Re: Rådhuspladsen [ZdR]

por **Ce-L** Vie Jun 04, 2010 6:11 pm

El ordenador que tenía sobre sus piernas empezaba a sobrecalentarse y Ce-L sentía bastante calor en sus pantorrillas así que lo cogió y se lo colocó mejor para no quemarle tanto. Mientras lo hacía se fijó que la barra de descargas estaba a punto de llenarse por completo y sintió un notable alivio. Sus oídos se habían acostumbrado a las voces de fondo y tan sólo escuchaba a su acompañante como si se hubiese creado un globo aislante a su alrededor. Ésta acababa de contestarle algo extraño y, como de costumbre, Ce-L no sabía si estaba bromeando o lo decía de verdad. Su psicóloga le decía que siempre que una respuesta le pareciese fuera de lugar es que estaba bromeando, dado que la hacker no diferenciaba el tono de voz ni los sarcasmos por culpa del síndrome de Asperger. Así que, para no equivocarse, le dedicó una sonrisa algo falsa.

—Un placer —le contestó cuando se presentó Melanie. De repente una ráfaga de aire cruzó por delante y Ce-L cerró los ojos disfrutando del momento— ¿Te gusta el frío?

por **Melanie R. Sanders** Vie Jun 04, 2010 10:31 pm

Observó a su acompañante con algo de curiosidad y, bajo la cara de sana inocencia, más desconfianza. Parecía nerviosa, como si la fueran a pillar en falta grave en cualquier momento. Para no comerse más la cabeza, giró ésta hacia la multitud, estudiando a cada insignificante persona con su mirada azul, fría como hielo siempre que no hablaba con alguien y tenía que fingir. Volvió el rostro hacia Erika y le dedicó una lánguida sonrisa, como diciéndole que también era para ella un placer. La pregunta le hizo soltar unas carcajadas, echando la cabeza hacia atrás y haciendo que su pelo cayera en cascada hacia atrás y cerrando los ojos unos momentos.
-El frío no me molesta. Sólo es una sensación -habría continuado con un 'si me molestara no iría así', pero ese día se había vestido normal para ir a trabajar. Cerró los ojos, al igual que la morena, y disfrutó del viento cortante. Como si nada, sin abrir los ojos, preguntó-: ¿Sobre qué trabajas?

por **Ce-L** Vie Jun 04, 2010 11:03 pm

“Sólo es una sensación”, aquellas palabras resonaron en su mente como el repiqueo de las campanas o el eco de una cueva. Sí, el frío era exactamente eso para ella, una sensación. Una sensación que además conectaba con su memoria rememorándole aquellas tardes eternas de Suecia, las risas sonoras de lo niños jugando con la nieve, la imagen de una ventana empañada y una muchacha de ojos azules y mirada perdida mirando a través de ella. También le recordaba a la sonrisa olvidada de su madre y el siempre ausente de su padre, mientras en un cuarto envuelto de tinieblas la pequeña niña se pasaba horas delante de una pantalla, la única luz de la habitación. Ce-L solía pensar con imágenes.

De golpe, la pregunta de Melanie le devolvió a la realidad. Y de qué forma. A su acompañante no se le había ocurrido nada mejor que preguntarle por su trabajo. «Mierda» pensó la gótica, odiaba tener que inventarse cosas sobre la marcha, ella era más de planearlo todo tranquilamente antes de hacer nada.

—Seguridad. Trabajo en una tienda de aparatos de seguridad. —le dijo. Era realmente cierto aquello, a pesar de todo, simplemente había omitido su segundo empleo.

En aquel momento su portátil emitió un pequeño ruido, ahogado por el ruido de la plaza, que anunciaba que la descarga se había completado. Ce-L se apresuró a bajar el sonido, nerviosa, pero llegó demasiado tarde. Ahora su trabajo ya estaba completado y tendría que irse lo más pronto de ahí, antes de que los informáticos se dieran cuenta de que les habían robado datos y llamaran a los guardias.

por **Melanie R. Sanders** Vie Jun 04, 2010 11:21 pm

El viento removió sus cabellos, enredándoselos sobre el rostro, y Melanie continuó sin abrir los ojos, ajena al nerviosismo que se hizo casi palpable en el rostro de Erika. Haciéndose una especie de pelota, comenzó a balancearse sobre sí misma, en su mundo. Sólo un pitido le hizo abrir los ojos y mirar a la gótica con curiosidad, alzando una ceja. Evidentemente, ése movimiento era una pregunta acerca del origen del sonido. Sabía que venía del ordenador, no era tonta. Sólo quería saber de qué era. Aunque, claro, siempre podía no responderle. Asintió lentamente con la cabeza, pensando que dedicarse toda una vida a estar frente a una pantalla podía ser un tanto aburrido.
-Interesante -dijo, únicamente, esperando aún su respuesta.

por **Bex C. Van der Waldie** Sáb Jun 05, 2010 1:52 pm

La joven estaba cansada de las compras, los desayunos realmente falsos con la familia y amigos... Así que como solía hacer Bex, había huído. Cansada de andar por la ciudad, decidió pararse en la plaza del ayuntamiento. Esperando que algo o alguien le diese algo en lo que pensar, a que Bex tenía la mente en mil cosas. Pasó una mano por su bolso de Jimmy Choo, rebuscando en él, hasta encontrar sus gafas de sol. Miró hacia el cielo, observando el buen día que hacía. Así que no dudó en ponérselas.

Suspiró, acercándose a una pared y apoyándose sobre ella. Bex miraba a las personas que pasaban por su lado, criticando en su mente cada uno de los defectos que tenían éstas. Mientras Bex notaba algunas miradas envidiosas de las más jóvenes, ya que Bex jamás se hacía pasar desapercibida. Sacó el móvil, esperando encontrar alguna llamada perdida o algún mensaje de sus antiguos compañeros y amigos de Francia. Tan sólo albergaba en éste, unas cinco llamadas perdidas de su madre y un mensaje en el contestador de voz, para que volviese que iban a ir las hijas de sus amigas. Bex se lo pensó, pero estaba cansada de tener que manipular, mentir y engañar.

Así que dejó caer su cabeza hacia atrás, intentando relajarse.

por **Ce-L** Dom Jun 06, 2010 12:16 pm

La joven estaba cada vez más nerviosa y miraba constantemente hacia atrás, vigilando la puerta del Ayuntamiento. El guardia seguía allí quieto, firme como una estatua y con la mirada en frente. Ella, de mientras, tecleaba su ordenador a una velocidad inverosímil, abriendo y cerrando ventanas, escribiendo códigos y códigos sobre la pantalla negra.

—Perdóname un segundo, tengo que acabar esto —le dijo a su acompañante sin dejar de mirar al ordenador.

A penas pasaron tres minutos o dos, cuando la hacker exclamó dándole al enter:

—¡Ya está!

Su rostro había cambiado por completo, su habitual cara seria y sin expresión se había convertido en una máscara de alegría, mostrando una sonrisa real pero pícara, como si acabara de hacer una travesura.

De golpe, volvió a poner su cara seria y miró hacia atrás disimuladamente, ahora sí que estarían a punto de darse cuenta de su filtración. Y efectivamente, esta vez el guardia ya no estaba en su posición habitual, sino que hablaba con un hombre de mediana edad que gesticulaba exageradamente con los brazos como si estuviera discutiendo. Ce-L reconoció a aquel hombre al instante, era George Andersen, el único informático de Copenhague capaz de detener sus ataques e intrusiones. Haber robado esos datos significaba un triunfo más para la joven.

—Lo siento, Melanie, pero tengo que irme corriendo. Ha sido un placer hablar contigo y espero que nos volvamos a encontrar en otra ocasión —le dijo volviendo a poner esa sonrisa ladina. Dicho esto, echó a correr hacia la calzada cruzando la calle y perdiéndose entre la multitud. En los escalones, aun descansaba su portátil con la tapa cerrada.

Nada más irse, un par de policías, entre ellos el guarda de la puerta, se acercaron a las escaleras y vieron el ordenador tirado en el suelo.

—¿Es esto suyo, señorita? —le preguntó el primero a Melanie.

por **Beca I. Kana-Basinas** Dom Jun 06, 2010 6:29 pm

¿Que qué hago en la plaza del ayuntamiento de Copenhague? Pues eso mismo me pregunto yo. Una extranjera, una sin papeles... Una chica proveniente de un pequeño pueblo de Grecia que se mudó a la ciudad de Copenhague hace cinco años y tiene un sentido de la orientación pésimo pero sabe transformar un garabato en una obra de arte. Sí, esa soy yo señores, y estoy plantada como un árbol en lo alto de la plaza con las manos en jarras -si, la gente me mira raro para qué negarlo. Frunzo el ceño, supuestamente el ayuntamiento tiene que estar ahi... ¿Pero cuál es? ¿Aquel edificio tan grande con muchos ventales bien pulidos o ese con pinta de antiguo que no está lo que se dice demasiado cuidado? Ahogo un suspiro de frustración al no saber qué hacer. Preguntar sería lo más fácil, desde luego, pero que hubhiera venido mi madre o mi padre también. ¿Porqué tengo que venir yo a pedir unos papeles para no se qué trabajo? ¡Si los que van a trabajar son ellos, yo ya tengo mi panaderia y mi universidad! Desde luego esta vida es muy injusta.

por **Catherine O'Connor** Dom Jun 06, 2010 6:52 pm

Otro día aburrido como cualquiera. Desde que había llegado a Copenhague su vida no había sido muy emocionante. Claro que, teniendo en cuenta que desde su infancia casi nunca lo había sido, tampoco le importaba demasiado.
Le había cogido el gusto a pasear sin rumbo fijo por aquella misteriosa ciudad en la que tanta gente le parecía extraña y que a la vez la hacía cambiar a ella misma. De todos modos, le gustaba ese sitio y habia decidido no dejarse intimidar por nada ni nadie, lo único que le importaba ahora mismo eran sus amigos y su carrera que, dentro de poco, si todo salía bien, llegaría a su punto más alto con este nuevo disco. Llegó al ayuntamiento, pues aparte del museo, no sabía llegar a otro sitio, y vio a una joven con las manos en jarra, mirando de derecha a izquierda y de izquierda a derecha y, como no tenía nada mejor que hacer, decidió ir a preguntar.
-Hola, no es por molestar, pero es que te veo algo perdida- más bien muy perdida, pero no era plan de hacerla sentir vergüenza, ya bastante desorientada tenía que sentirse ella solita- ¿te puedo ayudar en algo?- sonrió amablemente para tranquilizar a la chica.

por **Beca I. Kana-Basinas** Dom Jun 06, 2010 7:15 pm

Voy a comparme un guía que me enseñe todas estas cosas. Y te preguntarás ¿cómo es que despues de tanto tiempo viviendo aqui aún no sabes orientarte ni diferenciar un par de edificos? Otra pregunta fácil: unicamente recorro el camino de mi casa a la estación, y de la estación a la universidad o bien al trabajo, todo el autobús o en mi recién descubierto tren de cercanias. Soy algo tontilla, lo siento. ¡Que leches, de tontilla nada! Soy un artista, voy a comerme el mundo y no tengo porqué recordar una ciudad de la que pronto escaparé. Si, eso es.

De repente escucho una voz detrás mia -bueno, tan de repente no, pero no me lo esperaba- una chica ofreciéndome ayuda. Al contrario de lo que toda persona normal haría, avergonzarse y bajar la cabeza alegando buscar a algún familiar, yo esbozo una radiante sonrisa y asiento repetidas veces.

- ¡Por fin! Mira, es que estoy mirando esos dos edificios desde hace rato pero no consigo averiguar cuál de los dos es el Ayuntamiento, y no me atrevo a entrar que lo mismo puede ser un lugar de señoritas de compañia y que me rapten para trabajar para ellos -¿Eso es echarle demasiada imaginación? No, para Beca es un comentario de lo más normal. Hago un mohin al exponer mi duda a la desconocida.

por **Catherine O'Connor** Dom Jun 06, 2010 7:51 pm

'¡Lo sabía!' pensó. Al final Cath tenía razón y la chica estaba bastante perdida. Después de todo, se suponía que había ido a preguntarle para ayudarla, no a verificar que no sabía cual era el ayuntamiento.
La respuesta que le dio la joven la sacó bastante de sus casillas, parecía lo bastante adulta como para pensar esa clase de cosas. Además, parecía bastante convencida de que lo que le había dicho era totalmente posible y que sin duda uno de los edificios que observaba era, hablando en plata, un "puticlub", y no parecía avergonzarse por ello. Prefirió hacer caso omiso y ayudarla todo lo posible para que sus fantasías no se hicieran realidad.
- Verás, el ayuntamiento es este de aquí, el que tienes a mano derecha y, no es por nada, yo tampoco conozco esto demasiado pero, creo que entrases al edificio que entraras, no te ocurriría lo que tu creías- sonrió casi riéndose de lo absurdo de la situación.

por **Beca I. Kana-Basinas** Dom Jun 06, 2010 8:10 pm

Enarco ambas cejas al escuchar la última frase de la chica. Oh, persona que estás en los cielos si es que hay alguien, ábrele los ojos a esta pobre sierva tuya que no se ha percatado de los extremos peligros del mundo. Niego con la cabeza algo decepcionada con esta pobre muchacha ¿es que sus padres no la habían enseñado a no fiarse de nada, de nadie, de ningún lugar? Vale, yo soy una persona abierta y fantasiosa, quizás también algo confiada, pero unicamente con los que me ayudan -emntira, ésta se fiaría hasta de alguien que le da una pastilla diciendo que son caramelos- con los que no, adiós muy beunas y que te pudras en el infierno.

- ¿Ah no, estás del todo segura? Creo que te vendría bien ver el telediario, anuncian muchas desapareciones de chicas con edades parecidas a la mia que por fiarse de un antiguo novio o de una amiga han acabado más podridas que las ratas -defiendo mi comentario anterior con argumentos comprobados por la televisión, o sea, esta vez nada de invenciones. Le sonrio a la chica agradeciéndole el gesot que ha hecho al ayudarme, pero ahora me da cosa dejarla ahi sola. Bah, ya iré a lo dle ayuntamiento en otro momento- Soy Beca, Beca Kana-Basinas, encantada ¿tú eres a la que ha pagado la ciudad para que resuelva las dudas de los transeuntes?

por **Catherine O'Connor** Lun Jun 07, 2010 4:56 pm

Bastantes problemas tenía ella como para encima tener que tragar con una chica que se cree todo lo que le cuentan en la tele. Vale, no negaba que esas cosas ocurrieran realmente y que eran horribles, pero de ahí a no acercarte a un árbol por miedo a que te salga un encapuchado que quiera secuestrarte, hay un paso, y uno enorme. De todos modos, Beca no parecía tener intención de ir al ayuntamiento en este preciso momento así que, a pasar un buen rato. '¿Quién sabe?, es posible que hablar con alguien con la mente tan fantasiosa sea interesante y todo.' Aún no había decidido si buscar una excusa e irse o, por el contrario, quedarse con ella. '¡Qué diablos!' Pensó. Y, como suele decirse, de perdidos al río.
- No es que esté totalmente segura, pero no creo que en pleno día, y con la plaza del ayuntamiento a rebosar de gente, venga nadie a secuestrarte- le empezaba a molestar que tuviese tanta confianza en sí misma y no admitiese réplicas a lo que ella pensaba. - Soy Catherine O'Connor, es todo un placer conocer a alguien que piensa de forma tan peculiar.

por **Beca I. Kana-Basinas** Lun Jun 07, 2010 6:45 pm

Con la misma sonrisa que habitualmente adorna mi cara me siento en uno de los escalones de la plaza del ayuntamiento. Si, sonrio hasta para sentarme ¿Y qué? ¿Acaso no se puede ser feliz en esta época de primavera? Porque estamos en el mejor tiempo que se pueda tener, con algo de calor pegajoso, sí, pero con esa brisa que avecina la llegada del verano y los momentos de relajación en la playa con el sol haciéndote cosquillas en la piel por la alta temperatura. Vamos, momentos perfectos. Y eso que a mi me gusta más el invierno, no te vayas a creer que soy muy fan de pasarse las horas muertas emtida en agua con sal, pero lo que es digno es admirar es digno de admirar.

- No te discuto que un lugar repleto de gente no sea el mejor para rapatar a alguien, ya que como has dicho el ruido, los correteos y la cantidad de gente no permitirian que nadie acabara asi, peeeeero ese es uno de los motivos por lo que resulta más fácil para un futuro secuestrador. Total, si ahora mismo raptan a aquella chica -señalo descaramente una mujer de cabello castaño, corto y rizado que se encuentra comiendo pipas en un banco del otro lado de la plaza, una que está sentada con la única compañia de algún que otro pájaro que viene a comerse los restos que le caen. Vamos, una solitaria- ¿Te daría cuenta de que ha desaparecido? Contestación sincera, por favor.

Frunzo levemente el ceño ¿qué hago yo discutiendo, o debatiendo más bien, sobre las posibilidades de que puedan atrapar a una perosna y esconderla en un sótano hasta que acabara con el síndrome ese en el que se ama al secuestrador? No, no me acuerdo del nombre, lo siento. Me encojo de hombros, es la mejor manera de hacer amigos ¿no? Vuelvo a mirar a la chica, parpadeando.

- ¿Manera de pensar peculiar? -ladeo la cabeza con un claro gesto de confusión. Yo no tengo nada de especial, ni mi forma de pensar ni mi vestuario ni mi bolso ni mi vida. Nada ¿qué le pasa a mi mente? ¿qué tiene ideas extrañas? Pues no, no no no, yo sólo veo la vida... como todos los demás, no de manera diferente, que va. Bueno, quizás un poco si... Que no, que no.

por **Catherine O'Connor** Lun Jun 07, 2010 7:05 pm

Había hecho bien en no irse de allí, Beca estaba loca, pero no en plan uy que mona, vive la vida sin importarle nada, no, realmente loca. Prueba de ello es que señaló a una pobre y solitaria mujer para que le dijera si Cath la echaría de menos en caso de que desapareciera. De lo que la chica no se dio cuenta, fue que la mujer advirtió que la señalaban y no se lo tomó nada bien, pues se levantó y se fue.
- No te digo ni que si, ni que no. Sinceramente, no voy mirando a todo el que me rodea, suelo ir inmersa en mis pensamientos. El caso es, que si alguien te intentara raptar en este momento, tienes voz para pedir ayuda y, si te tapan la boca, pues te revuelves para que alguien se de cuenta de que vas en contra de tu voluntad. No hay que ser muy listo para evitar ser secuestrado en una gran plaza.- se empezaba a hartar de ese duendecillo que aparentaba ser sumamente feliz y que no borraba nunca la sonrisa de su cara pero que, en el fondo, vivía preocupada por los peligros que azechaban las calles a todo momento y, si no se relajaba, Cath sería uno de ellos. Y éso no iba a gustarle en absoluto.
- Sí, tienes una forma muy poco común de pensar. No digo que sea malo, pero puede llegar a ser algo estresante.- A ver si así se daba por enterada y dejaba de dar contestaciones absurdas a todo lo que la pelirroja decía. De todos modos no tardaría mucho en irse de allí. Tenía ensallo con su banda y no tenía intención alguna de llegar tarde.

por **Melanie R. Sanders** Mar Jun 08, 2010 4:59 pm

Ce-L escribió:La joven estaba cada vez más nerviosa y miraba constantemente hacia atrás, vigilando la puerta del Ayuntamiento. El guardia seguía allí quieto, firme como una estatua y con la mirada en frente. Ella, de mientras, tecleaba su ordenador a una velocidad inverosímil, abriendo y cerrando ventanas, escribiendo códigos y códigos sobre la pantalla negra.

—Perdóname un segundo, tengo que acabar esto —le dijo a su acompañante sin dejar de mirar al ordenador.

A penas pasaron tres minutos o dos, cuando la hacker exclamó dándole al enter:

—¡Ya está!

Su rostro había cambiado por completo, su habitual cara seria y sin expresión se había convertido en una máscara de alegría, mostrando una sonrisa real pero pícara, como si acabara de hacer una travesura.

De golpe, volvió a poner su cara seria y miró hacia atrás disimuladamente, ahora sí que estarían a punto de darse cuenta de su filtración. Y efectivamente, esta vez el guardia ya no estaba en su posición habitual, sino que hablaba con un hombre de mediana edad que gesticulaba exageradamente con los brazos como si estuviera discutiendo. Ce-L reconoció a aquel hombre al instante, era George Andersen, el único informático de Copenhague capaz de detener sus ataques e intrusiones. Haber robado esos datos significaba un triunfo más para la joven.

—Lo siento, Melanie, pero tengo que irme corriendo. Ha sido un placer hablar contigo y espero que nos volvamos a encontrar en otra ocasión —le dijo volviendo a poner esa sonrisa ladina. Dicho esto, echó a correr hacia la calzada cruzando la calle y perdiéndose entre la multitud. En los escalones, aun descansaba su portátil con la tapa cerrada.

Nada más irse, un par de policías, entre ellos el guarda de la puerta, se acercaron a las escaleras y vieron el ordenador tirado en el suelo.

—¿Es esto suyo, señorita? —le preguntó el primero a Melanie.

Melanie siguió montándose sus historias, cada vez más alocadas y temerarias al ver cómo actuaba la chica. No paraba de mirar hacia el Ayuntamiento, como si esperara que saliera de allí el lobo feroz a comérsela. Asintió distraidamente mientras deshechaba todas sus ideas y volvía a cerrar los ojos, echando la cabeza hacia atrás de nuevo. 'No juzgues por las apariencias, Melanie, no todos son como tú'. Sí, hasta ella tenía conciencia, pero la suya era una calladita que sólo abría la boca en los momentos más inoportunos y siempre conseguía que pegara un bote. Por suerte, éste se produjo cuando la chica decía que había terminado con una exclamación de alegría y regocijo. ¿Qué la habría puesto tan contenta? Ni idea.
-Eh... Sí, vale, adiós -respondió, confusa, al ver cómo la chica se iba corriendo sin decir nada más y sin venir a cuento. Negó con la cabeza mientras chasqueaba la lengua, disgustada. A Melanie Ross Sanders no se la abandonaba así como así. Una voz a sus espaldas las hizo girarse para encontrarse a uno de los guardias, preguntándole si un rectángulo de metal tirado en el suelo era suyo. El ordenador de la gótica-. Umm... No, era de una chica -estiró el cuello hacia la multitud, buscando con la mirada la melena negra como la noche de Erika, pero ya había desaparecido entre las masas-... que ya no está. ¿Por?

por **Ce-L** Mar Jun 08, 2010 5:44 pm

El policía fornido contestó con solemnidad:

— Estamos buscando un ordenador por estos alrededores que ha estado utilizando datos confidenciales sin permiso. Los informáticos han rastreado la IP y la han localizado por aquí. ¿Así que una chica se ha ido corriendo y ha dejado esto aquí? Muy sospechoso… Será mejor que veamos de quien es esto —dicho esto, se agachó y levantó la tapa. Lo que vio le dejó totalmente descolocado, solamente había una pantalla blanca y unas letras negras muy grandes escritas en ella: Ce-L.

¿Qué demonios significaba eso? Extrañado, se giró hacia atrás y buscó con la vista al jefe informático, quien debía estar revisando la otra parte de la plaza. Al localizarlo le hizo unas señas con la mano para que se acercase. Mientras tanto, el vigilante del Ayuntamiento se dirigió a Melanie.

—De esto, ni una palabra ¿Entendido? Tenga en cuenta que es información confidencial —le advirtió mirándola por encima.

En cuanto llegó el informático, el agente le enseñó el portátil. La cara de Anderson cambió por completo cuando vio aquellas letras y se transformó en una máscara de furia, aquella maldita ratera había vuelto a ganarle.

—¿Sabe lo que significa, señor? —le preguntó el policía al ver la expresión que había puesto.

—Sí…—susurró el otro con indignación— es el nombre de una hacker.

FdR: perdona, ha venido mi madre y me ha estado dando la tabarra durante un buen rato >.<

por **Melanie R. Sanders** Mar Jun 08, 2010 5:57 pm

Melanie, literalmente, flipaba en colores. Pero su manera de flipar era un tanto diferente a la esperada. Su cara mostraba un aire ausente, pero en sus ojos había un brillito de tierna diversión por lo ocurrido. Rápidamente la ocultó, no quierendo que la metieran entre rejas por pensar que había sido ella la que había hecho lo que fuera que había hecho la gótica. Se inclinó un poco para ver lo que había en la pantalla del aparato. Ce-L. ¿Con que Erika, eh? Contuvo unas risas mientras pensaba que tendría que haber prestado más caso a su instinto, que le había advertido de que la chica no era lo que aparentaba, que a su conciencia. Se puso en pie momentos más tarde, sacudiéndose los pantalones, donde se había acumulado algo de polvo. Con una sonrisa pícara, miró a los policías.
-Las tumbas hablan más que yo, señor agente -prometió. La verdad, no sabía cómo la gente se tragaba una promesa así, pues nada más formularla ya estaba rota por las palabras. Conteniendo las ganas de echarse a reír porque una única joven hubiera podido superar las barreras de todo un Ayuntamiento -que se suponía que debía ser seguro- ladeó la cabeza-. ¿Hacker? Vaya, me dijo que trabajaba en seguridad. Qué irónico. Buenas tardes, agentes -y con una amable sonrisa, se fue de allí.

No problem

por **Beca I. Kana-Basinas** Mar Jun 08, 2010 9:55 pm

Escucho atentamente todo lo que argumenta la chica, muy interesante además, y decido no volver a llevarle la contraria. Yo no soy cabezota ni mandona, ni la jefa de su cerebro como para obligarla a pensar de mi mismo modo. Todo lo contrario, siempre he sido una chica que en ningún momento ha intentado llevar sus ideales hasta otros, ni sus ideales ni sus opiniones ¿qué derecho tendría a hacer algo asi? Ninguno, no. S te gusta el rock, bienvenido yo lo odio ¿que mejor el pop? Pues también, tampoco es que sea de mi especial agrado.

- ¿Llega a ser estresando escuchar mis opiniones y mi manera de pensar? -no puedo evitar que la sonrisa suene algo incrédula. Anda que vaya falta de educación, eso no se le dice a una persona que acabas de conocer y está intentando charlar y debatir contigo, no no. Pero no se lo voy a tomar en cuenta, nunca se sabe si lo dice a mal o a bien, mejor dejarlo en duda- ¿Y no te resulta más divertido de este modo? Si todos pensamos igual, como ya habrás escuchado muchas veces, la vida resultará aburrid ay monótona. Más aún. Bueno ¿qué haces aqui parada en mitad de la plaza del ayuntamiento hablando con una desconocida -tan desconocida no, que ya me habia presentado y el había dicho hasta mi nombre. Pero sigo siendo eso, alguien del ´cuál sólo conoce el nombre, una desconocida.

por **Catherine O'Connor** Mar Jun 08, 2010 10:13 pm

Al final se lo estaba pasando bien y todo, Beca tenía una forma muy curiosa de pensar si, pero en algo tenía razón, y es en que si todos pensáramos del mismo modo el mundo sería un lugar aburrido y monótono del que todos desearíamos escapar y no es plan de que todo el mundo se tire de los pelos por encontrar a alguien diferente. Después de todo la chica le caía bien, no era el tipo de persona con la que solía salir, pero era una buena opción para debatir de vez en cuando.
- Si, no te lo tomes a mal, es que no me gusta que me lleven la contraria, pero respeto tu forma de pensar y, en cierto modo puedo llegar a entenderla- sonrío porque no estaba del todo segura de que lo que acababa de decir fuera realmente cierto y, al fin y al cabo no tenía que coincidir con su forma de pensar. Mientras no tocase ningún tema lo suficientemente delicado como para molestar a Cath, todo estaría bien.
-Si te digo la verdad, no se muy bien que hago aquí. Como ya te he dicho, también soy nueva y me he aficionado a pasear por las plazas y callejuelas de este lugar. Además, parece que últimamente lo único que hago es conocer gente que me desconcierta mucho.- '¿Por qué he dicho éso?' se reprochó a sí misma, acababa de conocer a esa chica y ya le estaba contando sus paranoias. El mejor modo de hacer que no le diese demasiada importancia era sonriendo y haciendo como si nada. Y éso hizo.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 1:45 pm

Sentada en los escalones de la plaza del Ayuntamiento hablando con una chica que opina que mi forma de pensar es rara y extraña y a la cuál no le gusta que le lleven la contraria me encuentro. Una chica que tiene un pelo demasiado rojo, demasiado brillante ¿será tinte, una peluca? Tiene que serlo, ni yo misma cepillándomelo todas las mañanas consigo dejarlo en tan buen estado. Escucho sus comentarios sin prestarle demasiada atención aparente. Pero a mi no se me escapa una, claro que no, y cuando Catherine menciona al resto de personas que ha conocido y esboza segundos después una sonrisa me doy cuenta de que ese es un tema del que al parecer no quiere hablar.

- ¿A quiénes has conocido? -pero a mi no me importa que quiera hablarlo o no, nunca se me ha dado bien eso de callarse algo que pasa por la cabeza. Antes de cerrar el pico exploto, me empieza a picar la lengua, me sudan las manos y todo ese tipo de cosas que le ocurren a una cuando está nerviosa (?) - Yo conocí el otro día a un chico que me acercó a casa en su coche, un completo desconocido que se ofreció. Esa ha sido la cosa más rara que me ha pasado en... esta semana, si -frunzo el ceño recordándo el acontecimiento. Otro día habia intentado hablar con una chica que comía sobras en un banco, pero al parecer me había confundido y simplemente era una estatua porque no dió señales de vida.

por **Catherine O'Connor** Miér Jun 09, 2010 3:04 pm

'¡Maldita sea, no ha funcionado!, supongo que era demasiado evidente hasta para ella', todo su plan al traste. Beca se había dado cuenta de que lo último que había dicho había salido de su boca en contra de su voluntad. De todos modos no tenía porque contarle nada, al fin y al cabo solo eran un par de desconocidas que habían empezado a dejar de serlo por una ráfaga de compasión proveniente de Cath y, si no llega a ser por éso, Beca aún estaría mirando ambos edificios para saber en cual de ellos no debía meterse.
Aunque le molestaba el hecho de que no dejase correr el tema. en el fondo, algo detro de ella ya le había advertido de que la chica se daría cuenta y que, como cualquier ser humano curioso que se precie, preguntaría sobre algo que llevara al punto de empezar a cotillear.
- Nadie en especial, es solo que... no se si será porque no estoy acostumbrada a la gente nueva/ europea porque cada vez que conozco a alguien deiferente me desconcierta aún más.- esta vez su voz dejaba relucir una gran indiferencia fingida. Esperaba que ahora funcionase.- Pero tu tranquila, solo tengo que acostumbrarme a este sitio y a gente diferente. Va siendo hora de que amplíe mis fronteras.- 'Si con ésto no de das por satisfecha, lo siento mucho, pero no saldrá ni una palabra más de mi linda boquita'.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 6:21 pm

La chica tenía una voz suave y melódica, digna de una cantante, que constrastaba con el aspecto alocado y rockero que le otorgaba ese color de pelo tan llamativo. Sí, me ha llamado la atención el pelo de Catherine ¿se nota demasiado? Tengo mucha manía por los colores de tinte y el pelirrojo es mi favorito, da un aire muy fogoso cuando lo lleva en una chica, muy pasional ¿y porqué estoy hablando de tintes? A lo mejor es su color natural, al fin y también hay pelirrojos por todo el mundo que lo decía el anuncio de aquel móvil tan chulo pero tan caro que incluía internet en todos sitios. La miro sorprendida.

- ¿No eres europea? Vaya, yo pensaba que eras de las típicas chicas londinenses que se pasan horas por Candem Town rebuscando entre las tiendas antiguos alguna chupa de cuero que valga cinco libras y sea toda una ganga -me conozco Londres como la palma de mi mano -no, en realidad no tanto- que para algo tuve que estar viviéndo alli dos meses por una beca que me otorgaron el verano pasado. Le dieron una beca a Beca, ehé. Esbozo una pequeña sonrisa hacia ella, es cierto que en Copenhague tienen unas constumbres algo raras, como la de saludar a la gente desconocida. Eso en Grecia no pasa, lo haces y te llevas una hostia o te queman el contenedor de al lado de tu casa- Pero tampoco se puede ir asi, ya sé que dices que no te gusta que te lleven la contraria pero esto sólo es una advertencia. Según tengo entendido por Copenhague hay mucha mafia, mucha droga y muchos líos de esos extraños, salen siempre en las noticias de antes de comer. Hay mucho loco suelto que te enchufa una pastilla en la bebida y te deja grogi haciéndo que aceptes miles más por miles de euros, y tú inconsciente ¿no lo has leído en la guia de la ciudad? Suelen aconsejarte los bares y en el aeropuerto hay muchos panfletos sobre las mafias que la policia intenta disolcer.

Frunzo el ceño, toma discurso sobre la peligrosidad de esta ciudad que le acabo de soltar. Si es que cuando me pongo con estos temas soy demasiado habladora, que mal. Que conste que yo suelo ser una chica de pocas palabras, curiosa y algo bromista pero que todo se lo trgaa y lo guarda para si misma ¿para qué expresarlo si tus amigas reales están a unos cuántos kilómetros de aqui, a quién contarle tus problemas? A ti misma, la persona en la que más se puede confiar.

por **Catherine O'Connor** Vie Jun 11, 2010 6:43 pm

Le empezaba a dar la sensación de que Beca había cogido una especie de obsesión con su pelo, siempre que se distraía un momento, se la encontraba mirándoselo. No importaba.
Ella que siempre había creído que era el prototipo de chica americana con pinta de rockera que se creía guay y a la que nadie solía aguantar. Ahora resultaba que parecía londinense. Era la primera vez que se lo decían pero, si provenía de la boca de Beca, habría que creérselo, ¿no? Sonrió para sus adentros y escucho el pedazo de monólogo que estaba haciendo la chica sin darse cuenta de que Cath no escuhó absolutamente nada. Se sentía algo avergonzada por haber pasado de ella, bueno no, no se sentía nada culpable. No es que fuera mala, sino que siempre había odiado los discursos y más si provenían de alguien que ni le va ni le viene.
- Como veo que no nos vamos a poner de acuerdo, mejor cambiemos de tema de conversación. Tengo que irme en un ratito y no me gustaría marcharme despotricando hacia tu persona y que te pitasen los oídos.- No quería que se lo tomase a mal, pero puede que el hecho de lo último que le había dicho se lo hubiera dicho casi riéndose, tuviese el efecto contrario al que ella buscaba.-¿Qué te parece?, ¿tregua?

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 18, 2010 4:15 pm

Avanzó con paso lento y decidido por aquella calle con un par de bolsas en cada mano. Pesaban lo suyo, ya le estaba fastidiando el hecho de tener que vivir solo. Al menos cuando vivía con su tía tenía con quién hablar, en cambio ahora ni los servicios de machos a su casa ya ni le divertían ._______." Él completo olía a agua salada; la otra noche con Kyle había decidido a montárselo en la playa y al parecer ese olor no se le quitaba con nada. La marca de su locura sessuár *-*. Va caminando tranquilamente por la calle, hasta que se detiene unos instantes para relajarse un poquito.
Avanza hasta una silla de parque que se hallaba en una de las zonas más alejadas de la gente de aquél lugar. Se sienta tranquilamente, dejando las bolsas a su lado, pasándose la mano por el sudado cabello. Hala, que con estos calorones terminaría convirtiéndose en agua ¬.¬

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 18, 2010 4:40 pm

Hacía días que de su mente no se borraba la noche pasada con Cédo en la playa; mentiría si dijera que no le había encantado y el comportamiento del rubio había sido sublime. Recordando uno de los comentarios del chico, se le ocurrió una idea que seguramente el rubio no podría rechazar; era más, no podía hacerlo.

Aquella tarde, por primera vez en mucho tiempo, no tuvo ningún trabajito pendiente y ¿por qué no? Iba a salir a pasar un buen rato. Había terminado por llegar al centro de Copenhague, en dónde se encontraba el ayuntamiento y multitud de tiendas para sacarles los cuartos a toda persona con ansias de gastar dinero.
Y...sorpresa. Una cabecita rubia inconfundible apareció entre los centenares de personas y de forma ágil y sigilosa, se abrió paso entre la multitud; siguiéndole. Finalmente, terminó detrás del chico, como la última vez que se encontraron. ¿Volvería a golpearle?

-Uhm...Cédo .-ronroneó en su oído, besándole detrás de la oreja.

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