Re: Stroget [ZdR]

por **Weronika H. Záitsev** Sáb Jun 05, 2010 1:58 am

Como siempre, como cada mañana, la pequeña Weronika se levantaba de u salto de su cama y debía correr a la velocidad de la luz hacia el cuarto de baño, darse una rápida ducha y correr nuevamente, camino a la puerta. Todo por culpa de su maldito reloj despertador, servía, no servía, servía de vuelta...Arg, como lo odiaba; y lo que era aún pero, siempre olvidaba comprarse uno nuevo. Refunfuña, mirándose de pasada en el vidrio de un autoque había aparcado fuera de su departamento; todo un espantapájaro vestido de traje, ja, ja, ja.

Maldita sea el día en que Weronika tomó el maldito trabajo en aquella oficina, sólo ella podía odair a los zapatos de tacón, tanto, que los guardaba en su bolso e iba en zapatillas hasta el trabajo, no pueden llegar a imaginarse lo graciosa que se veía. Trastabilla en un intento de poner en su lugar los tacones.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Jun 05, 2010 2:12 am

Kael avanzaba rápidamente con una lista en la mano y café caliente en una taza en la otra. Bien, piensa distraído, ya ha comprado los huevos, el café en polvo, el pan de sandwichs; lo único que faltaba era un poco de jugo y leche y ya tendría todo lo que necesitaba para que su refrigerador estuviera como Dios manda. Tropieza varias veces con las demás personas qué, al parecer, también van apuradas. Bueno, esa no era su culpa; el café manda.
Escucha cerca de él una puerta cerrarse, y por error, tropieza con alguien; pero el café no se le derrama a ella o a él. Si no que le cae encima a Kael. Un alarido de dolor, debido al ardiente café, sale de los labios de Kael; tumbando las cosas que tenía en su bolsa, sacudiendo la camisa varias veces para ver si podía secarla o al menos enfriarla. Cuando encontrara al culpable... R.I.P

por **Weronika H. Záitsev** Sáb Jun 05, 2010 2:32 am

Genial, simplemente genial. Al maldito tacón le había dado por hacerse el difícil y no quería entrar en el pie de la muchacha. Bufa, intenta por todos los medios hacer que el bendito zapato entre, pero no, no puede. Y estar de pie, apoyándose como puede contra una pared no le hace las cosas mucho más fáciles a la pobre Weronika, se tamnbalea, chocándo contra varias personas que, al parecer, van tan o más apuradas que la misma rubia. Maldita sea la oficina que exigía semejante indumentaria; sigue peleándo con el zapato de tacón al tiempo que con la otra mano libre trata de hacerse una coleta decente.

Unos alaridos hacen que la muchacha esté a punto de darse contra el suelo, cosa que evita al apoyarse contra la pared. No muy lejos de Weronika hay un joven de cabellos rubios, el chico del grito, que sacude su camiseta frenéticamente, y por el color de la mancha, inmediatamente lo relaciona con ua mancha de café. Cojea -tener en cuenta que aún no logra ponerse el tacón- y se inclina, ayudándo al muchacho con las cosas que había dejado caer al suelo por error.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Sáb Jun 05, 2010 2:43 am

En su gélida mirada se notaba ira. Ira pura. Ira que descargaría segundos más tardes con el causante de su desdicha. Pero no había sido un hombre el causante de eso. No. Había sido una muchacha de cabellos cobrizos que lo ayuda. Pero esa misma joven era lo que le había tumbado. O sea, que deshace las cosas y luego las arregla. Qué mona.
Sigue sacudiendo, soplando, moviendo la camisa para que no le quemase de más en aquél momento. Y cree que no le queda más opción que quitársela -y gracias a Dios que tenía una camisa de mangas relativamente cortas debajo de esa, ya que no quería a ninguna moscona violándole con la mirada-.

- ¡Pero mujer... -Empieza a regañar, en un tono de voz literalmente bajo, agachándose a la par, ayudando a recoger también el desastre causado por la chica-... La próxima vez fíjate! Que andarse por esta calle y a estas horas es un tanto peligroso. ¡Y más si te detienes para acomodarte el zapato! -Le reprocha, mirando la caja de cartón de huevos, mirando cómo cada uno de esos polluelos comestibles estaban vertidos y rotos en el suelo- ¿Tienes problemas con tu zapato? -Pregunta, observando la prenda doblada en el pie de la chica.
Y se va sin decir nada.

por **Weronika H. Záitsev** Dom Jun 06, 2010 3:49 pm

Para qué mentir, la mirada del chico rubio daba miedo, hacía que Weronika sintiera la extreña sensación de querer irse de allí, sin disculparse, sin nada. Hasta cierto punto, pareciese como si el muchacho quisiera tomar el pequeño cuello de la rubia entre sus manos y estrujarlo hasta la muerte...Bueno, al parecer el hambre hacía que Weronika delirara, solo un poco. Sigue recogiéndo el desordén tan rápido como sus manos se lo permiten; mira los huevos rotos y bufa, ¿por qué tenía que estropear todo? Weronika era un imán para la mala suerte.

-Disculpe -es lo único que sale de los labios de la muchacha, está apenada, ha hecho un desastre y todo por culpa del maldito zapato de tacón; en cuanto llegara a la oficina su supervisora tendría que escuchar algunas quejitas. ¿Problemas con el zapato? Qué va, si Weronika era un bruta que se hacía un lío con una maldita prenda de vestir - Sí -tartamudea, casi, terminándo de recoger el desorden.

por **Kate S. Eyre** Jue Jun 10, 2010 10:37 pm

Kate recorre una de las calles más concurridas de la ciudad de forma más tranquila que el resto de los transeuntes, que en general parecen tener mucha prisa. Suerte que sea una calle peatonal, piensa mientras imagina la cantidad de atropellos que se producirían allí si no lo fuera. Andaba absorta en sus pensamientos, aunque prestando atención a cada persona que veía, siempre le había gustado ir por calles atestadas de gente (siempre y cuando no la molestasen, claro), pues imaginaba la vida que podría llevar cada uno. A decir verdad, era un pasatiempo que ocupaba gran parte de su tiempo. A veces, aunque no esté bien decirlo, cuando alguien le causaba verdadera curiosidad aprovechaba su condición de Laesind para investigar un poco en los pensamientos y recuerdos de los paisanos o extranjeros del lugar.

Tras andar durante más de media hora, con pequeñas paradas en tiendas de moda cada cierto número de metros, por supuesto, se siente cansada, y espera a divisar algún lugar para descansar un poco. Al no ver ningún café o restaurante tranquilo, opta por sentarse en el bordillo de una fuente que encuentra tras caminar un poco más. Saca un libro de su bolso y, absorta en la lectura, deja de prestar atención a cualquier suceso que se produce en el exterior o a cualquier mundanal ruido. Lo cierto es que la lectura solía evadirla y, en numerosas ocasiones, también separarla un poco de lo que era la realidad.

por **Kallendra E. Di Salvo** Jue Jun 10, 2010 11:01 pm

El mejor momento para una persona moverse por la sobrecogedora ciudad de Copenhague, era a aquellas horas de la noche; cuando los padres de familia volvían tras un duro día de trabajo a su casa y cuando los jóvenes salían a divertirse. Pero, por mucho que se pareciese físicamente al resto de jóvenes que abarrotaban las calles a esas horas; había un factor que claramente la distinguía a ella del resto y no sólo eran las vestimentas que cubrían su atractivo cuerpo, sino su forma de desenvolverse, como si las calles fueran su hogar. Y en cierta forma así era. Enfudada en unos vaqueros a conjunto con un top negro y el pelo recogido en una desenfada coleta, así se dejó ver lo calle más concurrida de Copenhague, en busca de alguna presa a quien sacarle los cuartos.

Andaba con confianza, sin importarle las demás personas que paseaban de un lado a otro de la calle, haciendo caso omiso de las mirada de varios hombres a su persona. Patéticos treintañeros y cuarentones que no podía evitar caer ante una jovencita como ella. Al final de la calle, concretamente en aquella fuentecita en la que por las mañanas jugaban multitud de niños, encontró a una chica que le podría servir. Ésta se encontraba absorta en un libro y eso, le podría beneficiar. Relajó los hombros y, cambiando su andar a uno más descuidado se dejó caer al lado de la rubia, con una separación de medio metro más o menos.

-Oye...¿tienes un cigarro? .-fue lo que salió de sus labios al cabo de unos minutos, de manera casual.

por **Kate S. Eyre** Vie Jun 11, 2010 4:01 pm

Escucha una voz femenina que parece dirigirse a ella vagamente, y levanta la vista de su lectura para averiguar quién osa interrumpirle en el momento clave de la historia. Observa con disimulo a la chica, que parece ser una macarra, una kinki, o como se diga. Iba bastante mal vestida para su gusto, y llevaba el cabello recogido en una cola de caballo. No le daba buena espina, no tenía buen talante y parecía haberse acercado a ella por algún motivo que, seguramente, a Kate no le agradaría demasiado conocer. Los puntos que llevaba en la ceja hacían que la chica tuviera aún más mala pinta, y Kate no pensaba pasar un minuto más cerca de ella.

- No, lo siento, no fumo -dice mirándola de forma extraña, sin saber muy bien qué hacer. Rápidamente se le enciende la bombilla y decide marcharse, al ver que ésta no podría ocasionarle más que problemas. No le gustaba juzgar a la gente por la primera impresión, pero era muy extraño que se sentara a su lado así como así solo para pedirle fuego. Cerró su libro de golpe y, sin atraverse a abrir el bolso para guardarlo, se dispone a ponerse en pie, dispuesta a marcharse cuánto antes y salir airosa de aquel lugar. Con el libro en la mano y a punto de poner pies en polvorosa, se dirige a la chica, como disculpándose por irse así de repente-. Lo lamento mucho, pero he de marcharme.

por **Kallendra E. Di Salvo** Vie Jun 11, 2010 5:23 pm

Frunció el ceño al descubrir que era testigo de un análisis exhaustivo por parte de la rubia, la cual había adoptado el papel de víctima de Kallendra sin que ella misma lo supiera. Caleb -el líder de su banda- le había dicho que necesitaban fondos, y ella como sublíder cumplía con su deber.
Dejó que la chica la observara cuanto quisiera, pero en sus ojos brillaba una chispa de desafío; retándole a que se atreviese a comentar algo de su aspecto o indumentaria. Sabía que toda ella llamaba la atención, pero tampoco era para tanto. Sonrió a la muchacha, mostrando su perfecta y blanca dentadura.

-Que pena...susurró, con su dulce voz. Podía captar claramente, con tan sólo mirarle a la cara, que la rubia no se fiaba de ella. ¿Tan sólo por su aspecto ya la estaba juzgando? Oh vaya, otra niña tonta y rica. Soltó una risita mientras se dedicaba a observar los movimientos de la joven; sólo le faltaba ponese a temblar.-¿Te vas por qué realmente te tienes que ir o tienes miedo de que te haga algo? Sabes, no está nada bien juzgar a la gente por una primera impresión.-comentó, sin cambiar en ningún momento en tono empleado con anterioridad.

por **Kate S. Eyre** Vie Jun 11, 2010 6:29 pm

La chica con mala pinta le insiste, pero Kate está dispuesta a irse de allí, aunque en un milisegundo una idea le cruza por la cabeza. Quizás venga con buenas intenciones, todo es posible. La chica podría tener razón y no debería haberla juzgado por las apariencias. Por ello y, rápidamente, decide leer el pensamiento de la chica. Nada más lo hace, se arrepiente. Su cara se torna blanca (aún más) como la cal, y se levanta poniendo pies en polvorosa. Tras coger el libro, que había dejado apoyado en el bordillo de la fuente, sale corriendo, perdiéndose entre el gentío, de forma que la chica jamás podría encontrarla. Se había introducido en muchas mentes a lo largo de su vida, pero seguía sin poder soportar leer un pensamiento como el de aquella chica, si se le podía llamar así. Cuando estaba ya a punto de salir de aquella maldita calle, aún seguía con el corazón en un puño y el bolso en otro. Iba a paso muy veloz, corriendo a, probablemente, demasiados kilómetros por hora para ella, porque empezaba a notar el cansancio. Aún así, no paró de correr hasta dos o tres calles más allá. Por qué poco... Pero lo había conseguido, y se sentía orgullosa de ello.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Miér Jun 16, 2010 9:46 pm

Una figura se abre paso entre la poca gente que se encontraba por aquella calle. Ya sus cicatrices en los labios y en otras zonas de su cuerpo estaban desvaneciéndose a una velocidad increíble. Sólo se notaban verdaderamente de cerca. Llevaba una camisa de mangas largas de color blanco, que iban perfectamente con unos bermudas cortos que dejaban ver perfectamente sus fuertes y bien cuidadas piernas. Esto combinaba perfectamente con los zapatos deportivos que tenía puestos. Su pelo estaba completamente mojado y por entre sus manos se veía un cigarrillo encendido, calcinándose ligeramente ante el paso de los segundos pasados.
Caminó con una lentitud asombrosa por aquella calle, dirigiéndole miradas furiosas a los distintos vendedores de las tiendas que le conocían y sabían lo que había hecho. Una mirada cruel y tan sucia de lo odiosa que era les fue lanzada a los hombres, que inmediatamente se volvieron a continuar con lo suyo. A Kael le agradaba el hecho de imponer respeto, y más le agradaba que le conocieran y más lo que había hecho. Llegó hasta una zona amplia de aquella calle y se sentó en una pequeña fuente que echaba agua lentamente.

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 16, 2010 9:59 pm

Melanie acababa de salir del trabajo, y éso se notaba en el pelo recogido en una alta coleta que se balanceaba al son de sus andares tranquilos y elegantes. También había cambiado sus acostumbrados pantalones cortos por unos vaqueros desgastados de forma artística que se ajustaban perfectamente a cada una de sus curvas, y su jersey por una camisetita blanca que cubría con una chaqueta negra americana. En conjunto, todo muy formal. O de estilo desenfadadamente formal. Como se quisiera ver.
Sus ojos azules vagaban, como siempre, de aquí para allá, sin detenerse mucho en nada ni nadie. Tal vez por éso, o quizás porque algo le dijo que había alguien no deseado cerca, descubrió no muy lejos la figura de Kael, sentada en el borde de una fuente. Decidida a no volver a hablar con él en su vida, ni a acercarse si quiera -pues pretendía hacerle el vacío-, alzó un poco más la barbilla, orgullosa, y pasó a su lado con toda la naturalidad que pudo. Sin embargo, el labio aún un poco hinchado por uno de sus golpes le dolía en los más profundo, y quería volver a machacarlo.

por **Kael Q. Baker-Arnolth** Miér Jun 16, 2010 10:08 pm

Dejó que su cigarro se terminara de consumir en sus labios, tirándolo en la fuente, sin siquiera dignarse a mirar que estaba manchando una fuente de agua potable con un asqueroso cigarro. Sus ojos azules, mira a todo ser viviente, dirigiéndole miradas indiscretas y pervertidas a las tías estilo Lonneke Engel que pasaran por ahí. Pero hubo una que le llamó especialmente la atención. Vaya, vaya, después de varios días se encontraba finalmente con Melanie. Tal vez esta fuera su noche de suerte. Se acerca hasta ella, poniendo una de sus manos en el hombro de la chica, aplicando algo de fuerza para que se detuviera y le escuchara. Se acercó más a ella, y al tener a la altura de su boca su oreja, se dignó a susurrar:

- ¿Quieres vengarte? ¿Quieres hacerme pagar por todo lo que hice? -Pregunta, en un susurro amenazador- Pues sígueme -y no esperó a que Sanders contestara, si no que emprendió camino a otra de las calles de la ciudad.

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 16, 2010 11:07 pm

Tan digna iba, caminando con la cabeza en alto y la coleta dando bandazos, que no escuchó los pasos que se acercaban a ella y no se dio cuenta de que Kael la había seguido hasta que una mano fuerte la hizo detenerse, sobresaltada. Por el susto, dio un respingo y se giró rápidamente, sorprendida por que el chico la hubiera parado. Abrió la boca para decirle que la dejara en paz, pero muy pronto la cerró. Silecio, Mel, silencio. Pasa de él, no lo mires, lo que sea. Tras un último vistazo cargado de odio, giró la cabeza hacia un lado y se quedó observando una baldosa fijamente. Aún así, las palabras seguían llegando a sus oidos, inevitablemente. No pensaba seguirlo. No. No llegaría a caer tan bajo. O al menos éso quería hacer, pero de manera inconsciente segundos después se encontró a un par de metros detrás de él, mirándolo que desconfianza.

por **Cédric Grosvenor R.** Lun Jun 21, 2010 4:51 pm

Una figura iba con una botella de cerveza en la mano, casi tambaleándose de lo borracho que estaba. Tenía los ojos ligeramente adormilados, y desprendía un desagradable olor a alcohol. Le había dicho a Kyle que se "había ido a tomar un poco de aire", pero si tomar aire es irse a un bar con tíos bailando en un tubo con traje de bombero pues estaba muy bien aquella definición. Se encontraba todo sudado y con la camisa manga corta pegada a su cuerpo tanto como los vaqueros. Tenía el pelo ligeramente mojado. Cantaba de modo feliz, ve tú a saber qué. Oh, ¿estaría cantando Alejandro de Lady GaGa? *O* Pues sí, aquello era lo que salía de entre sus labios.
Caminó por aquella calle, sintiendo que en algún momento se desmayaría. Se apoyó en una pared, siguiendo con el tarareo, bebiendo como condenado.

por **John A. Miller** Lun Jun 21, 2010 5:04 pm

Una noche con sus compañeros de toda la vida era lo peor que podía haberle pasado al rubio de Erik. Borracho como una cuba, y por consiguiente un tanto agresivo y chulesco, el muchacho serpenteaba por las calles medio tambaleándose, de vuelta a su piso. Llevaba encima un pedo que no podía con él. Su cara estaba enrojecida, sus ojos brillaban de manera extraña y una sonrisa de tontaina no abandonaba sus labios. Su cabello estaba mojado, al igual que sus ropas. A uno de sus amigos se le había ocurrido abrir el grifo y bañarlos mientras todos cantaban la canción de Piratas del Caribe. Yojo, yojo, un buen pirata soy. Habían bebido hasta hartarse, y la mayoría también se había drogado. Cosa que Erik nunca hacía. En cambio, había tomado alcohol como el que más.
En un momento se tropezó con su propio pie y trastabilló, cayendo encima de algo anormalmente blando. El impacto contra el suelo lo redujo aquel extraño cojín, que venía siendo el francés del museo. Riendo a carcajadas, el borracho de Erik se quedó tumbado encima suya un momento antes de rodar y ponerse a duras penas en pie.

por **Cédric Grosvenor R.** Lun Jun 21, 2010 5:16 pm

- Qué boniita es esta vidaaaaa. Mi madre nunca me quiso y mi padre puede moriiirseeee *O* -Borracho drogado, podría definirse. Pero él no tenía ni una pizca de droga en sus venas. No, el no tenía ni una sola pizca de droga en sus venas. No, no, no, eso jamás . Bailó de modo disimulado en donde estaba, sin hacer el menor caso a un par de risas y cantos que venían de otro lado de la calle. Pero no pudo evitar girarse y al observar a una persona que estaba rodeada de una luz blanca y que no tenía camisa en su mente. Oooh, un stripeer *O*- ¿Me haces un stripper, guapo? *-* -Pregunta, soltando varios hipidos. Hasta que siente que se caen sobre él. Él, por supuesto, también cae, y abre los ojso de par en par, mirando al chico borde que había conocido hace semanas en el museo y el cual fue el causante de que perdiera gran parte de dinero.

- Er... ¡hip!.. ¿Erik? -Pregunta, soltando varias carcajadas al verle sobre él- Vaya ¡hip!, ¿tienes ganas de ¡hip! mambo? -Pregunta, mirándole levantarse de él. Él, a duras penas lo hace, tambaleándose peligrosamente- Aaaah, mi cervezaaaa :buaa:

por **John A. Miller** Lun Jun 21, 2010 5:27 pm

Aún riendo, Erik consiguió plantarse sobre sus dos pies de manera inestable y se apoyó contra la pared. Sí, estaba llorando de la risa. El pobre no veía tres en un burro de lo que llevaba en el cuerpo. Una sonrisa fumada se le quedó en la cara y gracias a Dios pudo enfocar al muchacho. ¿Una stripper? ¿¡Dónde!? El muchacho miró a todos lados en busca de la chica que le hiciera un bailecito sexy, pero no la encontró. Echándose un poco hacia adelante, se acercó a Cédric y lo miró a los ojos. Los suyos se cerraban de vez en cuando o bizqueaban. En menudo estado lamentable se encontraban.
-¿Mam... mambo? ¡Jajajaja! -volvó a reír al escuchar esa palabra, inentendible a sus oídos distorsionados por el alcohol. Su cerebro no era capaz de procesar ni el zumbido de una mosa-. ¿Cerveza? ¡Yo quiero cerveza! ¿Dónde ejtá la cerveza? -girándose a malas penas, Erik miró por todo el suelo sin encontrar la bebida y al volver a mirar a Cédric, de tanta vuelta, volvió a perder el control de su cuerpo y acabó abrazado al moreno para no caer-. Te quiero, tío.

por **Cédric Grosvenor R.** Lun Jun 21, 2010 5:42 pm

Veía colorines regarse por todos lados. Pero al ver a su cerveza toda esparcida en el suelo, con pedazos de vidrios y miles de bacterias adherirse a tan hermoso líquido le sentaban como mil cuchillos. Iba a matarlo ò_ó Pero a polvos, ya que lo poco de cordura que tenía le decía que aprovechara el hecho de tener a Erik tan borracho. Tal vez podría tirárselo *_*. Pero esta idea iba acompañado con otros pensamientos menos castos y puros. Le escucha reírse, y él le sigue el juego, mirando a varias personas con cara de "Maricas y borrachos." Se le saldría del alma un grito que dejaría en claro lo que iba dirigido a la gente que les miraba mal.

- Damn vous, putain de cuuuuuuul! :loc:

-Grita en francés, a punto de desmayarse- Pueees síii *_* -Afirma- Es que poooocos son los que ¡hip! se me tira en... ¡hip! ciiiimaaaaa :loc:

-Escucha lo otro y se pone a llorar como puta presa sin su cigarro- Yo también te quiero, tío, no puedo vivir sin tiiii :buaa:

-Y una nalgada va dirigida al culo de Erik, en plan amistoso, llorando ahora sobre el hombro de Erik.

por **John A. Miller** Lun Jun 21, 2010 6:00 pm

Se tapó los oídos al escuchar el pedazo de grito de Cédric en su oreja. La cabeza le iba a estallar si hacía éso otra vez. Pasados un par de segundos, pudo volver a tenerse medio en pie, con un brazo sobre los hombros del chico por si acaso se volvía a caer. Qué bien hacía el alcohol borrando la racionalidad, porque sino Cédric estaría muerto a palos. Erik todavía le guardaba la del museo. Al escuchar lo segundo abrió los ojos como platos y la boca, formando una o.
-Ej que me gujtas. ¡Jajaja! -y volvió a reír. Lo bueno de reír tanto era que así al menos no decía gilipolleces de las que luego, sin duda, se arrepentiría. Esa noche no pasarría a la historia de su vida como de la que más orgulloso estaba, lo tenía claro. O lo tendría, cuando se le pasara el efecto del alcohol-. ¡Yo también te necesito, tío! -y tras un hipido, una mano voló hacia su culo. Si no hubiera estado así lo habría descuartizado, pero ahora sólo podía devolverle el abrazo y darle palmaditas en la espalda-. ¡Venga, chaval, que la noche es joven! -¿seguro? Poco faltaba para la salida del sol...- ¡No lloooooores!

por **Cédric Grosvenor R.** Lun Jun 21, 2010 6:13 pm

No le importó el hecho de que Erik se tapara los oídos ante su grito. Vamos, que le ponía de mal humor el hecho de que todos le miraran mal. De todos modos él seguía llorando como niño pequeño. Y no comprendía el por qué. Algo le decía que aquella noche se la pasaría whuuuuu. Y lo podía predecir por lo que había dicho Erik. ¿Que le gustaba? Sabía que en la mañana llegaría a recibir un par de hostias si Erik le veía en su habitación y en la misma cama, cocina o cualquier lugar posible.

- Tú también me gustas :ligon:

-Grito en llantos. No comprendía por qué no se ponía soltar mocos y mocos hasta inundar la ciudad de ellos. Pero no pudo evitar sentir un poco de deseo de más cuando Erik le tocó el culo. Soltó una risa por lo bajo, dejando de llorar y secándose las lágrimas- Pues aquí me tieneeeeees, podemos pasárnosla de maravilla. ¿A que sí? No necesitamos a nadie, ¡nos tenemos el uno al otro! :buaa:

-Exclamó- Ya no lloro :shy:

-Dijo, dejando de gritar y de llorar- Pues hay que ¡hip! aprovecharla, ¿no? -Le preguntó en tono de voz bajo, besándole en los labios. Si hubiera estado cuerdo, hubiera mandado al tío a la mierda, ya que precisamente bien no le caía.

por **John A. Miller** Lun Jun 21, 2010 9:09 pm

La alterada cabeza de Erik por el abuso del alcohol no entendía que un gay como lo era Cédric, por muy borracho que estuviese, podía interpretar su 'te quiero, tío' y sus actos de otra forma. Porque Erik, si estuviera sobrio, no se lo habría dicho ni en broma, sabiendo que se lo tomaría al pie de la letra. Pero la bebida le había nublado la mente. Más bien, se la había encapotado. Estaba seguro de que al día siguiente no recordaría nada de lo ocurrido, y éso era bueno para el francés.
-¿Cómo? ¿Noj vamos a por más cerveza a un lo... -su frase, dicha con voz pastosa, quedó interrumpida por el beso de Cédric. La atontada mente de Erik no supo procesar bien la información, así que se quedó quieto, esperando a que acabara. Cuando se separó, ladeó la cabeza como un tonto. Demasiado vodka-. Pero tío... ¿ej que tenía algo en la boca?

por **Cédric Grosvenor R.** Lun Jun 21, 2010 9:20 pm

No había dicho nada más, sencillamento lo besó como si no hubiera mañana. Tal vez Erik le seguía el juego, y la reacción del rubio, tan tranquila, era un punto a favor. Puso ambas manos en el pelo del chico, pegándose a la pared junto con él. Bien borracho que estaba. Cuando se separó, le miró del mismo modo que hace unos instantes, pensando en su borracha mente que podría hacer algo más si las reacciones orales del chico eran positivas para él.

- Noooo -dijo como un tonto, volviendo a besar al chico-. Es que sencillamente se ¡hip! me antojoooooooooooo :loc:

por **John A. Miller** Lun Jun 21, 2010 9:53 pm

La negación de Cédric hizo que un ligero sentimiento de alerta se encendiera en su parte racional, pero el alcohol había hecho que mandara la irracional. Y ahora mismo Erik estaba completamente anulado mentalmente. Ni irracional ni leches. Era como un crío perdido en un desierto. Por éso volvió a quedarse quieto cuando le dio el beso, sin preocuparse por estar contra la pared con un tío que más que hombre era gallo prácticamente pegado a él.
-Pero... ¿no íbamos a bujcar diversión? -preguntó inocentemente, dejándose hacer por el moreno sin siquiera notarlo. Él quería más alcohol, o una cama. Pero estar así no, porque sentía que todo le daba vueltas y su cabeza veía cosas que no había-. ¡Coño, un poni!

por **Cédric Grosvenor R.** Mar Jun 22, 2010 5:50 pm

Que todo era muy raro: ¿Erik dejándose besar por él? Vamos, tampoco comprendía por qué le besaba, si había dejado bien claro que odiaba a ese ser con toda su alma. Se queda quieto, dándole otros besos a Erik sin tener la más mínima conciencia de lo que hacía. Ya no le importaba que su cerveza se hubiera derramado o que estaban haciendo un espectáculo en medio de una calle con gente.

- Y diversión es la que vas a tener (//) -dijo en un susurro sensual. Anda, que estaba bien ido de la cabeza ó_ò- ¡¿DONDE HAY UN PONI?! :ligon:

-Grita, pero no espera respuesta, si no que sube a Erik en su espalda y se va a modo de caballito a cualquier lugar privado- YO SOY UN PONI :ligon:

-Y desparecen.

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