Re: Rådhuspladsen [ZdR]

por **Kiara H. Eightóueit** Dom Jun 27, 2010 9:47 pm

Exacto, era cosa de familia. Éstos hermanos mayores, que son de lo que no hay.
- Ahá. Yo creo que hasta nosotras, somos más responsables que ellos –comentó de pasada, riéndose, cosa que hacía mucho que no hacía. Cosa que Ninette, su mejor amiga, era la única que lograba hacerlo. Bajó la vista a su cámara fotográfica y se miró en el reflejo de la pantalla durante unos instantes, recordando viejos momentos vividos con ella. No pudo evitar sonreír, eran demasiados momentos, demasiadas risas, demasiadas fotos, y demasiadas situaciones vividas con ella que no era capaz de olvidar por mucho que quisiera.

Volvió a mirarla mientras la escuchaba decir que daba gracias por estar con ella. Vaya, si ella, no es que fuera nada del otro mundo. Pensó que los fans de su amiga se acercarían a ella por curiosidad y a preguntar quién era, no por otra cosa. Ella no era famosa, solamente se dedicaba a la fotografía por puro amor al arte, porque le gustaba, y porque su padre tenía la misma afición. De hecho la cámara que tiene en sus manos ahora mismo es la de su padre. Es un modelo moderno y a la vez antiguo, por eso no se quiere desprender de ella. Es lo único que le ‘mantiene en contacto con su familia’, por así decirlo.
- Pobre tú. No sé qué es la fama, pero tiene que ser muy duro eso de no tener intimidad –la miró con ojos sinceros, mientras asentía y se levantaba. Ninette tenía las gafas en la mano, y ella las cogió y se las puso-. Es mejor que no te vean, disfruta de tu Domingo ‘sabático’ –sonrió. Vaya tarde de sonrisas. Nunca había estado tan… alegre. Ella siempre era tan… borde, tan… de piedra, que parecía no tener ningún sentimiento.
Escuchó el comentario, ese de que ella hacía las mejores fotos del mundo. Entonces, encendió el aparato y comenzó a buscar. Una de sus manías era la de no borrar las fotos que hacía. Tras muchas fotos de sitios, de cosas y de personas, encontró una en la que salían ellas dos juntas, de hace mucho tiempo. Sonreían, estaban felices. Le mostró la cámara a su amiga con una sonrisa enorme en la cara-. ¿Te acuerdas? Mira.

por **Kienne Saint-Lewis** Mar Jun 29, 2010 11:32 am

Rió al comentario de Kiara - ¿Lo dudas? Era yo la que con cinco años curaba las heridas al tonto de mi hermano cuando venía de jugar con sus amigos - recordó. Aunque, también podía haber recordado muchísimas más cosas que demostrasen que era más responsable que su hermano. Como noches de insomnio arreglando asuntos familiares, como aún teniendo quince ir a rescatarle de la calle después de una fiesta que le había dejado con el sentido del equilibrio, la visión y el ridículo afectados a las cuatro de la mañana sin importarle tener que ir con tal de que el señorito volviese sano y salvo a casa, como las veces que ejercía de madre cuando le tocaba estudiar preocupándose por su futuro, como, básicamente, todo. En especial, que era ella y no él la que estaba allí, al pie de cañón, aguantando a su tía, a sus primos y a su séquito de abogados demanda tras demanda, por motivos cada vez más estúpidos. Suspiró, negó con la cabeza levemente para sí y volvió a su amiga. Merecía más atención que todos aquellos patanes que sólo le producían dolores de cabeza.

Pero cambiábamos de un tema espinoso para pasar a uno que ponía el pelo de punta. La fama. Aquella extraña visitante que se había colado en su vida y sólo complicaba las cosas. Resultaba casi imposible dar dos pasos por la calle sin que alguien te los criticase y te recordase tu fracaso en la película tal del año aquel en el que hacías un papel que ya no sabías ni siquiera que habías hecho. Se llevó una mano a la frente, porque sólo de pensarlo, volvía la migraña - Más que duro, es incómodo, pero se acaba sobrellevando. No hay más que sacrificar tu vida diurna y ajustar el horario para pasarla a nocturna - sonrió recordando más de una vez que por la presión mediática había tenido que recurrir a hacer la compra en un 24h ni más ni menos que a las dos y media de la madrugada.

Finalmente, Kiara le tendió la cámara, la cual cogió con un cuidado extremo. Pues sabía perfectamente lo que significaba para su amiga aquel objeto. Miró la foto y no pudo más que arrancarle una sonrisa. Eran ellas, en un tiempo y un lugar mejor. Felices, como debía ser. Se preguntó que hubiese hecho esa misma Ninette de la imagen si supiese todo lo que iba a ocurrir apenas un año después. Seguramente, esa sonrisa se hubiese evaporado - Qué tiempos. Si que hemos cambiado, ¿no te parece? Antes todo estaba tan bien con una simple tarde entre amigas haciéndonos fotos y ahora - extendió los brazos -, no parece que haya soluciones a nada.

por **Kiara H. Eightóueit** Mar Jun 29, 2010 12:40 pm

- Claro -asintió con la cabeza al primer comentario de su amiga-. Los hermanos mayores, aparte de ser un incordio, son unos despendolados y unos descuidados -esta vez negó con la cabeza-. Se creen que por ser mayores, son responsables y no van a tener problemas; como siempre cargan la culpa a los hermanos pequeños... -hizo el gesto típico de cuando te estás excusando de algo, y finalizó el comentario rodando los ojos, porque ella sabía mucho de eso. Era la pequeña de tres hermanos, y siempre había estado 'martirizada'. Por eso, la vida le había enseñado que es mejor estar sola que mal acompañada, aunque sea por tu familia . Por ello Kiara siempre había sido una chica solitaria y cerrada a sí misma todo el tiempo. Aunque, con las personas que quiere -véase Ninette-, fuera totalmente diferente. Como era ella en realidad. Dulce, cariñosa y entregada. Ni borde, ni arisca, ni cerrada. Todo lo contrario.

Pero pasaron del tema de los hermanos o hermanas plastas y abordaron el tema de la fama, del cuál ella entendía poco. Escuchó todo lo que le contó su amiga y respondió con un asentimiento de cabeza, mientras la miraba con ojos preocupados. Aunque no entendiera sobre el tema, hacía mil y un esfuerzos posibles por entenderla, por ayudarla, por aconsejarla. Ella era una de las personas más importantes de su vida y no quería perderla así como así.
No supo qué decir a aquello, con lo que se quedó callada mientras la miraba. Una mirada a veces dice mucho más que unas simples cuatro palabras carentes de sentido.

Observó cómo cogía la cámara con sumo cuidado y miraba la foto con aire nostálgico. La foto sería de... hace un año, o un par, quién sabe. Pero eran otros tiempos, diferentes. Distintos lugares, distinta época...
- La verdad, sí. Ahí, apenas tendríamos diecisiete años. Éramos libres...

por **Kienne Saint-Lewis** Mar Jun 29, 2010 3:36 pm

Por toda respuesta, soltó un vago suspiro. Tan sólo hacía un año de esa foto, y parecía que habían pasado décadas. En esa foto recordó sentirse joven, libre, sin preocupaciones. Se hicieron la foto la tarde anterior a saber que le habían dado un papel de protagonista en una película con la que alcanzó gran parte de su fama. Y el buen recuerdo se tiñó de odio. Si en aquel instante lo hubiera sabido. Si hubiese sabido que no todo era tan bonito como dedicarte a hacer lo que te gusta, una película, meterte en un papel, representar, disfrutar siendo otra. Si hubiese sido consciente de todo lo que vendría después con su familia, el accidente de sus padres, la herencia, la huida de Aaron. Si en ese preciso momento no hubiese sido una niña caprichosa que sólo mira por su propia felicidad, puede que ahora no estuviera lamentándose. O puede, que todo siguiese igual, y que lo único que hubiese cambiado sería que no tendría ningún buen recuerdo. De una manera u otra, ya había poco que hacer al respecto, lo hecho, hecho estaba y no había más que hablar, que hace ro que pensar. Porque era inútil. Por más que le des vueltas a algo, las cosas son como son, nos guste o no. Y desgraciadamente, para Ninette, nada era de su agrado en su vida.

Pero miró a Kiara, y qué, pensó. Y qué ser famosa, y qué más daba que la gente te acosara. No se iba a permitir quedarse sentada esperando a que todo pasara, a que llegar ala muerte e irse de este mundo. Al menos, esa tarde. Esa tarde se iba a permitir el lujo de no ser Ninette Hëss, actriz famosa, Alfa, o lo que quisiera el resto. Esa tarde iba a ser Nueve, una chica cualquiera de dieciocho años que se divertía con una amiga - Oye - llamó la atención de Kiara, perdiendo poco a poco ese tono cansado que la había acompañado más tiempo del que deseaba -, ¿te hace ir a dar una vuelta? ¿Comer en algún sitio? ¿Echarnos unas cuantas fotos? - inquirió, trazando planes en su mente, recuperando esa alegría de apenas un año atrás -. Creo que acabo de decidir que hoy no me importan ni los fans, ni la fama, ni nada. Hoy sólo me importas tú

por **Kiara H. Eightóueit** Mar Jun 29, 2010 4:04 pm

Estaba pensando en qué decir para aconsejarla, pero no se le ocurría nada. <<Mieeércoles de ceniza. Tengo que decirla algo, aunque sea para hacer planes>> Pensó, hasta que su amiga llamó su atención con un simple oye. Se evadió de sus pensamientos para prestarle atención a Ninette.
- ¡Pues claro! Eso ni se pregunta. Además… -le rugieron las tripas-. Hay hambre >///< Y no conozco Copenhague. Así me lo enseñas –mostró una sonrisa de oreja a oreja cuando oyó la última propuesta, la de hacerse una sesión de fotos. Echaba mucho de menos aquello, sí.

Apagó la cámara y se la colgó del cuello. Hoy sería un día prometedor, de diez. En mucho tiempo. Después de año y pico había conseguido ser, por un día, ella misma. Escuchó lo de que hoy, a Ninette, sólo le importaba ella. Por un momento se sintió especial, y mucho.
- ¿Dónde te apetece ir?

cacamierdiajco-post ;_; xD

por **Kienne Saint-Lewis** Mar Jun 29, 2010 4:14 pm

Bien. Ella también tenía hambre, y se conocía el lugar perfecto - Pues en marcha, te haré de guía turística, aunque no prometo ser buena. Ya te he dicho, tengo más vida de noche que de día, será por eso que no me ubico del todo - se encogió de hombros y cogió a su amiga de la mano, tirando de ella rumbo a un restaurante que se conocía bien.

La perspectiva de una tarde de amigas, sin problemas, prometía. Quizá tan sólo necesitaba eso, una tarde de risas, de fotos tontas, una tarde en compañía agradable. Y quizá esa muchacha de diecisiete que parecía tan lejana, volviese a ser un poco ella. Quizá esa ciudad en ruinas que se había convertido en Ninette todavía estaba a tiempo de salvarse.

- Cariño, hoy no hay "donde te apetece ir", vamos a dejarnos guiar por donde quieran nuestros pies - añadió negando con el dedo, aunque eso chocaba bastante con lo que había decidido de ir a su restaurante favorito, así que añadió -: Menos mal que los míos se saben de memoria el trayecto hasta Kong Hans Kaelder. ¡Podríamos acabar en cualquier bar de carretera, sino! - bromeó y siguió tirando de su amiga. Feliz, con una sonrisa, echando al cajón más oscuro y más alejado de su mente todo lo malo.

No te quejes, que el mío es igual xDDD

por **Kiara H. Eightóueit** Mar Jun 29, 2010 4:26 pm

- Tú al menos llevas más tiempo aquí, en Copenhague, yo he llegado… hace una hora, escasa –comentó mientras miraba su reloj de pulsera. Su amiga la cogió de la mano-. Oye, Nueve, ¿tú sabes de algún hotel o pisito que esté bien? –le soltó, repentinamente, al echar una ojeada a sus maletas-. No tengo casa y no me apetece vivir en un cartón de la calle –bromeó. Después escuchó lo de que los pies las guiarían y de sus pies no se fió ni un pelo. Justamente lo que dijo Ninette, si se dejaban guiar por los pies de Kiara, acabarían en un bar de carretera-. ¿Kong que qué? Esto de estar aprendiendo a hablar Danés me dificulta las cosas. Bueno, da igual, mientras se coma bien, no importa.

Sí me quejo, el peor post de mi vida Very Happy

xDD

por **Mei Zhuo** Mar Jul 06, 2010 4:11 pm

Pasos secos, seguros, rápidos resonaban por las calles. El avance de Zhuo era audible al pasar por callejuelas vacías, por atajos conocidos para poder llegar al centro de la ciudad. No tardaron en ahogarse por las voces y el jaleo, y luego, perderse entre la gente.
La chica oriental arrugó la nariz elegantemente: odiaba las multitudes. Para empezar, apestaba, y además daban calor.
Crispando los puños y armándose de paciencia, se irguió y se dispuso a tardar lo menos posible en logar atravesar el gentío. Sus pies lograban jamás ser pisados ni pisar a ningún viandante, pero su cuerpo no tenía esa misma suerte, y codos y hombros se clavaban en su piel. La chica mantenía su semblante frío, indiferente, pero interiormente tenía ganas de hacerse sitio de un modo menos... diplomático.
Suspiró cuando llegó a la plaza y se sentó en uno de los bancos de piedra, mirando su reloj. Una hora y diecisiete minutos. Era el tiempo que tenía para pensar en un buen argumento para defender sus ideas ante el alcalde. No solía ser difícil tratar con ese afable y anciano hombre, pero luego solía hacer lo que le placía. Así que tenía que lograr que esa idea le placiese.
Dejando a un lado su bandolera y cruzó sus piernas en una posición demasiado clásica para no notarse sus años de danza, aunque ella no le diese importancia, y se acomodó con la mirada perdida, cavilando un modo para endulzar sus argumentos.

por **Lenny S. Russell-Lloyd** Mar Jul 06, 2010 5:05 pm

- Eeeh...
- Nada de ''Eeeh'' o ''Aaaah'' El dinero.
- No lo teng...

Zas. Se despertó en medio de un turbulento bar en una calle de Copenhague. Al lado de dónde su cabeza y brazos reposaban sobre la barra de color rojizo y de madera, reposaba un vaso de whisky completamente vacío y un cenicero de cristal con forma redonda, y varias colillas en su interior. Este era el principio del olor ambiente del bar.

Los azules ojos de Lenny veían difuminado y no sabía dónde estaba. Tampoco podía abrirlos demasiado, y esto dificultaba la vista panorámica del lugar en sí.
Parpadeó una, dos, y hasta cinco veces hasta poder reconciliar la vista de nuevo; entonces vio a un hombre barrigudo de unos cincuenta años, con falta de pelo en la parte superior de su cabeza. Nada por el estilo a los matones que había en su sueño.

- ¿Un bonito sueño, no? - fregaba una taza de café de porcelana blanca con un trapo azul grisáceo, que se notaba de lejos su antiquísimo origen. - Ve desalojando.
Con un tremendo mal humor, Lenny se retiró de la banqueta de cuero marrón, y al pisar el suelo, notó como perdía el equilibrio, derrapando. Dolor de cabeza. ¿Y cómo leñes había llegado hasta ese maldito antro?
Se llevó el dedo índice y corazón a la frente y recordó un uniforme de color caqui vestido por un hombre de mediana estatura, de tez blanquecina, cabello rubio y ojos verdes, el sargento Ballack.
Entonces ahí se quiso cagar en su puta madre. Literalmente.

Aún vestía su uniforme verde oscuro, pero no le apetecía ir ahora mismo a casa. Ahora no. Quizás después.
Se sentó en un banco de piedra blanquecina y se quito la chaqueta militar, quedando en una camiseta blanca con un colgante.

por **Mei Zhuo** Mar Jul 06, 2010 5:18 pm

Apenas era visible el bulto que conformaba la muchacha oriental, sentada como estaba pasaba totalmente desapercibida mientras podía, con los ojos cerrados, dedicarse a sus cavilaciones. Parecía demasiado concentrada como para darse cuenta de ningún movimiento. Pero así era Zhuo, solo parecía.

Todo hubiese seguido su ritmo habitual si un militar (o alguien que seguía la últimamente muy vista moda de ropa del estilo) no hubiese desbaratado el flujo de sus pensamientos sentándose a su vera. Zhuo frunció primero el ceño, un gesto apenas visible, luego se incorporó y clavó sus oscuros ojos en el joven, con una ceja alzada: una pregunta muda, si hay exactamente diez bancos ¿qué haces aquí?

La presencia en sí del joven no le molestaba, era su olor. Sí, un penetrante olor a tabaco, alcohol y bar cerrado que se filtraba por sus fosas nasales taladrándole el cerebro. No, no era nada cómodo estar sentada a su lado. El hombre debía de haber terminado su servicio y haberse acomodado en alguna mesa de algún bar para poder emborracharse felizmente y matar, si no todas sus neuronas, una gran y buena parte.
Pero el tío no solo ni se inmutó, si no que se deshizo de su chaqueta y se acomodó tranquilamente. Bueno, al menos de ese modo se reducía el olor, pero no por ello desaparecía por completo.
Zhuo carraspeó para llamar su atención, aún con la nariz ligeramente arrugada, enarcando de nuevo su ceja para obtener una respuesta o, aún mejor, la anhelada huida del sujeto.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Jul 24, 2010 6:16 pm

Clap, clap, clap. El soniquete de los tacones ponía de los nervios a Melanie, que intentaba por todos los medios no prestarle atención a aquel ruidito irritante. Otro motivo más por el que no solía ponérselos, a parte del evidente. Ella ya era lo suficientemente alta como para no necesitar tacones, pero siempre que salía del trabajo, en el cual se cambiaba, iba más arreglada que de costumbre. Aún no entendía ni ella el por qué de esa manía suya, pero lo hacía. Así pues, iba vestida con una falda lisa y con vuelo de color negro y una blusa blanca, a juego con los odiados zapatos. Parecía una pija estirada con aquella ropa, pero prefería no pensar mucho en el aspecto de adinerada que tenía con ese conjunto.

En esas cosas iba trabajando -por mucho que quisiera no hacerlo- cuando llegó a la plaza del ayuntamiento, que estaba 'cerca' de su casa. Volvía cansadísima y con ganas de tirarse a dormir en plancha a su cama, pero aún le quedaba un paseillo por delante para llegar. Si eso, antes de acostarse, se tomaría un vaso de leche calentita. Qué rica.

por **Cédric Grosvenor R.** Sáb Jul 24, 2010 6:28 pm

- ¡WIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII! :loc:

-gritó como loco mientras iba en su patineta en la vacía y poco concurrida calle aquél sábado y a esas horas. Anduvo rápidamente en su patineta, soltando de vez en cuando risitas que le hacían ver más inocente de lo que ya era cofcofcofmentiracofcofcof . Iba vestido con uns bermudas de color negro y una camiseta larga de color azul con el nombre de Muse por delante y la foto del grupo detrás. Ays, qué mona esa camiseta, era tan bonita *.* Y más el baterista *.*
Su viaje en patineta terminó cuando tropezó con una piedra y cayó a una fuente vacía llena de puras monedas. En eso, su Mp4 sale volando y sus audifonos incluidos salen volando y misteriosamente hace que se escuche en toda la plaza y se escuche la grandiosa voz de Pitbull y Sean Paul gritando guarradas del culo de las mujeres. Se levanta y se pone a bailarlo, así todo enérgico, gritando "CULOO" cuando ambos cantantes lo hacían, sin importarle la presencia de una jirafa humana a pocos metros de él.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Jul 24, 2010 6:57 pm

Siguió caminando con el ceño fruncido por el grito de algún viandante con problemas de trastorno mental, intentando ignorarlo y no mirar hacia atrás. Qué poca vergüenza tenían algunas personas. El grito paró, pero entonces se escucharon otros ruidos de golpes y agua salpicando. Agua que llegó hasta ella por su costumbre de pasar junto a la fuente. La camiseta se le pegó al cuerpo y la falda igual, goteando de vez en cuando. Su pelo, que tanto esmero había puesto en que cayera en suaves ondas, estaba ahora parcialmente empapado. Ella, parada sobre la acera, se quedó muy quieta, respirando con regularidad para no perder la calma. Pero la música que llegó hasta sus oidos fue demasiado. Con toda la rabia del momento, alzó un pie y lo estampó contra el trozo de metal, que descansaba sobre el suelo dejando en el aire palabras que alarmaron a los pocos que iban por esa calle y que miraban al causante de aquello -al cual aún ni había mirado- con enfado. ¡Crack! Después de éso, el aparato no produjo más ruido. Ahora, llevada a cabo su pequeña venganza, se giró hacia el chaval con el rostro inexpresivo.

- ¡Tú! ¿No crees que podrías llevar más cuida...? -¿estaba bailando o era ella? ¿Y llevaba una camiseta de su grupo favorito? Qué desperdicio de tela, se la habían dado a un estúpido por un poco de dinero. Con el sonido de los tacones de fondo crujiendo de modo extraño bajo el agua que había salido de la fuente, se acercó un poco al tipo, con los brazos sobre las caderas y la camiseta transparentándose de manera que quedaba a la vista la forma de un sujetador. Estaba calada. A los niños de hoy en día no los educaban, al parecer-. ¿No tienes vergüenza o qué?

por **Cédric Grosvenor R.** Sáb Jul 24, 2010 7:15 pm

- Sha nena tiene tremendo culooo :cant:

-canturreó cuál ruiseñor sin hacer caso a las diversas miradas divertidas y perplejas de los transeuntes de aquella calle. Se volteó y meneó el culo como si su vida dependiera de ello, y siguió cantando. Ni le había importado estar mojado de pies a cabezas y de estar haciendo el tonto delante de unas 7 personas, contando a una jirafa humana que tenía a sólo un metro de distancia de él-. MENÉALO ASÍ, GORDA :loc:

-le gritó a una señora mien culona que se disponía a moverse al ritmo de pitbull diciendo guarradas-. Eso, eso, subasto a la gorda, que tiene buen mambo :loc:

-le gritó a los diversos señores, mientras algunos gritaban cifras inumerables de coronas danesas por la golda-. Mil coronas danesas a la unaa... a las dos... y... -redoble de tambores-... ¡A LAS TRES! -gritó, alzando las manos- Felicidades, señor, se acaba de ganar una gorda -gritó y observó a la señora ser arrastrada a un callejón oscuro por su dueño-. A ver, a ver, ahora subastamos una jirafa humanaaaaaaaa :loc:

-señaló con el dedo a la mojáh, pero ya no estaba ahí y se disponía a romper su aparato con el pie. De repente, todas las canciones cambiaron, desde gritos descontrolados de canciones más guarras, de hippie y de Muse, hasta finalmente hacer sonar un "Me mueroooooooo" de una canción de ve tú a saber quién.

- Monstruo :buaa:

-sollozó en voz alta, mirando a la multitud disiparse-. Mira lo que has hecho, mis clientes se han ido :buaa:

Santa te va a castigar ¬o¬ -le advirtió, llorando todavía. Jó, con lo que quería ese aparatejo -. Sí tengo, pero lo hacía en plan de pasarla bien, jirafa amargada. Creo que ni tienes novio :nono:

Por cierto, se te ven los senos. Exhibicionista Surprised

-le juzgó, apuntando a sus senos.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Jul 24, 2010 7:26 pm

Abrió los ojos de par en par al ver a una señora que bien podía ir un rato cada día al gimnasio mover el trasero por las órdenes del muchacho, que no paraba de gritar incoherencias. Cuando un tipo se la llevó, Melanie ya pensaba que la ciudad se había vuelto loca al ritmo del reggaeton, la mierda más grande jamás creada. Sin embargo, todo lo que pudiera pensar se le fue de la mente al oír cómo la llamaba. ¿Jirafa? ¿¡Jirafa!? Con los ojos entrecerrados acortó la poca distancia que le quedaba de la fuente y, por extensión, del muchacho y alzó la mano para cruzarle la cara. ¡Plas! Cuando bajó el brazo, la marca roja de sus dedos contrastaba contra la pálida piel del muchacho de la mejilla. Podría haberle pegado un puñetazo en toda la cara y listo, pero no le pareció apropiado para la imagen de pija que daba ese día.

Unas risas amargas y, todo hay que decirlo, un tanto retorcidas salieron de su boca cuando la llamó monstruo y dijo que no sé quién iba a hacer que pagara. Por favor, ¡qué infantil! Si parecía casi un niño pequeño de esos que sacaba ella de cuerpos ajenos, que sólo lloraban.

- ¿No era una jirafa, idiota? -le espetó, con el tono de voz entre cansado y cargado de odio. Abrió aún más los ojos al oír lo demás, bajando un momento la vista para comprobar que no llevaba razón, que sólo se le veía el sujetador. Así era-. Lo primero no es de tu incumbencia, y lo segundo es mentira, y encima tu culpa.

por **Cédric Grosvenor R.** Sáb Jul 24, 2010 7:39 pm

Bien, tal vez se estaba comenzando a sobrepasar al llamarla jirafa, pero es que mi arrma, era muy alta ò.ó Ni siquiera el idiota que casi mata a Kael era tan alto. Su padre tal vez era amante de los animales y tuvo una aventura con una jirafa y salió mitad y mitad. Todo es posible últimamente, y más en estos tiempos de locos que ya nadie respeta ni nada. Y hablando de respeto. Su cara es volteada y un pequeño pinchazo le hace sentir el ardor y el calor de una mano y luego unas risas secas. Se lo había ganado. Se giró, y la observó, casi con el mismo asco que en los ojos de la alta estaban bañados. ¿Se iba a quejar? ¿Y por qué? Ella no le había hecho nada. Bueno, sí: dañar su aparatejo.

- Y lo sigues siendo OwO -musitó, alejándose un poco más y agarrando un poco de la limpia agua para ponérsela en la mejilla. Era mejor que se disculpara, ya que la mala leche que tenía la chica era impresionante-. O sea, no se te ve más nada si no el sujetador y el Calvin Klein a un lado -señaló, exprimiendo un poco su camisa-. Mira, es mejor dejar de pelear... y también que dejes de pegarme ¬¬ -era mejor prevenir-. Siento haberte dicho jirafa humana, es que eres muy alta, mi arrma. Nunca había visto a nadie tan alto o.o -descendió la mirada y la fijó en los tacones-. Con razón. -Pensó en voz alta, volviendo a fijar su mirada en el bonito rostro de la mayor- Me llamo Cédric. Un..., placer e_e

por **Melanie R. Sanders** Sáb Jul 24, 2010 9:33 pm

Apretó los labios en una fina línea, entornando los ojos al mismo tiempo. ¡Tendría cara el niñato! Encima de que la calaba de pies a cabeza, la insultaba y demás, tenía pinta de ir a quejarse por el guantazo bien merecido que se había llevado. Melanie podía ser muy capulla a veces con la gente, pero que lo fueran con ella era algo que no soportaba. Tendría que ir aprendiendo aquello de 'no hagas a los demás lo que no quieres que te hagan a tí'. Aunque, siendo sinceros, la morena había cambiado bastante los últimos meses. Y quién no lo haría, con todo lo que había pasado. Empezando por la muerte de dos personas a las que estaba cogiendo afecto, cosa que ya casi no hacía. Ahora era más blanda y simpática, y no sólo buscaba su propio bien. A veces se sentía como una extraña.

Paró todos los pensamientos con una sacudida de cabeza, volviendo a clavar la mirada de ojos azules cielo en la del muchacho. Decidiendo que tal vez tenía razón y que tampoco era para tanto, asintió con la cabeza. Sin embargo, Melanie no perdona tan fácilmente. Se la guarda.

- Sí, bueno, yo soy Melanie -contestó y se dio la vuelta, comenzando a caminar de nuevo hacia su casa. Si quería, que la siguiera, sino, no le importaba.

por **Cédric Grosvenor R.** Sáb Jul 24, 2010 9:53 pm

Se siguió exprimiendo su camisa buena de Muse, mientras soltaba de vez en cuando maldiciones bajas en francés y también a un tono de voz acorde al momento, sin llegar a gritar pero ni ser lo suficientemente alto. Estaba hecho un desastre, y tendría que secarse luego en el apartamento de Kyle, ya que el muy tonto se había ido a quién sabe dónde dejándolo a cargo de todo eso. Volvía como en unos cinco días y no pretendía recibirle con la casa sucia, con lo que se había esmerado limpiándola ayer y ensuciarla el día siguiente ò.ó No, se quedaría en la calle hasta estar al menos no tan mojado.

- Bonito nombre -contestó un poco distraído, pensando varias veces en si quitarse la camisa y, arriesgarse a ser visto muchas veces pero exprimirla lo suficiente para que no goteara tanto, o sencillamente exprimirla por partes. Al final optó por la segunda opción, y luego de estar un poco menos mojado, se giró para mirar ahora a la tal Melanie, pero comprobó que ya se había comenzando a marchar-. ¡Eh! -gritó, saliendo de la fuente, con los zapatos y todo mojado de nuevo ._.- Sigues molesta, ¿verdad? -preguntó en un tono de voz un tanto triste. Perfecto, la había molestado.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Jul 24, 2010 10:07 pm

Sólo alcanzó a oír la primera palabra de lo siguiente que dijo el chico, pues sus zancadas y el tempo de éstas era demasiado rápido. Si fuera una persona normal, más baja, estaría corriendo. El taconeo de los zapatos se había vuelto desagradable al estar éstos mojados, así que de vez en cuando se le escapaba una mueca de asco. No se sorprendió cuando el muchacho, Cédric, se acercó a ella por detrás, corriendo para alcanzarla. En esa ciudad al parecer todos tenían la misma costumbre de seguir a todo aquel con el que se intercambiaba una simple palabra o frase.

Se encogió de hombros ante la pregunta, dejando que una sonrisilla curvara sus labios carnosos para que viera que no estaba realmente enfadada, aunque en realidad si estuviera algo mosqueada. Pero bueno, algún cacho de la antigua Melanie -la falsa, la calculadora- tenía que quedar, ¿no?

- Tranquilo, ya me has pedido perdón -como si eso a ella le bastase. Otra sonrisa dulce fue dirigida al joven, para que no se preocupara más. Que lo hiciera más adelante, cuando ella quisiera vengarse por el modelito estropeado. Para una vez que se arreglaba un poco.

por **Cédric Grosvenor R.** Sáb Jul 24, 2010 10:30 pm

Tal vez la chica estuviera intentando disfrazarlo todo y fuera una invitación indirecta a que la dejara en paz y que se perdiera de su vista, pero no quería parecer un maldito maleducado e irse así como así, como Pedro por su casa y ni siquiera conocerla mejor y así compensar las semejantes tonterías que había hecho hace unos cortos instantes. No era tonto, y sabía que aquella cara y esa sonrisa tan convincente era una clara muestra de que aún seguía mosqueada por su culpa. Bieeen, se ganó el premio de idiota más idiota del mundo

- A veces la palabra perdón no es suficiente para arreglar un problema, por muy pequeño que sea -señaló, caminando al lado de Melanie, hasta que un leve estornudo hizo que no pudiera continuar la frase que había comenzando. Ahora se había resfriado

por **Melanie R. Sanders** Sáb Jul 24, 2010 10:59 pm

Casi le dio pena que el muchacho se preocupara tanto por ella y por haberla calado. Realmente que se mojara no le importaba mucho, pues ella poco frío notaba, sino más bien se había cabreado en un primer momento por el hecho de que se hubiera quedado tan pancho tras calarla, bailando y meneando el trasero al ritmo de un hombre que le daba mucha rabia. Por ello, alzó una mano para darle un par de palmaditas suaves en el hombro, a modo de 'eh, tranqui, tío'; otra sonrisa más curvaba sus labios.

Algo en ella le hacía sentir como cariño hacia el jovenzuelo llorón que al parecer poca educación había tenido. ¿Padres que pasaban de él, tal vez? ¿O había sido él el que no les había hecho caso? Derepente se entontraba analizando la cabecilla de Cédric como si fuera una cosa interesantísima, y ni si quiera lo conocía lo suficientemente bien como para hacerlo de la manera correcta.

- Te digo que no te preocupes, estoy bien -contestó, asintiendo enérgicamente con la cabeza. El estornudo la sorprendió un poco, pues ella se encontraba perfectamente, pero no se había acordado de que no todas las personas eran 'inmunes' al frío-. Pero al parecer tú no. Cuando llegues a casa, date un baño caliente. Ayudará.

por **Neftis B. Lekker** Miér Sep 29, 2010 7:45 pm

Hacía ya bastante que no se paseaba por las calles de Cophenague. Había sido un verano entretenido, de esos que no haces nada y a la vez haces de todo. Convenció a su padre para visitar a sus abuelos maternos en Inglaterra y se dedicó únicamente a mirar pasar a la gente y encerrarse en el antiguo estudio de pintura de su madre. Le habían salido un par o tres de buenos cuadros, los cuales, no tardó en vender en la feria anual del pueblo a un estupendo precio.

En lo referente a las voces en su cabeza continuaban, pero con menos taladreo y más suavidad. Parecía haber encontrado la manera de clamar las ansias de esas voces por adueñarse de su cabeza. Y eso le gustaba de sobremanera.

Se sentó entonces en una de sus plazas favoritas de la ciudad, llevaba un abrigo largo color crema, las tardes en Cophenague comenzaron a ser frías hacía ya mes y medio, por eso también llevaba un gersey azul claro y un enorme pañuelo marrón cubriéndole todo el cuello. Se sentó entonces en unas escaleras, observando antes de sentarse si estaba limpio para no mancharse los pantalones y comenzó a menear sus botas de piel marrón al compás de una melodía inventada.

por **Melanie R. Sanders** Miér Sep 29, 2010 8:48 pm

La vida de Melanie continuaba su repetitivo curso: se levantaba, se duchaba y se iba a trabajar. Después volvía a casa, se zampaba un par de latas de atún y se iba a la cama. Los únicos cambios sucedían en los días libres, en los que dormía más, se tumbaba en el sofá a leer o tocaba algo el violín. Y ahí estaba, siguiendo esas pautas establecidas. Volvía del trabajo, con lo cual iba más abrigada de lo normal en ella y llevaba sus cabellos recogidos en una coleta alta. Los tacones, que esta vez no eran demasiado altos, la hacían parecer, aún así, una jirafa. Como bien le había dicho el muchacho loco, Cédric, al que le había cogido algo de cariño por su forma de ser. Aunque aún le guardaba rencor por decirle éso y mojarla.

Detuvo sus movimientos al ver a una muchacha que le sonaba sentada en un escalón, moviendo los pies. ¿Sería aquella joven que se había comportado de un modo tan extraño? ¿La lectora de mentes? Sólo había una forma de averiguarlo.

- ¿Hermanita? -preguntó, recordando que la chica le había dicho que fingiera ser su hermana. Una sonrisa burlona curvaba sus labios mientras enarcaba una ceja.

por **Fawn D. Poynter** Miér Sep 29, 2010 9:05 pm

Si la hubieran metido en aquellos precisos instantes en una olla al vapor con agua hirviendo junto a unas cuantas legumbres habría vendido su cuerpo encantada al mejor cocinero. Porque ¿quién le había asegurado que meterse entre dos bloques enormes de hielo del Polo Norte durante dos meses rejuvenecía la piel? Ahora mismo no le venía a la cabeza el subnormal que se lo había asegurado, pero como volvieran a temblarle las piernas, los brazos y el culito una vez más por un escalofrío de tres pares de zapatos cogería al primer tipo con cara de imbécil y lo dejaría más seco que a Bob Esponja tomando el sol.

Por primera vez desde aquel terrible incidente, salió a las calles de Copenhague -eso sí, con capas y más capas de abrigos encima- para intentar que su cerebro se descongelara. Justo ayer un excursionista la localizó entre dos grietas de hielo y llamó a Dios y a sus amiguitos para sacarla de allí, por lo tanto su mente estaba en blanco por lo que respectaba a los sesenta días anteriores.

Más allá vio a dos chicas que, sinceramente, le sonaban. Pero sólo sonarle, porque no se acordaba de nada. Y, como no se acordaba de nada, no dudó en correr hacia ellas y darle un abrazo de oso a la que estaba de pie.

- Oins, qué calentita... Me tienes que decir dónde compraste esa estufa que llevas instalada en el cuerpo - no hay nada como el calor humano para pecar una y otra vez. Porque Fawn ya lo estaba haciendo, con sólo tocarla. Huh.

por **Neftis B. Lekker** Miér Sep 29, 2010 10:03 pm

Levantó la vista al escuchar una voz conocida. ¿Leches! si que había mejorado el manejo sobre su don, casi no había notado las voces, bueno, en este caso sonidos animales en la cabeza de la chica que tenía enfrente.

- Hombreeeeee- si, aún acordandose de la última vez y de la mala jugada que esta le hizo le alegraba ver alguna cara conocida por la plaza, así que no hizo más que sonreír- ¡Cuanto tiempo...- titubeó ¡es verdad!, no conocía el nombre de esa muchacha- vale... creo que nos hemos visto un par de veces y aún no nos hemos presentado debidamente- sonrió y le tendió la mano- Losille Lekker- se presentó mientras le dejaba sitio, p antes de que se diera cuenta alguien se había colgado del cuello de la muchacha. Ele abrió desmesuradamente los ojos- ¿Fawn?- dijo sorprendida pero a la vez alegrada- ¡¿qué taaaaaal?!- como ya había mencionado anteriormente, no era que ambas chicas fueran santo de su deboción, pero le alegraba tanto encontrarse a gente conocida por esas calles ¡y que no les pudiera leer la cabeza!

por Contenido patrocinado