Re: Cementerio de Assistens [ZdR]

por **John A. Miller** Miér Jul 21, 2010 5:49 pm

Desde siempre, y cuando digo siempre es siempre, Erik había tenido como alergia a los cementerios. No es que hubiera tenido ningún trauma de pequeño ni pensara que un zombie grotesco con trozos de piel colgando de carne putrefacta y apestosa, llena de pústulas verdes o tal vez negras, cuyo fétido aliento te exhalaba en la cara como señal de que iba a dejar tus huesos sin carne se lo fuera a comer, sino más bien que sentía cierta repulsión al saber que bajo sus pies descansaban miles de cuerpos en plena fase de descomposición o tal vez ya deshechos del todo. Y también que se sentía observado en esos lugares. Pero si tenía que ir, iba.

Así que allí estaba, sentado en un banco esperando a su contacto mientras jugaba con un hilo que se había soltado de su camiseta de manga corta. Tras hablar con él todo lo que tenía que hablar, se levantó del asiento y comenzó a caminar con las manos en los bolsillos. Otra cosa que no le gustaba de esos lugares es que siempre se perdía, acostumbrado como estaba a no hacerlo nunca. Pero entre tanta lápida uno nunca sabía por dónde había llegado, así que sólo le quedaba vagar por entre las piedras que rezaban todo tipo de nombres y fechas.

por **Catherine O'Connor** Miér Jul 21, 2010 6:02 pm

Había girado la cabeza hacia atrás un par de veces teniendo la sensación de que alguien la vigilaba o la seguía. Su respiración empezó a acentuarse y decidió que cuanto antes sintiera el contacto del tronco del árbol en su espalda, mejor. De lo que no se había dado cuenta era que, de tanto desconfiar y mirar hacia atrás, había perdido de vista el arbolito que había conseguido relajarla incluso a lo lejos.

'¡Genial!, ¿y ahora qué?' No tenía ni idea de donde estaba, y la salida no asomaba por ninguna de las esquinas. Estaba frenética pensando que en cualquier momento un monstruito sacado de los libros de Stephen King le saltaría a la espalda y se la llevaría consigo. A éso había que sumarle lo muy estúpida que se sentía por tener miedo a un trozo de tierra con piedras clavadas en su superficie. Vale que a varios metros de profundidad hubiera un montón de cadáveres en proceso de descompoición, pero de ahí a que el corazón te latiera a mil del miedo había un paso.

Iba andando hacia atrás con cautela pero a pasos rápidos cuando chocó contra algo duro y más alto que ella. Se giró bruscamente ahogando todo cuanto pudo un grito, pero no lo consiguió. Miró de arriba a abjo confundida y vio a quien menos esperaba ver.-¡Erik!-Dijo suspirando agradecida de que no fuera un zombie.

por **John A. Miller** Miér Jul 21, 2010 6:20 pm

Caminaba de manera despreocupada, como siempre, con andares fluidos y tranquilos, mirando de aquí para allá con sus ojos verdes brillando de curiosidad. Al menos éso debía concederle, la medalla de curioso. ¿Qué lugar más interesante que un sitio donde puedes saber un poco de tanta gente? Los registros, tal vez, pero bueno. Sin embargo, debajo de esa fachada de relajación, él estaba un poco alerta. Las películas de miedo de las que tanto se reía y que tan poco le gustaban ahora estaban alimentando su imaginación; aunque por mucha tensión que tuviera, de miedo cero. Pocas cosas lo asuntaban ya.

Mientras continuaba su paseo en busca de la salida alzó una mano para revolverse los cabellos rubios, que brillaban dorados a la luz mortecina que se filtraba entre las nubes. En ese preciso momento, una llama andante chocó contra él que ni trastabilló ni nada. Qué poca fuerza, por favor. Para que aquella cosa no cayera al suelo, la agarró por el brazo unos momentos antes de que chillara su nombre. Leches, si era Catherine.

- ¿Qué haces tú aquí? -preguntó con la voz un tanto elevada y de forma algo brusca y borde. Realmente no tenía ningún mal día, y no sabía por qué se ponía así, pero suponía que era lo poco que pegaba ella en aquel lugar y la sorpresa de verla allí. O tal vez que, simplemente, tenía ganas de bronca. Ni idea, pero luego le tocaría disculparse.

por **Catherine O'Connor** Miér Jul 21, 2010 6:35 pm

Aún mirando hacia ambos lados con desconfianza y los ojos entrecerrados se dio cuenta de que el brazo de Erik la sujetaba, y al escucharle se soltó con brusquedad. ¿Por qué narices estaba tan borde? La pelirroja no había hecho nada, y que ella supiera los cementerios eran lugares públicos. Le miró con los ojos aún entrecerrados y con la desconfianza sin abandonar su rostro. Éso mismo se preguntaba ella, ¿qué hacía él aquí?

-Podría hacerte la misma pregunta.-Apuntó con frialdad. A espaldas del rubio vio el árbol, y le rodeó para llegar hasta él. Apoyó la cabeza en el tronco y suspiró agradecida con los ojos cerrados. Sabía que era su mente la que imaginaba que la planta la relajaba, pero éso no quitaba el hecho de que se sintiera muchísimo mejor. Y por muy mal que le hubiera sentado su contestación, la presencia de Erik ayudaba en gran cantidad. Miró al chico sin decir nada, si quería acompañarla que lo hiciera, no le diría que no. Pero si iba a estar así de borde prefería que se largara tras hacer lo que fuera que había ido a hacer. Además, tanto ruidito extraño la ponía de los nervios, supuestamente en los cementerios no se oía ni una mosca porque supuestamente estaban todos muertos. Otra patada más a las leyendas urbanas.

por **John A. Miller** Miér Jul 21, 2010 10:35 pm

Inmediatamente después de hacer esa estúpida, impulsiva e inutil pregunta ya se estaba arrepintiendo de haberla formulado, por muchas ganas que pudiera tener de bronca. ¿Por qué tenía que ser tan capullo con la persona de Copenhague que más se entretenía? ¿Por qué se empeñaba en apartarla constantemente de su lado para después volver a acercarse a ella? ¿Qué sentido tenía tanto mareo? Estaba claro, pero no para él. Le estaba cogiendo afecto a la muchacha y no quería que fuera así.

Con un suspiro, maldiciéndose internamente por haber dejado que la cosa se pusiera fea por idiota, la siguió por detrás, quedándose de pie frente a ella, sin sentarse. Sin querer disculparse, pues nunca se le había dado bien ni le gustaba, miró un momento hacia la marea de lápidas. Cuando no pudo estirarlo más, se giró hacia ella y clavó sus ojos verdes en los suyos.

- Oye, lo siento. Es que -sentía la necesidad de escusarse, y lo primero que pensó iba como anillo al dedo a la situación, y era creíble- este lugar me pone los pelos de punta -y tampoco era una mentira completa. Intentó esbozar una sonrisa de disculpa, pero se quedó a medio camino entre ésta y una mueca.

por **Catherine O'Connor** Miér Jul 21, 2010 10:50 pm

Seguía sentada a los pies del árbol, deseando que, a pesar de que se hubiera acercado a ella y no se hubiera ido, estuviera de buen humor. Pero por primera vez en su vida vio duda en los ojos del rubio, ¿o se lo estaba imaginando? No lo sabía, era posible que al final tanto esfuerzo tuviera su recompensa.

Cuando escuchó una disculpa procedente de sus labios estuvo a punto de mirar hacia atrás y hacia los lados para ver si, o bien se refería a otra persona, u otra persona le estaba hablando a ella. Pero decidió no hacerlo, porque seguramente lo único que conseguiría sería que Erik retirara su disculpa. A modo de respuesta arrugó el entrecejo, dubitativa, ¿qué tenía que hacer ahora, seguir enfadada o perdonarle?

-No pasa nada-esbozó una sonrisa y volvió a mirar hacia atrás, ¡malditos cementerios! Clavó sus ojos castaños en los verdes del rubio para intentar relajarse, y lo consiguió.-Creo que mi grito al chocarme contra ti habla por sí solo. No se para que narices vengo si después me pongo histérica.-Se bajó la capucha y obtuvo una mejor visión del entorno que la rodeaba. Al menos si algo la atacaba podría verlo e.e.

por **John A. Miller** Miér Jul 21, 2010 11:11 pm

Y ahora un incómodo silencio hasta que Catherine lo mandara a tomar por cu... Lo que no se esperaba era que aceptara su disculpa facilmente, pero como de tonto no tenía un pelo, no dijo nada al respecto. Sabía que algún día tendría que decirle que él no quería nada con ella que no fuera más allá de una bonita amistad, pero cada vez tenía menos ganas de hablar de éso. Entre otras cosas porque le partiría la cara, y otra cosa no, pero Erik jamás pegaba a una mujer que no fuera rival.

Al final, cansado de hacer el paripé al no saber qué hacer ni con sus manos, se dejó caer en la fresca hierba frente a ella, para poder mirarla directamente a la cara. Se apoyó hacia atrás para no perder el equilibrio y dobló sus piernas a lo indio. Al recordar el grito de la muchacha, soltó unas carcajadas.

- ¿Te doy miedo? -preguntó con un brillito de diversión en sus ojos verdes, haciéndolos parecer como esmeraldas bajo el sol. Un atisbo de sonrisa hacía que las comisuras de sus labios se curvaran apenas unos milímetros hacia arriba, dándole un aire de lo menos inocente. Por mucho que se quejara de lo veletas que podían ser las mujeres, el a veces las igualaba en bipolaridad.

por **Catherine O'Connor** Miér Jul 21, 2010 11:23 pm

Cuando por fin se dignó a sentarse, empezó a reirse, seguramente recordando el grito de la pelirroja. después decían que si ella era bipolar, pero aquí el rubio también tenía cambios bruscos de humor. Hacía un minuto poco más y se lanza a su cuello y ahora se estaba riendo de ella. Puso los ojos en blanco en plan: 'Mejor paso.' No entraría en éso o esta vez sería ella quien se enfadara.

Estalló en carcajadas al escuchar su pregunta. ¿Miedo ella? ¿A Erik? Debía admitir que la primera vez que le vio si la intimidó bastante. Pero como dicen, la confianza da asco, y en este caso lo único que conseguía era que la pelirroja no le tuviera miedo al rubio. Sabía perfectamente que podría hacerle cualquier cosa sin ella poder impedirlo, pero con él se sentía protegida, y ya tenían que cambiar mucho las cosas para que Cath cambiara de idea.

-Lo siento, pero no.-Le miró directamente a los ojos para que viera que no iba de farol, era la verdad y nada más que la verdad. Alzó una ceja y le miró divertida.-Aunque éso no quita el hecho de que no sepa que eres peligroso, ¿o me equivoco?

por **John A. Miller** Jue Jul 22, 2010 12:13 am

Sinceramente, señores, si él estuviese en su lugar ya la habría mandado a la mierda de una patada en el trasero, cansado de dar tantas oportunidades a cambio de un simple humano. Aunque tantas se reducía rápidamente a dos, pero Erik paciencia para algunas cosas no tenía, aunque para otras era el dueño y señor de la espera amena, por así decirlo. Sin embargo, pese a todo lo que él en su lugar haría y lo que no, no es plan de decir: 'Eh, chiquilla, échame de tu vida, que yo lo haría si fuese tú'. Además, todavía no ha llegado al punto máximo de gilipollez que puede alcanzar si se lo propone.

Todo ese torrente de estúpidos pensamientos que no le llevarían a ningún lado se vieron interrumpidos por lo último y, ha decir verdad, único que escuchó de la pelirroja. Pese a lo tenso que realmente estaba, se mostró relajado y bromista como antes para que la pelirroja, que ha resultado de lo más perspicaz, no se diera cuenta de que podía que hubiera dado en el clavo.

- ¿Por qué crees que soy peligroso? -su pregunta tiene como fin saber qué ha hecho que llegue a pensar éso y, si le es posible sin que suene demasiado falso, desmentirlo bajo una capa de agradables sonrisas y carcajadas.

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 22, 2010 3:00 pm

Pensó durante unos instantes la respuesta a su pregunta solo para darse cuanta de que no la tenía. Sabía que Erik era peligroso, ¿pero por qué? Ni idea, algo en su interior la advertía siempre que estaba con él y sabía que el rubio no era el niño bueno que aparentaba ser. Cath quería averiguar el porque, pero no tenía modo alguno de hacerlo, a no ser que le obligara. No merecía la pena tirar a la basura lo que había conseguido por un par de respuestas que, seguramente, no quería escuchar. Además, con paciencia todo se conseguía y, a lo mejor, sería capaz de lograr que Erik hablara por sí solo.

-No tengo ni idea.-Se mordió el labio con nerviosismo. En cualquier otro momento se habría inventado cualquier excusa, pero algo en el lugar que estaban la obligaban a hablar con sinceridad y éso no le gustaba nada. Odiaba hablar abiertamente con alguien y más aún si lo hacía inconscientemente. Nunca lo había hecho y no era plan de empezar ahora-Pero lo sé.-Éso no respondía a su pregunta, pero no podía ofrecerle nada mejor. Y ahora recordaba que no había respondido a su pregunta: ¿Qué hacía él aquí? No creía que estuviera tan mal de la cabeza como para ir a un cementerio a pensar, esa clase de cosas no parecían normales en él.

por **John A. Miller** Jue Jul 22, 2010 4:12 pm

Dejó que Catherine pensara todo lo que quisiera mientras él se dedicaba a darle vueltas a la única pulsera que llevaba, una tira finita de cuero que le daba un aire juvenil a pesar de que sus actos a veces parecieran los de un hombre entrado en años. Pese a todo, él seguía siendo un muchacho de veinte veranos que pegaba más en una universidad emborrachándose con los amigos por el físico que en un cementerio hablando tranquilamente.

Cuando llegó la respuesta no pudo más que soltar unas risas entre dientes, alzando la vista al cielo unos momentos como diciendo 'Señor, dame fuerzas'. Lo menos que podía hacer ahora era simular que seguía bromeando y tomándose a cachondeo lo que la pelirroja le decía. Sin embargo, que no tuviera motivos era bueno. ¿Por qué? No podía decírselo a nadie.

- Claro que lo sabes -murmuró con voz persuasiva, alzando varias veces las cejas en plan o bien pervertido o bien sabiondo-. Soy un vampiro, ¿recuerdas? -culminó su broma, volviendo a sonreir de manera ladeada mientras se echaba hacia atrás para poder tumbarse en la mullida hierba.

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 22, 2010 4:36 pm

Y como bien sabía ella, el rubio esperaba otra respuesta y no intentó esconderlo. su mirada al cielo habló por si sola ¿Era católico? Esperaba que no, lo que le faltaba. Aunque teniendo en cuenta lo poco que le conocía dudaba bastante que creyera que alguien controlaba los destinos de todo ser viviente, ahí, sentado en una mecedeora mientras leía la sección de deportes. Alzó una ceja como diciendo '¿Pasa algo?' y soltó unas risillas al escuchar sus palabras. Estaba claro que con él una no podía ponerse seria.

-Cierto, y aún estoy enfadada contigo.-Le dio un tequecito en la nariz con el dedo índice y miró hacia ambos lados, pensativa.-Por éso mismo estoy aquí, estoy convocando un ejército de muertos para revelarnos contra ti.-Sonrió ampliamente y ahogó unas risillas. Era una buena excusa para verse allí metida, y al menos si mandaba a tanto muerto contra alguien no la persegurían a ella. 'Cath, te estás volviendo loca.' Más bien, ese sitio la estaba volviendo loca y con Erik delante suya sentado a lo indio más aún. Tras pensar un momento en la situación, puso el rostro serio y, a continuación, se echó a reir a carcajadas a la vez que las lágrimas amenazaban con desbordar sus ojos. Se paró a pensar en lo que Erik estaría pensando y reprimió la risa, con la comisura de los labios estiradas en una sonrisilla de disculpa y la diversión brillando en sus ojos.

por **John A. Miller** Jue Jul 22, 2010 4:55 pm

Entrelazó ambas manos debajo de su cabeza a modo de almohada mientras miraba el dosel de ramas que había sobre su cabeza, llenas de pequeñas hojas de un color que se le antojaba erróneo, demasiado frío. En Italia, los árboles eran de un verde intenso, vivo, que parecía gritar que por sus troncos corría sabia, cojuntado con el marrón que provocaba en verano el clima caluroso. Sin embargo, las plantas en Copenhague presentaba un color un tanto enfermizo para él, como si les pasara algo, menos brillante.

Arrugó la nariz al notar el toquecito en ésta, otorgando a sus facciones un aspecto bastante cómico, mientras reía al escuchar sus palabras. Como si estuviera algo asustado, giró la cabeza hacia ambos lados para ver si alguno de dichos muertos venía a por él. Iba a decirle que no veía a ninguno de sus queridos cadáveres persiguiéndolo cuando la muchacha estalló en carcajadas imparables. Con una ceja alzada, divertido, la observó reír.

- ¿Tengo un moco en la cara o algo? -preguntó tranquilamente, volviendo de nuevo su vista al poco cielo que se veía a través de la vegetación. Esperó pacientemente a que su acompañante dejara de partirse en dos y, cuando lo hizo, siguió con la broma-. Diles a tus amiguitos que se den más prisa en salir, o me temo que no me pillarán en la vida.

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 22, 2010 5:11 pm

Se mordió el labio inferior intentando controlar las risas, más aún cuando le hacía esa pregunta. La última vez que le habían preguntado eso iba al colegio, solo que en ese caso era verdad y en este no. Dirigió la mirada más allá de Erik para poder relajarse un poco. Lo único que consiguió fue quedarse anonadada mirando las miles y miles tumbas, pensando que algún día ella ocuparía una de ellas. Nunca le había gustado ese pensamiento, es más, le aterraba pensar que éso pasaría en cualquier momento. Aunque ya lo tenía bastante asumido y sabía que era ley de vida, no le hacía ninguna gracia que se la comieran los bichos por el simple hecho de estar muerta.

-Es que a ellos si que les asustas, no creo que hoy se acerquen.-Le miró a los ojos divertida. Era una situación muy rara, de noche en un cementerio y con Erik. No era la idea que ella había tenido al salir de casa, pero era mejor que ver a gatos transformarse.

-¿Qué te hace pensar que te dejaría huir?-Alzó una ceja y sus ojos brillaban con picardía. Como si ella fuera capaz de detenerle si él quisiera huir. Menuda pregunta.

por **John A. Miller** Jue Jul 22, 2010 10:45 pm

Un tanto adormilado por la temperatura cálida -todo lo cálida que podía ser allí-, lo blando que estaba el terreno y la postura, cerró los ojos y dejó que su mente vagara de aquí para allá lo poco que la pelirroja estuvo en silencio. La poca luz que le llegaba le calentaba el rostro de una manera agradable, aunque apenas notable.

Una carcajada brotó de lo más profundo de su garganta al escucharla, y abrió los ojos para mirarla, con una chispa de diversión en ellos ante sus palabras. ¡Menudo ejército el suyo! Tranquilamente, sin prisas, se levantó de nuevo para poder mirarla y, además, no quedarse sopa.

- Deberías buscarte unos ayudantes mejores, ¿no crees? -preguntó, ladeando la cabeza y con la burla plasmada en cada centímetro de su rostro, expresivo como nunca en aquellos momentos de bromas y risas-. ¿Y por qué me tienen miedo ellos? -medio reculando, se acercó más a ella, evitando reír al oír lo último. Eso daba pie a muchas respuestas, y no todas ellas aptas para menores de dieciocho años-. ¿Crees que podrías conmigo?

por **Catherine O'Connor** Jue Jul 22, 2010 11:10 pm

Mantuvo su mirada fija en él, viendo como poco a poco se quedaba dormido bajo el árbol hasta que se levantó para acercarse más a ella. Y menos mal, porque parecía un niño pequeño tras toda una tarde de juegos y diversión. Seguramente estaba muy mono cuando dormía. Una carcajada se quedó a medio camino en su garganta cuando Erik habló.

-Tranquilo, confío en aquellos a los que he contratado.-Apuntó con aire misterioso. Como si hubiera contratado a alguien realmente. Dsede luego, quien les viera, ahí, en un cementerio hablando de ejércitos de muertos para matar al vampiro alfa, o como se llame.-Porque yo les he dicho que te lo tengan, hay que andarse con cuidado.-Flexionó las rodillas y apoyó la barbilla en ellas mientras alzaba una ceja, divertida.

-Puede que sí, puede que no... ¿quien sabe?-se encogió de hombros dubitativa, a pesar de saber que no tenía posibilidades contra él. Pero si al chocar antes casi se cae al suelo y él ni se había inmutado. Pero bueno, siempre estaba bien fingir que eras capaz de más cosas de las que realmente podías hacer. No era plan de decirle 'no, puedes hacer conmigo lo que te de la gana.'

por **John A. Miller** Jue Jul 22, 2010 11:32 pm

Volvió a aproximarse un poco más con el único fin de poder coger un mechó de su pelo rojo. Contrastaba bastante contra la pálida piel de su mano. Bajo el agua, cuando su cabello flotara, parecería una llama movida por la brisa. Completamente absorto con la tarea de jugar con el pelo de la muchacha, hacerlo girar entre sus dedos y probar lo suave que era, apenas escuchó las primeras palabras de Catherine. Por ello, alzó la cabeza para dirigirle una sonrisa de disculpa.

Soltó unas risas entre dientes, medio ahogadas por ello, mientras negaba un poco como la cabeza. Típico gesto de madre mía o Dios dame fuerzas; aunque él no era creyente, pero siempre daba un tono cómico a las cosas el hacer gestos de súplica.

- Claro. El que juega con fuego, se quema, ¿no? -y por fin soltó el mechón, dejándolo en su sitio suavemente y entrelazando las manos en el regazo, de nuevo sentado a lo indio. Al escuchar lo que para él sonaba claramente a provocación, sólo tuvo que alargar un poco los brazos, colocarlos bajo los suyos y hacer algo de fuerza para acabar ambos tumbados, en una postura un tanto censurable de pareja feliz-. ¿Segura?

por **Catherine O'Connor** Vie Jul 23, 2010 3:34 pm

Dejó que Erik jugara cuanto quisiera con su pelo, le encantaba que lo hicieran, por éso siempre iba tocándolo y dándole vueltas, y ya que ella se tenía que dejar el vicio, no significaba que otros no pudieran hacerlo. Por éso le gustaba tanto hacerse cambios de look e ir a la peluquería. Estaba bastante absorto jugando con un mechón de su pelo e hizo caso omiso a sus primeras palabras. Intentó arreglarlo con una sonrisilla que ella le devolvió, agradeciendo para sus adentros que dejaran por fin el tema del ejército de muertos vivientes.

Se arrastró con él para acabar ambos tumbados en la hierba -más bien él la arrastró hasta el suelo- y alzó ambas cejas, incrédula. Típico de un tío demostrar su fuerza después de que alguien la pusiera en tela de juicio. Aún así no pudo reprimir soltar unas risillas entre dientes y sonreirle ampliamente. Se puso de lado apoyando la cabeza una mano para poder verle mejor.

-¿Quién ha dicho que yo quiera oponer resistencia?-Susurró. Puede que él fuera más fuerte, pero si tenía que escapar podría hacerlo, había aprendido mucho durante su infancia y las artes marciales eran de gran utilidad cuando te metías en algún que otro aprieto, y como por aquel entonces ella se metía en bastantes, tuvo que aprender a defenderse.

por **John A. Miller** Vie Jul 23, 2010 4:19 pm

Lo más normal cuando a un chico le decías que era un flojucho era que éste hiciera gala de que sus músculos eran perfectamente capaces de hacer cosas increíbles, a menos que dicho tipo fuera un blandengue o algo así. Por ello, Erik hizo lo que hizo, aunque al parecer no sirvió para nada, pues Catherine insinuó que únicamente había conseguido tumbarla porque ella había querido. Era como el típico insulto entre hombres en el que uno le decía al otro que la tenía pequeña y eso derivaba en pelea, solo que él no pegaría a Catherine.

Así pues, sin ganas de seguir demostrando su fuerza pero no por ello menos mosqueado, volvió a erguirse hasta quedar sentado y alzó una ceja, altanero como él sólo. En realidad simplemente estaba finjiendo, pero eso no se notaba.

- ¿Realmente crees que podría contra mí? ¿No era peligroso? -y ahí puede que la hubiera cagado, volviendo al tema anterior y que tanto esfuerzo había puesto en apartar a un lado con otros más banales. Genial, Erik, eres un bocazas.

por **Catherine O'Connor** Vie Jul 23, 2010 4:35 pm

Ahora la curiosidad podía con ella. Al ver la respuesta del chico ante sus palabras y la forma de levantarse. Parecía como si le hubiera dado en su orgullo o algo así. Aunque viniendo de un tío, ¿qué se podía esperar? Nunca había entendido esa actitud en los hombres, pero en cierto modo ella había actuado así otras veces, por lo que también lo entendía. O puede que fuera una trampa para hacer hablar a la pelirroja, ¿pero hablar de qué? Menudo lio tenía montado en la cabeza en esos momentos. Lo mejor era tomárselo con calma y hablar con total sinceridad, dejando que las palabras salieran solas.

Volvió a erguirse para poder estar a su misma altura -a pesar de ser más baja- y alzó una ceja mientras reprimía una carcajada en su interior, no creía que lo mejor en ese momento fuera empezar a reirse, y menos con el carácter que había demostrado tener en otras ocasiones.

-¿Qué tiene que ver una cosa con la otra?-No le veía relación alguna, uno podía parecer un cuatro por cuatro y no ser un bestia, es más, una vez la maquilló un tío que era diez veces ella, pero en el fondo era un trocito de pan. Por lo que en ese punto, Erik le estaba dando la razón, él era peligroso.-Además, no me conoces. Ni yo a ti.

por **John A. Miller** Vie Jul 23, 2010 4:59 pm

Siguiendo su actuación, hizo que su rostro no dejara ver nada y lo giró hacia un lado para no mirar a Catherine a la cara. Supuestamente estaba dolido porque ella dudara de su fuerza y, lo que era peor, pensara que podría con él. ¡Ella, que era un fideo con patas y sangre! Éso sí que le había removido algo por dentro, porque estaba claro que con su preparación, su físico de atleta y su agilidad la vencería con mover un dedo. Y con lo delgada que era ella, de un soplido se iba al suelo, como las casas de los tres cerditos; él, por supuesto, era el lobo.

Enarcó igualmente una ceja cuando preguntó qué tenía que ver una cosa con la otra, como si realmente fuera obvio. Y así era. Si él supuestamente era peligroso, entonces podría con ella. Así pues, ella no podía decir que era más fuerte que él sin borrar lo que pensaba sobre que era alguien con el que llevar cuidado.

- Tiene que ver que si soy peligroso, y sólo te he tumbado porque te has dejado, quiere decir que no soy fuerte. Y viceversa -explicó lentamente, dudando por primera vez de la inteligencia de Catherine de manera fingida. La pobre estaría espesa-. Bueno, este flojo se va -y siguió con su farsa, levantándose del suelo y comenzando a caminar. Realmente aún no se iba, pues ni sabía dónde estaba la salida, pero quería actuar bien.

por **Catherine O'Connor** Vie Jul 23, 2010 5:11 pm

Csi no podía aguantar las ganas de estallar en carcajadas, su comportamiento era como el de un niño chico. Y si así era como la veían a ella cuando se enfadaba... ¡qué vergüenza! Dudaba que estuviera realmente enfadado, pero si lo estaba, se ponía muy mono cuando lo hacía. Además, la risa siempre se te escapa en lo momentos menos oportunos. Por suerte, esta vez pudo controlarse.

Seguía sin entender porque era tan importante, pero al menos le había servido para averiguar algo más, que Erik era lo que ella pensaba y, por consiguiente, su cabeza no formaba ideas estúpidas. No hizo nada cuando giró la cabeza excepto morderese el labio inferior, triunfante. Sin saber realmente porque, se lo estaba pasando en grande.

-Yo no lo veo así, pero bueno.-Se encogió de hombros con indiferencia mientras jugueteaba con un mechó de pelo que se había salido de su sitio. Cuando lo vio levantarse, le siguió rápidamente y se interpuso en su camino poniéndose delante de él.-Simplemente digo que soy más que una estrella de rock, es todo.-Miró al suelo unos instantes con nerviosismo y volvió a dirigir la mirada a sus ojos.-Además... no puedes irte.

por **John A. Miller** Vie Jul 23, 2010 5:27 pm

Cuando le dio la espalda a Catherine, una sonrisilla curvó las comisuras de sus labios. Quería ver si lo seguiría. En realidad no sabía por qué había montado todo aquel follón. Tal vez por lo que había pensado antes, que tenía ganas de bronca, o porque quería comprobar si la chica iría tras él. El caso es que liar las cosas le gustaba y se le daba bien, y tenía ganas de melodrama. Porque a capullo no le ganaba nadie, y quería ver algo más de lo que sentía ella por él. Si las cosas salían mal, tampoco le importaría mucho. O éso pensaba.

Así pues, se cruzó de brazos cuando ella se paró ante él. Por un lado le venía bien haber estado fingiendo que se cabreaba por la otra idiotez, porque ahora lo podía aprovechar pasa su búsqueda de información o lo que se le antojara. Enarcó una ceja al oír que no podía irse. ¿Ahora le prohibía o algo?

- ¿Por qué no? -preguntó con el tono de voz frío, al igual que el rostro, que ahora se encontraba inexpresivo. Cualquier persona normal no liaría las cosas por liarlas, pero Erik había vivido todo el tiempo rodeado de problemas, y el roce hace el cariño. Ahora le gustaban éstos, los necesitaba. Llevaba muchos días sin una pizca de acción.

por **Catherine O'Connor** Vie Jul 23, 2010 5:41 pm

Las dudas sobre si estaba o no enfadado aumentaban sin control. No era posible que lo estuviera, y si lo estaba... ¿por qué? No recordaba haber hecho nada que le molestara. De todos modos su actitud borde cuando ella chocó contra él demostraban que ya venía enfadado -si realmente lo estaba- . Cada vez entendía menos a Erik, vale que ella era rarita de narices, pero el rubio no se quedaba corto, y a Cath no le gustaba que la gente se enfadara con ella sin saber ésta el porque. Si al menos le dabas una explicación podía intentar entenderlo.

El primer día que le conoció tendría que haberse girado y tenía que haber pasado de largo, así ahora se ahorraría tanto calentamiento de cabeza. Ahora empezaba a recordar porque nunca había querido a nadie en su vida, las cosas iban mejor cuqando estabas sola y no dependías de nadie ni nadie dependía de ti. Y mejor aún si no te complicabas por pensar en nadie más que no fueras tú.

-Pues poruqe... -No se le ocurría nada que decir, miró a ambos lados con nerviosismo e intentó cambiar de tema.-¿Qué te pasa? Yo no te he hecho nada.-Dijo arrugando el entrecejo mientras le lanzaba miradas cortas e irregulares.-Ni que te estuviera impidiendo ir a ver a tu novia.

por **John A. Miller** Vie Jul 23, 2010 5:54 pm

Ahora que estaba por completo metido en el fango, no sabía qué hacer para salir de él. Ya había comprobado que sí que lo perseguía, que no quería acabar de malas, y, por consiguiente, lo que sentía por él. Pero no podía sonreír y punto, porque con tres simples palabras -tal vez cuatro- lo mandaría a la mierda por gilipollas. Por enfadarse y luego reír como si nada. Así que sólo se le ocurría torcer aún más las cosas, liarlas en miles de complejos nudos y que después todo siguiera su curso hacia la normalidad; aunque podría no hacerlo. Podría joderlo para siempre, pero eso él no lo veía.

Así pues, con la determinación de meter la pata un poco más como buen capullo -porque es así como se está comportando, como un idiota-, se preparó para dar el golpe maestro. Se lo había puesto en bandeja cuando había dicho lo último, y era una buena excusa que justificara su comportamiento anterior, por muy fingido que huebiera sido. Éso ella no lo sabía.

- Pues sí, Catherine, lo estás haciendo -en su rostro no había nada a lo que agarrarse que desmintiera sus palabras, pues nada era lo que éste mostraba. Una clara -y falsa- indiferencia a lo que pudiera pensar la chica sobre éso-. Por éso me he enfadado, porque esto está mal y porque no va a ser -añadió, con la voz clara, firme, inflexible. ¿Qué más daba lo que le pasara a Catherine, lo que sufiera? No estaría contento si no la cagaba del todo.

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