Jun 09, 2010 5:56 pm

Alzó una ceja, sorprendido. Ella, que parecía ser una mujer culta y viajera, ¿no sabía la mala fama -bien merecida- que tenía la ciudad de Nápoles? ¡Pero si era la ciudad con mayor indicio de asesinatos del mundo! O una de las primeras, vaya. Además, cuando cualquier turista iba a ella y cogía un guía o algo, éste siempre le advertía de ciertas calles por las que nadie pasaba. A no ser que quisiera ser raptado, violado, asesinado, torturado o miles de cosas más acabadas en 'ado'. Pues las distintas mafias o los distintos locos de turno las transitaban a la busca de inocentes turistas que se creen lo suficientemente importantes, a salvo gracias a su poder económico, como para pasar por ellas y salir impune. Creídos. Él tenía dinero, y era muy conocido entre los de su 'condición', pero aún así no pisaba una que no estuviera controlada por su grupo. Ni se le ocurría a no ser que quisiera perder unos cuantos dientes -su oficio lo salvaba de algo peor-.
-Bueno, está plagada de gente... mala -contestó, titubeando, como si no encontrara la palabra adecuada en el idioma supuestamente ajeno. Asintió con la cabeza, con una sonrisa-. Certo, Grecia está metida de cabeza en la crísis -un coche negro paró en la acera de en frente, conducido por un joven moreno de ojos azules. Tras pitar para llamar la atención de Erik, éste se despidió de la chica-. ¡Ahí está mi amigo! Ciao -y, tras guiñarle el ojo con complicidad, fue a montarse al coche. Éste se alejó a una velocidad normal mientras Erik hablaba con su 'amigo' de lo que había descubierto. Por algún motivo, no le mencionó el incidente con la joven.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 6:05 pm

Me quedo mirando como el chico sube al coche que toca el pito y le despido con un pequeño Adiós. Menos mal, me iba a dar algo al corazón como siguiera teniendo que verme obligada a hablar de cualquirr tonteria, que yo tengo mucha imaginación y soy muy amigable pero tema de conversación cero. Puedo llegar a quedarme callada durante horas y horas mientras una persona me habla, ese es uno de mis defectos. Tras inspirar una bocanada de aire para intentar calmar los latidos alterados del corazón salgo de alli dispuesta a darle la feliz noticia a mi familia. Como aquel chico fuera un mafioso de verdad y le contara a su amiguito que le había visto salir de aquella sala me veía sin cabeza. ¿Se lo debería contar al policia que se encuentra en la puerta? No no, Beca, no te emtas en lios.

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 25, 2010 6:14 pm

Bien, tenía la merrrma obligación de irse de Dinamarca por una semana, pirando a Francia por motivos de estudio. Su padre, como siempre, obligándole a ir ÉL, salir de Copenhague, alejándose de Kyle, para ir a mirar unas notas que nunca fueron enviadas y que les harían falta para el nuevo trimestre. Había decidido que sería mejor que Kyle no le acompañara, ya de que si fuera por ellos se la montaban bien dura como si fuera la última vez que se fueran a vere__e.
Estaba sentado en una de las sillas, rodeado de gente y esperando que se anunciara su vuelo para irse a Lyon un par de días. Tenía ya listo su pasaporte, su cédula, un toblerone y el boleto de viaje. Se zampó un pedazo de toblerone con carita de niño ilusionado. Ays, la gloria *¬* Levantó la vista a la pantalla de vuelos, sin hacer caso al ruido que estaba a su alrededor.

por **Mei Zhuo** Vie Jun 25, 2010 6:24 pm

Tenía que encontrar en qué avión llegaría su hermana, su madre había destinado a la pequeña Po durante unos días con ella, para aprender, como decía ella, a ser elegante y eficaz.
Los pasos de Zhuo destilaban seguridad, la gente se apartaba al paso de esa muchacha oriental de cabello largo carbón, ojos oscuros como la noche, camisa ceñida del mismo color y unas bermudas vaqueras desteñidas.
No llevaba bolsas de mano, solo sus bolsillos y esa determinación que siempre guiaba cada movimiento de la china.
Po era bailarina, como ella misma había sido, y ahora madre quería que también fuese militar. Zhuo bufó por lo bajo, tratando de controlar su irritación creciente. Su hermana era delicada como una flor, era un elemento de espectáculo, no de lucha, era un gozo para los sentidos, no podía llevar un arma colgando de su fino y frágil brazo.

Sacudiendo la cabeza, paró delante de una de las televisiones que anunciaban las llegadas de los vuelos, repasando la lista de una ojeada. Media hora.
Soltando el aire de sus pulmones, Zhuo dio media vuelta, mirando las sillas con ojos entrecerrados. Finalmente, dando dos pasos, se sentó en una de ellas, cansada, al lado de un muchacho con la felicidad destilando de cada poro. Como envidiaba a veces carecer de preocupaciones

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 25, 2010 6:37 pm

Viva el toblerona *¬*, se decía intermanete, dándole un último mordisco al enorme chocolate. Lo colocó en el bolsillo delantero de sus vaqueros, mientras oía a la tía que anunciaba los vuelos y los que despegaban. "Pasajeros con destino a San Fracisco, favor abordar en la puerta número trece". No era el suyo. Resopló, cruzándose de brazos. Llevaba ahí cuatro horas, ¡cuatro horas! Volvió a escuhar la misma voz decir "Pasajeros con destino a Atenas, favor de abordar en la puerta número ocho". ¿Es que no llegaría el de Francia nunca? ;O; Volvió a oír el mismo pitido, y alzó la vista, ya furiosa. "Pasajeros con destino a Nueva York, favor abordar en la puerta número once", "Pasajeros con destino a Dublin, favor abordar en la puerta número seis", "Pasajeros con destino a Toronto, favor abordar en la puerta número catorce".
Que le den ;O;

- ¡Maldito aereopuerto! ¬¬ -dijo lo suficientemente algo como para que alguien del otro lado le oyera. No le importaron las miradas de repugnancia de varios vigilantes que le miraban- Se tardan los aviones y... Em... ¡No venden Coca-Cola light! ¬¬ -Criticó, viendo al vigilante irse. Saco de nuevo su chocolate, y cuando escuchó a alguien ponerse de lado, por error, se golpeó con la silla que estaba delante en la cabeza. Dio un respingo, incorporándose ahora sin ningún problema- Auch :buaa:

por **Mei Zhuo** Vie Jun 25, 2010 7:00 pm

El muchacho de su lado comenzó a chillar con voz más que estridente. Zhuo frunció el ceño, arrugando su frente y cruzándose de piernas, bufando a la espera de que dejara de vocear. Pero parecía ser que el chico tenía ganas de guerra, puesto a que hasta los guardias comenzaron a lanzar miradas reprobatorias al chico. ¿Coca cola light? ¿Pero qué quería ese niñato mimado? ¿Servicio de catering express solo para él en un aeropuerto?
De golpe el chico dio un respingo y se golpeó con una silla.
Zhuo apunto estuvo de aplaudir, pero se repuso y se limitó a lanzar una mirada de reojo que dejaba bastante clara su opinión
- Falta media hora- dijo tajante, si el chico no sabía leer ya podría ir al colegio al menos "Vuelo dirección Francia: retraso de 30 minutos"

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 01, 2010 4:32 pm

Seguramente os preguntaréis que hace Cath en el aeropuerto, pues ni idea, si alguien lo descubre, que me lo diga. No tenía nada que hacer, salió de su casa, y sin saber como ni porque, la pelirroja estaba en el aeropuerto. No tenía excusa, pues no era un lugar en que pudiera relajarse, pero también era posible que necesitara a tanta gente a su alrededor para sentir que solo era otra persona más, sin problemas aparentes. Solo alguien estresado por llegar tarde a recoger a su hijo/novio -lo que sea- que volvía a casa por vacaciones. Llevaba una sudadera roja con la capulla puesta, pitillos negros y unas deportivas. Vagaba sin rumbo mirando con atención a las familia que se reencontraban, las que se despedían... cada una de esas personas la embargaba de un sentimiento distinto, sentimiento que durante un momento le ocupaba la mente por completo, y que al segundo volvía a desaparecer.

por **John A. Miller** Jue Jul 01, 2010 5:01 pm

Siempre dicen que a los aeropuertos hay que ir con una hora de adelanto o más, porque entre facturar, dejar las maletas y buscar el sitio correcto en el que tienes que esperar se va toda la mañana. Pues Erik llevaba ya tres horas sentado en la incómoda silla con la pequeña maleta en la que guardaba la poca ropa que iba a necesitar a sus pies. Ésas se podían dejar en el altillo del avión. El muy lerdo, como le costaba mucho despertarse, había pensado que no había sonado el despertador y había salido pitando al aeropuerto con más de tres horas de adelanto, y encima su avión se retrasaba. Así pues, ahora estaba medio frito sobre el plástico para nada confortable, con la cabeza echada hacia atrás y los ojos cerrados. Como siguiera así por mucho tiempo le daría dolor de cuello, pero el pobre no había dormido lo que es nada para él pero lo que es suficiente para cualquier otra persona. Sí, se marchaba de Copenhague, pero sólo un par de días. O quizás uno solo.

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 01, 2010 5:20 pm

A lo lejos vio a un chico que dormía en un banco con la cabeza hacia atrás. Y Cath sabía quien era, se aproximó hacia él -sin sigilo, si era capaz de dormir en un aeropuerto, nos se despertaría por una persona más- . Se puso en cuclillas y acercó los labios a su oreja con lentitud.-Hola.-le susurró y sonrió encantada esperando a que se despertara. Se puso a pensar en porque Erik estaría en el aeropuerto con una maleta, y obviamente, sería para irse. ¿Pero a dónde? ¿Y por cuanto tiempo? No podía ser que ahora que emepezaban a salirle bien las cosas le diera por cambiar de ciudad. Además, según él no le gustaba la acción, ¿a qué venía irse si acababa de llegar? Empezaba a ponerse histérica, pero no dejaría que se le notara. Al menos no de momento. Esperaba que no se fuera para siempre, si así era... 'Cath, una cosa más por la que amargarte' pensó con resignación.

por **John A. Miller** Jue Jul 01, 2010 5:39 pm

El ruido del aeropuerto apenas le dejaba entrar y salir del sueño cada dos por tres, siendo un verdadero fastidio que un bebé cabreado le despertara cuando al fin había conseguido dormirse. Estaba a punto de tirar la toalla cuando, de manera inexplicable, consiguió dejar de escuchar todos aquellos ruidos y sumirse en un tranquilo duermevela. Caminaba por un estrecho pasillo de manera tranquila, sabía que había más gente pero no les prestaba atención... Entonces 'Hola'. Erik dio un brinco en el asiento, abriendo los ojos de golpe con cara de sueño y sorpresa y mirando a su alrededor para ver quién había sido. A punto estuvo de resbalar del asiento y caerse de culo al suelo, pero consiguió sujetarse. ¿Qué hacía Catherine allí? Que él supiera el grupo no se marchaba, pero tampoco le importaba.
-Um... Sí, hola -murmuró con la voz pastosa propia de un recién despertado, reprimiendo a duras penas un bostezo de oso que tiraba para atrás. Con la mano cerrada en un puño se frotó los ojos, de una manera que recordaba a un niño pequeño despertado de la siesta.

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 01, 2010 6:18 pm

Una oleada de culpabilidad la invadió cuando se paró a pensar en que, tal vez, Erik quería dormir. Pero se le pasó rápido. El hecho de pensar que podría irse de la ciudad hacía que la pelirroja se sintiera tan estresada y preocupada, que hacía que lo demás no importara. Además, si se iba su avión no tardaría demasiado en salir, y no podía quedarse dormido o perdería su vuelo. '¡Maldita sea! ¿Para qué le habré despertado?' Buena idea Cath, aunque habría cogido otro vuelo, no habría servido de nada.-Lo siento, te he despertado. Creí que con tanta gente no sería posible dormir.-la preocupación reflejada en su rostro no era para nada por haberle despertado. Pero bueno, mejor que pensara éso y no que no quería que se fuera.

por **John A. Miller** Jue Jul 01, 2010 6:29 pm

Cuando hubo terminado de retirar todas las legañas de sus ojos y de alejar los restos de pereza de sí juntó ambas manos por encima de la cabeza y se estiró, notanto unos débiles pinchacitos en el cuello. Suspirando, se pasó una mano por la nuca, masajeando un poco. Ya sabía él que dormir en la incómoda silla en una postura tan mala acabaría llevándose un precio, pero hacía lo que fuera por dormir un poco más. El vuelo apenas llegaría a durar una hora, y éso no era suficiente. Aunque, al paso que iba, se veía por la noche esperando aún al maldito avión.
Cuando por fin dejó de pensar en cosas banales fijó sus ojos -aquella vez más azulados- en Catherine, examinando su rostro. ¿Era él o se sentía preocupado por algo? Como Erik era tan... algo, no pensó en que pudiera ser por despertarlo. Porque si sabes que vas a hacer algo luego no te sientes culpable por ello. Así que, ladeando la cabeza, fijó su mirada en la de ella.
-¿Te pasa algo, pelirroja? -preguntó, con la voz tranquila y pausada como siempre, echándose hacia atrás en el asiento y enarcando una ceja. Vale, asumido. Ese era su nuevo vicio.

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 01, 2010 7:13 pm

Puede que hubiera ido a recoger a alguien, o que viniese del algún viaje. Aunque lo dudaba, cualquier esperanza era buena, al menos éso intentaba hacerse creer.-¿Eh?... no, nada, estoy bien.-Esbozó una leve sonrisa y se levantó para sentarse a su lado. Ahora recordaba porque no debía ponerse en cuclillas, le tiraron todos los músculos al levantarse. Pero lo disimuló bien. Ya sentada a su lado -sin dejar a penas distancia entre ambos- giró la cabeza y le miró.-¿Qué te trae por aquí? No pareces haber venido por el mismo motivo que yo.-Dijo señalando con la mirada a la pequeña maleta que tenía entre los pies y alzando una ceja. Si que le costaba fingir que no le pasaba nada cuando estaba Erik delante. Tendría que currárselo más o al final acabaría dándose cuenta.

por **John A. Miller** Jue Jul 01, 2010 7:35 pm

Enarcó aún más la ceja al escuchar los penosos intentos de Catherine por ocultar algo, ladeando también un poco más la cabeza. Si Erik quería saber algo, ponía todo su empeño en descubrirlo, y ahora se le había antojado saber qué era lo que le pasaba a Catherine que estaba tan sumamente rara. Y sabía que a ella podía sacarle todo lo que quería y más si se lo proponía, ya fuera por las buenas o por las malas. Si tenía que hacer uso del látigo para que cantara todos sus pecados no dudaría en hacerlo.
Así pues, de manera inocente y como si fuera sin pensar, cogió su mano cuando la chica se sentó a su lado y estrechó un poco sus dedos, sonriendo tranquilamente. Entonces, con la mano libre, cogió el rostro de la pelirroja para que no escapara de su mirada y poder así ver lo que fuera que se le pasaba por esos ojillos marrones tan monos.
-Dime lo que te pasa, y diré lo que hago aquí -chantaje puro y duro, aunque a él no le costaba nada explicar que se iba unos días, pero parecía que a Catherine sí le costaba decir cómo diablos se sentía.

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