Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
¿Que se callara? ¿Por qué? ¿Porque decía la verdad? Pues lo que a él le parecía es que era tan tonta que no admitía los sentimientos de afecto y de deseo que sentía hacia él. Todo estaba tan claro, tan mostrado que aunque ella quisiera negarlo no podría. Una sonrisa se muestra en sus labios. ¿Para qué negar verle? ¿No era lo que deseaba? ¿No era mirarle? Todo estaba tan claro que un bebé podría entenderlo.
- ¿Para qué callarme? -Pregunta, soltando un leve bufido, parecido a una risa- Para qué, si todavía tengo que decirte más. Dime, Sanders, ¿no quieres otro beso? ¿No quieres pasar una noche loca? -Había perdido totalmente la cabeza.
- ¿Para qué callarme? -Pregunta, soltando un leve bufido, parecido a una risa- Para qué, si todavía tengo que decirte más. Dime, Sanders, ¿no quieres otro beso? ¿No quieres pasar una noche loca? -Había perdido totalmente la cabeza.
Kael Q. Baker-Arnolth- Grand
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Entornó los ojos, intentando distinguir algo más del extraño hombre que había allí. Casi parecía... No, no podía ser. ¿Otro Joshua? Con la boca abierta, sacudió la cabeza. Debía estar volviéndose loca, no había otra explicación. La muerte del rubio le había trastornado y ahora veía Joshuas donde no los había. Excepto Kael, claro. Él sí que se parecía de verdad, pues hasta lo había admitido. Decidió dejarlo correr. Porque ella no podía volverse loca. Nada en cien años la había alterado, ahora sería igual.
Aún sin querer mirarle, pues sabía que en sus ojos podría ver muchas cosas hasta que se tranquilizara, se quedó mirando sus manos sobre el pecho del chico, donde se habían quedado tras los golpes. Cuando creyó que tenía la situación bajo control volvió a mirarlo. Y se quedó a cuadros al oír lo que dijo a continuación. Ahora sí que no sabía qué decir.
-No quiero nada tuyo -lo dijo tan convencida que casi podría haber pasado por verdad, pero no después de lo ocurrido anteriormente. Ayudándose de las manos que tiene sobre él, lo empuja hacia atrás. Si se la tenía que llevar la gente, que lo hiciera, pero no se quedaría más tiempo con él. La confundía demasiado. Además, siempre podía golpear con sus piernas extra-largas a cualquier posible idiota.
Aún sin querer mirarle, pues sabía que en sus ojos podría ver muchas cosas hasta que se tranquilizara, se quedó mirando sus manos sobre el pecho del chico, donde se habían quedado tras los golpes. Cuando creyó que tenía la situación bajo control volvió a mirarlo. Y se quedó a cuadros al oír lo que dijo a continuación. Ahora sí que no sabía qué decir.
-No quiero nada tuyo -lo dijo tan convencida que casi podría haber pasado por verdad, pero no después de lo ocurrido anteriormente. Ayudándose de las manos que tiene sobre él, lo empuja hacia atrás. Si se la tenía que llevar la gente, que lo hiciera, pero no se quedaría más tiempo con él. La confundía demasiado. Además, siempre podía golpear con sus piernas extra-largas a cualquier posible idiota.
Melanie R. Sanders- Teniente
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Localización : En tus mejores sueños, baby 8)
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
No recordaba haberlo pasado tan mal en toda mi vida. La multitud de gente me lleva de un lado a otro, empujándome. Están furiosos. Gritan y agitan sus pancartas con fuerza. Todo me resulta aterrador. Intento protegerme con los brazos de cualquier posible golpe que pueda recibir. La gente, cegada de ira, nadie sabe hasta dónde puede llegar.
Poco a poco, consigo desplazarme entre los manifestantes para llegar a uno de los lados de la calle, pudiendo respirar tranquila durante unos momentos. Hasta allí también llega masa de personas, pero no es tan grande como en el centro de la calle. Busco deprisa el móvil en mi bolso, desesperada por salir de aquí de una vez, pero entonces escucho llegar un coche de policía que se abre paso entre la gente. Una sonrisa de satisfacción se forma en mis labios durante un instante fugaz, cuando se me ocurre que ellos me podrían ayudar a salir de esta pesadilla.
Me abro paso como puedo entre la multitud, hasta llegar al pequeño círculo que envuelve al coche. Observo la escena en que antes no me había fijado, en el chico aplastado contra el capot. Aparto la mirada de él, aunque tenga curiosidad por saber las razones por las que lo detienen, y me dirijo a uno de los agentes que no se están ocupando de él.
- Disculpe -llamo su atención educadamente-. Me llamo Eve Wickham... supongo que sabrá quién es mi padre -espero a que me conteste, convencida de que me van a sacar de aquí. En toda mi vida, nunca había utilizado el ser hija de un rico empresario para conseguir algo, pero tengo tal terror en el cuerpo que solo quiero llegar de una vez a mi confortable casa, sin importarme lo que me pueda costar.
Poco a poco, consigo desplazarme entre los manifestantes para llegar a uno de los lados de la calle, pudiendo respirar tranquila durante unos momentos. Hasta allí también llega masa de personas, pero no es tan grande como en el centro de la calle. Busco deprisa el móvil en mi bolso, desesperada por salir de aquí de una vez, pero entonces escucho llegar un coche de policía que se abre paso entre la gente. Una sonrisa de satisfacción se forma en mis labios durante un instante fugaz, cuando se me ocurre que ellos me podrían ayudar a salir de esta pesadilla.
Me abro paso como puedo entre la multitud, hasta llegar al pequeño círculo que envuelve al coche. Observo la escena en que antes no me había fijado, en el chico aplastado contra el capot. Aparto la mirada de él, aunque tenga curiosidad por saber las razones por las que lo detienen, y me dirijo a uno de los agentes que no se están ocupando de él.
- Disculpe -llamo su atención educadamente-. Me llamo Eve Wickham... supongo que sabrá quién es mi padre -espero a que me conteste, convencida de que me van a sacar de aquí. En toda mi vida, nunca había utilizado el ser hija de un rico empresario para conseguir algo, pero tengo tal terror en el cuerpo que solo quiero llegar de una vez a mi confortable casa, sin importarme lo que me pueda costar.
Eve J. Wickham- Soldado
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
- ¿Qué clase de apellido es Arsoft-Dennau? - carcajéose el policía ante semejante -y extraño- apellido que poseía Alphonse. Y en efecto, era para hacerlo, y es que, ¿Quién tiene un apellido compuesto con un origen más que desconocido que no sea alemán para su ratio de sabiduría?
- Uno que me diferencia de tu mierdosa familia que se moría de hambre durante la Edad Media... - una sonrisa apareció en el semblante propio de Alphonse - ... De la mía que comía de lo que trabajaban los tuyos.
El guardia, atónito, respondió ante la provocación del casi ya prisionero;
- Claramente se ve que el tiempo pone a todo el mundo en su lugar, ¿verdad?
- Seguramente
Deslizó la pierna Alphonse por el suelo, serpenteando hasta que la punta llegase al talón de el del policía. Desde ahí, forzó con el pie hasta que éste perdiese el equilibrio y cayese, dejándole las manos libres. En ese momento, saltó encima del tumbado cuerpo del policía y continuó corriendo, con el otro detrás suya, metiéndose entre la cantidad de gente.
Dio un giro de noventa grados para dar un esquinazo a una farola; en ese momento giró la cabeza hacia atrás, y al volver la vista hacia delante chocó ligeramente contra algo
Contra alguien.
Ladeó la cabeza un momento, y sus ojos se abrieron demasiado al observar quién era.
<<Alicia>>
- Al... - el brazo del policía le agarró el cuello en cuestión de segundos al llegar a él, y rápidamente se deshizo de éste propinando una patada en su estómago y pasando la cabeza debajo del brazo que le presionaba.
Su libertad no duró mucho; el otro policía al que le había tumbado volvía con sus carreras, y se volvió a apropiar de él llevándole lentamente, pasando por la manifestación, de nuevo al vehículo.
- Uno que me diferencia de tu mierdosa familia que se moría de hambre durante la Edad Media... - una sonrisa apareció en el semblante propio de Alphonse - ... De la mía que comía de lo que trabajaban los tuyos.
El guardia, atónito, respondió ante la provocación del casi ya prisionero;
- Claramente se ve que el tiempo pone a todo el mundo en su lugar, ¿verdad?
- Seguramente
Deslizó la pierna Alphonse por el suelo, serpenteando hasta que la punta llegase al talón de el del policía. Desde ahí, forzó con el pie hasta que éste perdiese el equilibrio y cayese, dejándole las manos libres. En ese momento, saltó encima del tumbado cuerpo del policía y continuó corriendo, con el otro detrás suya, metiéndose entre la cantidad de gente.
Dio un giro de noventa grados para dar un esquinazo a una farola; en ese momento giró la cabeza hacia atrás, y al volver la vista hacia delante chocó ligeramente contra algo
Contra alguien.
Ladeó la cabeza un momento, y sus ojos se abrieron demasiado al observar quién era.
<<Alicia>>
- Al... - el brazo del policía le agarró el cuello en cuestión de segundos al llegar a él, y rápidamente se deshizo de éste propinando una patada en su estómago y pasando la cabeza debajo del brazo que le presionaba.
Su libertad no duró mucho; el otro policía al que le había tumbado volvía con sus carreras, y se volvió a apropiar de él llevándole lentamente, pasando por la manifestación, de nuevo al vehículo.
Master- The Emperator
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Los gritos y los pasos apresurados de la gente lo que lograban era que en su interior más sentimientos de miedo se filtraran en él como sangre por las venas. Si no corría lo más que podía, terminaría aplastado y como tapete en medio del suelo. Era mejor que se refugiara en un local cercano y evitar un montón de puños. También quería quitarse de la cabeza al conocido hombre que tenía problemas en aquellos momentos con varios policías. Pero lo volvió a olvidar, al ver a otra persona muy, muy familiar a escasos metros de Aldous.
No podía ser Alicia. Ella había muerto, al igual que Alphonse. Estaba tan asustado como asombrado por el hecho de ver ambas copias de ambos. Aldous se quedó en silencio, esperando que la desconocida -o conocida- se fuera de cerca de él. Su asombro se incrementó a magnitudes inimaginables al observar al reflejo de su difunta hermana correr hasta donde se encontraba el hombre que al parecer era fugitivo. No le importó que la multitud le atropellara, iba a averiguar por qué Demonios habían dos perfectas copias de sus dos hermanos y por qué se conocían aquellos dos. Vamos, que con un poco de ingenio todo se logra.
Se acercó hasta donde estaban ambos, a pocos metros de ellos. "Al..." Podía deducir sin ningún problema que iba a decir Alicia. Aún así se quedó en silencio, con el corazón latiendo frenéticamente. Aldous palideció cuando vio a los otros dos policías intentar apresar a su posible hermano. Si hubiera podido, habría salido a defenderle, pero no quería meterse en un problema mayor.
- No... -Se negó él mismo, aún con el corazón latiéndole del mismo modo que hace unos momentos-. ¿A... Alicia? -Las palabras se le salieron de la boca como el mismo aliento, mientras veía la espalda de la desconocida o tal vez conocida. Se quedó en silencio, sin hacer el menor caso a su posible hermano ser arrastrado por los policías lejos de ellos.
No podía ser Alicia. Ella había muerto, al igual que Alphonse. Estaba tan asustado como asombrado por el hecho de ver ambas copias de ambos. Aldous se quedó en silencio, esperando que la desconocida -o conocida- se fuera de cerca de él. Su asombro se incrementó a magnitudes inimaginables al observar al reflejo de su difunta hermana correr hasta donde se encontraba el hombre que al parecer era fugitivo. No le importó que la multitud le atropellara, iba a averiguar por qué Demonios habían dos perfectas copias de sus dos hermanos y por qué se conocían aquellos dos. Vamos, que con un poco de ingenio todo se logra.
Se acercó hasta donde estaban ambos, a pocos metros de ellos. "Al..." Podía deducir sin ningún problema que iba a decir Alicia. Aún así se quedó en silencio, con el corazón latiendo frenéticamente. Aldous palideció cuando vio a los otros dos policías intentar apresar a su posible hermano. Si hubiera podido, habría salido a defenderle, pero no quería meterse en un problema mayor.
- No... -Se negó él mismo, aún con el corazón latiéndole del mismo modo que hace unos momentos-. ¿A... Alicia? -Las palabras se le salieron de la boca como el mismo aliento, mientras veía la espalda de la desconocida o tal vez conocida. Se quedó en silencio, sin hacer el menor caso a su posible hermano ser arrastrado por los policías lejos de ellos.
Master II- The Emperator
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
A base de empujones se abrió paso entre la multitud de protestantes, haciendo oídos sordos a la sarta de insultos y gritos hacia su persona por la manera de correr entre las personas; pero no tenía tiempo de pedir perdón, ni siquiera de pararse a ver por donde se movía, sólo quería llegar hasta el vehículo de la policía y comprobar si sus ojos la habían engañado. No podía ser su hermano, pero tampoco podía ser un hombre clavado a él; no existían las coincidencias.
Pero todo el tramo que había conseguido acortar, lo perdió a causa de la encolerizada multitud que se moví con más ansias, queriendo alcanzar ellos también a la policía y seguir con su protesta.
Y de golpe, el cuerpo del desconocido chocó contra el suyo propio, de frente. Parpadeó varias veces, aturdida por el choque. Cuando comprendió quien era el que estaba enfrente suya, clavó su mirada en la de él. Sin duda, era Alphonse.
-Alphonse...-llegó a murmurar. Pero éste ni le escuchó, los policías habían conseguido alcanzarlo y en cuestión de segundos lo llevaban de nuevo al vehículo. Debía de actuar. Primero deshacerse de la policía y después descubrir que narices estaba pasando. Ni tres pasos dio, que su nombre se escuchó en mitad de los gritos de la muchedumbre. Pero esa voz...Era inconfundible. En su rostro podía leerse la duda y el pánico. No podía ser tampoco, él si que tenía que estar muerto...
Se giró, como si no tuviera prisa alguna y enfrentó a Aldous, su otro hermano.
-Ald...-pero pasó lo mismo como desde pequeños, Alicia echó a correr de nuevo hacia Alphonse.
Pero todo el tramo que había conseguido acortar, lo perdió a causa de la encolerizada multitud que se moví con más ansias, queriendo alcanzar ellos también a la policía y seguir con su protesta.
Y de golpe, el cuerpo del desconocido chocó contra el suyo propio, de frente. Parpadeó varias veces, aturdida por el choque. Cuando comprendió quien era el que estaba enfrente suya, clavó su mirada en la de él. Sin duda, era Alphonse.
-Alphonse...-llegó a murmurar. Pero éste ni le escuchó, los policías habían conseguido alcanzarlo y en cuestión de segundos lo llevaban de nuevo al vehículo. Debía de actuar. Primero deshacerse de la policía y después descubrir que narices estaba pasando. Ni tres pasos dio, que su nombre se escuchó en mitad de los gritos de la muchedumbre. Pero esa voz...Era inconfundible. En su rostro podía leerse la duda y el pánico. No podía ser tampoco, él si que tenía que estar muerto...
Se giró, como si no tuviera prisa alguna y enfrentó a Aldous, su otro hermano.
-Ald...-pero pasó lo mismo como desde pequeños, Alicia echó a correr de nuevo hacia Alphonse.
Master III- The Emperator
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Hacía tiempo que ese dolor tan incesante en su cabeza no era tan fuerte. Ahí, encogida a los pies de la farola no parecía más que una borracha-drogadicta enmedio de la calle, cosa que emfatizaba su mirada descolocada e ida en esos momentos. Tal era el dolor que sentía que L comenzó a emitir audibles chillidos mientras a su vez se agarraba la cabeza, de sus ojos comenzaron a brotar lágrmas de furia al no poder contener todas las voces fuera de su cabeza.
Quién sabe si fue en un arranque de pánico o un momento de inexplicable conexión neuronal con el resto del cuerpo, pero finalmente la muchacha se pueso en pié y comenzó a correr calle abajo, como aquél que es perseguido por el mismísimo Lucifer. se adentró en un callejón y de golpe chocó contra algo o alguien. Abrió los ojos asustada y se encontró con un agente de policía que custodiaba a otros que llevaban a un muchacho. Las voces aún se escuchaban fuertes, la multitud de gente aún se podía considerar cercana para dejar de oírlas. No pudo más, su cabeza iba a estallar, apartó al guardia con el hombro, sin mostrar ninguna señal de arrepentimiento y sin excusarse, y siguió corriendo por el callejón con las manos tapándose los oídos, como si con ese simple gesto pudiera evadir las voces de la cabeza.
Quién sabe si fue en un arranque de pánico o un momento de inexplicable conexión neuronal con el resto del cuerpo, pero finalmente la muchacha se pueso en pié y comenzó a correr calle abajo, como aquél que es perseguido por el mismísimo Lucifer. se adentró en un callejón y de golpe chocó contra algo o alguien. Abrió los ojos asustada y se encontró con un agente de policía que custodiaba a otros que llevaban a un muchacho. Las voces aún se escuchaban fuertes, la multitud de gente aún se podía considerar cercana para dejar de oírlas. No pudo más, su cabeza iba a estallar, apartó al guardia con el hombro, sin mostrar ninguna señal de arrepentimiento y sin excusarse, y siguió corriendo por el callejón con las manos tapándose los oídos, como si con ese simple gesto pudiera evadir las voces de la cabeza.
Neftis B. Lekker- Sargento
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
La figura de Alphonse se perdió en el olvido, entre los gritos y la gente y el tiempo; lo único que quedó fue su mirada azulada, algo verdosa, mirando a su hermana.
La manifestación fue ignorada por parte de la policía, ya que con sólo tres policías no podían hacer nada. En cuánto la seguridad se fue, la gente empezó a revolucionarse aún más, rompieron cristales de bares, de cafeterías y ventanas de casas, farolas, y papeleras; comenzaron a sacar botes de color grisáceo de plástico que vertía un líquido conocido, gasolina. Se esparció por todos los sitios de la calle, y uno sacó una cerilla, poniéndose delante de un riachuelo del líquido que llevaba a un edificio seguramente muy importante; un ministerio.
- ¡NO VAMOS A PERMITIR QUE NOS DEJEN SIN COMER, NI QUE NOS CIERREN LAS TIENDAS PORQUE SIMPLEMENTE NO SABEN LO QUE SIGNIFICA PARA NOSOTROS! - la gente gritaba haciéndole el coro, y tiró la cerilla al riachuelo de gasolina.
En cuestión de segundos todo era de un color cálido; el fuego se había apoderado de la calle.
La manifestación fue ignorada por parte de la policía, ya que con sólo tres policías no podían hacer nada. En cuánto la seguridad se fue, la gente empezó a revolucionarse aún más, rompieron cristales de bares, de cafeterías y ventanas de casas, farolas, y papeleras; comenzaron a sacar botes de color grisáceo de plástico que vertía un líquido conocido, gasolina. Se esparció por todos los sitios de la calle, y uno sacó una cerilla, poniéndose delante de un riachuelo del líquido que llevaba a un edificio seguramente muy importante; un ministerio.
- ¡NO VAMOS A PERMITIR QUE NOS DEJEN SIN COMER, NI QUE NOS CIERREN LAS TIENDAS PORQUE SIMPLEMENTE NO SABEN LO QUE SIGNIFICA PARA NOSOTROS! - la gente gritaba haciéndole el coro, y tiró la cerilla al riachuelo de gasolina.
En cuestión de segundos todo era de un color cálido; el fuego se había apoderado de la calle.
Master- The Emperator
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Poco a poco la multitud se fue multiplicando y en menos de unos minutos, la joven gótica se vio envuelta en un mar de gente, siendo apartada a codazos e intentando no caerse al suelo mientras se hacía paso hasta llegar a la pared. El ruido era ensordecedor y las palabras le entraban como agujas en su cabeza, decididas a infligirle pavor. Estaba empezando a ponerse muy nerviosa y a sudar, su corazón iba muy deprisa y le daban ganas de echarse a chillar como una histérica. Procuró tranquilizarse tapándose los oídos con las manos, con la espalda pegada al edificio, y cerrando los ojos para poner la mente en blanco. Pero el ruido era tal que nada de lo que intentara daba su efecto, cosa que provocó que le diera un ataque de ansiedad y claustrofobia. Se echó a temblar y su cara se convirtió en una máscara de dolor, moviéndola con ansias hacia los lados con las manos en la cabeza.
En un momento pareció relajarse y pudo ver, a pocos metros de ella, una figura conocida que corría entre la muchedumbre tapándose los oídos y con cara de estar en el mismo estado que ella. Era L, no había duda, su última clienta, y recordaba que era una Laesind. Aquello le hizo pensar que debía de estar pasándolo muy mal entre la aglomeración, pues oiría todas y cada una de las mentes de aquel lugar. En un acto de valentía, se acercó a ella como pudo, apartando a la gente sin fijarse en si les hacía daño, hasta que logró cogerla del brazo y tirar de ella para sacarla de la masa.
—¡Ele! —le gritó, a pesar de que no creía que pudiera oírla.
En aquel instante, aun cogiendo a la chica por el brazo, se oyó a su derecha una explosión estridente que hizo que dejara escapar un grito ahogado. Un edificio entero estaba en llamas y la luz de éstas iluminaba con horror los ojos de la hacker, quien miraba todo con espanto. En cuestión de segundos, se vio rodeada de un color rojo fuego y su cuerpo se quedó paralizado de terror.
En un momento pareció relajarse y pudo ver, a pocos metros de ella, una figura conocida que corría entre la muchedumbre tapándose los oídos y con cara de estar en el mismo estado que ella. Era L, no había duda, su última clienta, y recordaba que era una Laesind. Aquello le hizo pensar que debía de estar pasándolo muy mal entre la aglomeración, pues oiría todas y cada una de las mentes de aquel lugar. En un acto de valentía, se acercó a ella como pudo, apartando a la gente sin fijarse en si les hacía daño, hasta que logró cogerla del brazo y tirar de ella para sacarla de la masa.
—¡Ele! —le gritó, a pesar de que no creía que pudiera oírla.
En aquel instante, aun cogiendo a la chica por el brazo, se oyó a su derecha una explosión estridente que hizo que dejara escapar un grito ahogado. Un edificio entero estaba en llamas y la luz de éstas iluminaba con horror los ojos de la hacker, quien miraba todo con espanto. En cuestión de segundos, se vio rodeada de un color rojo fuego y su cuerpo se quedó paralizado de terror.
Ce-L- Chapardeur
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Nombre y Edad: Erika Stenberg (Ce-L), 24 años
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Sintió como alguien le agarraba y le sacaba de la muchedumbre abrió los ojos sin ver realmente, encontrandose con una figura algo borrosa en su cansada mirada. Oscura, algo bajita y con una voz conocida.
- Sácame de aquí... ¡SACAME DE AQUÍ!-fué lo único que pudo articular antes de quedarse quieta enmedio de la gente, como si todo su organismo se hubiera ido al traste. Acababa de haber una gran explosión, y en ese momento el temor, el horror, la desesperación y el odio reinaba en todas las cabezas. Ya no podía más. Sintió como sus piernas desfallecían, la vista se tornaba blanca y todo lo demás fue silencio.
L se había desmayado.
- Sácame de aquí... ¡SACAME DE AQUÍ!-fué lo único que pudo articular antes de quedarse quieta enmedio de la gente, como si todo su organismo se hubiera ido al traste. Acababa de haber una gran explosión, y en ese momento el temor, el horror, la desesperación y el odio reinaba en todas las cabezas. Ya no podía más. Sintió como sus piernas desfallecían, la vista se tornaba blanca y todo lo demás fue silencio.
L se había desmayado.
Última edición por Losille Lekker el Vie Jun 25, 2010 10:13 am, editado 1 vez
Neftis B. Lekker- Sargento
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Una vez deshecho el abrazo, sólo le quedaba huir de ese laberinto de gente, volver a su piso y relajarse. Relajarse y pegarse un tiro, para así no volver a pensar nunca más. Sería un alivio, y tal vez se reencarnaría en un precioso lince o un gato de esponjoso pelaje que no tuviera nada de lo que preocuparse, tan sólo de cubrir las necesidades básicas. Una buena vida.
Sin saber dónde estaba el norte ni donde estaba el sur, completamente desorientada, comenzó a avanzar a trompicones, propinando codazos, empujones y patadas a todo aquel que impedía su paso, corriendo a camuflarse más tarde para que no le hicieran nada. Más de una pelea dejaría a su paso. No le importaba. Cuando ya veía el final de la calle, y con ello una concentración menor de cuerpos, sonriendo por el triunfo aun sabiendo que tardaría un rato en encontrar el camino de vuelta a casa, un fuerte estallido hizo que se llevara las manos a la cabeza, tapándose los oídos y soltar un grito de pánico. Mientras el caos sumía a toda la gente en un estado mayor de revuelo si cabía, Melanie giró la cabeza, horrorizada, para contemplar lo que habían causado un par de locos.
-Jodidos pirómanos de mierda... -murmuró, con los ojos dilatados por el miedo. La gente había hecho de su vía de escape un infierno, ya no encontraba la salida. Cada vez más acongojada, comenzó a andar de espaldas al fuego, casi corriendo. Tenía que marcharse ya. Sin embargo, el destino le tenía reservado algo allí, pues tropezó y cayó al suelo de culo. Tal vez las llamas acabarían con ella. Esperaba poder ser más rápida que éso.
Sin saber dónde estaba el norte ni donde estaba el sur, completamente desorientada, comenzó a avanzar a trompicones, propinando codazos, empujones y patadas a todo aquel que impedía su paso, corriendo a camuflarse más tarde para que no le hicieran nada. Más de una pelea dejaría a su paso. No le importaba. Cuando ya veía el final de la calle, y con ello una concentración menor de cuerpos, sonriendo por el triunfo aun sabiendo que tardaría un rato en encontrar el camino de vuelta a casa, un fuerte estallido hizo que se llevara las manos a la cabeza, tapándose los oídos y soltar un grito de pánico. Mientras el caos sumía a toda la gente en un estado mayor de revuelo si cabía, Melanie giró la cabeza, horrorizada, para contemplar lo que habían causado un par de locos.
-Jodidos pirómanos de mierda... -murmuró, con los ojos dilatados por el miedo. La gente había hecho de su vía de escape un infierno, ya no encontraba la salida. Cada vez más acongojada, comenzó a andar de espaldas al fuego, casi corriendo. Tenía que marcharse ya. Sin embargo, el destino le tenía reservado algo allí, pues tropezó y cayó al suelo de culo. Tal vez las llamas acabarían con ella. Esperaba poder ser más rápida que éso.
Melanie R. Sanders- Teniente
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Me quedé quieto en mi sitio, inerte.
Un cigarillo quedó en mi boca, sin casi darme ni cuenta, emanando humo a la escena. Me embriagué con el culebrón que estaba viendo delante de mis narices. Tres personas que se conocían y que, parecía, desde la vista de una persona normal y corriente que les estuviese prestando atención, hacía tiempo que no se veían. Quizás me equivocaba. Sería lo más probable, pero yo mismo estoy muy seguro de que eran familiares. Que no eran personas normales, y que, en todo caso, serían Nyrace.
Arrugó la nariz después de que la misteriosa figura de cabellos rubios desapareciese con los mismos policías, algo así como un <<basta>> interior, una señal para irme de allí. Había demasiada gente, y sin entretenimiento, no tardaría demasiado en pegarle un botellazo a alguno de esos sindicalistas.
Un poco de aire, gasolina y una cerilla. Y todo estalló en llamas en cuestión de segundos. Cerré los ojos debido al escozor que me provocaba el gas que emanaba, y cuándo los abrí; no había salida.
Bueno, me equivocaba. Un pequeño hueco aún se salvaba de la llamas que comían la calle Kannikestra, y es exactamente por dónde yo salí de aquél tugurio, sin salir del todo de ese laberinto encendido.
Continué andando, paso a paso, hasta que...
- ¡JODER! - ... me topé contra algo. Y salió toda mi ira disparada en una sola palabra. Mas cuándo me fije en el suelo me encontré con alguien demasiado conocido que se había comido el suelo. - ¿Melanie?
La levanté del suelo en un momento. Sí, era ella. Y arqueé una ceja.
Un cigarillo quedó en mi boca, sin casi darme ni cuenta, emanando humo a la escena. Me embriagué con el culebrón que estaba viendo delante de mis narices. Tres personas que se conocían y que, parecía, desde la vista de una persona normal y corriente que les estuviese prestando atención, hacía tiempo que no se veían. Quizás me equivocaba. Sería lo más probable, pero yo mismo estoy muy seguro de que eran familiares. Que no eran personas normales, y que, en todo caso, serían Nyrace.
Arrugó la nariz después de que la misteriosa figura de cabellos rubios desapareciese con los mismos policías, algo así como un <<basta>> interior, una señal para irme de allí. Había demasiada gente, y sin entretenimiento, no tardaría demasiado en pegarle un botellazo a alguno de esos sindicalistas.
Un poco de aire, gasolina y una cerilla. Y todo estalló en llamas en cuestión de segundos. Cerré los ojos debido al escozor que me provocaba el gas que emanaba, y cuándo los abrí; no había salida.
Bueno, me equivocaba. Un pequeño hueco aún se salvaba de la llamas que comían la calle Kannikestra, y es exactamente por dónde yo salí de aquél tugurio, sin salir del todo de ese laberinto encendido.
Continué andando, paso a paso, hasta que...
- ¡JODER! - ... me topé contra algo. Y salió toda mi ira disparada en una sola palabra. Mas cuándo me fije en el suelo me encontré con alguien demasiado conocido que se había comido el suelo. - ¿Melanie?
La levanté del suelo en un momento. Sí, era ella. Y arqueé una ceja.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
L empezó a gritar, cosa que la puso aun más nerviosa y se apresuró a dirigirse a un rincón mientras la cogía por los hombros. Pero cuando hubo la explosión, la chica se desmayó y todo su peso cayó encima de la hacker, a la cual se le doblaron las piernas por el impulso. Desesperada, se levantó con rapidez y la arrastró entre la gente a la vez que exclamaba que tuvieran cuidado. Vio con horror como algunos se tropezaban con L y soltaban injurias contra ellas, y en su interior rogó que no le hubiesen echo daño.
Finalmente, logró llegar a un portal que no estaba rodeado de fuego, donde dejó a la laesind apoyada en la pared y ella se deslizó hasta caer al suelo. Intentaba respirar con normalidad, inspirando y expirando profundamente mientras se sujetaba la cabeza con las manos. De reojo, miró a su izquierda y vio a la gente correr a su lado por la calle, como grandes manchas difuminadas, recortadas contra la luz rojiza de las llamas.
Entonces, vio a alguien en la acera, una chica de cabellos castaños que parecía haberse caído y cuyo rostro le sonaba mucho, junto a un hombre joven que parecía estar ayudándola. Haciendo memoria, le vino a la cabeza la imagen de la última vez que la había visto, como si se tratara un fotograma, pues su memoria funcionaba como una cámara de fotos: estaba sentada en las escaleras de la plaza Rådhuspladsen, cuando ella intentaba introducirse en los ordenadores centrales del ayuntamiento. Como se llamaba… ¡ah, sí! Melanie, claro. Recordaba que aquella vez se había escapado por los pelos.
—¡EH, VOSOTROS, VENID! ¡POR AQUÍ! —les gritó al ponerse de pie, haciéndoles señas con los brazos para que se acercaran. Si se quedaban en medio de la calle podrían ser engullidos por las llamas.
Finalmente, logró llegar a un portal que no estaba rodeado de fuego, donde dejó a la laesind apoyada en la pared y ella se deslizó hasta caer al suelo. Intentaba respirar con normalidad, inspirando y expirando profundamente mientras se sujetaba la cabeza con las manos. De reojo, miró a su izquierda y vio a la gente correr a su lado por la calle, como grandes manchas difuminadas, recortadas contra la luz rojiza de las llamas.
Entonces, vio a alguien en la acera, una chica de cabellos castaños que parecía haberse caído y cuyo rostro le sonaba mucho, junto a un hombre joven que parecía estar ayudándola. Haciendo memoria, le vino a la cabeza la imagen de la última vez que la había visto, como si se tratara un fotograma, pues su memoria funcionaba como una cámara de fotos: estaba sentada en las escaleras de la plaza Rådhuspladsen, cuando ella intentaba introducirse en los ordenadores centrales del ayuntamiento. Como se llamaba… ¡ah, sí! Melanie, claro. Recordaba que aquella vez se había escapado por los pelos.
—¡EH, VOSOTROS, VENID! ¡POR AQUÍ! —les gritó al ponerse de pie, haciéndoles señas con los brazos para que se acercaran. Si se quedaban en medio de la calle podrían ser engullidos por las llamas.
Ce-L- Chapardeur
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Nombre y Edad: Erika Stenberg (Ce-L), 24 años
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Después de ser empujada, arrollada y golpeada por la muchedumbre, la conciencia de Kallendra dijo "¡BASTA!" y a base de ser ella en esa ocasión quién empezó a golpear con piernas y brazos, se hizo un hueco entre la multitud, cayendo al suelo de uno de los lados de la sucia calle. Con el pelo arremolinado y las mejillas coloradas por el esfuerzo de salir de aquella marea de gente enfurecida, miró desde su posición -tirada en el suelo, con ambos codos apoyados en el sucio asfalto para poder observar incorporada la situación- como la gente seguía avanzando enervando las pancartas al aire con más "entusiasmo" y gritando sus protestas con más fuerza; con más ira y rabia. Aquéllo cada vez se iba desmadrando aún más y ni siquiera los tres policuchos que habían aparecido persiguiendo a un rubio habían intentando parar a la enfurecida masa de personas.
Y la mente de Kallendra comenzó a trabajar a mil por hora, debatiéndose si en quedarse a ver tal tremendo espectáculo digno de ver por alguien que disfrute de las peleas y el caos o si por el contrario, sería mejor hacer funcionar sus piernas y huir ahora que podía. Se decantó por la segunda opción y, una vez de pie y corriendo ágilmente entre las diversas personas que se interponían a su paso, estuvo a punto de lograr salir de todo el alboroto, un gran estallido provocó una sacudida en todo su cuerpo y el cese de su huida. Giró rápidamente sobre si misma y vio con espanto como una gran nube de humo se alzaba entre la muchedumbre, seguida de un potente fuego. Malditos protestantes, si pudiera, la morena les metería las pancartas por el culo.
Sus ojos buscaron raudo una segunda vía de escape y por suerte o porque quizás aún quedaba gente cuerda entre aquellos manifestantes, vio como tres o así habín encontrado un sitio por donde escurrirse de aquel infernal fuego; o éso era lo que parecía ante las señas de una morena. Corrió en su dirección sin dudarlo, aquella noche no sería el día en que Kallendra muriera; aún quedaba mucho para éso.
Y la mente de Kallendra comenzó a trabajar a mil por hora, debatiéndose si en quedarse a ver tal tremendo espectáculo digno de ver por alguien que disfrute de las peleas y el caos o si por el contrario, sería mejor hacer funcionar sus piernas y huir ahora que podía. Se decantó por la segunda opción y, una vez de pie y corriendo ágilmente entre las diversas personas que se interponían a su paso, estuvo a punto de lograr salir de todo el alboroto, un gran estallido provocó una sacudida en todo su cuerpo y el cese de su huida. Giró rápidamente sobre si misma y vio con espanto como una gran nube de humo se alzaba entre la muchedumbre, seguida de un potente fuego. Malditos protestantes, si pudiera, la morena les metería las pancartas por el culo.
Sus ojos buscaron raudo una segunda vía de escape y por suerte o porque quizás aún quedaba gente cuerda entre aquellos manifestantes, vio como tres o así habín encontrado un sitio por donde escurrirse de aquel infernal fuego; o éso era lo que parecía ante las señas de una morena. Corrió en su dirección sin dudarlo, aquella noche no sería el día en que Kallendra muriera; aún quedaba mucho para éso.
Kallendra E. Di Salvo- Contrebandier
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Un ataque de tos sacudió el cuerpo de Melanie, que se tapó la nariz y la boca con una mano para evitar que más humo entrara en sus pulmones. Inútil, sí. El revuelo era tal que apenas sentía ya los golpes de la gente al pasar, abriéndose camino con piernas, brazos y todo lo que tenían a mano. La morena intentó ponerse en pie varias veces, pero siempre acababa en el suelo de nuevo, gracias a alguna persona asustada. Ella no podía hacer más que seguir tosiendo e intentándolo, hasta que una mano entró en su visión y ella se agarró sin dudarlo, agradecida, como si fuera un chaleco salvavidas. Cuando vio que se trataba de Eehl le dedicó un asentimiento de cabeza y una débil sonrisa.
Giró la cabeza en busca de una vía de escape, pero la multitud había vuelto a cerrarse en banda y nadie parecía correr en la buena dirección. Mientras tanto, el fuego seguía haciéndose dueño de todo, con furisosas llamas que se alzaban en cada vez más edificios. Ya tendrían tiempo de arrepentirse los psicópatas que habían causado aquello, si no morían abrasados por su propio método de destrucción.
Unas manos agitándose y una voz gritando llamaron su atención en medio de aquel caos. Ya casi no prestaba atención a lo que oía, pero aquéllo lo entendió perfectamente. Agarrando a Eehl de la mano para que no lo arrastara la gente, corrió hacia el portal con todas sus ganas, apartando a la gente sin ningún miramiento a base de codazos con el brazo libre. Cuando llegó, se apoyó contra una pared y se dejó caer al suelo, con la respiración agitada y el sudor perlando su frente.
-Gracias, Ce... -consiguió murmurar en medio de otro arranque de tos, olvidando llamarla por el nombre que ella le había dado y haciéndolo con el que había visto semanas atrás en la pantalla del ordenador. Al fin estaba a salvo de toda la locura de la calle.
Giró la cabeza en busca de una vía de escape, pero la multitud había vuelto a cerrarse en banda y nadie parecía correr en la buena dirección. Mientras tanto, el fuego seguía haciéndose dueño de todo, con furisosas llamas que se alzaban en cada vez más edificios. Ya tendrían tiempo de arrepentirse los psicópatas que habían causado aquello, si no morían abrasados por su propio método de destrucción.
Unas manos agitándose y una voz gritando llamaron su atención en medio de aquel caos. Ya casi no prestaba atención a lo que oía, pero aquéllo lo entendió perfectamente. Agarrando a Eehl de la mano para que no lo arrastara la gente, corrió hacia el portal con todas sus ganas, apartando a la gente sin ningún miramiento a base de codazos con el brazo libre. Cuando llegó, se apoyó contra una pared y se dejó caer al suelo, con la respiración agitada y el sudor perlando su frente.
-Gracias, Ce... -consiguió murmurar en medio de otro arranque de tos, olvidando llamarla por el nombre que ella le había dado y haciéndolo con el que había visto semanas atrás en la pantalla del ordenador. Al fin estaba a salvo de toda la locura de la calle.
Melanie R. Sanders- Teniente
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Localización : En tus mejores sueños, baby 8)
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Comezó a notar algo similar a un sofoco, la cabeza comenzó a reaccionar y a presentarle sonidos de animales y códigos binarios. En ambos casos sabía reconocer de quién se trataba, aún cuando abrió los ojos y lo único que vió fué manchas borrosas, reconoció entre esas personas a Ce, y a la otra muchacha que se encontró el otro día por la calle.
Se incorporó, con un dolor un tanto agudo en el costado izquierdo. Tal vez se había dado un buen golpe. Se llevó la mano a la cabeza, intentando centrar su atención a que su mirada volviera a enfocarse, cuando finalmente lo hubo logrado se giró hacia Ce, se acordó que instantes antes de caer había sido ella con la que se había topado, entonces, dedució, tendría que haber sido ella la que le tubo que haber puesto a salvo de esa marabunta de gente.
-Gracias Ce-comentó en un leve susurro- lamento... bueno, ya sabes... lamento haberte hecho pasar por esto-puso cara rara y se volvió hacia la otra muchacha, abrió los ojos al cerciorarse de que no iba sola. Un chico la acompañaba, debería de tener la misma edad que la morena -hola- saludó hacia los dos. Acto seguido se quedó callada, recostada en la pared de lo que parecía ser el portal de algún edificio. Divagó por las paredes y centró su vista en la calle, la cuál podía observar a través de las puertas de cristal.-¿Se puede saber que demonios ha pasado?-preguntó finalmente. Más allá de saber que se había encontrado enmedio de lo que parecía ser una manifestación, no recordaba más allá de un fuerte estruendo y caerse redonda al suelo.
Se incorporó, con un dolor un tanto agudo en el costado izquierdo. Tal vez se había dado un buen golpe. Se llevó la mano a la cabeza, intentando centrar su atención a que su mirada volviera a enfocarse, cuando finalmente lo hubo logrado se giró hacia Ce, se acordó que instantes antes de caer había sido ella con la que se había topado, entonces, dedució, tendría que haber sido ella la que le tubo que haber puesto a salvo de esa marabunta de gente.
-Gracias Ce-comentó en un leve susurro- lamento... bueno, ya sabes... lamento haberte hecho pasar por esto-puso cara rara y se volvió hacia la otra muchacha, abrió los ojos al cerciorarse de que no iba sola. Un chico la acompañaba, debería de tener la misma edad que la morena -hola- saludó hacia los dos. Acto seguido se quedó callada, recostada en la pared de lo que parecía ser el portal de algún edificio. Divagó por las paredes y centró su vista en la calle, la cuál podía observar a través de las puertas de cristal.-¿Se puede saber que demonios ha pasado?-preguntó finalmente. Más allá de saber que se había encontrado enmedio de lo que parecía ser una manifestación, no recordaba más allá de un fuerte estruendo y caerse redonda al suelo.
Neftis B. Lekker- Sargento
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
- ¿Nos ves con cara de que no... - tosí fuertemente por la causa del humo y de haber corrido tan rápido junto a Mel. - nosotros lo sepamos?.
Arqueé la ceja izquierda, jadeando. Después me dejé caer al suelo, ocultando mi rostro entre las rodillas. El fuego seguía recorriendo la calle, haciéndola arder como si fuese lo único que debería existir - o eso se proponían.
Oculté mi cabeza entre mis brazos, y tosí un par de veces más; lunáticos imbéciles, ¿creían que por arder una calle entera iban a hacerles caso? Lo único que tendrían serían un par de días en la comisaría de policía, encerrados como gallinas en cubículos para que soltasen quién fue el de la idea por un plato de comida.
Llegando a esta conclusión, volvemos al principio; imbéciles.
Y además de eso, una duda me corroía por el interior; ¿Quiénes eran los tres chicos que sus nombres empezaban por A? ¿Qué hacían allí? ¿Por qué a uno le perseguía la policía?
¿Tendría algo que ver con este barullo?
Arqueé la ceja izquierda, jadeando. Después me dejé caer al suelo, ocultando mi rostro entre las rodillas. El fuego seguía recorriendo la calle, haciéndola arder como si fuese lo único que debería existir - o eso se proponían.
Oculté mi cabeza entre mis brazos, y tosí un par de veces más; lunáticos imbéciles, ¿creían que por arder una calle entera iban a hacerles caso? Lo único que tendrían serían un par de días en la comisaría de policía, encerrados como gallinas en cubículos para que soltasen quién fue el de la idea por un plato de comida.
Llegando a esta conclusión, volvemos al principio; imbéciles.
Y además de eso, una duda me corroía por el interior; ¿Quiénes eran los tres chicos que sus nombres empezaban por A? ¿Qué hacían allí? ¿Por qué a uno le perseguía la policía?
¿Tendría algo que ver con este barullo?
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
- Perdone usted solo era una pregunta al aire - respondió con un poco de mala gana, sus cambios de humor eran frecuentes, puede que hasta demasiado.
Su semblante pasó de incomprensión a total repulsión. Ya estaba hasta las narices del comprtamiento de la gente, ese tío, al igual que la muchacha del otro día también era un nyrace ¿novedad? durante esta semana todo esto le parecía de todo menos novedoso. Rodó los ojos y se quedó apoyada en la pared sin hacer el mínimo esfuerzo por sacar aguna estúpida conversación, que, como ya iba siendo costumbre en esos días, acabaría por ponerle de mala hostia o, por el contrario, súper feliz (os presento al nuevo amigo de L, el señor sarcasmo)
Comenzó a observar sus converse mientras movía de forma melódica los piés. Entre tanto escándalo y semejante dolor de cabeza que antes le había dado enmedio de la calle no se acordó de coger la carpeta ¡mierda! mes y medio por el retrete. La cara de Losille era un poema; frustración, enfado, cansancio e incomprensión. ¡Malditos manifestantes!
Neftis B. Lekker- Sargento
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Fin de la Trama
Todos los PJs que estén actualmente roleando por aquí deberán escribir su post de fin de rol - o despedida - de aquí al miércoles, 14 de Junio.
Master- The Emperator
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
La morena siguió hablando, y ni se la hizo caso por parte de todo el grupo de sobrevivientes a ese asador humano mientras hablaba, o simplemente yo no la hice caso.
Lentamente, con ayuda de la pared, me puse en pie sin quitarle ojo a las farolas quemadas y los cristales rotos.
El miedo se olía en el aire, casi ocupaba más que el propio oxígeno.
Tomé una bocanada de aire, y me acerqué lentamente con pasos insonoros más propios de un fantasma que de una persona, me acerqué al hueco y me escapé del infierno. De la muerte. De la gente. Y del miedo.
Lentamente, con ayuda de la pared, me puse en pie sin quitarle ojo a las farolas quemadas y los cristales rotos.
El miedo se olía en el aire, casi ocupaba más que el propio oxígeno.
Tomé una bocanada de aire, y me acerqué lentamente con pasos insonoros más propios de un fantasma que de una persona, me acerqué al hueco y me escapé del infierno. De la muerte. De la gente. Y del miedo.
Davis Cemuk Hondor- Sargento
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
Estuvo tan embobada contemplando el espectáculo que estaban montando los supuestos policias y los tres personajes extraños que habían sido arrestados o atraídos por el arrestado o atraídos por el atraído por el arrestado que ni se dio cuenta del alboroto que estaban montando los protestantes en la calle.
Cuando el calor sofocante y el humo denso y negro llegó hasta los poros de su piel, no pudo más que sorprenderse. ¿Cuándo le había cogido algo por sorpresa a ella? Nunca. ¿Y cómo es que ese cuando había llegado en aquel preciso y mortal instante? Porque se estaba implicando demasiado en la vida de alguien, no había más explicación.
Así que, cuando volvió a centrar su atención en lo único que le preocupaba e interesaba, su supervivencia, se dio cuenta de que no había ni un solo hueco entre las llamas para atravesarlo y salvar su vida. Un conjunto de voces llamó su atención, haciendo que se diese cuenta de que sí había una vía de escape.
Cuando todos los que quedaban en la calle comenzaron a correr hacia allí, ella se puso a cuatro patas para impedir que el humo inundara más sus pulmones y, cual tigre, comenzó a correr en dirección a la salida, sin mirar si quedaba alguien más allí.
Cuando el calor sofocante y el humo denso y negro llegó hasta los poros de su piel, no pudo más que sorprenderse. ¿Cuándo le había cogido algo por sorpresa a ella? Nunca. ¿Y cómo es que ese cuando había llegado en aquel preciso y mortal instante? Porque se estaba implicando demasiado en la vida de alguien, no había más explicación.
Así que, cuando volvió a centrar su atención en lo único que le preocupaba e interesaba, su supervivencia, se dio cuenta de que no había ni un solo hueco entre las llamas para atravesarlo y salvar su vida. Un conjunto de voces llamó su atención, haciendo que se diese cuenta de que sí había una vía de escape.
Cuando todos los que quedaban en la calle comenzaron a correr hacia allí, ella se puso a cuatro patas para impedir que el humo inundara más sus pulmones y, cual tigre, comenzó a correr en dirección a la salida, sin mirar si quedaba alguien más allí.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Calle Kannikestra [ZdR] [Trama]
De golpe, como quien no quiere la cosa, se comenzó a dar cuenta que podría aprovechar esa 'aparente' calma en su cabeza para centrarse y salir corriendo de ese sitio. Le tenía demasiado miedo al fuego como para quedarse ahí dentro y tener la posibilidad de no volver a salir o ser engullida por las llamas. Se concentró, y de la misma forma que había visto hacer anteriormente al muchacho cogió una gran bocanada de aire. se mentalizó, y salió a la calle haciéndo caso omiso a todas las voces que se volvían a agolpar en su cabeza.
Neftis B. Lekker- Sargento
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