Re: Rådhuspladsen [ZdR]

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 18, 2010 4:51 pm

Se quedó varios segundos tomando un poco de aire. Nadie se acercaba. Su móvil no sonaba. Definitivamente, se iba a terminar durmiendo sentado en la banca; pero no podía hacerlo. Aunque no fueran muchas los posibilidades de que le fueran a robar en aquella ciudad, no se confiaba. Jó, que se había pasado toda la tarde buscando una tienda decente para comprarse unos vaqueros que le costaron 200 coronas danesas para que un maldito ladrón se aproveche de su riqueza ¬.¬ Definitivamente, se iba a terminar durmiendo, así que decidió levantarse y emprender marcha hasta su casa.
Hasta que sintió aquella melodiosa voz y aquella boca besarle detrás de la oreja. ¿Es que Kyle podía presentir cuando pensaba en él? ò_ó. Bueno, no iba a quejarse, si podía disfrutar más de la cuenta dos noches seguidas, pues lo haría (//). Se gira lentamente, rozando ligeramente su nariz con la del moreno, dándole un tierno beso en los labios. ¿Qué le pasaba? ¿Por qué se hallaba así?

- Hola -saluda con voz dudosa, indicándole que se sentara a su lado-. ¿Qué te sucede? -Le pregunta con un deje de preocupación. ¿Le habrían despedido de su empleo o qué Demonios?- Dios mío, cualquiera diría que te han robado. Cuéntame, cuéntame.

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 18, 2010 5:25 pm

¿Acaso había presentido su presencia e iba a huir o a golpearlo de nuevo? Más le valía que no. Y así era, el rubiales no había hecho nada sospechoso y se había girado para darle un beso. Ya sabía cuando era él sin verlo siquiera. Le agarró del mentón para profundizar unos instantes el beso; había que aprovechar cualquier excusa.
Enarcó una ceja al escuchar el tono de voz dubitativo del chico. ¿Acaso pasaba algo? Alzó también la otra ceja ante su pregunta. No le sucedía nada, encima que se había puesto "cariñoso" por una vez. Antes de siquiera abrir la boca de nuevo, depositó un par de húmedos besos a lo largo de la pálida piel del cuello del chico. Primero era disfrutar, después hablar.

-No me pasa nada, rubio .-respondió finalmente, antes de que le diera un ataque al rubiales por nerviosismo-.Sólo quería saber que te parecería una idea que tengo en mente...-dejó caer, deslizando su dedo índice por la mandíbula del chico, entretenido.-¿Qué te parecería venirte a mi casa a vivir temporalmente?

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 18, 2010 5:40 pm

Esperó impaciente la respuesta de Kyle, dejando mientras tanto que le besara y de que recorriera con su lengua toda la extensión de su cuello. Hasta que finalmente habló. ¿Que no le pasaba nada? Pues él creía que sí. Le miró con una ceja levantada, mostrando una mirada dubitativa. ¿Acaso quería mentirle? Pues no lo lograría. Al menos no... Del todo. Agarró cuidadosamente con la mano la cabeza de Kyle, para que prosiguiera con sus apasionados besos. Por Alá, es que él sí sabía como besar *-*. Sentía que algo en la cabezita de Kyle no iba bien. Así que cuando se detuvo le miró del mismo modo que antes.

- ¿Seguro? ¿Nada malo que haya pasado? -Vuelve a preguntar, hasta que capta perfectamente lo que el moreno quería. ¿Que se mudaran juntos? Sus oídos no daban crédito a lo que oía. ¿Estaba hablando en serio? ¿Vivir juntos? La idea le parecía un poco loca. Muy loca, pero si compartía morada con el moreno, no le importaba- Kyle -es lo único que salen de sus labios-... Pues sí me gustaría vivir contigo..., pero está el tema de dónde dormiré, habrá más gastos y yo apenas voy a la universidad. Mi padre no me ayudará más si le digo que estoy viviendo con alguien que es de mi mismo sexo. Todo se convertiría en un problema, y no sólo para tí, si no para mi también. -Se recuesta en el hombro del chico, dándole un par de besos en el cuello.

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 18, 2010 6:00 pm

Después de que hubo degustado con gula y deseo la pálida piel del cuello del chico y haberle dejado un par de bonitas marcas en él, dio una última lamida detrás de la oreja y volvió a guardar la distancia entre ambos. No pensó que el chico pusiera tanto empeño en querer saber que le pasaba. ¿Cómo sería cuando en verdad pudiera a llegar a pasar algo? Le revolvió el pelo para que dejara de pensar cualquier tipo de pensamientos subrealistas que se pudieran haber formado en su rubita cabecita y después asintió. Sí, quería que se viniera con él a su apartamento y tenerlo para él cuando quisiera.

Bufó al escuchar las excusas baratas del chico. Por mucho que en un momento hubiera dicho que sí, ahí se veía que tan sólo ponía trabas para no ir. Que fuera directo, que tampoco pasaba nada .

-Sí no quieres venirte, no pasa nada. No me voy a poner a llorar ni nada de eso .-quizás habló un tanto cortarte, pero así eran los pensamientos que volaban por su mente en ese momento.-Claramente, ibas a dormir en mi cama y por los gastos no habría que preocuparse. Tengo dinero de sobra .-tampoco es que sea rico ni nada parecido, pero con su trabajo podría decirse que vivía más que bien. Se apoyó en el respaldo de la silla y se cruzó de brazos, dejando que el rubiales le besara el cuello, sin emitir sonido ni palabra alguna.

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 18, 2010 6:09 pm

Pero dentro algo le decía que le dijera que sí. Joder, gritos, eran gritos los que le pedían que asintiera. Pero no sabía lo que en un futuro pudiera pasar. Niega varias veces con la cabeza, dejando bien claro que él sí quería vivir con él. Además, podía vender su piso y podían mantenerse ambos sin problema alguno. Suspira varias veces, mostrando una de sus mejores sonrisas. Ya la gente no pasaba por la zona en la que ambos se encontraban, y eso era un punto a favor para él. Se levanta unos momentos, y finalmente se sienta en sus piernas. Vamos, que aquellos modos eran los mejores para dejar bien claro que sí quería. Es más, ya no pelearía más, se iría a vivir con él, aunque necesitara la ayuda de su padre o no. Iba a cumplir veinte años, no era un inútil.

- Nadie dice que no quiera, Kyle. Eso es lo que más deseo; de amanecer y encontrarme tu cara a sólo centímetros de la mía -besos salen disparados por el cuello de Kyle, mostrándose cada vez más interesado por él-. ¿Dormir en tu cama? Molaría esa idea (//) -Deja en claro que eso era lo que más deseaba- Y pues, yo podría vender mi apartamento y mi papá tal vez no se entere de lo nuestro; ya sabes: que vivimos juntos. Puedo decirle que estoy en un piso estudiantil Very Happy

. Además, yo pensaba en vivir ambos permanentemente (//) -Voz que demostraba puro morbo.

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 18, 2010 6:28 pm

Ladeó la cabeza lo suficiente para que el chico continuase su labor y de paso mirarle mejor; viendo como el rubio negaba fervilmente con su rubia cabecita, ¿así que quería irse a vivir con él? Pues que no pusiera tantas trabas, que con un sí le valía. Acarició el rubio cabello ensimismadamente; por una vez se sentía "bien" en una situación de aquel tipo. No es que amara o siquiera quisiera al rubio, pero se sentía a gusto con el muchacho y él otro estaba siempre dispuesto a cumplir cualquier cosa que él dijera. No todos los días podía uno encontrar a un rubio como era él y había que aprovechar la oportunidad.

Sonrió gustoso cuando el muchacho se sentó en su regazo y su mano voló rápidamente al trasero del chico, hundiéndola en el bolsillo trasero del vaquero que cubría su cuerpo.
-¿Y para qué pones tantos inconvenientes? Di que sí y ya .-le reprendió, acariciando mientras con la otra mano libre la espalda del muchacho. Se mordió el labio inferior cuando los labios del rubiales viajaron hasta su cuello, regándolo de besos.-No hace falta que lo vendas y tú padre no tiene porque enterarse de nada .-y sin más, unió ambas bocas, besándolo lentamente, disfrutando el sabor de la boca ajena.

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 18, 2010 6:42 pm

Cuando la mano del moreno se posó en su trasero, una sonrisa se muestra en su rostro. Hala, es que si esto iba a tenerlo todos los días pues no habría ningún inconveniente. Lo que le dijo Kyle en cierto modo le dolió, ¿es que ya se iba a molestar con él de nuevo? No, lo más seguro es que le haya molestado un poco el hecho de asustarle. De modo que era mejor dejar el tema. ¿Tal vez podría mudarse hoy? Sí, podría ser.

- No, es que si lo voy a tener vacío, es mejor venderlo. Así tenemos más dinero y yo puedo ayudarte más. Anda, déjame ayudarte -pide varias veces-. ¿Te parece si duermo hoy en tu casa? Es que... ejem... debería de saber lo que me va a esperar ahí si voy a vivir (///) -Esperaba que Kyle entendiera lo que quería.

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 18, 2010 7:12 pm

Pellizcó distraidamente la nalga del chico por encima de la tela, así un par de veces. Tener tal tentación hacía que no se controlara. Y en esos momentos ya estaba deseando llevarlo a su apartamento y hacerle todo lo que tenía pensado y más en mente. Depositó suaves besos sobre la nuez del chico, de manera golosa. No entendía el por qué, pero cuando tenía al rubio a menos de un kilómetro a la redonda, le entraban ganas de comérselo; tanto si había gente como si no.

-Sí quieres venderlo véndelo, no te lo voy a impedir .-respondió, cediendo a la petición repetida del chico. Si era su decisión, que la llevara a delante.-Eso ni se pregunta, tú esta noche vas a estar en mi cama durmiendo conmigo sí o sí .-sonrió chulescamente, marca Zeelth

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 18, 2010 7:15 pm

- Creo que será lo mejor -recalcó, levantándose-. Vamos a tu apartamento pues Very Happy

por **Neftis B. Lekker** Lun Jun 21, 2010 1:03 pm

Había escuchado que ese era uno de sus lugares preferidos, y ahí estaba él, con su gorro habitual y su cazadora de entretiempo, sentado en un banco al más puro estilo neoyorquino, esperando a que ella apareciera por algún callejón para decirle algo.

Miraba de un lado hacia el otro, simulando que hacía fotografías a las palomas o al paisaje. Llevar una cámara encima era lo que tenía, te facilitaba el pasar desapercibido.

por **Catherine O'Connor** Lun Jun 21, 2010 1:14 pm

No se había levantado de buen humor. Era uno de esosdías en los que Cath intentaba no hablar con nadie para no tener problemas y, para colmo, no le quedaban cereales. Vale, parece infantil, ¿pero a dónde puede ir una chica sin su cantidad de azúcar necesaria en sangre? A ningún lado.
Paseaba como de costumbre por una de las calles de Copenhague que más le gustaban para despejarse un poco, y para hacerse a la idea del pedazo de tarde de grabación que le aguardaba esta tarde. Aunque se le antojaba eterno en ese momento, al final siempre lo acababa disfutando como una niña pequeña y su barbie nueva.
No había mucha gente circulando por la calle: un par de ancianas, algunos niños jugando con la pelota, un chico con una cámaro y un grupo de adolescentes que se reían a carcajadas. Hizo caso omiso al hecho de que la estuviesen mirando por el rabillo del ojo y siguió su camino.

por **Neftis B. Lekker** Lun Jun 21, 2010 1:16 pm

Avistó por el objetivo una cabellera pelirroja, su corazón comenzó a bombear de forma estrepitosa y de una manera un tanto brusca. ¿Qué demonios iba a hacer ahora? ¿Presentarse como si nada? Hola mira, perdona, me llamo brandon y soy tu hermano ¡Pero menuda gilipollez! Tan seguro que estaba hasta hace unos instantes y el vuelco que había dado todo...

Una morena vagabundeaba por la plaza Rådhuspladsen, hacía mucho que no se paseaba por ahí. De entre la multitud distinguió una cabellera un tanto peculiar. Abrió desmesuradamente sus ojos azules y ahogó un grito.

- ¿Cath?-preguntó en un susurro- ¡Cath!-dijo mientras corría y se lanzaba en brazos de la peliroja. Hacía tanto que no la veía.

Escuchó a alguien gritar como una desesperada el nombre de su hermana, se giró y observó a la muchacha que se colgaba de su cuello. Era esa chica. La chica de su clase en la universidad.

Todos sus pensamientos de acercarse ese día a la pelirroja se disiparon tan rápido como la brisa matutina. Se resignó, se encogió de hombros, guardó su camara fotográfica y salió de la plaza dirección a su casa.

FdR: Continuo en otro momento chau ~
P.D: Por cierto estoy tan contenta de que L 'conozca' finalmente a Cath *__*

por **Catherine O'Connor** Lun Jun 21, 2010 1:32 pm

Iba restregándose los ojos a causa del sueño -acababa de despertarse- y, a lo lejos, oyó que alguien gritaba su nombre. No le dio tiempo a subir la cabeza y se encontró con una chica de pelo negro y largo enganchada a su cuello. Le devolvió el abrazo algo extrañada, y cuando la chica le soltó el cuello y le vio la cara, raconoció a la chica. ¡Era L! Su amiga de la infancia. Si es que se le podía decir así. Teniendo en cuenta que Cath era un par de décadas mayor que Losille.
-¡L! ¿Qué haces aquí? Pensé que nunca saldrías del Reino Unido.- Sonrió ampliamente y abrazó cariñosamente a la chica.
Conoció a Losille en una pequeña gira que hizo en Londres al principio de su carrera como cantante. En un concierto al que apenas fue gente. Le cogió mucho cariño, pero cada una tenía que seguir su camino, y ahora se volvían a encontrar. El día empezaba a encarrilarse hacia un futuro mejor. 'Ya era hora.' Aún así, seguía queriendo desayunar.

por **Neftis B. Lekker** Mar Jun 22, 2010 9:30 am

Un sentimiento de estar observada le invadió en ese momento, se descolgó del cuello de Cath y comenzó a inspeccionar la zona con cara pensativa. Un par de ancianas, algunos niños jugando con la pelota, un grupo de adolescentes hablando de sus cosas entre carcajadas y un muchacho que parecía irse ya. Ese muchacho le sonaba. Meneó la cabeza al escuchar lo que la peliroja le decía. Sonrió de buena gana.

- La verdad es que volvimos hace unos tres años- explicó- mi padre es de aquí y nos trajo a mi madre y a mi- rodó los ojos- meses después mi madre cayó enferma y murió- lo dijo quitando asperezas al asunto- así que por eso estoy aquí en Cophenague- sonrió.

Cath siempre había sido muy atenta con ella, aun se acordaba de la primara vez que la vió. En uno de sus conciertos por Reino Unido. Como buena fan que era del grupo había hecho horas de cola para coger un buen sitio. Pero cuando fué la hora de entrar no le dejaron pasar por su edad. Se la encontró entonces atabieada en su abrigo y con un gorro para tapar su característico pelo, dejó de llorar y simplemente se quedó paralizada mirándola como si fuera un sueño. No supo como, Cath consiguió que entrara con ella dentro y después su relación pasó con los meses de ser fan-idolo a amiga-amiga.

Abrió los ojos al acordarse de un simple detalle, juntó las manos en señal de súplica y pueso una sonrisa inmensa.

- Dime por favor que estás organizando el regreso del grupo- L aún tenía la esperanza de que el grupo musical de su compañera volviera a ser el que era antes. Lo que pasó años atrás con el estrellato que padecieron afectó muchisimo a la joven morena.

por **Catherine O'Connor** Mar Jun 22, 2010 6:33 pm

No era por nada, pero Cath tenía ganas de largarse, no por L, si no porque ese día se había levantado con el pie izquierdo, estaba cansada y no había desayunado. Su intención era irse y concertar alguna "cita" con la chica para que quedasen otro día y así poder tomárselo con más calma. Aunque seguramnte con lo habladora que solía ser L con Cath, y acumulado al tiempo que llevaban sin verse, éso no sería posible. Escuchó con gesto ausente lo que le decía la morena y se compadeció de ella al escuchar lo de su madre.-Lo siento, tuvo que muy duro para ti.- Como vio que no quería hablar del tema, pasó de hacer más comentarios y siguió prestando atención a lo que le preguntaba Losille. Mucho había tardado en preguntar acerca de la banda, pues cuando la conoció estaba llorando porque no la habían dejado entrar al concierto. Era demasiado joven. Era una fan loca, pero a Cath le cayó bien y durante esa época era de lo más sociable con todo el mundo, así que... Una fan loca convertida en amiga. También loca.-La verdad es que sí. Estamos grabando un nuevo disco para lanzarlo aquí, en Copenhague, y dar nuestro primer concierto en la ciudad.- sonrió y le quitó importancia al asunto. Ahora no le apetecía hablar de grabaciones y tal y cual. Solo quería despejarse.

por **Neftis B. Lekker** Mar Jun 22, 2010 7:35 pm

Cerró los ojos ocn entusiasmo e intentó no hacer ningún numerito fanático.

- Ya tengo ganas de escucharlo-expresó- cuando lo tengais listo solo tienes que avisarme-rebuscó algo en su bandolera- toma- dijo extendiéndole una tarjetita-ahí tienes mi número y dirección por di te apetece quedar y charlar algún día- miró el reloj y abrió los ojos-¡Oh dios! Mikkael me va a matar-exclamó acordándose del asunto que tenía pendiente con su padre, hizo una mueca rara al observar a Cath- lo siento tengo que irme, es una pena-hizo un amago de puchero-tanto tiempo sin vernos y me tengo que ir así- abrazó con muchas ganas a la peliroja. Se apartó y sonrió - auerdate de llamarme para tomar algo y charlar-dijo con una mano al aire despidiendose de Cath-nos vemos-y L despareció por el callejón próximo.

por **Catherine O'Connor** Miér Jun 23, 2010 3:00 pm

Al final la que se tenía que ir era ella.Genial, todo le había salido a la perfección, al menos así podría hacerse a la idea de que tenía a una fan/amiga en la ciudad. No es que le molestara, si no que estaba acostumbrada tener por compañía a su grupo y a nadie más. No le gustaba tener que estar pendiente de nadie, y menos se trataba de alguien con quien se suponía que tenía confianza y con la que tendría que quedar más a menudo. ¿No se suponía que tenía que estar contenta? Lo atribuiría al hambre.
Losille desapareció por una de las callejuelas y Cath sacudió la mano a modo de despedida para, después, abandonar el lugar y dirigirse a la cafetería más cercana.

por **Kiara H. Eightóueit** Dom Jun 27, 2010 1:55 pm

Clonk. Ese fue el sonido del par de maletas que llevaba en cada mano, al caer sobre los adoquines de aquella plaza. Tras esto, Kiara estiró y desdobló los dedos de ambas manos. Lo que pesaban las dichosas maletas.
Después suspiró, el lugar estaba abarrotado de gente, ya de buena mañana. Y a ella no le gustaban ni un pelo las multitudes. Cpn lo cual, cogió sus maletas nuevamente y se alejó del tumulto de gente todo lo que pudo, para tener una visión más pnorámica de la plaza y poder evaluarla.

Comenzó la evaluación. Adoquines, gente, estatuas, farolas... Sí, aquello sí era una plaza en condiciones. Pero pasó un pequeño detalle por alto. También tenía una espcie de Ayuntamiento. Vale, ya sí que era una plaza en condiciones. Después de la evalución, deliberó que sí, aquel lugar era acogedor. Además, era un buen sitio para tomar fotos con su cámara, que no dudó en sacar de la maleta. Se subió en un sitio un poco alto para tener una mejor visión de aquella plaza de Copenhague. Tomó la foto. Sí, era pefecta. Muy bonita, a su parecer.
Pero... había un pequeño problema. Acababa de llegar a Copenhague y como nunca había estado allí, estaba más perdida que un mono en una oficina. Miró la hora en su reloj de pulsera. Eran las dos menos cinco de la tarde, hora de comer. Tarde o temprano tendría que encontrar una cafetería, por lo que, nuevamente, se puso a escudriñar el lugar con la mirada, en busca de alguna.

por **Kienne Saint-Lewis** Dom Jun 27, 2010 2:14 pm

Llamadas telefónicas interminables, cafés a las cuatro de la madrugada, encontronazos con desconocidos que sabían más de ella de lo que debían, trabajo, estrés, familia, más trabajo, más familia, noches de insomnio, y volvemos al trabajo. Podríamos decir que no era una vida rutinaria, pero sí bastante pesada y aburrida. ¿Y todos esos cuentos de las fiestas, las borracheras, los líos de los famosos? ¿Dónde había quedado su vida? ¿En qué se había convertido? La respuesta era obvia, su vida de ensueño había acabado en fiasco. En un hermano desaparecido, en un cargo que no quería dentro de su raza, en creencias para las que ya no sacaba tiempo... Su vida se asemejaba a una de esas películas sin razón ni argumento que tanto detestaba. Francamente, surrealista.

Y entre tanto agobio, había decido que era domingo, y que tenía tanto derecho como el resto a disfrutar de un sólo día, una sola hora, un simple minuto de descanso. Dando una vuelta a una hora que no fuesen las tres de la madrugada. Había decidido que hoy le dedicaría el día al amor de su vida, a la ciudad. Y no iba a permitir por nada del mundo que aquel plan se estropease. Para ello, se había olvidado muy oportunamente el móvil en casa, había ocultado su identidad bajo unas gafas de sol de mosca que le ocultaban la mitad del rostro y había decidido que ni tenía fuego, ni estudiaba ni trabajaba, ni se había visto antes con nadie ni estaba sola. Perfecto. Nadie podría pararla en su sueño de tener un día tranquilo. Sonrió ante la idea y admiró el lugar en el que había acabado. Era la hora de comer, así que pensó que sólo tendría que seguir andando un poco más para parar unos quince minutos y volver al paseo. No quiso hacer esperar al afortunado camarero que fuese a atenderla y continuó. Un, dos, un dos, un dos y ... Tropezón contra una maleta.

Suspiró. ¿Para qué tanto plan si al final siempre hay algo que se nos escapa de las manos, un imprevisto como... la maleta en el suelo de tu amiga de la infancia? Miró ceñuda a la dueña de la maleta. No, no podía ser. Tantas horas de sueño acumuladas pasaban factura. Seguramente acababa de quedarse dormida en mitad de la calle y estaba soñando.

por **Kiara H. Eightóueit** Dom Jun 27, 2010 2:41 pm

Nada. Ni un solo tugurio donde se pudiera comer. Eso fue lo que dictaminó entre pensamientos al terminar de rebuscar entre tanta gente. No había ni un solo restaurante, cafetería, ni un puesto de comida siquiera. Al menos desde dónde estaba situada, porque ella estaba convencida de que algo tendría que haber. Era la plaza del ayuntamiento, pasaba gente, como turistas, familias, padres, madres, niños, o ella misma. Aunque claro, se había alejado de la multitud. Una razón por la que no encontraba ningún sitio para comer.
Volvió a mirar la hora a la par que le rugieron las tripas. Ya eran las dos y veinte de la tarde y, como no fuera al Ayuntamiento que estaba unos metros más allá a preguntar dónde se podía comer en condiciones, se quedaría sin comer.

Resopló mientras observaba la gran estatua del ilustre escritor de cuentos y novelas Hans Christian Andersen. Ya no era la plaza perfecta de Copenhague, no, a su parecer.
Pero entonces ocurrió un suceso inesperado. Alguien hasta entonces desconocido tropezó con una de sus maletas. Rodó los ojos. Las maletas no estaban en medio de la calle, precisamente. Estaban apartaditas a un lado para que, precisamente, no ocurriera eso. Observó el tortazo que se pegó... la chica. Hizo un ademán de levantarse a ayudarla, pero antes guardó la cámara en la otra maleta. No quería que le pasase nada a su querida cámara fotográfica. Terminó levantándose y vio unas gafas en el suelo. Dedujo que eran de la chica que había tropezado con su maleta. Las recogió y seguidamente extendió la mano para ayudarla a levantarse.
- ¿Estás bien? -preguntó, con su habitual tono seco y desconfiado. Y pasó a la evaluación de la chica. Aunque estuviera boca abajo encima de su maleta, podía ir mirando las pintas que llevaba. A primera vista parecía una chica normal que llevaba ropa cara y que tenía el pelo largo. Observó las gafas que había recogido. Sí, eran de marca, y además, una de las buenas. Ray-ban. Dedujo, obviamente, que la chica tenía pasta.

por **Kienne Saint-Lewis** Dom Jun 27, 2010 3:54 pm

Y otra vez sus gafas al suelo. Tal y como ocurrió el día que se chocó con aquel chico, si aquel tal... Bah. Había llovido mucho desde que se encontró con aquel tipo. Se apoyó en la chica para levantarse, y si no le gustaba, que se fastidiase, total, no era ella la que había colocado las maletas para que se tropezase la gente. También cogió sus gafas, las miró y sostuvo entre sus manos con mimo. Sus preciadas Ray-Ban, sus adoradas, sus amadas, sus únicas y carísimas Ray-Ban. Pero lo que importaba no era lo que le hubiese costado, lo importante es que eran las gafas que le había dado su hermano. Sí, aquel patán del que ya no sabía nada. Bufó. No era momento para quedarse pensando en la familia. Tenía delante otros asuntos, otros asuntos que recibían el nombre de Kiara, y que parecía que no la reconocía. Quizá no era ella. Pero sí se parecía mucho. Aunque claro, era difícil saber con exactitud el aspecto que tendría su amiga ahora, teniendo en cuenta que hacía años que no se veían. Se guardó las gafas y la miró a los ojos. Tenía que ser ella. No cabía duda alguna. Eran los mismos ojos, y su tono de voz era igual que siempre.

- Supongo que hay cosas que no cambian - río, y se pasó los dedos por el pelo, que se había alborotado con la caída. No perdió ni un segundo el contacto visual con ella, había echado muchísimo de menos esos ojos, y ni siquiera se había dado cuenta de ello. Que tonta, era tan obvio que la echaba de menos. Alguien con quien hablar tranquilamente, alguien que te conozca de verdad, que sepa quién eres, alguien con quien reír o llorar sin miedo. Era evidente que eso era lo que había estado necesitando, no un café a las cuatro de la madrugada. Que tonta, se repitió -. ¿Qué tal todo, Kiara? - preguntó, con una sonrisa. La primera sincera en mucho tiempo. Ya podía pensar que su vida era un asco, pero acababa de encontrar una de las pocas razones por las que seguía aguantando todo aquel peso sobre sus hombros apenas cruzando la mayoría de edad. Puede que Kiara no fuese la chica más cariñosa del mundo, ella tampoco, pero siempre habían sido amigas, y esperaba que eso no hubiese cambiado por unos cuantos meses separadas. Ahora que había encontrado una solución al problema, no iba a dejar que se esfumase sin más.

por **Kiara H. Eightóueit** Dom Jun 27, 2010 4:48 pm

Tiró de ella pra ayudarla a levantarse y de momento se quedó observándola, mirándola fijamente a los ojos. Aquellos ojos verdes... le sonaban, mucho, demasiado, y no sabía de qué. Sacudió la cabeza creyendo que estaba alucinando. Ella nunca había tenido amigos como tales, y dudó que esa persona fuera una de las que pasaban por la calle y te echaban una ojeada.

Observó que la chica extendía las manos para coger las Ray-Ban y se las tendió, mientras continuaba especulando quién podría ser. La volvió a mirar a los ojos y entonces tuvo una especie de flashback. Recordó a su amiga Ninette, su Nine, su mejor amiga de toda la vida. Desde niñas se haían llevado como uña y carne, aunque no lo demostrasen. Se había separado de ella hará unos... bah, qué más darán los meses que haya estado separada de Ninette, si la había echado un montón de menos. Volvió a sacudir la cabeza para volver a la realidad. Oyó su voz y sus sospechas y cavilaciones se confirmaron. Sí, era ella.
- Sí, ya ves -comentó dejando ir una sonrisa ladeada, demasiado rara en ella. Pensó en qué podía decirla después de todo el tiempo que habían estado separadas. No supo qué. Pensó en abrazarla, pero ella y las muestras de cariño, no se llevaban precisamente bien. Ella era más de demostrarlo con palabras, aunque tampoco está de más recibir un abrazo de tanto en cuanto-. Nine... te he echado un montón de menos -acabó soltando después de cavilar un rato. Por primera vez en su vida, fue sincera. Pero sincera en su totalidad. Segundos después oyó que qué tal todo, y no dudó en ensanchar la sonrisa de antes-. Pues bien, ¿y tú? -hizo una pausa para coger su cámara-. Veo que te vas escondiendo de la gente con esas pedazo de gafas.

por **Kienne Saint-Lewis** Dom Jun 27, 2010 5:09 pm

De repente, ya no se sentía como una estrella del cine acosada por sus fans, tampoco notaba la presión del Hëss en su nombre, no veía ningún problema a la vista. En ese preciso instante, parecía que todo tenía una solución. Fácil y sencilla. Tal y como debería ser la vida. Al contrario que Kiara, ella no dudó en extender los brazos y abrazar a su amiga. La única razón por la que Ninette era reacia ese tipo de contacto era que no creía que en verdad tuviese ganada tanta confianza con una persona como para tenerlo, no concebía la idea de ser querida por nadie. Pero Kiara hacía mucho que había demostrado ser una amiga. Qué menos que eso después de años sin verse.

- Yo también te he echado mucho de menos, Ocho - rió. Menudo mote tenía su amiga. Hasta en eso se parecían, números. Números consecutivos, iban seguidos. Como ellas. Recordó que nunca antes se habían separado y ese pensamiento hizo estrecharla aún con más fuerza-. Te has perdido muchas cosas - y ese comentario desembocó en al respuesta a su pregunta. Que qué tal. Y lo primero que pensó fue en: mal. Terriblemente mal. Pero seguramente que a Kiara eso no le importaba, si no las razones. Así que ahorrando tiempo, continuó -: ¿Sabes? Aaron se ha marchado, no sé adonde. Hace tiempo que no contesta a mis mensajes ni a mis llamadas. Pedazo idiota tengo por hermano, ¿no crees? - sonrió amargamente y después se apresuró a añadir lo más importante-. No sé si te enteraste, se marchó poco después del accidente de mis padres. Desde entonces todo parece irme mal - se encogió de hombros-. Pero es una historia complicada.

Al comentario de las gafas, las volvió a mirar, con tristeza, melancolía. Eran unas simples gafas. Todo cuanto tenía de su hermano. Miró a Kiara como sólo se puede mirar a un amigo, con sinceridad, explicándoselo todo. Eran una de esas miradas que en pantalla te hacen ganar un Óscar - La fama me abruma - bromeó sin ganas. En realidad, tampoco era una broma, no era más que la pura verdad. Se sentía acosada a cada paso que daba, como si una ola de fans fuesen a saltar de un momento a otro.

por **Kiara H. Eightóueit** Dom Jun 27, 2010 5:30 pm

Ocho. Su mote con Ninette. Ocho, cuánto habría echado de menos ese mote. Rió con ella cuando lo dijo, y pensó que era mejor que, que la llamara llave de kárate número ochocientos ocho.
Ocho y Nueve. Kiara y Ninette, dos amigas de la infancia que siempre se habían llevado bien. Hasta los motes eran parecidos. Entonces, su amiga la abrazó y eso hizo que el corazoncito de piedra de Kiara se ablandara totalmente, y correspondió al abrazo. Escuchó lo de que se había perdido muchas cosas y asintió. Era cierto. Tanto Ninette como ella habían estado desaparecidas y no sabían nada la una de la otra, por lo que se limitó a escuchar para luego comentar.
- ¿Que se ha ido Aaron? Qué fuerte. Pues puede que se haya ido con mi hermana Kaya, porque también está desaparecida del mapa, ¿sabes? -suspiró. Vaya hermana mayor que tenía, que se fugaba de casa cuando le venía en gana. Y luego, al mes, aparecía diciendo que se había ido de viaje. Já. Que ella no era tonta, ya no era una cría. Escuchó lo del accidente y la miró con ojos preocupados-. Así que, ¿Aaron se fue después del accidente de tus padres? Perdona por el comentario que voy a hacer, pero... -hizo una pausa y continuó- ... tu hermano es rematadamente idiota. Cuándo más le necesitas, va y se larga. Qué bonito -negó con la cabeza al tiempo que rodaba los ojos. La verdad sea dicha: los hermanos mayores no sirven para nada. Solamente se dedican a incordiar y a echarte las culpas de todo, y eso ella lo sabía bien. Era la pequeña de tres hermanos, Kaya, la mayor; Alexandre, el mediano, y Kiara, ella, la pequeña. Volvió a mirar a Ninette ya que notaba cierto atisbo de tristeza, o quizás preocupación, en su mirada-. No te preocupes, Nueve. Nos hemos vuelto a ver, y no nos vamos a separar. Además, conmigo, no creo que te reconozcan. ¿Quién va a reconocer a una famosa mundial con una fotógrafa aficionada como yo, eh? -bromeó, esperando que la chica, al menos, mostrase una sonrisa. Sostuvo la cámara unos instantes delante de su cara, como si fuera a tomarle una foto a su amiga.

por **Kienne Saint-Lewis** Dom Jun 27, 2010 9:20 pm

Le hizo gracia la idea de imaginarse a su hermano mayor con la hermana de Kiara. Pero porqué no, siempre se había entendido bien, en todos los temas. Y aún a pesar de que la idea le hacia gracia, no pudo ocultar el dolor que le producía pensar que su hermano estaba en cualquier parte sin ser consciente de la preocupación de Ninette, si es que todavía estaba, claro.

- Supongo que es cosa de familia - volvió a reír amargamente, sin reír en realidad. Una de esas risas que se producen cuando sólo quieres llorar. Pero, demonios, Ninette era la mujer de hielo, y si la mujer de hielo llora, sólo es por una razón: se está evaporando. Y que nosotros supiésemos, hasta la fecha, eso era imposible -. ¿Kaya también, eh? Menudos hermanos mayores. Son el sumun de la responsabilidad y la conciencia - negó con la cabeza. Que dos. Aunque ya debían estar acostumbradas, al menos Ninette, lo estaba. De siempre había sido ella la responsable, la que cargaba con toda la responsabilidad. En la familia Hëss había una extraña obsesión porque fuese la hija la que se encargase de todo. Responsabilidades que no quería, pero había tenido que aprender a vivir con ellas y de vez en cuando, prestarlas atención. Porque eso era lo que se esperaba de ella. De la gran Ninette. De una Hëss.

Volvió a mirar a su amiga. Y la propinó un codazo, suave, ante lo último. Decidiendo de pronto volver a su plan de "día de descanso, cueste lo que cueste", se enfundó de nuevo en el papel de chica despreocupada y alegre que tan bien se le daba representar - ¡Pero qué dices! ¡Doy gracias de tenerte conmigo! Todos los fans acudirán a ti y por fin podré respirar tranquila - bromeó. Puede que no fuese así, no tenía constancia de como iba la carrera fotográfica de su amiga, pero desde luego, lo deseaba. Deseaba que Kiara triunfase -. ¿Sabes? Nunca he conseguido mejores fotos que las que nos hacíamos tú y yo de pequeñas. Ni el mejor fotógrafo del mundo puede conseguir lo que consigues tú, cielo - después lo pensó mejor-. Miento, tú eres la mejor del mundo - la aduló. Y no por hacerle la pelota. Era cierto todo lo que había dicho. Después de miles de sesiones fotográficas, nunca había encontrado lo que encontraba con Kiara. Dos simples amigas echándose fotos para divertirse. Claro que Kiara conseguía sacar las mejores fotos, sacaba lo mejor de ella.

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