Calle Nyhavn [ZdR]
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Calle Nyhavn [ZdR]
El puerto de Nyhavn es sin duda uno de los lugares más destacables de Copenhague. Formado por una sucesión de casitas de toque antiguo, de multitud de colores y que recorren ambos lados del canal más famoso de la ciudad.
Perfecto tanto para la vida diurna como nocturna pues cuenta con infinitud de bares, cafeterías y restaurantes.
En encanto de este puerto se encuentra en los barcos que permanecen inmóviles en el canal y en el colorido tan variado de los locales y casas del lugar.
Master II- The Emperator
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
A pesar de no haber dormido nada ni haber probado bocado, aparece en las calles que dan al puerto fresca como una rosa, como era costumbre en ella. Era la envidia de todas las jovencitas de su edad, y de las que una vez fueron sus compañeras de clase: actriz, hermosa y con todo lo que se podía pedir al alcance de la mano, además de un permiso de conducir no muy legal y un cochazo que lo flipas, tal y como había escuchado decir a una de ellas. Pero a ella ni le iba ni le venía; no se quejaba de su "suerte", pero odiaba su futuro, a pesar de que lo tenía prácticamente todo. Excepto una vida normal.
Fue a sentarse en el bordillo del muro que separaba tierra firme con el océano, con la mirada perdida en los asustados bancos de peces que huían de las pedradas de un niñito de más allá.
Y, a pesar de todo, la situación en la que estaba ahora le resultaba divertida... pero a su particular manera.
Fue a sentarse en el bordillo del muro que separaba tierra firme con el océano, con la mirada perdida en los asustados bancos de peces que huían de las pedradas de un niñito de más allá.
Y, a pesar de todo, la situación en la que estaba ahora le resultaba divertida... pero a su particular manera.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
El sol brillaba sobre sus cabezas, los pescadores llevaban a cabo sus monótonas tareas, deshaciendo los enredos de sus redes -válgase la redundancia- y reparando los desperfectos que algunos desvergonzados habitantes del mar habían osado causar en ellas. Unos desprotegidos ojos azules, fríos y autoritarios como pocos, peinaban la zona desamparada mientras dejaba sus pensamientos volar cuales cometas de críos en lo alto de los cielos. Parpadeó un par de veces mientras su firme trasero se apoyaba en uno de los pilares negros en los que se amarraban los barcos de mediana y mayor embergadura. ¿No sabéis de qué hablo? Sí, eso de color negra noche que parece la cabeza del monstruo del lago Ness asomándose entre ese mar de asfalto que comportaba el muelle del puerto. Un gélido suspiro escapó de sus varoniles y perfectos labios mientras una suave brisa ondeaba su castaño cabello rebelde, dejando a la merced de los transehuntes esos hermosos pero fríos ojos azules. El chapoteo de unas piedras que lanzaba un minihombre le llamó la atención. Le dedicó una mirada que, para su desgracia, el muchacho correspondió. Al acto quedó presa de esa mirada que parecía un pozo sin fondo. Sin pensarlo dos veces dejó de lanzar piedras y se alejó sin perder de vista al hombre de pintas bohemias.
Garrett P. Anderson- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Concentrada en sus pensamientos como estaba, casi ni se dio cuenta de que el periódico sonido de la piedra chapoteando el agua había cesado. Es extraño que una simple cosa como esa haga que tu paz interior se quiebre, ¿verdad? Observa, impasible, cómo el niño, que no llegaría a sobrepasar los cinco años, se marchaba corriendo como alma que lleva el diablo. Alza un poco más la mirada, para buscar, sin mucho interés, el causante de esa acción. Y, sin más, se encuentra mirando a un joven sentado en un pilote negro con unos ojos más fríos que los suyos propios.
Ignorando por un momento sus problemas y su situación, se queda mirándolo fijamente, aunque sin mirarlo de veras. Algo le decía que no debería meterse con ese muchacho, pero ignoró ese pensamiento, al igual que ignoró al resto de gente que había a su alrededor, excepto a él.
Ignorando por un momento sus problemas y su situación, se queda mirándolo fijamente, aunque sin mirarlo de veras. Algo le decía que no debería meterse con ese muchacho, pero ignoró ese pensamiento, al igual que ignoró al resto de gente que había a su alrededor, excepto a él.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Unas gaviotas hablaron entre ellas no demasiado lejos mientras esos ojos celestes conectaban como pocos habían osado conectar antes. Los hielos de sus miradas quebraron la tediosidad de la escena y el tiempo pareció detenerse los instantes en los que el misterioso hombre memorizaba cada uno de los destellos que esa juvenil mirada femenina le regalaba. A duras penas parpadeó un par de veces mientras el mar mecía los cientos de barcos entre sus fuertes brazos maternales. Nadie con dos dedos de frente se atrevió a romper el contacto visual de los dos sujetos. Él, Garrett Anderson prosiguió con las rodillas flexionadas, sentado, observando con los dedos entrelazados a esa niña que amenazaba en ser mujer de un día para otro. A lo lejos una vieja radio reproducía la mítica canción de Police y Sting que llevaba por título Message in a bottle. Otro suspiro gélido se le escapó, eso sí, sin separar sus ojos de los de ella, quedando ambos atrapados en los dominios del otro. La suave brisa colaba el olor a mar en sus fosas nasales; tal vez fue eso lo que lo llevó a reunir el valor o la poca verguenza suficiente como para alzarse en toda su altura y acercarse a la chica con las manos enfundadas en unos vacíos bolsillos. No medió palabra, sus ojos ya decían más que suficiente, y no iba a ser el culpable de romper tan perfecto momento con una completa desconocida de belleza infantilmente desbordante. Se detuvo a escasos cinco metros de ella y parpadeó de nuevo, dejando que el viento acariciara su chaqueta oscura, haciendola volar ligeramente a modo de capa de superhéroe. Aguardó. ¿A qué? Aún no lo sabía.
Garrett P. Anderson- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Sin saber cómo ni por qué, sabía que había quedado atrapada para siempre en esa mirada tan parecida a la suya. Ni el más grande de los dioses de los que había escuchado hablar tantas veces a sus profesores habría podido hacer que sus miradas desconectasen, o simplemente que llegaran a fijarse en otra cosa. Y eso le desconcertaba, a la vez que le fascinaba. Pero no podía evitar sentir un miedo ilógico ante estos sentimientos. Sentía como si alguien le mantuviera presa en esa mirada, y ésa era una de las pocas cosas que de verdad odiaba en este mundo: que la controlasen. Pero, sin embargo, esta vez estaba disfrutando de lo lindo de que lo hicieran. Pero no quería. Pero lo deseaba.
Dejando actuar a su subconsciente libremente, como pocas veces había hecho antes, su don se desató sin control, entrando en la mente del muchacho para hacer que se diese la vuelta, que dejase de mirarla, que le diese un respiro antes de poder afrontar la verdad: que ese muchacho tampoco podía ser normal, porque si no ella no se habría fijado en él. Para poder volver a ser ella misma antes de volver a quedarse atrapada.
Off: ¿Me dejas que mi Fawnie controle un poquito a tu Garry? Si no, edito ;D
Dejando actuar a su subconsciente libremente, como pocas veces había hecho antes, su don se desató sin control, entrando en la mente del muchacho para hacer que se diese la vuelta, que dejase de mirarla, que le diese un respiro antes de poder afrontar la verdad: que ese muchacho tampoco podía ser normal, porque si no ella no se habría fijado en él. Para poder volver a ser ella misma antes de volver a quedarse atrapada.
Off: ¿Me dejas que mi Fawnie controle un poquito a tu Garry? Si no, edito ;D
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
The Police y Sting seguían acompañando la escena desde una vieja rádio que yacía medio abandonada en un pesquero donde un pescador se peleaba por desenganchar una gamba de su red medio rota. Los ojos celestes del varón penetraron en los de mismo color de la chica. Examinó todo lo que sus ojos llegaron a ver y lo memorizó como si con ese simple detalle obtuviera cierta ventaja en el duelo de miradas que acababan de iniciar. Prosiguió de pie a cinco metros de ella, con el cuerpo ladeado hacia el mar abierto pero el rostro encarado a su pequeña silueta juvenil. ¿Qué tenía esa mirada que era capaz de arrebatar el aliento? Creía que él era el único con potestad para hacer ese tipo de acciones impunemente. Otra ráfaga de viento llevó el sonido de las olas y las gaviotas hasta los oídos de los protagonistas de la escena. Y todo sucedió. Algo en su interior se arremolinó y sintió como algo serpenteaba en el interior de su cabeza hasta hacerle voltearse, quedando de espaldas a ella. No cabía del asombro, pero a sus ojos no se asomó ese sentimiento. Se quedó mirando fijamente esa vieja rádio que asomaba dentro de la barquita tambaleante. ¿Qué acaba de ocurrir? Se preguntó mientras restaba immóbil, con las manos en los bolsillos y la espalda recta como un hombre, de espaldas a la principal sospechosa de tal acto. No habló, le renconcomía la idea de acabar de sentirse dominado cual marioneta. Las cosas no acabarían así, el espectáculo acababa de empezar al ritmo de un estribillo que pedía ayuda con voces ahogadas... "Sending out an SOS to the world"...
Garrett P. Anderson- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Estaba tan y tan nerviosa que hasta por un momento pensó en que sus poderes serían capaces de fallarle por primera vez desde que tenía uno de razón en ellos. Pero, por suerte o por desgracia, sus miradas se apartaron, provocando en ella un gran suspiro de alivio nada comparable con los que cualquiera pudiese tener. Cierra los ojos, respirando entrecortadamente y sin miedo a que el chico la escuchara, intentando poner en orden sus pensamientos e ideas. ¿Qué iba a hacer ahora? ¿Por qué le sucedía justamente a ella una de sus peores pesadillas? Y lo más importante... ¿Por qué disfrutaba de ella en vez de atemorizarse? ¿Por qué quería seguirla?
Y, sin más, se desploma en el suelo, cayendo sentada en una posición rara, apartando su control del chico y con la mirada fija en un punto cualquiera del suelo.
- ¿Por qué? - se limita a decir, jadeando, moviendo la cabeza de un lado a otro cual cachorro perdido. Si se viera ella misma en aquellos instantes se encerraría toda la eternidad en el sótando de su casa por tal comportamiento y tales pensamientos tan impropios de ella. Pero no podía intentar evitar sentir ese cosquilleo en la parte alta del estómago. Ese cosquilleo que la instaba a volver a perderse en la mirada del chico otra vez. Ese cosquilleo que le informaba que aquello no podía acabar bien.
Y, sin más, se desploma en el suelo, cayendo sentada en una posición rara, apartando su control del chico y con la mirada fija en un punto cualquiera del suelo.
- ¿Por qué? - se limita a decir, jadeando, moviendo la cabeza de un lado a otro cual cachorro perdido. Si se viera ella misma en aquellos instantes se encerraría toda la eternidad en el sótando de su casa por tal comportamiento y tales pensamientos tan impropios de ella. Pero no podía intentar evitar sentir ese cosquilleo en la parte alta del estómago. Ese cosquilleo que la instaba a volver a perderse en la mirada del chico otra vez. Ese cosquilleo que le informaba que aquello no podía acabar bien.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Una vez más, el mundo se derrumbaba ante la presencia de un fuera de série; Garrett Anderson. Permaneció de espaldas escasos segundos más, hasta que sintió como ese cosquilleo escapaba de su mente y liberaba su cuerpo. Movió suavemente los dedos de las manos para comprobar que, efectivamente, el cuerpo volvía a pertenecerle. De idiotas sería negar que había sido excitante el ser invadido de ese modo. Se volteó sobre sus telones para mirarla con la cabeza ladeada cuando oyó el golpe seco de un derrumbamiento. La halló en el suelo, con la mirada en un punto muerto, lamentándose y exigiendo a los confines del mundo una simple respuesta. Una respuesta de la cual Garrett era ciertamente conocedor.
La canción parecía haberse encallado en el tramo final, donde el cantante de Sting se recreaba en dejar grabadas en las mentes de los oyentes lo que venían a decir todas las parrafadas de la letra. Todo se reducía a eso, un SOS. Una llamada de socorro. Un peligro ¿Qué peligro? Él mismo era el peligro. Sus ojos eran el infierno materializado. Él era la tentación personificada. El hechizo de su mirada ya había condeanado a más de uno. Si Garrett era bueno en algo, sería en su trabajo. Nadie nunca había escapado de las garras del depredador y aún menos alguien de la condición de la pequeña de hermosos ojos azules. La miró fijamente y susurró contra el viento de mar. - Por que, por encima de todo, eres una mujer. - Era la respuesta. Ni más ni menos. La música cesó para que la muchacha pensara en paz a la vez que los ojos del hombre seguían posados en el rostro bajo de ella, a la espera de volver a deleitarse con su mirada atemorizada.
Sending out at an S.O.S...
Sending out at an S.O.S...
Sending out at an S.O.S...
Sending out at an S.O.S...
Sending out at an S.O.S...
La canción parecía haberse encallado en el tramo final, donde el cantante de Sting se recreaba en dejar grabadas en las mentes de los oyentes lo que venían a decir todas las parrafadas de la letra. Todo se reducía a eso, un SOS. Una llamada de socorro. Un peligro ¿Qué peligro? Él mismo era el peligro. Sus ojos eran el infierno materializado. Él era la tentación personificada. El hechizo de su mirada ya había condeanado a más de uno. Si Garrett era bueno en algo, sería en su trabajo. Nadie nunca había escapado de las garras del depredador y aún menos alguien de la condición de la pequeña de hermosos ojos azules. La miró fijamente y susurró contra el viento de mar. - Por que, por encima de todo, eres una mujer. - Era la respuesta. Ni más ni menos. La música cesó para que la muchacha pensara en paz a la vez que los ojos del hombre seguían posados en el rostro bajo de ella, a la espera de volver a deleitarse con su mirada atemorizada.
Garrett P. Anderson- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
A medida que va pasando el tiempo, su cabeza se va organizando con rapidez y eficacia, autoconvenciéndose de que aquello debía ser un error, un producto de su imaginación que había revivido después de estar tantos años en la penumbra. Se dijo a sí misma que no, que no iba a sentirse hechizada por unos simples ojos, que no iba a permitir sentirse débil delante de nadie. Porque ella era la que controlaba la situación, el escenario y los personajes. Porque nadie iba a controlarla, como había sucedido momentos antes.
- Una triste explicación para alguien que aparenta aspirar a conquistar hasta a las sillas - su voz indiferente vuelve de nuevo, su respiración vuelve a ser normal, sus ojos vuelven a alzarse hasta los del chico, fríos, como siempre. Pero detrás de todo esto no cesaba ese cosquilleo, esa sensación de abandono y descontrol que había vivido antes. Pero su parte racional era la que mandaba ahora, y no permitiría que esos sentimientos salieran de donde estaban.
- Una triste explicación para alguien que aparenta aspirar a conquistar hasta a las sillas - su voz indiferente vuelve de nuevo, su respiración vuelve a ser normal, sus ojos vuelven a alzarse hasta los del chico, fríos, como siempre. Pero detrás de todo esto no cesaba ese cosquilleo, esa sensación de abandono y descontrol que había vivido antes. Pero su parte racional era la que mandaba ahora, y no permitiría que esos sentimientos salieran de donde estaban.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
El viento empezó a soplar enfurecido al oir la respuesta de ella. Los gélidos ojos del varón se estrecharon engullidos por una oleada de ira aplacada por una capacidad de raciocínio envidiable. Era un hombre de mente ágil, y eso lo hacía poderoso. Al contrario de lo que había demostrado la muchacha, él sabía domesticar sus instintos, cual domador de leones, hasta reducirles a simples anhelos que solo él decidía si dejar relucir o no. Esa, desde luego, no había sido la mejor de las respuestas que la joven podría haberle regalado. No pareció haber cambio alguno en él más allá del brillo macabro que adoptó su impenetrable mirada azulada. Se acercó a paso decidido, como un huracán dispuesto a llevarse con él todo lo que se le cruzara. Eso sí, no perdió la elegancia. Milagro. Se detuvo justo cuando parecía que iba a pasar por encima de ella. Se acuclilló ágil como un felino y llevó su dedo índice a los labios de ella. El movimiento en sí fue demasiado deprisa como para seguirlo con la mirada, pero justo cuando parecía que el dedo embestiría los labios de la muchacha, frenó. Acabó posado en sus carnosos y rosados labos infantiles cual cuervo en una rama quebrada. Su mirada se volvió más intensa, fría e indomable. Y toda ella arremetió contra la cordura de la pequeña de la escena. No dijo nada, guardó silencio. Su mirada fue suficiente para dárle a entender que corría peligro jugando con él de ese modo. Tampoco retiró el dedo. Lo dejó en el centro de sus labios e inspiró. Olía bien esa chica.
Garrett P. Anderson- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Cuando el chico clavó los ojos en ella, lo supo. Supo que no era lo que transmitían lo que le hacía sentirse atrapada en ellos, sino lo que escondían detrás. Un secreto que sólo él conocía, y que se le hacía tan atractivo a ella como el respirar.
No se movió ni un ápice cuando el chico caminó hasta quedarse justo encima suyo. No cambió de posición cuando se agachó hasta quedar a pocos centímetros de ella. No apartó su dedo de sus labios cuando él lo posó ahí. Ni siquiera apartó la mirada fría y peligrosa de muchacho cuando se le clavó en el fondo del corazón, capaz de matar al acto a un pajarillo pero toda una atracción de feria para ella. Sí, disfrutaba de la situación. No sabía si era porque así tenía más oportunidades de observar desde más cerca sus misteriosos ojos claros o porque él intentaba controlarla con una simple mirada. Y no, no se creía la mejor de todos, pero las cosas eran como eran y ella era la que lo controlaba todo siempre.
- ¿Acaso no lo desmientes? Crees que con una simple mirada ya eres capaz de controlar hasta mis pensamientos, ¿me equivoco? - dice fríamente, ignorando aparentemente por completo el dedo que tenía en el labio pero derritiéndose por dentro ante ese contacto tan... electrizante, como el chico era en general.
No se movió ni un ápice cuando el chico caminó hasta quedarse justo encima suyo. No cambió de posición cuando se agachó hasta quedar a pocos centímetros de ella. No apartó su dedo de sus labios cuando él lo posó ahí. Ni siquiera apartó la mirada fría y peligrosa de muchacho cuando se le clavó en el fondo del corazón, capaz de matar al acto a un pajarillo pero toda una atracción de feria para ella. Sí, disfrutaba de la situación. No sabía si era porque así tenía más oportunidades de observar desde más cerca sus misteriosos ojos claros o porque él intentaba controlarla con una simple mirada. Y no, no se creía la mejor de todos, pero las cosas eran como eran y ella era la que lo controlaba todo siempre.
- ¿Acaso no lo desmientes? Crees que con una simple mirada ya eres capaz de controlar hasta mis pensamientos, ¿me equivoco? - dice fríamente, ignorando aparentemente por completo el dedo que tenía en el labio pero derritiéndose por dentro ante ese contacto tan... electrizante, como el chico era en general.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Siguió acuclillado delante de ella, con el brazo alargado en su dirección y la yema de los dedos quieta encima de esa carnosa superfície que pedía a gritos ser lamida, besada y mordida. A duras penas parpadeó, la siguió mirando con ese porté elegante, misterioso y letal. Ciertamente parecía divertida por sus actos. ¿Quién era y porqué reaccionaba de ese modo en lugar de derretirse de deseo o retroceder asustada? Sí, estaba desconcertado en la medida de lo posible, pero tampoco dejó que se notara. Ella seguía exigiendo de un modo u otro que la deleitara con su voz. Una voz que probablemente aparecería en los sueños de esa pequeña ojiazul de mirada impenetrable para todo el mundo menos para él. En el peor de los casos podía haber un problema: eran demasiado parecidos. Como dos bestias atrapadas en una jaula demasiado pequeña. Dos individuos con demasiados secretos. Él humano, ella mutante. Tal vez el hecho de saber que ella tenía cierto poder sobre sus actos lo hacía pensarse dos veces sus palabras antes de decirlas. A lo mejor había llegado la hora de darle lo que con tanta insisténcia pedía, así que entreabrió los labios y dejó que sus palabras surcaran el cielo y se colaran por los conductos auditivos de aquella mujercita. - ¿De qué serviría desmentirlo con palabras? Solo son eso... palabras que el viento se lleva. No me gustan las palabras. - Siseó cual culebra de lengua envenenada. Se acercó un poco más y no se lo pensó dos veces antes de exhalar su fresco aliento sobre los labios de ella. - Los gestos... dejan huella, las palabras no. - Concluyó y se separó, alejando su mano de los labios de la pequeña y poniéndose en pie de nuevo.
Garrett P. Anderson- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Todo lo que representaba a aquel muchacho le traía loca. Todo, incluse esa pose elegante que le desagradaba tanto. ¿Quién dijo que la perfección no se podía personificar? Porque ella ahora lo desmiente. Aunque, a decir verdad, algo le falla al chico...
Un casi imperceptible suspiro se escapa de entremedio de sus labios, ya fuese por escuchar esa envolvente voz o por notar su dulce aliento en la superficie de su lengua. Si embargo, nada de esto se refleja en su semblante, y mucho menos en su mirada. Como ya había dicho antes, aún dominaba sobre ella su parte racional.
- ¿Y cómo piensas dejar huella en mí, si te niegas a hablar como has estado haciendo hasta ahora? - pregunta, sin darse cuenta del doble sentido de las palabras, como siempre.
Poniéndose en pie y sacudiéndose la ropa después, se queda mirando fijamente los ojos del chico, sintiendo otra vez esa debilidad y ese abandono, pero controlándose a ella misma. Se le pasa por la mente la idea de decirle su nombre para que así también le diga el suyo, pero pronto borra esa idea de la cabeza al darse cuenta de que no le importaba.
Un casi imperceptible suspiro se escapa de entremedio de sus labios, ya fuese por escuchar esa envolvente voz o por notar su dulce aliento en la superficie de su lengua. Si embargo, nada de esto se refleja en su semblante, y mucho menos en su mirada. Como ya había dicho antes, aún dominaba sobre ella su parte racional.
- ¿Y cómo piensas dejar huella en mí, si te niegas a hablar como has estado haciendo hasta ahora? - pregunta, sin darse cuenta del doble sentido de las palabras, como siempre.
Poniéndose en pie y sacudiéndose la ropa después, se queda mirando fijamente los ojos del chico, sintiendo otra vez esa debilidad y ese abandono, pero controlándose a ella misma. Se le pasa por la mente la idea de decirle su nombre para que así también le diga el suyo, pero pronto borra esa idea de la cabeza al darse cuenta de que no le importaba.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
No entendería nunca el porqué, pero aquel lugar, le fascinaba. Era el preferido de sus ojos azules verdosos, o verdes azulados según se mire. Podía pasarse el día adorando las vistas, que no se aburría nunca. Aquel lugar, simplemente, había conseguido en cinco minutos alejarla de todo el nerviosismo y la impaciencia con la que atendía sus asuntos familiares y laborales. Era imposible para ella pasear por allí y no detenerse ni un segundo a contemplarlo todo. Aunque tenía por mala costumbre quedarse quieta en mitad del camino de decenas de otras personas que ajenas a todo lo que le transmitía el lugar, sólo la veían como un obstáculo más para llegar al lugar que deseaban o que requerían. Pero, siendo sinceros, había aprendido a ignorarles a todos. Iba enfundada por costumbre en topas de dos tallas más grandes de la que usaba, con un recogido de pelo espantoso y unas gafas de sol que cumplían a rajatabla su objetivo: ocultarle más de la mitad del rostro. Todo por no ser reconocida y fingir por unos minutos ser una chica tan normal como el acto de respirar
Kienne Saint-Lewis- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Tampoco supe como llegué, tampoco lo sabía el día que me encontré con la chica esa que se hacía llamar Fawn en el museo.
O quizás sí. Quizás estaba destinado a llegar.
De todas formas, no lo sabía de forma concreta y empezaba a estresarme eso de llegar sin saber a dónde vas a parar.
Escapé del callejón que estaba entre las casas de maderas, coloreadas las fachadas de vivos colores que según los psicólogos, levantaban el ánimo. Anduve lentamente durante la larga calle hasta llegar a un cartel de madera el cual rezaba que estaba situado en la Calle Nyhavn, una de las más transitadas de la ciudad, y con razón, pues estaba allí toda la flota de barcos turísticos para llevarlos por el canal a diferentes partes de la ciudad.
Continué mi propio camino tras el poste de metal con el cartel que me había llamado tanto la atención; ¿Qué hacía yo en una calle comercial? La respuesta era sencilla...
Choqué contra algo. Después subí la mirada y me di cuenta con qué; y era más alguien que algo, una mujer de cabello castaño que llevaba unas gafas de sol que acababan de caer al suelo. Su rostro le sonaba, pero de haberla visto en la televisión o en el cine de vez en cuándo; alguna actriz de pacotilla que por tener un papi con el suficiente dinero tenían la vida hecha, y de vez en cuándo, tenían el capricho de vivir en el mundo del ''arte''.
- Perdón. - respondí en un murmuro que poseía un tono carente de amabilidad, sólo notándose por la palabra en sí. Quería soledad, y el mundo me lo estaba poniendo bastante difícil.
O quizás sí. Quizás estaba destinado a llegar.
De todas formas, no lo sabía de forma concreta y empezaba a estresarme eso de llegar sin saber a dónde vas a parar.
Escapé del callejón que estaba entre las casas de maderas, coloreadas las fachadas de vivos colores que según los psicólogos, levantaban el ánimo. Anduve lentamente durante la larga calle hasta llegar a un cartel de madera el cual rezaba que estaba situado en la Calle Nyhavn, una de las más transitadas de la ciudad, y con razón, pues estaba allí toda la flota de barcos turísticos para llevarlos por el canal a diferentes partes de la ciudad.
Continué mi propio camino tras el poste de metal con el cartel que me había llamado tanto la atención; ¿Qué hacía yo en una calle comercial? La respuesta era sencilla...
Choqué contra algo. Después subí la mirada y me di cuenta con qué; y era más alguien que algo, una mujer de cabello castaño que llevaba unas gafas de sol que acababan de caer al suelo. Su rostro le sonaba, pero de haberla visto en la televisión o en el cine de vez en cuándo; alguna actriz de pacotilla que por tener un papi con el suficiente dinero tenían la vida hecha, y de vez en cuándo, tenían el capricho de vivir en el mundo del ''arte''.
- Perdón. - respondí en un murmuro que poseía un tono carente de amabilidad, sólo notándose por la palabra en sí. Quería soledad, y el mundo me lo estaba poniendo bastante difícil.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Y allí estaba ella. Ignorando al mundo y por una vez, siendo ignorada. Hecho que, la reconfortaba hasta tal punto que sólo por aquel instante merecía la pena toda aquella fama que solía abrumarla. En cierto modo, odiaba ser actriz. Al menos, aquella parte que no tenía anda que ver con la interpretación y que llevaba más tiempo que los rodajes, que las representaciones. Suspiró, lo que daría por volver a aquellos teatros de cámaras en los que al salir, con suerte, sólo te recordaban los quince minutos después de la función. Eran buenos tiempos, se dijo. Pero su familia lo complicaba todo, que si no era suficiente, que si había que llegar a más. Incluso en lo que más detestaban la obligaban a ser la mejor. Eso. Eso si que era odioso. Estaba a punto de volver a tomar su camino, de comenzar de nuevo a caminar, cuando en quizás los últimos diez segundos que aspiraba a estar allí parada, alguien chocó con ella, haciéndola caer al suelo y perder sus gafas. Alguien que pedía unas disculpas que sonaban poco a ellas, y en quien no se molestó en fijarse demasiado hasta que por sí misma, pues el desconocido no la ofrecía ayuda alguna, se levantó y recuperó sus gafas, aunque no se molestó en colocárselas. Miró al desconocido que le despertaba cierta hostilidad, quizá por el hecho de que acababa de derribarla, quizá porque tenía un mal día - No pidas disculpas sino lamentas el porqué de pedirlas - a pesar de al frialdad que destilaba, no había signo alguno de enfado o furia. Pues sabía muy bien que había de controlarse. Ese tipo de cosas, sólo por Gaia.
Kienne Saint-Lewis- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Arqueé una ceja y subí el rostro cortándome con el aire y echando el pelo para atrás, finalmente quedado como un tupé rebelde con mechones caídos.
Y la miré fríamente, fijándome más en quién era, pero aún así, sin llegar a caer en su nombre; qué irreparable daño había hecho la televisión, por poco que la viese, al final te terminabas sabiendo de pé a pá a todas las personas conocidas que actuasen en ellas, y lo peor de todo es que algunas de ellas eran...
- Me he disculpado, y te quejas. - espeté de forma lo menos agradable posible. - Si quieres un tono agradable, pídelo con educación.
... Gaieslutning.
Los gaieslutning eran, una secta de pirados que estaban muy acostumbrados al mundo que existía antes de que los Nyrace se desarrollaran completamente; el mundo con el humano perfecto y a la vez defectuoso que era inocente y caprichoso, fácil de dominar por ideas sin fundamento y que tardaría alrededor de 1.500.000 de ponerse en pie y hacer herramientas de piedra.
En teoría no me tendría que meter con ellos, total, son mis ancestros. Pero si ellos se meten conmigo no sé si realmente quieren que me quede quieto en un sitito dónde me puedan controlar y matar o dejarme matar con cuatro tiros.
Ingenuos.
Y la miré fríamente, fijándome más en quién era, pero aún así, sin llegar a caer en su nombre; qué irreparable daño había hecho la televisión, por poco que la viese, al final te terminabas sabiendo de pé a pá a todas las personas conocidas que actuasen en ellas, y lo peor de todo es que algunas de ellas eran...
- Me he disculpado, y te quejas. - espeté de forma lo menos agradable posible. - Si quieres un tono agradable, pídelo con educación.
... Gaieslutning.
Los gaieslutning eran, una secta de pirados que estaban muy acostumbrados al mundo que existía antes de que los Nyrace se desarrollaran completamente; el mundo con el humano perfecto y a la vez defectuoso que era inocente y caprichoso, fácil de dominar por ideas sin fundamento y que tardaría alrededor de 1.500.000 de ponerse en pie y hacer herramientas de piedra.
En teoría no me tendría que meter con ellos, total, son mis ancestros. Pero si ellos se meten conmigo no sé si realmente quieren que me quede quieto en un sitito dónde me puedan controlar y matar o dejarme matar con cuatro tiros.
Ingenuos.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Lo normal hubiese sido que después de caer al suelo y que te pidan disculpas, e incluso replicando a éstas, la cosa no hubiese llegado a más. Lo normal, es olvidarse en dos minutos del rostro de la persona que te ha empujado. Lo normal. Pero como casi todo en la vida de Ninette, esto era diferente. Aireó su cabello al más puro estilo Pantene Pro-V y se colocó las gafas. El individuo en cuestión con el que estaba debatiendo acerca de los buenos modales, no parecía haberla reconocido, y eso, quisiera admitirlo o no, le gustaba. Pues podía mantener una conversación - digamos más bien disputa -, con normalidad. Sin cuidar las formas. Simplemente como una persona de a pie. Chasqueó la lengua a modo de réplica, se pasó los dedos por su cabello con naturalidad y elevó las comisuras de sus labios en forma de sonrisa. Una sonrisa que no pretendía ser dulce, agradable, ni mucho menos, educada. Sonrió burlonamente y después, le dedicó unas cuantas palabras con el mismo tono que antes, sin inmutarse - ¿Y de qué me sirven tus disculpas vacías? - inquirió -. Lo siento, no estoy acostumbrada a pedir buenos modales. Ya sabes, es una de esas cosas que se dan o no, no se piden. Pero ya veo que mamá se olvidó de la lección de tratar bien a las señoritas
Kienne Saint-Lewis- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
- Perdone. - opté por responder a sus evidentes formas de hacerme rabiar de una forma o otra; llamándome maleducado; era ilógico caer en su juego, y más queriendo yo proseguir con mi soledad y llegar a casa antes de que Arhanoss, mi padre, empezase a echarme la charla cómo si fuese un crío de 15 años que se hubiese ido de botellón. - No es mi día.
Arqueó una ceja ante su sonrisa burlona y orgullosa; Las actrices me ponían nervioso, me ponen y me pondrán, y más las que se tienen muy creído que por tener más dinero en la cartera que un ser normal o salir en una caja o en una pantalla son algo así como una divinidad caída del cielo; si yo me hubiese puesto así por ser tres veces capitán y campeón de Waterpolo en mi equipo cuándo tenía 17, me pregunto a dónde habría llegado. En eso tenía que darle las gracias a mi entrenador, un chaval de ventitantos en aquella época con los pelos en punta; decía que era hijo de un militar que se había quedado viudo, y que poco después llegó muerto tras su esposa quedando huérfano, y que había heredado de él la característica de mantener los relojes a horario militar y al andar, cómo si tuviese ritmo propio.
Y sucesivamente era así.
Arqueó una ceja ante su sonrisa burlona y orgullosa; Las actrices me ponían nervioso, me ponen y me pondrán, y más las que se tienen muy creído que por tener más dinero en la cartera que un ser normal o salir en una caja o en una pantalla son algo así como una divinidad caída del cielo; si yo me hubiese puesto así por ser tres veces capitán y campeón de Waterpolo en mi equipo cuándo tenía 17, me pregunto a dónde habría llegado. En eso tenía que darle las gracias a mi entrenador, un chaval de ventitantos en aquella época con los pelos en punta; decía que era hijo de un militar que se había quedado viudo, y que poco después llegó muerto tras su esposa quedando huérfano, y que había heredado de él la característica de mantener los relojes a horario militar y al andar, cómo si tuviese ritmo propio.
- Un, dos, un, dos, tres, cuatro, tres, cuatro...
Y sucesivamente era así.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Sonrió ante su último comentario. No porque se alegrase de que no fuese su día, si no porque tampoco era el de ella. Aunque para ser más exactos, no era ni su día, ni era su semana, ni su mes, ni su año. Y empezaba a preguntarse si su vida. Pues realmente, empezaba a estar cansada. De ser el centro de atención cuando andaba por la calle cuando sólo buscaba un poco de tranquilidad, de interminables disputas familiares en el despacho de un abogado que sólo fomentaba más peleas, de una familia totalmente rota. De un hermano mayor que a pesar de sacarla cuatro años, actuaba como si en realidad fuese él el eterno adolescente alocado al que le tienen que cuidar. Estaba cansada de jugar un papel de persona madura, de persona agradable, de persona razonable que no era. Sí, de vez en cuando a ella también le apetecía salir una noche con sus amigos, beber, bailar, pasarlo bien. Pero no podía, por el simple hecho de tener un Hëss detrás de su nombre. Por haber nacido en una familia y tener miles de cosas que ella nunca había pedido. Así que sí. Sonrió. Porque aunque seguía emanando cierta hostilidad hacia el individuo, se sentía igual que él. Suspiró y le volvió a mirar - Ya. Te entiendo, tampoco el mío - aclaró, aunque para no dejar caer abajo toda esa estúpida fachada que se había creado, sacudió su pelo, lo cual le permitió desviar la mirada de nuevo del chico -. Perdona por que haya sido tan brusca, supongo - dijo con un desinterés tan bien fingido que todos los premios posibles cinematográficos y de interpretación deberían haber acudido a sus manos.
Kienne Saint-Lewis- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Ella se disculpó, siguiendo con esos aires majestuosos que parecía que se creía más que nadie, produciendo en mí la reacción de alzar la ceja aún más, e incluso, ladeando la cabeza a un lado y poniendo los ojos en blanco.
No soportaba mucho más allí. Quería soledad, volver a mi casa sin encontrarme a nadie; ni a una chica sentada en un tejado que no para de preguntar ni a una actriz que se creía alguien omnipresente.
<<Me cago en dios.>> es lo único que se pasó por mi mente, y en este momento, deseé profundamente que ningún Laesind estuviese presente en ese momento, y de haberlo, que no se diese cuenta de lo que había pensado.
- Perdona que haya sido tan maleducado, supongo. - imité su tono, tal cómo lo había hecho ella y evadí su cuerpo lentamente, acercando un pie a su izquierda para que se echase a un lado; con ayuda de una mirada que decía más que mil palabras.
No soportaba mucho más allí. Quería soledad, volver a mi casa sin encontrarme a nadie; ni a una chica sentada en un tejado que no para de preguntar ni a una actriz que se creía alguien omnipresente.
<<Me cago en dios.>> es lo único que se pasó por mi mente, y en este momento, deseé profundamente que ningún Laesind estuviese presente en ese momento, y de haberlo, que no se diese cuenta de lo que había pensado.
- Perdona que haya sido tan maleducado, supongo. - imité su tono, tal cómo lo había hecho ella y evadí su cuerpo lentamente, acercando un pie a su izquierda para que se echase a un lado; con ayuda de una mirada que decía más que mil palabras.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Le daba la sensación de que el chico no la tomaba por el ser más agradable del mundo ni de lejos. Y que quería huir del lugar, o de ella, tan rápido como fuese posible. Bien, ella también deseaba un poco de tranquilidad. Pero a la vez deseaba seguir con esa conversación. Estaba claro que el chico no debía de saber quien era, aunque quizá tenía una idea por su manera de comportarse. Siempre tan llena de aires de superioridad, esos que tanto detestaba pero que el Hëss detrás de su nombre le obligaba a usar. O pensaba rápido, o el chico se iría. Se iría la única persona que no la trataba de diosa para arriba en mucho tiempo. Se iría aquel que había conseguido que se sintiese como un ser humano de nuevo. No se había molestado en colocarse la máscara con él, no se había molestado en fingir ser quien no era. Y para seguir con aquella extraña sinceridad que le inundaba con aquel tipo, del que no sabía ni el nombre, no quería que se fuese y no iba a permitir que lo hiciese tan fácilmente. Para entonces, ya se había apartado en un acto reflejo y el chico se alejaba de ella. Una idea cruzó su mente, era estúpida, ilógica, y la podríamos definir con un millón de adjetivos más que sólo resaltarían la estupidez de llevarla acabo. Pero era la única que tenía. Le tomó del hombro y le obligó a girarse - Esto, eh... - llamó su atención y rehusó mirar los ojos del chico. Había gente capaz de helar con una mirada, bien lo sabía, y no quería quedarse paralizada en ese momento, sólo reafirmando lo idiota de su persona -. No me has dicho tu nombre - se encogió de hombros. Penoso, ciertamente. Intentó arreglarlo con una extraña sonrisa de santa, que nadie se creería ni siendo la mejor actriz del mundo.
Kienne Saint-Lewis- Soldado
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
Algo se topó con mi hombro.
La suave brisa que balanceaba las aguas del canal empezaba a tornarse algo más fuerte, moviendo las prendas de la gente.
Mi corbata negra empezó a moverse de un lado a otro, con complejo de reloj.
Me paré en el vacío de lo que había comenzado a dar un par de pasos, acelerándose el corazón a un ritmo cómo si tuviese una taquicardia; reconocí la voz de la chica con la que había estado hablando antes, ahora algo más humilde.
¿Qué mosca le había picado?
Me giré sobre mis talones encontrándome con ella y, con una mirada fría, helándola el rostro.
Fruncí el ceño cómo reflejo a ésa reacción.
- Eehl. - relajé el ceño, y utilicé, esta vez, de forma espontánea, un tono más suave; algo más dulce en mi voz grave. - Sería de mala educación que no me dijeses el tuyo, ¿no crees?.
Y sonreí.
La suave brisa que balanceaba las aguas del canal empezaba a tornarse algo más fuerte, moviendo las prendas de la gente.
Mi corbata negra empezó a moverse de un lado a otro, con complejo de reloj.
Me paré en el vacío de lo que había comenzado a dar un par de pasos, acelerándose el corazón a un ritmo cómo si tuviese una taquicardia; reconocí la voz de la chica con la que había estado hablando antes, ahora algo más humilde.
¿Qué mosca le había picado?
Me giré sobre mis talones encontrándome con ella y, con una mirada fría, helándola el rostro.
Fruncí el ceño cómo reflejo a ésa reacción.
- Eehl. - relajé el ceño, y utilicé, esta vez, de forma espontánea, un tono más suave; algo más dulce en mi voz grave. - Sería de mala educación que no me dijeses el tuyo, ¿no crees?.
Y sonreí.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Nyhavn [ZdR]
En un principio, estuvo segura, el chico le había lanzado tal mirada que el temor sólo había ido en aumento. Pero cuando sonrió, le pareció que estaba más relajado y que no sentía ganas de matarla, o que sabía controlarlas. La sonrisa de santa Beata cambió por una mucho más natural, una sonrisa de extraño alivio al ver que el chico había accedido a decir su nombre. Era de ésas que solía cubrir la gran pantalla y que provocaba un aumento de fans del género masculino repentinamente. Eso sí, ahora había un problema. Puede que el chico no frecuentase la sección de cotilleo en los periódicos, ni la sección más rosa y picante de los programas de corazón. Pero a estas alturas, su fama como actriz había llegado un poco más lejos de esos temas. Había llegado al punto en que a cualquiera le sonaría su nombre. Y en ese preciso instante, detestó no haber accedido a usar un nombre artístico cuando le dieron la oportunidad. Pues desde luego, todo se vendría abajo si saltase con que se llama Ninette Hëss, es una actriz famosa y todo ese rollo que pretendía ocultar. Así pues, utilizó un apodo por el que sólo su familia la reconocía y las personas más allegadas, junto con el apellido de su padre, que no era conocido más que para los más fieles admiradores. Y desde luego él no lo era - Llámame Nueve, Nueve Lùih - se preparó para el silencio incómodo que vendría detrás.
Kienne Saint-Lewis- Soldado
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