Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
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Davis Cemuk Hondor
Fawn D. Poynter
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Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
El Museo al Aire Libre de Copenhague es digno de ver. Está situado al norte de la ciudad y alberga muchos e interesantes edificios, desde granjas hasta molinos de viento de diferentes épocas en la historia agrícola danesa. La visita a este museo es una experiencia encantadora, ya que está situado alrededor de un impresionante paisaje y cada rincón revela un nuevo edificio.
Todos los edificios son auténticos y fueron trasladados al museo desde sus lugares de origen, que abarcaban toda Dinamarca y los antiguos territorios daneses en el sur de Suecia y en el norte de Alemania. La entrada a este museo es gratuita y ofrece una gran experiencia cultural.
Master- The Emperator
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Había dejado a su madre en casa, bien encerrada en su cuarto para que no saliese a la calle y dejara como vegetales a los que se parecían a su supuesto padre. Era una tarea dura, la verdad, ya que ella deseaba poder hacerle lo mismo a su propio padre, pero le parecía algo estúpido que lo pagaran sus semejantes. Difícil de controlar, el odio y la compasión al mismo tiempo.
Había decidido dar una vuelta por esos lares que le recordaban tanto a su casa alemana. Bueno, a decir verdad lo que estaba viendo era mucho más bonito que la que había sido su intento de casa, pero ¿no consistía su vida en envidiar lo que no era suyo? Pues ea, al curro.
Subió al tejado de la casa más baja y más segura, según su criterio, y se quedó allí, parada como un enanito de jardín, observando a las pocas famílias que todavía se atrevían a pasear por allí a aquellas horas.
Había decidido dar una vuelta por esos lares que le recordaban tanto a su casa alemana. Bueno, a decir verdad lo que estaba viendo era mucho más bonito que la que había sido su intento de casa, pero ¿no consistía su vida en envidiar lo que no era suyo? Pues ea, al curro.
Subió al tejado de la casa más baja y más segura, según su criterio, y se quedó allí, parada como un enanito de jardín, observando a las pocas famílias que todavía se atrevían a pasear por allí a aquellas horas.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Me giré sobre mis propios talones al sentido contrario al que la gente avanzaba, quedándome parado en medio de la vía sin saber a dónde ir.
Mis manos estaban sumergidas en los bolsillos del ajustado pantalón vaquero de color azul, que más que azul asomaba a un gris con algunos rotos.
Resultaba estúpido, pero me había escapado de una de las horribles cenas familiares que de vez en cuándo me tocaba aguantar junto a mi abuelo, mis tres hermanos y mi padre. Echaba de menos la presencia del tío Rideck en estas ocasiones, en las que en vez de hablar, aprovechaba para explicarme alguna de las cuestiones que el mundo había solucionado en algún momento de la historia de la humanidad, y que yo, en esos momentos, con un lápiz y una servilleta, sorbía esos conocimientos como una esponja absorbe el agua.
Avancé lentamente hacia uno de los poyos de piedra que había cerca de allí, apropiándome de él sin jactarme de que estaba debajo de una de las casitas típicas danesas de por allá dónde cristo perdió el mechero y saqué mi guitarra acústica de color negro, colocándome en posición para tocar.
Mano derecha en el mástil, mano izquierda en las cuerdas.
Y el sonido se hizo de forma espontánea, tocando las cuerdas sin sentido, haciendo pruebas de sonido sin llamar la atención de la gente, que sola o acompañada por sus familiares y amigos, visitaban ese lugar.
Mis manos estaban sumergidas en los bolsillos del ajustado pantalón vaquero de color azul, que más que azul asomaba a un gris con algunos rotos.
Resultaba estúpido, pero me había escapado de una de las horribles cenas familiares que de vez en cuándo me tocaba aguantar junto a mi abuelo, mis tres hermanos y mi padre. Echaba de menos la presencia del tío Rideck en estas ocasiones, en las que en vez de hablar, aprovechaba para explicarme alguna de las cuestiones que el mundo había solucionado en algún momento de la historia de la humanidad, y que yo, en esos momentos, con un lápiz y una servilleta, sorbía esos conocimientos como una esponja absorbe el agua.
Avancé lentamente hacia uno de los poyos de piedra que había cerca de allí, apropiándome de él sin jactarme de que estaba debajo de una de las casitas típicas danesas de por allá dónde cristo perdió el mechero y saqué mi guitarra acústica de color negro, colocándome en posición para tocar.
Mano derecha en el mástil, mano izquierda en las cuerdas.
Y el sonido se hizo de forma espontánea, tocando las cuerdas sin sentido, haciendo pruebas de sonido sin llamar la atención de la gente, que sola o acompañada por sus familiares y amigos, visitaban ese lugar.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Sus ganas de observar y envidiar a las personas normales se fue desvaneciendo hasta el punto de querer irse a algún bar a buscar pelea con algún baboso que no estuviera lo suficientemente borracho para reconocerla. No era su hobby, el ir arreando tortazos a la gente que creía tener algún control sobre ella, ya que prefería hacerles tirarse por un puente y ya. Pero había momentos en su vida en que necesitaba desahogarse de alguna manera más productiva. Y hoy era uno de esos días.
Pero el sonido de unas cuerdas de guitarra balancearse a son del viento le hizo detenerse y prestar una mínima atención a su propietario. Sin miedo alguno a la caída, asomó su cabecita por el filo del tejado, el que había justo encima del muchacho, y observó los hipnóticos movimentos de los dedos acariciar las cuerdas.
- ¿Tocas en algún grupo? - murmuró, con la voz lo suficientemente alta como para que sólo él la oyese. No hacía falta llamar la atención de esos humanos normales que ya lo tenían todo como para pretender enchufarse en la conversación. A pesar de que el muchacho también podría ser uno de ellos.
Pero el sonido de unas cuerdas de guitarra balancearse a son del viento le hizo detenerse y prestar una mínima atención a su propietario. Sin miedo alguno a la caída, asomó su cabecita por el filo del tejado, el que había justo encima del muchacho, y observó los hipnóticos movimentos de los dedos acariciar las cuerdas.
- ¿Tocas en algún grupo? - murmuró, con la voz lo suficientemente alta como para que sólo él la oyese. No hacía falta llamar la atención de esos humanos normales que ya lo tenían todo como para pretender enchufarse en la conversación. A pesar de que el muchacho también podría ser uno de ellos.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Continué moviendo los dedos ágilmente sobre las cuerdas, probando su sonido y afinándolo sin necesidad de ningún tipo de aparato. Los años me habían hecho crear un vínculo de un amor platónico -a no ser que las guitarras sintiesen o padeciesen lo que yo podía sentir- hacia mi guitarra, consiguiendo conocerla más de lo que conocí de personas en toda mi vida, incluso seguramente, con cualquiera que llegara a ser mi pareja.
Ella no contaba nada, conseguía siempre sacarme una sonrisa de la cara cuándo emitía su angelical sonido a base del movimiento del aire, su roce y la cuerda contra la madera y no tenía vida propia, pues lo que la hacía mi compañera perfecta a la hora de mostrar confianza.
- She said... this warps nests, this terminals in your head... - canté en un prolongado susurro, lo suficientemente alto como para que alguien que estuviese encima de un tejado lo pudiese escuchar sin problema alguno. El caso de que lo hubiese habido, y lo había. Asomó su cabeza por el filo del tejado, cayendo una teja.
Paré de tocar al instante, dirigiendo mi cabeza hacia arriba. Y encontrandome con ella.
Poseía el cabello negro y unos ojos azules claros que se podían ver claramente a pesar de la escasa por no decir inexistente luz nocturna, otorgada por la luna, y la piel clara, con pequeñas pecas.
Pero su físico no fue lo que me llamó la atención especialmente, sino que me hubiese llamado la atención así como así, como si nos conociésemos de toda la vida.
- Me pregunto por qué te interesaría si estuviese en uno. - una sonrisa cruzó mi rostro rápidamente y se ocultó instantes después, como si se pudiese encender y apagar con la facilidad que se hace ésto con una lámpara.
Ella no contaba nada, conseguía siempre sacarme una sonrisa de la cara cuándo emitía su angelical sonido a base del movimiento del aire, su roce y la cuerda contra la madera y no tenía vida propia, pues lo que la hacía mi compañera perfecta a la hora de mostrar confianza.
- She said... this warps nests, this terminals in your head... - canté en un prolongado susurro, lo suficientemente alto como para que alguien que estuviese encima de un tejado lo pudiese escuchar sin problema alguno. El caso de que lo hubiese habido, y lo había. Asomó su cabeza por el filo del tejado, cayendo una teja.
Paré de tocar al instante, dirigiendo mi cabeza hacia arriba. Y encontrandome con ella.
Poseía el cabello negro y unos ojos azules claros que se podían ver claramente a pesar de la escasa por no decir inexistente luz nocturna, otorgada por la luna, y la piel clara, con pequeñas pecas.
Pero su físico no fue lo que me llamó la atención especialmente, sino que me hubiese llamado la atención así como así, como si nos conociésemos de toda la vida.
- Me pregunto por qué te interesaría si estuviese en uno. - una sonrisa cruzó mi rostro rápidamente y se ocultó instantes después, como si se pudiese encender y apagar con la facilidad que se hace ésto con una lámpara.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Observó con desinterés la teja que acababa de caer del tejado al suelo, seguramente por su culpa. Algo en el fondo de su corazón se arrepentía de una manera insigificante por haber destrozado un pelín aquella hermosura de casa, pero sólo era eso: una casa.
Se pasó una mano por el pelo, agarrándose fuerte con la otra para no caerse, y se lo colocó detrás de la oreja. La gravedad no jugaba a su favor, aquella vez. Miró fijamente al muchacho, evaluando si valía la pena o no entablar una de sus escasas conversaciones con él.
- Hay talentos que no se deben desperdiciar - se limitó a contestar, ladeando la cabeza.
Se quedó mirando con interés la guitarra. Ella no entendía mucho, de música, pero por la manera de tratarla que tenía el chico parecía que valiese más que su propia madre, si es que la tenía. Uhm, estaría bien eso...
Sopesó la idea de bajar de ahí y reducir los riesgos de morir que tenía aquella noche, pero la olvidó enseguida cuando una pareja con un carrito de bebé, seguramente una de las últimas que quedarían por allí, se cruzó por donde estaban. Se le fueron las ganas de golpe.
Se pasó una mano por el pelo, agarrándose fuerte con la otra para no caerse, y se lo colocó detrás de la oreja. La gravedad no jugaba a su favor, aquella vez. Miró fijamente al muchacho, evaluando si valía la pena o no entablar una de sus escasas conversaciones con él.
- Hay talentos que no se deben desperdiciar - se limitó a contestar, ladeando la cabeza.
Se quedó mirando con interés la guitarra. Ella no entendía mucho, de música, pero por la manera de tratarla que tenía el chico parecía que valiese más que su propia madre, si es que la tenía. Uhm, estaría bien eso...
Sopesó la idea de bajar de ahí y reducir los riesgos de morir que tenía aquella noche, pero la olvidó enseguida cuando una pareja con un carrito de bebé, seguramente una de las últimas que quedarían por allí, se cruzó por donde estaban. Se le fueron las ganas de golpe.
Última edición por Fawn D. Poynter el Dom Mayo 09, 2010 11:42 pm, editado 1 vez
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Tumbé la guitarra de color ébano en mis piernas, notando el frío húmedo que emanaba la madera a través del tejido de los pantalones.
Me removí en el sitio, incómodo en el poyo de piedra, que también estaba helado, a la par que estiraba el cuello, direccionando mi cabeza hacia el hombro izquierdo y viceversa. Crujieron un par de huesos.
Y volví al instante la cabeza a observarla con la poca precisión que podía debido a la oscuridad de la noche.
- Hablas como si fueses mánager, ¿o lo eres?. - dibujé una sonrisa en su rostro y obtuve de nuevo la guitarra negra en mis manos frente a mi pecho, con la intención de volver a producir los sonidos de antes con total tranquilidad.
Me removí en el sitio, incómodo en el poyo de piedra, que también estaba helado, a la par que estiraba el cuello, direccionando mi cabeza hacia el hombro izquierdo y viceversa. Crujieron un par de huesos.
Y volví al instante la cabeza a observarla con la poca precisión que podía debido a la oscuridad de la noche.
- Hablas como si fueses mánager, ¿o lo eres?. - dibujé una sonrisa en su rostro y obtuve de nuevo la guitarra negra en mis manos frente a mi pecho, con la intención de volver a producir los sonidos de antes con total tranquilidad.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Incapaz de poder seguir viendo el borrón en el que se había transformado el muchacho por el hechizo de la noche, se incorporó como pudo en el resbaladizo tejado de la casa, con sumo cuidado, y saltó al suelo, aterrizando en él con insultante gracia. No se había pasado todos los años de su vida en los que había tenido uso de razón practicando burradas como esa en vano.
Se incorporó, lentamente, y se encaró al chico, que había vuelto a su tarea de entonar una melodía desconocida para ella.
- ¿Acaso lo parezco? - pregunta a su vez, intentando dar a entender al moreno que con ella tendría que sudar la gota gorda para que hablase. No es que se divirtiese siendo "misteriosa" ni similares. Era sólo que había que ocupar un alto rango en su lista personal para que se sintiese cómoda contestando preguntas tales como cuál es su color favorito.
- ¿Me enseñas? - pregunta, señalando con la cabeza la guitarra.
Se incorporó, lentamente, y se encaró al chico, que había vuelto a su tarea de entonar una melodía desconocida para ella.
- ¿Acaso lo parezco? - pregunta a su vez, intentando dar a entender al moreno que con ella tendría que sudar la gota gorda para que hablase. No es que se divirtiese siendo "misteriosa" ni similares. Era sólo que había que ocupar un alto rango en su lista personal para que se sintiese cómoda contestando preguntas tales como cuál es su color favorito.
- ¿Me enseñas? - pregunta, señalando con la cabeza la guitarra.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Tragué saliva y volví a resbalar mis dedos sobre las cuerdas del instrumento, creando la melodía que interpretaba anteriormente, esta vez sin cantar. Fruncí el entrecejo al escuchar el desliz del cuerpo de la chica por el tejado, girando la cabeza sobre mi cuello, sin dejar de crear el sonido y ladear la cabeza de un lado a otro, negando lo que había visto cómo una regañina mental.
Sabiéndolo, me había percatado que ahora estaba en frente mía, observando como le miraba a través de una mirada vaga que casi ni se notaba, pues parecía completamente ensimismado con la guitarra en mi posesión.
- ¿Lo eres o no? - respondí con otra pregunta, resultando algo cortante al formularla y calló el sonido de la guitarra por un momento, manteniéndola cogida por el mástil casi sin utilizar fuerza para hacerlo, ya que su peso era casi insignificante.
- No tengo porqué de no hacerlo, chica sin Nombre. - le tendí la guitarra en un ademán para que la cogiese, mientras murmuraba lo último como interrogante indirecta para que me dijese su nombre. La pregunta era si me lo diría, cosa que empezaba a dudar.
Sabiéndolo, me había percatado que ahora estaba en frente mía, observando como le miraba a través de una mirada vaga que casi ni se notaba, pues parecía completamente ensimismado con la guitarra en mi posesión.
- ¿Lo eres o no? - respondí con otra pregunta, resultando algo cortante al formularla y calló el sonido de la guitarra por un momento, manteniéndola cogida por el mástil casi sin utilizar fuerza para hacerlo, ya que su peso era casi insignificante.
- No tengo porqué de no hacerlo, chica sin Nombre. - le tendí la guitarra en un ademán para que la cogiese, mientras murmuraba lo último como interrogante indirecta para que me dijese su nombre. La pregunta era si me lo diría, cosa que empezaba a dudar.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Algo en su interior se rebeló cuando el moreno dejó de tocar por preguntarle ese dato insignificante. No quería que ese sonido maravilloso terminase. ¿Quién le habría dicho a ella que algo tan simple le podría gustar tanto? Además, siempre le quedaba su don, si la cosa no iba como a ella le gustaba. Ciertamente, estaría bien jugar un poquito con él y pasar así uno de sus solitarios ratos, pero primero tenía que comprovar lo que era capaz de hacer. Tampoco quería empezar de malas con alguien que había despertado su interés, a pesar de que hoy no era su día, como todos los demás.
- ¿Cambiaría algo? - pregunta a su vez, con un suspiro y poniendo los ojos en blanco. Niega con la cabeza, dando así finalmente su respuesta. Tampoco iba a estar jugando a las adivinanzas; ya tenía una edad y cierta madurez.
Sus ojos se iluminan levemente cuando accede a enseñarle tocar aquel instrumento. Coge la guitarra, segura por fuera pero nerviosa por dentro, e imita la posición que tenía él.
- Fawn - acaba diciendo, sin apartar los ojos de la guitarra. Le había dejado su posesión más preciada, ¿no? Su nombre comparado con eso no era nada.
- ¿Cambiaría algo? - pregunta a su vez, con un suspiro y poniendo los ojos en blanco. Niega con la cabeza, dando así finalmente su respuesta. Tampoco iba a estar jugando a las adivinanzas; ya tenía una edad y cierta madurez.
Sus ojos se iluminan levemente cuando accede a enseñarle tocar aquel instrumento. Coge la guitarra, segura por fuera pero nerviosa por dentro, e imita la posición que tenía él.
- Fawn - acaba diciendo, sin apartar los ojos de la guitarra. Le había dejado su posesión más preciada, ¿no? Su nombre comparado con eso no era nada.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Observé la pose que obtenía la chica, una burda imitación a lo que yo hacía, o cualquier guitarrista hacía, pero sin saber bien porqué. Como un niño pequeño que está aprendiendo a hablar, que dice ''papá'' pero sin saber realmente lo que es, y solo con una idea.
Cogí su mano algo brusco y la coloqué cómo debía ser en el mástil.
- Relaja los dedos. Así pareces un aguilucho, no alguien que esté tocando una guitarra. - imperé haciendo uso de mi infinita paciencia, a pesar de que mentalmente me esperaba que la chica, que se acababa de presentarse como Fawn, aprendiese rápido, o parecía que lo iba a hacer. Suspiré.
Puse una mano sobre la que estaba en las cuerdas y, de alguna manera, hice que moviese una por una las cuerdas de la guitarra, con lentitud, y a la vez, con la que estaba libre, moviendo la otra con el mástil para que apreciase los distintos sonidos que generaba el instrumento con el fin de que se relacionase con ellos.
Cogí su mano algo brusco y la coloqué cómo debía ser en el mástil.
- Relaja los dedos. Así pareces un aguilucho, no alguien que esté tocando una guitarra. - imperé haciendo uso de mi infinita paciencia, a pesar de que mentalmente me esperaba que la chica, que se acababa de presentarse como Fawn, aprendiese rápido, o parecía que lo iba a hacer. Suspiré.
Puse una mano sobre la que estaba en las cuerdas y, de alguna manera, hice que moviese una por una las cuerdas de la guitarra, con lentitud, y a la vez, con la que estaba libre, moviendo la otra con el mástil para que apreciase los distintos sonidos que generaba el instrumento con el fin de que se relacionase con ellos.
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Aparta la mirada de la guitarra por un momento para fijarla en el chico con una ceja alzada, escéptica. ¿Acaso no se había dado cuenta de que era la primera vez que cogía una guitarra? Esque se podría parecer a un aguilucho y, si hacía falta, a una hormiguita cantando la Bamba.
- ¿No me dices tu nombre? - pregunta, dejando que él moviese sus dedos a su gusto, quedándose con cada posición y cada sonido para más adelante reproducirlos ella sola.
Increíblemente, una sonrisa se dibuja en sus labios, sin apenas darse cuenta. Si hubiera sido consciente de este pequeño detalle seguro que habría colgado la guitarra en el cinturón del muchacho y se habría ido de allí como si nunca hubiera salido de su casa.
- ¿Quién te enseñó a tocar? - le preguntó, todavía con la sonrisa en la cara, mirándole.
- ¿No me dices tu nombre? - pregunta, dejando que él moviese sus dedos a su gusto, quedándose con cada posición y cada sonido para más adelante reproducirlos ella sola.
Increíblemente, una sonrisa se dibuja en sus labios, sin apenas darse cuenta. Si hubiera sido consciente de este pequeño detalle seguro que habría colgado la guitarra en el cinturón del muchacho y se habría ido de allí como si nunca hubiera salido de su casa.
- ¿Quién te enseñó a tocar? - le preguntó, todavía con la sonrisa en la cara, mirándole.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Fruncí el ceño ante su escéptica mirada que me dirigía con la poca amabilidad que se podría indicar en el mundo. Se notaba que el comentario no le había hecho excesiva gracia, comprendiendo que no había pillado que era un comentario para que lo recordase, algo didáctico.
- Eehl. - respondí con un tono algo más amable, pero sin llegar a rozar la simpatía que una persona lograba conseguir; quería tiempo para mi mismo y esa chica, a pesar de que no estaba teniendo una conversación del todo aburrida, me interrumpía en mi soledad -que se había convertido en rutina-. - Me llamo Eehl Cemuk Hondor.
Mi ceño se relajó al instante, de forma casi natural al ver su espontánea sonrisa al escucharse a sí misma interpretar los sonidos que creaban la guitarra y ella, con un vínculo mucho menos potente que el mío con ella, lógicamente. La acaba de conocer.
Ladeé la cabeza cómo si estuviese poseído, sin haberme dado cuenta al formularme aquélla pregunta. ¿Qué quién me había enseñado?.
- Me pregunto de nuevo el porqué de saberlo. - suspiré levemente. - Eres demasiado curiosa.
- Eehl. - respondí con un tono algo más amable, pero sin llegar a rozar la simpatía que una persona lograba conseguir; quería tiempo para mi mismo y esa chica, a pesar de que no estaba teniendo una conversación del todo aburrida, me interrumpía en mi soledad -que se había convertido en rutina-. - Me llamo Eehl Cemuk Hondor.
Mi ceño se relajó al instante, de forma casi natural al ver su espontánea sonrisa al escucharse a sí misma interpretar los sonidos que creaban la guitarra y ella, con un vínculo mucho menos potente que el mío con ella, lógicamente. La acaba de conocer.
Ladeé la cabeza cómo si estuviese poseído, sin haberme dado cuenta al formularme aquélla pregunta. ¿Qué quién me había enseñado?.
- Me pregunto de nuevo el porqué de saberlo. - suspiré levemente. - Eres demasiado curiosa.
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Pensó en chocarle la mano o hacer un chocamiento de pechos como había visto hacer en las películas, pero se lo repensó mejor. Ésto de estar el 98% de tu tiempo sola no era nada bueno para comenzar una "relación amistosa", si eso era lo que ellos dos estaban haciendo. Pero, a decir verdad... ¿Para qué quería ella hacer relaciones de esas? Miesterios de la vida, suponía.
- ¿En serio? - pregunta, algo incrédula, cuando le dice su nombre. Se guarda el comentario respectivo al nombre para sí misma y sigue tocando, o lo que para ella significa tocar. No le hacía falta mucho conocimiento sobre guitarra para comprovar que era capaz de producir un sonido.
Mira al chico, con la cabeza ladeada. Hacía años, por no decir nunca, que no se abría con una persona que no fuera su madre. Ésto era algo nuevo para ella, e increíblemente se sentía algo agusto.
- ¿Es algo malo querer saber? - pregunta, como hacía siempre que él le preguntaba algo -. Creo que... me gustaría saber cosas de ti - dice, sorprendida ella misma de estar pronunciando esas palabras. Necesitaba otro hobby, y ya.
- ¿En serio? - pregunta, algo incrédula, cuando le dice su nombre. Se guarda el comentario respectivo al nombre para sí misma y sigue tocando, o lo que para ella significa tocar. No le hacía falta mucho conocimiento sobre guitarra para comprovar que era capaz de producir un sonido.
Mira al chico, con la cabeza ladeada. Hacía años, por no decir nunca, que no se abría con una persona que no fuera su madre. Ésto era algo nuevo para ella, e increíblemente se sentía algo agusto.
- ¿Es algo malo querer saber? - pregunta, como hacía siempre que él le preguntaba algo -. Creo que... me gustaría saber cosas de ti - dice, sorprendida ella misma de estar pronunciando esas palabras. Necesitaba otro hobby, y ya.
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Arqueé una ceja, relajándola segundos después para arrugar el entrecejo en vista de que la pregunta que me había hecho no me acababa de cuadrar.
¿Qué de malo tenía llamarse Eehl Cemuk Hondor? Vale, es un nombre judío y por lo tanto, asiático en parte y americana en mi segundo apellido, así que era raro por cojones; pero de ahí a preguntar que si era en serio tenía que haber un paso y bastante gordo.
Todo el mundo hacía lo mismo siempre, claro, acostumbrados a llamarse ''Nielsen'' o ''Smith'', dos de los apellidos daneses e ingleses más utilizados, cualquiera se sorprendería de oír mi nombre. Y más cuándo supiesen que había nacido en Barcelona, no en Kazajistán.
- No, realmente me llamo Björk Dreusen. - rodé los ojos con rápidez, poniéndolos consecutivamente en blanco, y suspirando.
Escuchando las notas que tocaba sin necesidad de partitura, y sólo calculadas por su imaginación, sonreí levemente ante el sonido que creaba. Se le daba bastante bien a pesar de acabar de empezar.
- Es raro.
Respondí automáticamente, sin haberlo pensado realmente; ¿Qué clase de desconocido va preguntando cosas por ahí, y qué clase de Eehl Cemuk Hondor va enseñando tocar la guitarra, con SU guitarra, su compañera, a cualquiera que pasa por ahí?.
- Pregunta y quizás te responda.
¿Qué de malo tenía llamarse Eehl Cemuk Hondor? Vale, es un nombre judío y por lo tanto, asiático en parte y americana en mi segundo apellido, así que era raro por cojones; pero de ahí a preguntar que si era en serio tenía que haber un paso y bastante gordo.
Todo el mundo hacía lo mismo siempre, claro, acostumbrados a llamarse ''Nielsen'' o ''Smith'', dos de los apellidos daneses e ingleses más utilizados, cualquiera se sorprendería de oír mi nombre. Y más cuándo supiesen que había nacido en Barcelona, no en Kazajistán.
- No, realmente me llamo Björk Dreusen. - rodé los ojos con rápidez, poniéndolos consecutivamente en blanco, y suspirando.
Escuchando las notas que tocaba sin necesidad de partitura, y sólo calculadas por su imaginación, sonreí levemente ante el sonido que creaba. Se le daba bastante bien a pesar de acabar de empezar.
- Es raro.
Respondí automáticamente, sin haberlo pensado realmente; ¿Qué clase de desconocido va preguntando cosas por ahí, y qué clase de Eehl Cemuk Hondor va enseñando tocar la guitarra, con SU guitarra, su compañera, a cualquiera que pasa por ahí?.
- Pregunta y quizás te responda.
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Se queda mirando fijamente al chico, sin pillar el sarcasmo en su voz. Realmente, ella había sido pocas veces público o víctima de las bromas de la gente, por eso le costaba tanto coger los comentarios graciosos, ya que ella pensaba que la vida tenía que ser seria para tener todos las cosas claras. Cuando entendió que simplemente bromeaba, se relajó un tanto y le tendió la guitarra al moreno.
- Ése es aún más impronunciable - comenta, agarrando bien la guitarra para que no se cayese -. Tócame algo - pidió, intentando sonreir un poco pero sin conseguirlo.
Frunce el cejo por sus siguientes dos palabras. ¿Acaso no era lo más normal del mundo preguntar? Vamos, si esque lo hacían incluso los críos. Rueda los ojos tal y como ha hecho Eehl antes, sin saber muy bien a qué venía a cuento, pero como tenía ganas de hacerlo pues lo hizo.
- ¿Tocas en algún grupo? - vuelve a preguntarle, como había hecho antes, esta vez con una sombra de diversión reprimida en sus claros ojos. Pero... ¿por qué se estaba divirtiendo? Mejor no pensar, no pensar...
- Ése es aún más impronunciable - comenta, agarrando bien la guitarra para que no se cayese -. Tócame algo - pidió, intentando sonreir un poco pero sin conseguirlo.
Frunce el cejo por sus siguientes dos palabras. ¿Acaso no era lo más normal del mundo preguntar? Vamos, si esque lo hacían incluso los críos. Rueda los ojos tal y como ha hecho Eehl antes, sin saber muy bien a qué venía a cuento, pero como tenía ganas de hacerlo pues lo hizo.
- ¿Tocas en algún grupo? - vuelve a preguntarle, como había hecho antes, esta vez con una sombra de diversión reprimida en sus claros ojos. Pero... ¿por qué se estaba divirtiendo? Mejor no pensar, no pensar...
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Miré extrañado la guitarra, que me la tendía y me incitaba, sin necesitar hablar, a que volviese a tocar.
Al parecer no le había gustado mucho eso de tocar la guitarra; o eso dejaba ver.
- Pero es normal y corriente en Dinamarca. - puse la mano sobre el mástil, apoderándome de mi propia guitarra -qué irónico puede llegar a sonar esto-, poniéndola delante de mi pecho, notando la dura superficie de madera, barnizada y pintada de un color oscuro, situando la mano que no sostenía el mástil tras las cuerdas, tensadas.
Y volví a fruncir el ceño cuándo volvió a preguntar. Se veía que le había cogido gustillo a eso y empezaba a estresarme un poco, pero aún así, le respondía a cada una de sus preguntas, algunas aunque no incumbiesen, por curiosidad a ver como se quedaba, o sin razón aparente a veces.
- No. - respondí seco nuevamente.
Al parecer no le había gustado mucho eso de tocar la guitarra; o eso dejaba ver.
- Pero es normal y corriente en Dinamarca. - puse la mano sobre el mástil, apoderándome de mi propia guitarra -qué irónico puede llegar a sonar esto-, poniéndola delante de mi pecho, notando la dura superficie de madera, barnizada y pintada de un color oscuro, situando la mano que no sostenía el mástil tras las cuerdas, tensadas.
Y volví a fruncir el ceño cuándo volvió a preguntar. Se veía que le había cogido gustillo a eso y empezaba a estresarme un poco, pero aún así, le respondía a cada una de sus preguntas, algunas aunque no incumbiesen, por curiosidad a ver como se quedaba, o sin razón aparente a veces.
- No. - respondí seco nuevamente.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
No era un problema para ella estar de pie, ya que prácticamente había nacido erguida, pero especialmente aquella noche se sentía agotada, esquiva y cerrada. Al menos ahora, que la conversación le había conducido a divertirse un poco y ése era un síntoma nada bueno para ella. Camina lentamente hacia el muro exterior de la casa, el que queda detrás de ellos y, en todo momento espalda contra pared, se sienta en el suelo, sin dejar de mirar a Eehl.
- Parece que no te gusta hablar - concluye, después de una larga pausa por su parte, notando que el chico no le había hecho lo que le había pedido; que se había quedado a medio camino de tocar algo.
Ignora la respuesta del moreno, ya que no quiere escucharla. Para ella siempre estaría en un grupo, banda o como quisiesen los jóvenes llamarle a eso. Lo malo era que ella también se veía incluída en esa categoría, y lo odiaba.
- Parece que no te gusta hablar - concluye, después de una larga pausa por su parte, notando que el chico no le había hecho lo que le había pedido; que se había quedado a medio camino de tocar algo.
Ignora la respuesta del moreno, ya que no quiere escucharla. Para ella siempre estaría en un grupo, banda o como quisiesen los jóvenes llamarle a eso. Lo malo era que ella también se veía incluída en esa categoría, y lo odiaba.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
- Creo que aún no tengo cara de maruja.
Opiné sobre mi mismo de forma natural y espontánea, con el mismo tono escurridizo y bajo, poco familiar o sociable, antes de empezar a tocar algo con la guitarra, moviendo los dedos de forma espontánea para empezar la canción que había estado tocando y cantando antes, asegurándose primero de que no había nadie allí, más que su escaso público, formado por una casi desconocida, y la luna que seguía presente en la noche.
El cielo oscurecido era su escenario, y no había nadie para apoyarle. La verdad es que ni lo necesitaba.
- In context. - cantó, con voz dulce y algo baja - She said: ''these warps nests, this terminals in your head''.
Comenzando, así de nuevo, la canción que había estado antes de que irrumpiese su concierto sin público.
Opiné sobre mi mismo de forma natural y espontánea, con el mismo tono escurridizo y bajo, poco familiar o sociable, antes de empezar a tocar algo con la guitarra, moviendo los dedos de forma espontánea para empezar la canción que había estado tocando y cantando antes, asegurándose primero de que no había nadie allí, más que su escaso público, formado por una casi desconocida, y la luna que seguía presente en la noche.
El cielo oscurecido era su escenario, y no había nadie para apoyarle. La verdad es que ni lo necesitaba.
- In context. - cantó, con voz dulce y algo baja - She said: ''these warps nests, this terminals in your head''.
Comenzando, así de nuevo, la canción que había estado antes de que irrumpiese su concierto sin público.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Le da un buen repaso de arriba a abajo, sin cortarse ni un pelo, ya que no lo hacía simplemente parta detectar lo que sus compañeras de trabajo denominaban "Dios mortal andante", sino para comprobar si de verdad tenía pintas de marujón o no.
- Cierto, no la tienes - acaba diciendo, acomodándose para disfrutar un pelín del espectáculo.
Se queda embobada con la dulce voz del chico y con la fina red que va envolviendo poco a poco el sitio donde están con su suave melodía. Realmente, a ella le encantaría saber hacer algo así, en vez de estar todo el día delante de las cámaras o entre las sombras. Pero no podía porque ella era diferente, y siempre lo sería. ¿Era ella la única? Ojalá que no.
- Impepinablemente chulo - murmura, repitiéndo las palabras que había escuchado una vez en la televisión. Los muñequitos que salían le parecían increíblemente inteligentes para ser sólo un trozo de tela -. Cantas bien - dijo, cuando el chico acabó la canción, o lo que ella consideró el final de ella.
Se da cuenta de la hora que es y considera la posibilidad de que su madre se hubiese cargado los diecisiete candados que había puesto en sus ventanas y su puerta y ahora estubiese acechando a alguien por la calle, por eso se levanta de una revolada y comienza a correr hacia ninguna parte, ya que seguramente se había perdido. Chachi.
- Cierto, no la tienes - acaba diciendo, acomodándose para disfrutar un pelín del espectáculo.
Se queda embobada con la dulce voz del chico y con la fina red que va envolviendo poco a poco el sitio donde están con su suave melodía. Realmente, a ella le encantaría saber hacer algo así, en vez de estar todo el día delante de las cámaras o entre las sombras. Pero no podía porque ella era diferente, y siempre lo sería. ¿Era ella la única? Ojalá que no.
- Impepinablemente chulo - murmura, repitiéndo las palabras que había escuchado una vez en la televisión. Los muñequitos que salían le parecían increíblemente inteligentes para ser sólo un trozo de tela -. Cantas bien - dijo, cuando el chico acabó la canción, o lo que ella consideró el final de ella.
Se da cuenta de la hora que es y considera la posibilidad de que su madre se hubiese cargado los diecisiete candados que había puesto en sus ventanas y su puerta y ahora estubiese acechando a alguien por la calle, por eso se levanta de una revolada y comienza a correr hacia ninguna parte, ya que seguramente se había perdido. Chachi.
Última edición por Fawn D. Poynter el Dom Mayo 16, 2010 7:08 pm, editado 1 vez
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Arqueé una ceja mostrando mi susodicho desacuerdo con la mirada que me lanzaba sin ningún reparo a que me molestaría. A decir verdad, ni me importaba. Estaba ya acostumbrado a que más de una secretaria me lanzase alguna mirada. Al principio, respondía bajando la cabeza o mirando a otro lado, pues la paciencia puede conmigo y hay cosas en las que a veces no puedo reparar en no decir nada sobre ellas; mi pensamiento en esos momentos suele ser algo así como ''ya se hartarán'' aunque nunca lo hicieron. Opté por la opción más lógica; pasar, como hacía siempre que se metían conmigo por ser solitario en el colegio, o desagradable o callado, o por hablar en un tono bajo.
- Creo que podría haber sacado la conclusión yo solo. - arrugué la nariz de forma espontánea y dejé la guitarra en el poyo de piedra ya que Fawn no me dejaba tocar tranquilo con sus interminables preguntas, una tras otra.
Tampoco me importaba en exceso que me preguntase, pero hacía tiempo que reclamaba mi espacio, sobretodo siendo de noche, sin que me escuchara nadie.
Ante el piropo, o el cumplido, o como se quiera decir, murmuré un ''Gracias'' carente de sentimiento y observé como la chica se iba de allí, corriendo, a hacer a saber qué. Guardé la guitarra en la funda de nuevo y corrí tras ella, transformándome en mi forma Dyrmenn en cuestión de segundos, persiguiéndola en la oscura noche con la guitarra tras mía.
- Creo que podría haber sacado la conclusión yo solo. - arrugué la nariz de forma espontánea y dejé la guitarra en el poyo de piedra ya que Fawn no me dejaba tocar tranquilo con sus interminables preguntas, una tras otra.
Tampoco me importaba en exceso que me preguntase, pero hacía tiempo que reclamaba mi espacio, sobretodo siendo de noche, sin que me escuchara nadie.
Ante el piropo, o el cumplido, o como se quiera decir, murmuré un ''Gracias'' carente de sentimiento y observé como la chica se iba de allí, corriendo, a hacer a saber qué. Guardé la guitarra en la funda de nuevo y corrí tras ella, transformándome en mi forma Dyrmenn en cuestión de segundos, persiguiéndola en la oscura noche con la guitarra tras mía.
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Oh, genial, ahora llueve. Y ella sin paraguas. Le cabreaba bastante que el destino le jugara malas pasadas como aquella, pero sabía que no se podía quejar. Porque, si lo hacía, seguramente le esperarían cosas aún peores. Y, para colmo, ahora se había perdido. ¿Quién le había mandado a ella meterse en aquel museo? Ah, sí, su vena masoquista que quería que sintiera envidia por todas estas cosas tan bonitas y sus transeúntes.
Y, de repente, se detiene. tenía el sentido del oído demasiado desarrollado como para no escuchar fuertes pisadas de algún tipo de perro grande o lobo detrás suyo. Y aquello despertaba su curiosidad, aunque no su miedo. Se gira, rápida como un rayo, para localizar al animal, con ojos abiertos a más no poder y su pelo y ropas pegadas a su cuerpo a causa de la lluvia.
- ¿E...Eehl? - pregunta, mirando de un lado a otro. No tenía visión nocturna, así que se le hacía algo difícil distinguir formas en la oscuridad.
Y, de repente, se detiene. tenía el sentido del oído demasiado desarrollado como para no escuchar fuertes pisadas de algún tipo de perro grande o lobo detrás suyo. Y aquello despertaba su curiosidad, aunque no su miedo. Se gira, rápida como un rayo, para localizar al animal, con ojos abiertos a más no poder y su pelo y ropas pegadas a su cuerpo a causa de la lluvia.
- ¿E...Eehl? - pregunta, mirando de un lado a otro. No tenía visión nocturna, así que se le hacía algo difícil distinguir formas en la oscuridad.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
La penetrante mirada oscura del canino de cabellos grisáceos se mantenía inerte, seria, mirando hacia un punto correspondiente al que trataba de ser el rostro de la chica; Del cielo había comenzado a diluviar, humedeciendo el suelo y convirtiéndolo en un duro sitio para batallar y correr, con el peligro de caer.
Sentó sus patas sobre el suelo, quedando en una cómica posición mientras que movía la cola al compás de una música que no se podía captar con el oído, pues la lluvia habia acoplado todo sonido por el chisporreo de las gotas caer y sujetarse a las gotas de forma a la salvación de no caer al vacío que suponía el suelo; algo parecido a lo que hacían los hombres más ruines que en el momento de sus muertes pedían piedad por sus vidas llenas de pecado.
- El mismo. - la voz del lobo supuso de ser algo grave, tenebroso, y a la vez cálido; una contradicción perfecta para un momento de perfecto estrés. No es que ayudase mucho a tranquilizar; total, que te hable un lobo no es especialmente lo que te gustaría que te hiciesen; y yo mismo me carcajeaba sobre ello al imaginarme la reacción de la morena.
Sentó sus patas sobre el suelo, quedando en una cómica posición mientras que movía la cola al compás de una música que no se podía captar con el oído, pues la lluvia habia acoplado todo sonido por el chisporreo de las gotas caer y sujetarse a las gotas de forma a la salvación de no caer al vacío que suponía el suelo; algo parecido a lo que hacían los hombres más ruines que en el momento de sus muertes pedían piedad por sus vidas llenas de pecado.
- El mismo. - la voz del lobo supuso de ser algo grave, tenebroso, y a la vez cálido; una contradicción perfecta para un momento de perfecto estrés. No es que ayudase mucho a tranquilizar; total, que te hable un lobo no es especialmente lo que te gustaría que te hiciesen; y yo mismo me carcajeaba sobre ello al imaginarme la reacción de la morena.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
Y, efectivamente, el premio gordo le había tocado a ella. Siempre le habían dicho que las peores cosas te abrían los brazos a la vez, al mismo tiempo, el mismo día, el mismo instante, pero ella nunca lo había creído, porque sabía que el responnsable de todo era el destino y a él se le tenía que respetar por encima de todo para que la vida te fuese de perlas. Pero, a decir verdad, ahora dudaba un poquito de su superioridad, ya que no se había podido imaginar nunca que su principal servidora tuviera que padecer todo aquello.
- Eres un chucho pasado por agua - comenta, como si estuviera informándole del color de sus ropas. Seguidamente, se acerca poquito a poco a él, vacilando un poco al principio pero segura después, con el dedo índice directo a su hocico. Cuando la distancia entre ellos es nula, comienza a darle golpecitos con el dedo para mentalizarse que era algo real -. Guau - dice, mirando con ojos muy abiertos, pero igual de fríos que siempre, al chico moreno que era antes y que se había reducido a un montón de pelo mojado -. ¿Enseñas muy a menudo esta forma a la gente? - pregunta, tomando las libertades de arrodillarse al lado del lobo, acariciándole el cuello y el lomo, como si la lluvia no azotara su rostro.
- Eres un chucho pasado por agua - comenta, como si estuviera informándole del color de sus ropas. Seguidamente, se acerca poquito a poco a él, vacilando un poco al principio pero segura después, con el dedo índice directo a su hocico. Cuando la distancia entre ellos es nula, comienza a darle golpecitos con el dedo para mentalizarse que era algo real -. Guau - dice, mirando con ojos muy abiertos, pero igual de fríos que siempre, al chico moreno que era antes y que se había reducido a un montón de pelo mojado -. ¿Enseñas muy a menudo esta forma a la gente? - pregunta, tomando las libertades de arrodillarse al lado del lobo, acariciándole el cuello y el lomo, como si la lluvia no azotara su rostro.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Museo al Aire Libre de Copenhague [ZdR]
El lobo dibujó algo así como una sonrisa en su hocico, sin llegar a mostrar sus colmillos con los escasos ''labios'' negros que tenía.
¿Los lobos sonreían?
No. Pero yo no era un lobo; era un humano que se transformaba en lobo. La gente había llegado a llamarlos licántropos, pero prefería el nombre de Dyrmenn. Era más generalizado, con más animales en los que transformarse, no solo el lobo.
Y era algo que personalmente prefería.
Aún con la guitarra sobre el lomo, y la cinta que la sujetaba a su cuerpo alrededor de éste, Fawn se sienta al lado de él, acariciando su espalda y cuello de forma cariñosa, incluso haciéndose un hueco para hacer una broma. El lobo volvió a hacer una mueca humana; ésta vez, frunció el ceño, tanto como hacía en su forma real.
- No. - respondió con una sola palabra, como solía responder mayoritariamente. - Te la he enseñado a tí por una razona que seguramente sabes cuál es.
Prosiguió hablando de sus propios instintos que había tenido. Desde que la había conocido había algo en ella que me había percatado la atención; algo anormal, algo no visible, pero sí sensorial. Algo que no se podía aprobar de forma cognoscitiva.
Pero que él, después de encontrarse con Dyrmenn, y otros tipos de Nyrace, sabía que había algo diferente.
Una chispa.
¿Los lobos sonreían?
No. Pero yo no era un lobo; era un humano que se transformaba en lobo. La gente había llegado a llamarlos licántropos, pero prefería el nombre de Dyrmenn. Era más generalizado, con más animales en los que transformarse, no solo el lobo.
Y era algo que personalmente prefería.
Aún con la guitarra sobre el lomo, y la cinta que la sujetaba a su cuerpo alrededor de éste, Fawn se sienta al lado de él, acariciando su espalda y cuello de forma cariñosa, incluso haciéndose un hueco para hacer una broma. El lobo volvió a hacer una mueca humana; ésta vez, frunció el ceño, tanto como hacía en su forma real.
- No. - respondió con una sola palabra, como solía responder mayoritariamente. - Te la he enseñado a tí por una razona que seguramente sabes cuál es.
Prosiguió hablando de sus propios instintos que había tenido. Desde que la había conocido había algo en ella que me había percatado la atención; algo anormal, algo no visible, pero sí sensorial. Algo que no se podía aprobar de forma cognoscitiva.
Pero que él, después de encontrarse con Dyrmenn, y otros tipos de Nyrace, sabía que había algo diferente.
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