Studenterhuset [ZdR]
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Studenterhuset [ZdR]
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El tradicional de los Erasmus y los estudiantes jóvenes. Se trata de una especie de asociación de estudiantes que por las noches funciona como bar. Salvo que haya alguna fiesta o algún concierto puntual, no suele valer mucho los fines de semana. Eso sí, en las noches de los miércoles es el punto de referencia de toda la vida nocturna de la ciudad, ya que allí se reúnen todas las semanas cientos de estudiantes. Otra de sus ventajas es que tiene las bebidas a un precio relativamente aceptable.
Master- The Emperator
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Re: Studenterhuset [ZdR]
No sabía qué hacía ahí, la verdad. ¿Acaso quería ponerse en el punto de mira de todas las personas? Porque, para ser sinceros, iba vestida como para ir a una boda. Porque eso era lo que se suponía que había estado haciendo en el rodaje de hoy antes de que el director se le insinuase. No hacía falta decir que había dejado más colgados que las camisetas en un mercadillo a los del rodaje, en un manicomio al director y sin un precioso vestido negro de palabra de honor a los de vestuario.
Se sienta en una mesa alejada, pidiendo antes un zumo de melocotón al camarero, al que se le notaba la pluma y había sido discreto con ella. Comienza a beber de su zumo, ignorando las ocasionales miradas que le lanzaban aquellos personajes, seguramente de su misma edad y sin nada mejor que hacer, volviendo a pensar qué demonios hacía ahí. ¿Acaso su vena socializadora se había despertado después de tanto tiempo? Lo dudaba, aunque no dejaba de ser una tentadora posibilidad.
Se sienta en una mesa alejada, pidiendo antes un zumo de melocotón al camarero, al que se le notaba la pluma y había sido discreto con ella. Comienza a beber de su zumo, ignorando las ocasionales miradas que le lanzaban aquellos personajes, seguramente de su misma edad y sin nada mejor que hacer, volviendo a pensar qué demonios hacía ahí. ¿Acaso su vena socializadora se había despertado después de tanto tiempo? Lo dudaba, aunque no dejaba de ser una tentadora posibilidad.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Entró en el establecimiento por pura inercia, necesitado de un café. Como de costumbre aquel lugar estaba lleno de estudiantes variopintos que se divertían y reían de sus propias bromas. Keyan observó con cierta burla un grupo de chicas de una mesa que parecían estar apunto de caer en un coma etílico; levantaban las jarras de cerveza por encima de sus cabezas con torpeza, meneando la cabeza de un lado para otro inconscientemente mientras balbuceaban palabras incoherentes. Negó con la cabeza, mientras sacaba el móvil del bolsillo y comprobaba la hora. No era tarde, aún tenía tiempo de hacer lo que tenía planeado. Se acercó a la barra del bar sigiloso, como si de un gato se tratara, esquivando a las personas que apenas se daban cuenta de estar en un lugar público. Se inclinó ligeramente hacia delante, haciendo un gesto al camarero para que se acercara.
- Un café, para llevar a poder ser - le dijo sacando la cartera del bolsillo trasero del pantalón, fue entonces cuando se fijó en la chica que estaba sentada sola en una mesa. Frunció el ceño en el mismo momento en el que un par de borrachos se pusieron a pelear como si perros fueran delante del resto de la gente. Recogiendo el vaso con tapa que le había tendido el camarero - posiblemente gay - lo apartó justo antes de que uno de aquellos idiotas se lo tiraran encima. Masculló unas cuantas palabras, justo antes de llevarse la bebida a los labios y pargar en efectivo.
- Un café, para llevar a poder ser - le dijo sacando la cartera del bolsillo trasero del pantalón, fue entonces cuando se fijó en la chica que estaba sentada sola en una mesa. Frunció el ceño en el mismo momento en el que un par de borrachos se pusieron a pelear como si perros fueran delante del resto de la gente. Recogiendo el vaso con tapa que le había tendido el camarero - posiblemente gay - lo apartó justo antes de que uno de aquellos idiotas se lo tiraran encima. Masculló unas cuantas palabras, justo antes de llevarse la bebida a los labios y pargar en efectivo.
Keyan Danvers- Soldado
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Minutos después de darse cuenta de que el zumo había dejado de bajarle por la garganta, se levanta dispuesta a pedir otro en la barra. Gran error por su parte. Nada más alejarse unos pasos de su burbuja segura que era ahora la mesa, un par de tíos borrachos se acercaron a ella, más conejos en zelo que gatitos viejos, poniéndose uno a cada lado de su cuerpo. Demasiado cerca como para que ella se sintiese agusto. Demasiado cerca como para que sus sentidos no se alertaran y empezara a despertarse su don innato.
"Qué, zorrita, ¿vienes a divertirnos un poco?" dice uno, llevando una de sus asquerosas manos a su culo. "¿O acaso vienes a hacernos la noche más corta, que viene a ser lo mismo?" dice el otro, posando su mano en lo que no es el culo. Una fría y peligrosa mirada procedente de sus ojos azules va dedicada a la de los dos babosos, más advirtiéndoles de lo que podría pasar que no para que la dejaran en paz. Éstos pararon unos instantes, atemorizados, pero iban demasiado borrachos como para darse cuenta del peligro que corrían sus vidas. Así que siguieron a lo suyo, dándole que te pego. Y ella iba sopesando la idea de dejarles como vegetales, arrebatándoles la capacidad de pensar. Pero se dio cuenta de que había demasiada gente observándolos, así que hizo lo primero que se le pasó por la cabeza.
Sus manos se dirigieron rápidamente al paquetito de los misterios de los babosos, retorciéndoselo hasta que chillaron de dolor. Después, corrió hasta situarse al lado de un muchacho que acababa de entrar y que estaba más sobrio que un caballo, agarrándolo como si nada de la cintura y aproximándose más a él.
- Va a ser que no. Estoy con él - les dice, fría, como siempre, pellizcando al chico con la mano que le rodeaba la cintura para que le siguiera el juego.
"Qué, zorrita, ¿vienes a divertirnos un poco?" dice uno, llevando una de sus asquerosas manos a su culo. "¿O acaso vienes a hacernos la noche más corta, que viene a ser lo mismo?" dice el otro, posando su mano en lo que no es el culo. Una fría y peligrosa mirada procedente de sus ojos azules va dedicada a la de los dos babosos, más advirtiéndoles de lo que podría pasar que no para que la dejaran en paz. Éstos pararon unos instantes, atemorizados, pero iban demasiado borrachos como para darse cuenta del peligro que corrían sus vidas. Así que siguieron a lo suyo, dándole que te pego. Y ella iba sopesando la idea de dejarles como vegetales, arrebatándoles la capacidad de pensar. Pero se dio cuenta de que había demasiada gente observándolos, así que hizo lo primero que se le pasó por la cabeza.
Sus manos se dirigieron rápidamente al paquetito de los misterios de los babosos, retorciéndoselo hasta que chillaron de dolor. Después, corrió hasta situarse al lado de un muchacho que acababa de entrar y que estaba más sobrio que un caballo, agarrándolo como si nada de la cintura y aproximándose más a él.
- Va a ser que no. Estoy con él - les dice, fría, como siempre, pellizcando al chico con la mano que le rodeaba la cintura para que le siguiera el juego.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Estaba volviendo a guardar la cartera en el bolsillo trasero ajeno a la pelea y lo que pasaba a su alrededor, aunque por el rabillo del ojo se había fijado en los dos chicos borrachos que se habían acercado a ligar con la chica del zumo. Se hubiese reído por la desesperación que ambos chavales si no fuera porque la ocasión no lo merecía tanto y tampoco le interesaba. Bebió otro trago de café, demasiado amargo para su gusto y la primera vez no se había dado cuenta. Chasqueó la lengua y alargando el brazo cogió de un bol un par de azucarillos que vertió en el líquido oscuro. Lo removió con una pequeña cucharilla y volvió a probar el café. Mucho mejor sin duda.
No sabe cómo, ni porqué se encontró con que la chica, la morena del zumo le rodeó por la cintura. No la conocía de nada, no tenía intención de conocerla, es más, no quería conocerla. Frunció el ceño al verla ahí, parada, a su lado, sobre todo cuando le pellizcó la mano para que le siguiera el juego.
- Estás de coña... - murmuró por lo bajo entornando los ojos ligeramente. Los otros dos estaban tan ciegos que habían sido incapaces de ver que Keyan no tenía ningún parentesco con aquella chica. Les miró unos instantes, en el momento en el que se acercaron, con desafío. - ¿Algún problema? - inquirió, obligándose a pasar el brazo por los hombres de la chiquilla. La acercó ligeramente a sí, aferrando la mano en su hombro de manera protectora, intentando evitar incrustarle los dedos en la carne y darle a entender su cabreo interior.
"¿Nos la dejas un rato?" preguntó uno, mirándola con lascividad. Keyan le hubiese dicho que sí, que era toda suya, pero ya había entrando en el juego de conocerse así que... no le quedaba otra que continuar. Cuanto antes se acabara esa pesadilla mejor.
- No, buscaros a otra. Ésa, por ejemplo - hizo un gesto con la mano con la que sostenía el vaso de café, señalizando a una rubia despampanante que pasaba medio desnuda - al parecer de Keyan. Ambos desconocidos se miraron, uno fue a por la rubia, el otro no se contentó, parecía que quería a la nueva acompañante de Danvers.
No sabe cómo, ni porqué se encontró con que la chica, la morena del zumo le rodeó por la cintura. No la conocía de nada, no tenía intención de conocerla, es más, no quería conocerla. Frunció el ceño al verla ahí, parada, a su lado, sobre todo cuando le pellizcó la mano para que le siguiera el juego.
- Estás de coña... - murmuró por lo bajo entornando los ojos ligeramente. Los otros dos estaban tan ciegos que habían sido incapaces de ver que Keyan no tenía ningún parentesco con aquella chica. Les miró unos instantes, en el momento en el que se acercaron, con desafío. - ¿Algún problema? - inquirió, obligándose a pasar el brazo por los hombres de la chiquilla. La acercó ligeramente a sí, aferrando la mano en su hombro de manera protectora, intentando evitar incrustarle los dedos en la carne y darle a entender su cabreo interior.
"¿Nos la dejas un rato?" preguntó uno, mirándola con lascividad. Keyan le hubiese dicho que sí, que era toda suya, pero ya había entrando en el juego de conocerse así que... no le quedaba otra que continuar. Cuanto antes se acabara esa pesadilla mejor.
- No, buscaros a otra. Ésa, por ejemplo - hizo un gesto con la mano con la que sostenía el vaso de café, señalizando a una rubia despampanante que pasaba medio desnuda - al parecer de Keyan. Ambos desconocidos se miraron, uno fue a por la rubia, el otro no se contentó, parecía que quería a la nueva acompañante de Danvers.
Keyan Danvers- Soldado
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Lanzó una mirada helada al moreno por su negación inicial a ayudarla. Si supiese él por qué se había tomado la molestia de tener que tocar a un desconocido... No pondría tantos reparos. Hizo chirriar sus dientes cuando el chico este apretó su hombro con los dedos. Por una parte le estaba agradecida de que le ayudase, pero por otra estaba deseosa de que sufriera la misma suerte de la que se habían librado aquellos dos sobones.
- Qué, ¿acaso no ves que ya estoy ocupada? - pregunta al que queda, siguiendo antes con la mirada al otro que se iba con la rubia, abrazando por la cintura a "su chico". Pero ¿por qué a ella?
El baboso alzó una ceja escéptico. Genial, ahora no iba a ir lo suficientemente borracho como para tragarse la mala actuación que estaban dando los dos. "Demuéstrame que le prefieres a él antes que a mí", inquirió. Le hubiera gustado contestar que prefería antes al perro de su vecina, pero como que no quería montar un numerito. Así que, reuniendo todo el valor que tenía en aquellos momentos, que no era poco, cogió la cara de su supuesto novio y aplastó sus labios con los de él, cerrando los ojos más por no pensar en lo que estaba haciendo que disfrutando. Ahora seguro que se encerraba en casa por lo menos durante tres meses para recuperar la solitud que había mantenido inquebrantable en los últimos años.
- Ahora vete - ordena al baboso después de besar al chico, deseando que el momento acabase ya.
- Qué, ¿acaso no ves que ya estoy ocupada? - pregunta al que queda, siguiendo antes con la mirada al otro que se iba con la rubia, abrazando por la cintura a "su chico". Pero ¿por qué a ella?
El baboso alzó una ceja escéptico. Genial, ahora no iba a ir lo suficientemente borracho como para tragarse la mala actuación que estaban dando los dos. "Demuéstrame que le prefieres a él antes que a mí", inquirió. Le hubiera gustado contestar que prefería antes al perro de su vecina, pero como que no quería montar un numerito. Así que, reuniendo todo el valor que tenía en aquellos momentos, que no era poco, cogió la cara de su supuesto novio y aplastó sus labios con los de él, cerrando los ojos más por no pensar en lo que estaba haciendo que disfrutando. Ahora seguro que se encerraba en casa por lo menos durante tres meses para recuperar la solitud que había mantenido inquebrantable en los últimos años.
- Ahora vete - ordena al baboso después de besar al chico, deseando que el momento acabase ya.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Keyan echó una mirada circular al establecimiento comprobando con fastidio que había demasiada gente para ponerse a jugar con la mente del tío que tenía delante y si fuera por él, hasta borraría los recuerdos de la chica a la que aún rodeaba con sus brazos. ¿Por qué tenía que pasarle este tipo de cosas él? ¿Es que acaso le había visto cara de idiota? Contuvo un suspiro, pero aún así respiró hondamente cargando toda su frustración hacia la mirada que le estaba echando al tío plantificado delante de ellos.
- Lárgate, no queremos montar un espectáculo ¿verdad? - pero el tío se rió como si Keyan fuera estúpido, cuando estaba conteniéndose por no freirle el cerebro de tal manera que necesitara ayuda hasta para comer.
Por encima, se metió más en el juego y ella - de la cual todavía desconocía su nombre - unió sus labios con los de él, sin que realmente pudiera evitarlo. Rodó los ojos, al notar el cálido contacto sobre sus labios, sin mover más que el brazo que la rodeaba, para estrecharla en un abrazo forzado y resignado. Cuando se separaron Keyan sintió las ganas irreversibles de darle al tipo un puñetazo en la cara por haber conseguido que hicieran el paripé más ridículo de la historia, pero al menos, le valió y se fue a buscar a otra presa. En cuanto se hubo perdido entre la multitud, se apartó de la chica con los ojos entrecerrados.
- ¿Y bien? - esperaba que al menos le diera las gracias y una nimia explicación, aunque realmente lo último no lo quería. Por querer, quería que ella desapareciera cuanto antes. Hundió una de las manos en el bolsillo y apretó los puños, sosteniendo en un fino hilo toda su poca paciencia.
- Lárgate, no queremos montar un espectáculo ¿verdad? - pero el tío se rió como si Keyan fuera estúpido, cuando estaba conteniéndose por no freirle el cerebro de tal manera que necesitara ayuda hasta para comer.
Por encima, se metió más en el juego y ella - de la cual todavía desconocía su nombre - unió sus labios con los de él, sin que realmente pudiera evitarlo. Rodó los ojos, al notar el cálido contacto sobre sus labios, sin mover más que el brazo que la rodeaba, para estrecharla en un abrazo forzado y resignado. Cuando se separaron Keyan sintió las ganas irreversibles de darle al tipo un puñetazo en la cara por haber conseguido que hicieran el paripé más ridículo de la historia, pero al menos, le valió y se fue a buscar a otra presa. En cuanto se hubo perdido entre la multitud, se apartó de la chica con los ojos entrecerrados.
- ¿Y bien? - esperaba que al menos le diera las gracias y una nimia explicación, aunque realmente lo último no lo quería. Por querer, quería que ella desapareciera cuanto antes. Hundió una de las manos en el bolsillo y apretó los puños, sosteniendo en un fino hilo toda su poca paciencia.
Keyan Danvers- Soldado
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Observa al tío irse de donde estaban ellos, agradecida de que la farsa en la que estaba sumida hubiese acabado ya. Se separa rápidamente de su novio por cinco minutos, al igual que él, y se queda mirándole, impasible. Algo en su conciencia de decía que debía darle las gracias por ayudarla. Pero, ¿aydarla a qué? ¿A que su don no se hubiese despertado y hubiera dejado a los que estaban en el local con mentalidad de almeja? No, más bien tenía que ser él el que se disculpase.
- ¿Bien qué? - pregunta, pidiendo al camarero su esperado zumo de melocotón, cogiéndolo instantes después y yéndose a sentar a la mesa de antes, ahora ya más cómoda ante el nivel de miradas puestas en ella, reducido a casi ninguna.
Lanza una rápida mirada al moreno de mientras que abría la botellita y vertía el contenido en el vaso de antes. Ella no entendía de estas cosas, pero su vocecita interior le decía que a la mayoría de chicas de aquel local - y probablemente de aquella ciudad - les habría gustado ni que fuese tocar al muchacho como lo había hecho ella. Y su orgullo de mujer, despierto después de aquella burda imitación de beso, se enorgullecía ligeramente. Demasiadas cosas se le estaban despertando para ser bueno...
- ¿Bien qué? - pregunta, pidiendo al camarero su esperado zumo de melocotón, cogiéndolo instantes después y yéndose a sentar a la mesa de antes, ahora ya más cómoda ante el nivel de miradas puestas en ella, reducido a casi ninguna.
Lanza una rápida mirada al moreno de mientras que abría la botellita y vertía el contenido en el vaso de antes. Ella no entendía de estas cosas, pero su vocecita interior le decía que a la mayoría de chicas de aquel local - y probablemente de aquella ciudad - les habría gustado ni que fuese tocar al muchacho como lo había hecho ella. Y su orgullo de mujer, despierto después de aquella burda imitación de beso, se enorgullecía ligeramente. Demasiadas cosas se le estaban despertando para ser bueno...
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Tenía que tocarle la orgullosa. Se giró hacia el camarero que les miraba con escándolo, como si él hubiese querido ser alguno de los dos. Parpadeó unos segundos, dándose cuenta de lo que realmente había hecho y de como muchas de las miradas del lugar se posaban en ellos. Odiaba que le miraran, le gustaba pasar desapercibido, pero hoy no había sido su día de suerte, al parecer.
- ¿A dónde crees que vas, monada?- inquirió cuando ésta empezó a alejarse y finalmente acabó sentada en la silla de antes. Con pasmosa tranquilidad, fue detrás de ella. Tomó la silla por el respaldo y dándole la vuelta se sentó a su lado a horcajadas, después dejó su café tibio sobre la mesa de madera. Alargó los brazos y arrastró la silla de la joven hasta sí, cerca de él - A tí te parecerá gracioso, pero a mí no ¿sabes? - llevó la mano hasta la mejilla de la chica, rozándola suavemente, mientras acercaba sus labios hasta su oído - Pero tan "fácil" te has librado de ellos, tan "fácil" puedo hacer que vuelvan... - se separó cruzando su mirada verde e impasible con la de ella - No quieres eso ¿verdad? - alzó imperceptiblemente las cejas, echando una mirada rápida a uno de los tíos de antes que se les había quedado mirando cual pasmarote, como si hubiese visto su oportunidad - Creo que me debes algo.
- ¿A dónde crees que vas, monada?- inquirió cuando ésta empezó a alejarse y finalmente acabó sentada en la silla de antes. Con pasmosa tranquilidad, fue detrás de ella. Tomó la silla por el respaldo y dándole la vuelta se sentó a su lado a horcajadas, después dejó su café tibio sobre la mesa de madera. Alargó los brazos y arrastró la silla de la joven hasta sí, cerca de él - A tí te parecerá gracioso, pero a mí no ¿sabes? - llevó la mano hasta la mejilla de la chica, rozándola suavemente, mientras acercaba sus labios hasta su oído - Pero tan "fácil" te has librado de ellos, tan "fácil" puedo hacer que vuelvan... - se separó cruzando su mirada verde e impasible con la de ella - No quieres eso ¿verdad? - alzó imperceptiblemente las cejas, echando una mirada rápida a uno de los tíos de antes que se les había quedado mirando cual pasmarote, como si hubiese visto su oportunidad - Creo que me debes algo.
Keyan Danvers- Soldado
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Siguió bebiendo de su zumo, tranquilamente, pensando en el camarero y su posible homosexualidad. Ella ya estaba acostumbrada a tratar con personas que tenían parejas del mismo sexo, ya que muchos de los maquilladores que tenía eran de la otra acera, pero le resultaba raro toparse con uno fuera del camerino.
Dejó con tranquilidad el vaso en la mesa, todavía medio lleno, ignorando por completo al moreno. Pero esa ignoración le resultó imposible cuando el chico arrastró su silla hasta colocarla a pocos centímetros de él. Rodó los ojos, sabedosa de que el diálogo entre los dos no acababa más que empezar. Cuando acabaría esto...
- ¿Acaso ves que me divierta? - le pregunta, clavando sus azules ojos en él. Se queda mirando el dedo del chico a medida que éste le va comunicando su opinión de lo ocurrido sin pedírselo siquiera. Al parecer ella se tenía que sentir en deuda con él -. ¿Es una amenaza? - pregunta, como el que comenta el tiempo que hace -. No veo por qué te debo nada. Yo me he librado de esos intentos de hombre y tú te has librado de que me descontrole, y encima con un beso de regalo. Punto - dice, separándose ligeramente de él.
Dejó con tranquilidad el vaso en la mesa, todavía medio lleno, ignorando por completo al moreno. Pero esa ignoración le resultó imposible cuando el chico arrastró su silla hasta colocarla a pocos centímetros de él. Rodó los ojos, sabedosa de que el diálogo entre los dos no acababa más que empezar. Cuando acabaría esto...
- ¿Acaso ves que me divierta? - le pregunta, clavando sus azules ojos en él. Se queda mirando el dedo del chico a medida que éste le va comunicando su opinión de lo ocurrido sin pedírselo siquiera. Al parecer ella se tenía que sentir en deuda con él -. ¿Es una amenaza? - pregunta, como el que comenta el tiempo que hace -. No veo por qué te debo nada. Yo me he librado de esos intentos de hombre y tú te has librado de que me descontrole, y encima con un beso de regalo. Punto - dice, separándose ligeramente de él.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Studenterhuset [ZdR]
En ese momento su retorcida cabecita empezó a pensar en dar de comer a aquellos lobos hambrientos, haciendo gala de su don para el teatro podría montar un auténtico espectáculo en el que el tema principal fuera la ruptura de aquella encantadora pareja de amantes. Sus ojos brillaron de casi diversión ante la idea de hacer aquello, pero se contuvo unos minutos más, sólo por ver las reacciones de ella ante su irreconocible faceta de sentimentalista.
- No hagas que te conteste a eso - gruñó por lo bajo, haciendo que una de las comisuras de sus labios se elevara un poco de manera desdeñosa. - ¿Quieres que lo sea? - respondió como si estuviera sorprendido por su propia respuesta, todo puro teatro. La mandíbula se tensó ligeramente al escucharla, ¿ella descontrolarse? Bueno ¿y qué? Que lo hubiese hecho y le hubiese dado su merecido a esos sobones, pero a él que le hubiese dejado en paz. - Mira niña... no tengo tiempo para tus tonterías. ¿Te crees que me preocupan tus "descontrolamientos"? - bufó, algo sorprendido por la respuesta que le había dado ella - Para nada. Y... no te equivoques, no besas tan bien - medio sonrió con cierta inocencia, presionando con el dedo pulgar sobre el mentón de ella. Se levantó de la mesa, arrastrando la silla hacia atrás con un chirrido que se vio amortiguado por el ruido del local. Recogió su café con una mano y la miró como si, en el fondo, le diera pena. Se inclinó hacia ella nuevamente con una sonrisa cargada de sorna - Ahora sería el momento perfecto para que te descontrolaras - le susurró al oído, antes de depositar un beso de Judas en su mejilla.
Al volverse su mirada verde chocó contra uno de los dos chicos que había ido a por la chica al principio. Como si Keyan jamás hubiese estado allí, el chaval volvió hacia la mesa de la chica, intentando nuevamente llevársela a su terreno, sin que la joven pudiera hacer nada. Antes de que pudiera dar caza a su "novio", Danvers ya había salido del establecimiento bebiendo su nuevo café caliente y desapareciendo por las calles.
FdR: Me voy a dormir. Bye#
- No hagas que te conteste a eso - gruñó por lo bajo, haciendo que una de las comisuras de sus labios se elevara un poco de manera desdeñosa. - ¿Quieres que lo sea? - respondió como si estuviera sorprendido por su propia respuesta, todo puro teatro. La mandíbula se tensó ligeramente al escucharla, ¿ella descontrolarse? Bueno ¿y qué? Que lo hubiese hecho y le hubiese dado su merecido a esos sobones, pero a él que le hubiese dejado en paz. - Mira niña... no tengo tiempo para tus tonterías. ¿Te crees que me preocupan tus "descontrolamientos"? - bufó, algo sorprendido por la respuesta que le había dado ella - Para nada. Y... no te equivoques, no besas tan bien - medio sonrió con cierta inocencia, presionando con el dedo pulgar sobre el mentón de ella. Se levantó de la mesa, arrastrando la silla hacia atrás con un chirrido que se vio amortiguado por el ruido del local. Recogió su café con una mano y la miró como si, en el fondo, le diera pena. Se inclinó hacia ella nuevamente con una sonrisa cargada de sorna - Ahora sería el momento perfecto para que te descontrolaras - le susurró al oído, antes de depositar un beso de Judas en su mejilla.
Al volverse su mirada verde chocó contra uno de los dos chicos que había ido a por la chica al principio. Como si Keyan jamás hubiese estado allí, el chaval volvió hacia la mesa de la chica, intentando nuevamente llevársela a su terreno, sin que la joven pudiera hacer nada. Antes de que pudiera dar caza a su "novio", Danvers ya había salido del establecimiento bebiendo su nuevo café caliente y desapareciendo por las calles.
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Keyan Danvers- Soldado
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Alarga la mano hasta el vaso de zumo que había dejado en la mesa para bebérselo de un trago. Ladea la cabeza como respuesta al chico. Le parecía una estupidez que le preguntase cómo debía hacer las cosas, si amenazando o no. Sonríe ligeramente.
- ¿Y quién te ha dicho a ti que quería darte lo mejorcito con ese beso? No te lo mereces - responde, depositando de nuevo el vaso en la mesa, ahora vacío. Una sonrisa asoma en su cara después de que le dé ese beso traicionero y de que se marche, dejándola con aquel baboso de antes. Como si nada, se levanta de donde está y aparta de su camino al tío ese con una patada en sus partes nobles, marchándose de allí más ancha que estrecha.
- ¿Y quién te ha dicho a ti que quería darte lo mejorcito con ese beso? No te lo mereces - responde, depositando de nuevo el vaso en la mesa, ahora vacío. Una sonrisa asoma en su cara después de que le dé ese beso traicionero y de que se marche, dejándola con aquel baboso de antes. Como si nada, se levanta de donde está y aparta de su camino al tío ese con una patada en sus partes nobles, marchándose de allí más ancha que estrecha.
Fawn D. Poynter- The Leader
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Avanzaba lentamente por el juvenil local con varios rasguños en su cara y en lo que se podía ver de pecho. Su camisa corta dejaba a relucir los grotescos rasguños producidos por Sanders; dándole un aspecto más rudo de lo habitual. Andaba de un humor de perros, y lo que le había hecho Sanders lo iba a pagar muy caro. Su jean azul iba a la perfección con la camisa gris que tenía puesta.
Se sienta en una butaca y pide al mesonero un vodka...
Y desaparece luego de varios minutos.
Perdona semejante mierda de post, al próximo me inspiro x__x
Se sienta en una butaca y pide al mesonero un vodka...
Y desaparece luego de varios minutos.
Perdona semejante mierda de post, al próximo me inspiro x__x
Última edición por Kael Q. Baker-Arnolth el Sáb Jun 12, 2010 2:19 am, editado 1 vez
Kael Q. Baker-Arnolth- Grand
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Localización : En la cama de tu hermana, mientras escucho cómo pide más =D
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Hoy se sentía endemoniadamente bien, no se había topado con mucha gente mientras salía de casa, tal vez el mal tiempo había quitado del pensamiento de los ciudadanos de Copenhague el salir a dar un paseo matutino, y eso le dejaba vía libre para sus propios pensamientos, ni uno más – bueno, si se cruzaba alguien no era su problema- estaba contenta e irradiaba felicidad por cada poro de su piel. Paseaba por las calles cuando le pateció tomar algo. Entró en Studenterhuset para tomar algo, esta vez llevaba sus habituales shorts vaqueros junto con la camiseta balanca manchada de pintura, suerte que la chupa de cuero se lo disimulaba un poco.
- Una cerveza- pidió en la barra.
Una oleada de pensamientos negativos surcó su cabeza, se giró y observó a un muchacho un tanto magullado. Abrió los ojos sorprendida.
- ¡Ay madre! – dijo acercándose a él- ¿estás bien?- preguntó mientras sacaba un pequeño “botiquín” de su bandolera- toma, aguanta – se la tendió- voy a limpiarte eso- dijo mientras con un algodón le quetaba un poco de sangre- ya se que soy impulsiva...- exclamó mientras fijaba sus azules ojos en él- pero no me gusta ver a la gente sangrar, odio la sangre- hizo una mueca parecida a una sonrisa- soy L- se separó dejándo que el chico continuara con su auto-cura.
- Una cerveza- pidió en la barra.
Una oleada de pensamientos negativos surcó su cabeza, se giró y observó a un muchacho un tanto magullado. Abrió los ojos sorprendida.
- ¡Ay madre! – dijo acercándose a él- ¿estás bien?- preguntó mientras sacaba un pequeño “botiquín” de su bandolera- toma, aguanta – se la tendió- voy a limpiarte eso- dijo mientras con un algodón le quetaba un poco de sangre- ya se que soy impulsiva...- exclamó mientras fijaba sus azules ojos en él- pero no me gusta ver a la gente sangrar, odio la sangre- hizo una mueca parecida a una sonrisa- soy L- se separó dejándo que el chico continuara con su auto-cura.
FdR: Tranqui ^^ no se si he entendido muy bien, pero he supuesto que Kael estaba un poco ensangrentado xD si no lo cambio.
Neftis B. Lekker- Sargento
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Que mejor que el Studenterhuset para aquella noche del viernes. Sabía por experiencia que los chupitos y bebidas más baratos se encontraban en aquel lugar y, además habiendo hoy una fiesta, la cosa prometía. Por ser una ocasión especial -no solía salir con frecuencia y menos moverse por aquel tipo de bares- se había atabiado con una minifalda vaquera y un corsé de encaje negro; por demás provocativo y a conjunto con unos sencillos tacones del mismo color. Por el 'trabajo' y otras cosas, hacía tiempo que no se divertía y hoy deseaba hacerlo. Sentirse como cuando tenía diecisiete años y se comía el mundo.
Con pasos seguros y confiados, se hizo paso entre la multitud que se agolpaba en el local, se ve que no era la única que se había enterado de que allí se celebraría una fiesta, porque el lugar estaba a rebosar. No era común encontrarse a una chica sóla, pero para desgracia suya, nadie la había querido acompañar al Studenterhuset, preferieron quedarse en el apartamente de Caleb y de ella a beber como posesos.
Alzando la barbilla,se abrió paso hasta donde servían las copas, empujando a un par de lagartas que intentaron impedirle conseguir su objetivo. ¡Si tan sólo quería alcohol! Que mala era la envidia. Agitando la mano por encima de un par de cabezas, captó la atención del camarero y le pidió Vozka con Limón. Había que empezar fuerte.
Con pasos seguros y confiados, se hizo paso entre la multitud que se agolpaba en el local, se ve que no era la única que se había enterado de que allí se celebraría una fiesta, porque el lugar estaba a rebosar. No era común encontrarse a una chica sóla, pero para desgracia suya, nadie la había querido acompañar al Studenterhuset, preferieron quedarse en el apartamente de Caleb y de ella a beber como posesos.
Alzando la barbilla,se abrió paso hasta donde servían las copas, empujando a un par de lagartas que intentaron impedirle conseguir su objetivo. ¡Si tan sólo quería alcohol! Que mala era la envidia. Agitando la mano por encima de un par de cabezas, captó la atención del camarero y le pidió Vozka con Limón. Había que empezar fuerte.
Kallendra E. Di Salvo- Contrebandier
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Re: Studenterhuset [ZdR]
A aquellas horas de la noche, Erik acababa de salir de hablar con su contacto sobre lo que tendría que hacer los próximos días. Tan sólo un par de trabajillos de nada como colarse en algún que otro casino para amenazar un poquillo al dueño, que se estaba haciendo el valiente y acababa de decidir que él era superior a toda su mafia junta y que no pagaba. Llevaba un par de billetes en el bolsillo con los que pagarse la cena y, como aún no se conocía el lugar, acabó metido en un bar rebosante de gente. Y, al parecer, poco te podrían ofrecer allí de cena ese día, a no ser que las aceitunas de aperitivo contaran, claro. Decidido a marcharse por donde había venido y a buscarse otro sitio donde pasar la noche, el muchacho estuvo a punto de girarse. Pero una figura llamó su atención. Quién podría olvidar esas piernas y esa melena. Con una sonrisa, se coló entre la gente, siguiendo a la morena. Al menos, no llamaría mucho la atención por la ropa, pues no desentonaba mucho: chupa negra de cuero, vaqueros y, debajo de la chaqueta, camiseta de manga corta negra. Al menos no pasaría frío, porque el calor humano allí no faltaba.
-¿Qué hace una mujer como tú en un sitio como este... sola? -susurró al oído de la mujer. Hacía ya bastante que no la veía. Para ser exactos, desde la única vez que coincidieron, mucho tiempo atrás.
-¿Qué hace una mujer como tú en un sitio como este... sola? -susurró al oído de la mujer. Hacía ya bastante que no la veía. Para ser exactos, desde la única vez que coincidieron, mucho tiempo atrás.
John A. Miller- Teniente
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Si las miradas matasen, la rubia en aquel mismo momento estaría más que muerta, a muchos metros bajo tierra. Aquellas chiquillas a las que había empujado para abrirse paso, ahora se encontraba detrás suya, junto con todo un harén de rubias huecas como ella. Los labios de Kallendra se curvaron en una burlona y a la vez, maliciosa sonrisa. Pudo parecer todo lo salido que fuera, pero la chica en cuestión de segundos sacó, de un bolsillo escondido por dentro de su vestimenta inferior, una mini navaja, bastante afilada. Con tan sólo mostrarla, todas las mocosas seguramente se habrían hecho pipí en su ropa interior de encaje, porque huyeron despavoridas.
Una vez libre de molestias y guardada de nuevo la navaja en su sitio, tomó entre sus finas y pequeñas manos el vaso a rebosar de la bebida alcohólica. Pero no llegó a ni acercárselo a ese par de jugosos labios pintados de colr rojo carmesí, porque una voz sensual y masculina, trucó su objetivo. Depositó sin prisa alguna el vaso sobre la superficie de la barra y giró lentamente su cuepo hasta encarar al chico que tenía a sus espaldas.
-¿Acaso no puedo...-se interrumpió en el mismo momento que se topó cara a cara con aquel italiano con quién compartió una vez cierto trabajito.-¿Qué tiene de malo estar aquí sóla? Dudo mucho que pueda pasarme algo...malo .-murmurró, pestañeando repetidamente.-¿Qué haces tú por aquí, Erik?
Una vez libre de molestias y guardada de nuevo la navaja en su sitio, tomó entre sus finas y pequeñas manos el vaso a rebosar de la bebida alcohólica. Pero no llegó a ni acercárselo a ese par de jugosos labios pintados de colr rojo carmesí, porque una voz sensual y masculina, trucó su objetivo. Depositó sin prisa alguna el vaso sobre la superficie de la barra y giró lentamente su cuepo hasta encarar al chico que tenía a sus espaldas.
-¿Acaso no puedo...-se interrumpió en el mismo momento que se topó cara a cara con aquel italiano con quién compartió una vez cierto trabajito.-¿Qué tiene de malo estar aquí sóla? Dudo mucho que pueda pasarme algo...malo .-murmurró, pestañeando repetidamente.-¿Qué haces tú por aquí, Erik?
Kallendra E. Di Salvo- Contrebandier
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Con un golpe suave y sutil, Erik apartó a un tipo del taburete en el que se sentaba al lado de Kallendra y se dejó caer en el asiento, dándole la espalda al hombre. Éste, furioso y con un color sospechoso en las mejillas fruto, seguramente, de la bebida, se marchó a grandes y sonoras zancadas para buscar otra silla en la que hundirse para ahogar sus penas en alcohol. El rubio bufó, disgustado. Ya ni se podía montar una gorda con los borrachos de turno. Ahora sólo comenzaban si eras tú el que levantaba la mano, y no podía permitirse que lo llevaran al calabozo y le miraran el expediente por querer pegar a alguien por diversión. Cuando llegó el camarero aún no había ni pensado en lo que pedir, así que le dijo que le trajera lo que fuera que tenía la chica entre manos y unas rebanadas de pan si tenía. Que el alcohol era mejor tomarlo con el estómago lleno, y el suyo le rugía. Una sonrisa pícara se dibujó en su rostro cuando escuchó a la chica.
-No, estoy seguro que no -con la excusa de la broma, la recorrió de arriba a abajo con la mirada, soltando después unos silbidos de admiración en plan película. Lo que más le gustaba de estar con la gente del gremio era no tener que fingir-. Ya sabes... negocios.
-No, estoy seguro que no -con la excusa de la broma, la recorrió de arriba a abajo con la mirada, soltando después unos silbidos de admiración en plan película. Lo que más le gustaba de estar con la gente del gremio era no tener que fingir-. Ya sabes... negocios.
John A. Miller- Teniente
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Una especie de divertida y cruel risita escapó de sus labios,en el momento en que el rubio apartó de un certero golpe al tipo que tenía a su lado, sentándose con ella. Ambos igual de simpáticos. Repiqueteó las uñas contra la superficie de madera barnizada que constituía la barra, mientras se dedicaba a observar al chico. No había cambiado apenas nada de la primera y la última vez que se vieron; incluso hasta había mejorado si aún se podía.
Se llevó el vaso a los labios finalmente, mojándolos primero, saboreando la bebida y segundos después dio el primer sorbo. Estaba fuerte, pero eso era algo que a ella poco le afectaba. Volvió a mojarse un par de veces más los labios con el oscuro líquido y después sus ojos se clavaron nuevamente en los del mayor. Soltó una carcajada e hizo una sutil inclinación, agradeciéndole de esa forma los silbidos regalados a su persona. A cualquier mujer le gustaba que la adulasen, y mucho más, un tipo como lo era Erik.
-Gracias, gracias, tú también estás muy bueno .-le guiñó un ojo con picardía, con todo el descaro que poseía la joven.-Oh, entiendo. Hacía mucho que no nos veíamos, ¿no? Desde esa vez que coincidimos...El tiempo no parece pasar en tí.
Se llevó el vaso a los labios finalmente, mojándolos primero, saboreando la bebida y segundos después dio el primer sorbo. Estaba fuerte, pero eso era algo que a ella poco le afectaba. Volvió a mojarse un par de veces más los labios con el oscuro líquido y después sus ojos se clavaron nuevamente en los del mayor. Soltó una carcajada e hizo una sutil inclinación, agradeciéndole de esa forma los silbidos regalados a su persona. A cualquier mujer le gustaba que la adulasen, y mucho más, un tipo como lo era Erik.
-Gracias, gracias, tú también estás muy bueno .-le guiñó un ojo con picardía, con todo el descaro que poseía la joven.-Oh, entiendo. Hacía mucho que no nos veíamos, ¿no? Desde esa vez que coincidimos...El tiempo no parece pasar en tí.
Kallendra E. Di Salvo- Contrebandier
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Carraspeó un par de veces llevándose el puño a la boca cuando la chica soltó unas carcajadas, evitando así imitarla y partirse el culo allí mismo. Cuando el camarero le entregó la bebida la dejó en la mesa y, aún con una mano en el vaso, se quedó embobado mirando a Kallendra. Patético. Si te gusta una tía, lo que no tienes que hacer es demostrárselo de esa manera tan humillante. Erik alargó una mano y agarró el recipiente fuertemente, soltándolo de los dedos del inepto aquél. El pobre hobre dio un bote, se puso rojo y se marchó corriendo. Bueno, podía perdonársele. El escote de la morena era impresionante, aunque sabía que él no haría éso nunca. Una sonrisa se extendió por su rostro cuando escuchó sus palabras. Una de las cosas que más le gustaban de Kallendra era que no se callaba nada y su personalidad tan... bueno, tan ella. Y éso que sólo habían coincidido durante lo que duró la misión. Cogió el vaso y lo levantó un poco hacia ella, como si chocara su copa con la suya, y le dio un trago al líquido abrasador. Debió imaginarlo, pero aún así le sorprendió que tomara cosas tan fuertes.
-Sí, desde que coincidimos -dijo, sonriendo ampliamente y riendo en voz baja. Dejó el vaso en la mesa y apoyó un codo en la barra, con el cuerpo girado hacia ella. Se quitó la chupa y la dejó sobre su regazo, el calor con ella puesta era demasiado-. Tampoco tú has cambiado mucho... A no ser que cuenten las ropas, claro. Me gustaría pensar que te has puesto así por mí. Qué lástima...
-Sí, desde que coincidimos -dijo, sonriendo ampliamente y riendo en voz baja. Dejó el vaso en la mesa y apoyó un codo en la barra, con el cuerpo girado hacia ella. Se quitó la chupa y la dejó sobre su regazo, el calor con ella puesta era demasiado-. Tampoco tú has cambiado mucho... A no ser que cuenten las ropas, claro. Me gustaría pensar que te has puesto así por mí. Qué lástima...
John A. Miller- Teniente
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Se acomodó mejor en aquel taburete del cual se había apropiado nada más posar una mano en la barra, colgándole el invisible cartelito de: 'Hacéis el intento de apartarme y os mato ' . Así se evitaba tener que sacar con frecuencia la navaja de su escondite; no le apetecía estar metiendo y sacando su mano de aquella prenda tan comprometedora como lo era esa corta tela vaquera llamada minifalda.
Arrugó la nariz a la vez que enarcó ambas cejas al ver la actitud bobalicona del camarero. Poco le había faltado para que babease toda la barra y se le salieran los ojos de las cuencas. Dirigió una rápida mirada a su pecho y chasqueó la lengua; tampoco llevaba tanto escote como para actuar de aquel modo. ¿Pero qué se podía esperar de un joven camarero con las hormonas por las nubes?
Con una sonrisa de complicidad, imitó el gesto del muchacho con su vaso de cristal, en una burda imitación de un brindis. Por este reecuentro articuló con los labios, mirando a Erik cuando pronunció sin emitir ningún sonido.
Sus ojos viajaron al cuerpo del rubio cuando éste se despojó de la chaqueta de cuero que cubría sus trabajados brazos y tronco. ¿Quién no se deleitaría con semejantes vistas? Sus ojos viajaron de arriba a abajo, siendo ella en esta ocasión la que evaluó enterito al chico. Pasaba el notable con creces.
-Puedes pensarlo, no creo que te hago daño ni a ti ni a mi. -sonrió casual, mostrándole su perfecta dentadura blanca, libre de cualquier tipo de mancha.-¿Sabes? Cualquier chica no podría resistirse a tus encantos, deberé de andarme con ojo por si no intentan asesinarme alguna de ellas por estar aquí contigo .-bromeó.
Arrugó la nariz a la vez que enarcó ambas cejas al ver la actitud bobalicona del camarero. Poco le había faltado para que babease toda la barra y se le salieran los ojos de las cuencas. Dirigió una rápida mirada a su pecho y chasqueó la lengua; tampoco llevaba tanto escote como para actuar de aquel modo. ¿Pero qué se podía esperar de un joven camarero con las hormonas por las nubes?
Con una sonrisa de complicidad, imitó el gesto del muchacho con su vaso de cristal, en una burda imitación de un brindis. Por este reecuentro articuló con los labios, mirando a Erik cuando pronunció sin emitir ningún sonido.
Sus ojos viajaron al cuerpo del rubio cuando éste se despojó de la chaqueta de cuero que cubría sus trabajados brazos y tronco. ¿Quién no se deleitaría con semejantes vistas? Sus ojos viajaron de arriba a abajo, siendo ella en esta ocasión la que evaluó enterito al chico. Pasaba el notable con creces.
-Puedes pensarlo, no creo que te hago daño ni a ti ni a mi. -sonrió casual, mostrándole su perfecta dentadura blanca, libre de cualquier tipo de mancha.-¿Sabes? Cualquier chica no podría resistirse a tus encantos, deberé de andarme con ojo por si no intentan asesinarme alguna de ellas por estar aquí contigo .-bromeó.
Kallendra E. Di Salvo- Contrebandier
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Re: Studenterhuset [ZdR]
La expresión de Kallendra fue admirable por las ganas de reírse de la situación que daban. El pobre camarero no saldría de su escondite en toda la noche, fijo. O lo haría a cuatro patas. En su lugar, Erik lo haría. Dejarse en ridículo a sí mismo de semejante manera era algo que a muchos hombres les pasaba, como a los grupitos de admiradores que se formaban en algunos lugares y que acosaban a las jóvenes del local. Las compadecía. Ellas sólo venían a echarse unas risas y tenían que aguantar a los desesperados de turno. Unos '¡Eeey, nena!' supuestamente canturreados con voz atrayente y sensual le hicieron ver que no sólo las muchachas solas atraían a las masas, ahora también tenían que importunar a Kallendra y, por consecuencia, a él. Tras dirigirles una mirada que bien podía echar para atrás, entre evaluándolos como si fueran simples mosquitos repugnantes y desafiándolos, éstos decidieron pasar a molestar a otra. Listos eran, no quería tener que llamar a algún compiche o sacar algún que otro armilla escondida en los miles de bolsillos de la chaqueta.
-Tal vez te hayas pasado de provocadora, pero no sé por qué no me importa -bromeó, soltando más risas entre dientes y cogiendo uno de los pedazos de pan que había dejado el camarero en una cestita. Tras coger un pellizco entre los dedos pulgar e índice se lo llevó a la boca-. Creo que yo también tendré que llevar cuidado, mona. Y no veo a ningún moscardón siguiéndome -tampoco es que hubiera echado ninguna mirada, pues ya la acaparaba Kallendra.
-Tal vez te hayas pasado de provocadora, pero no sé por qué no me importa -bromeó, soltando más risas entre dientes y cogiendo uno de los pedazos de pan que había dejado el camarero en una cestita. Tras coger un pellizco entre los dedos pulgar e índice se lo llevó a la boca-. Creo que yo también tendré que llevar cuidado, mona. Y no veo a ningún moscardón siguiéndome -tampoco es que hubiera echado ninguna mirada, pues ya la acaparaba Kallendra.
John A. Miller- Teniente
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Re: Studenterhuset [ZdR]
De una sola vez, se terminó el contenido del vaso, sin más. Aquella bebida ya le había durado demasiado y, si quería emborracharse como era el plan que se hubo formado en su cabeza antes de salir de su casa, no iba por buen camino. Agitó el brazo de nueva cuenta y acudió ante ella otro de los muchos camareros que atendían ese día en la barra; dudaba que el joven de antes volviese a aparecerse ante ellos dos en todo lo que quedaba de noche. A no ser que hubiera huido ya. Pidió más de la misma combinación y, mientras esperó a que se lo sirvieran, se contentó con lanzarles miraditas a ún par de chavales situados en la otra punta de la barra, y que habían llamado su atención con un par de palabras mal dichas. Les guiñó un ojo, de manera insinuante, pero poco duró la diversión pues Erik les lanzó tal mirada que los chavales, estos pusieron pies en polvorosa y desaparecieron en la improvisada pista de baile.
-Oh Erik...¿Por qué has estropeado mi diversión? ¿Acaso me quieres sólo para tí? .-su actitud cambió por una que rozaba la infantil, como si en verdad fuera una niña y el rubio le había desprovisto de su tan querido muñequito de peluche.Esbozó una sonrisita infantiloide, nada creible tratándose de ella.-A lo mejor están esperando a que vayas al baño para asaltarte...Las mujeres a veces somos muy insistentes hasta conseguir lo que queremos.
-Oh Erik...¿Por qué has estropeado mi diversión? ¿Acaso me quieres sólo para tí? .-su actitud cambió por una que rozaba la infantil, como si en verdad fuera una niña y el rubio le había desprovisto de su tan querido muñequito de peluche.Esbozó una sonrisita infantiloide, nada creible tratándose de ella.-A lo mejor están esperando a que vayas al baño para asaltarte...Las mujeres a veces somos muy insistentes hasta conseguir lo que queremos.
Kallendra E. Di Salvo- Contrebandier
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Menudo saque tenía la tía. Después de terminarse el primer vaso se pidió otro. Quién sabe, quizás quería pillarse un pedo de narices y volver a su casa haciendo eses. O no volver. Ahora le tocó a él alzar ambas cejas al ver cómo flirteaba con los jóvenes con granos que la habían llamado. Él estaba más bueno, así que supuso que sólo se estaba riendo de ellos. Cansado ya de darle bocaditos al pan, se metió un trozo entero a la boca. Tenía un hambre que, fíjate tú por dónde, hasta podría comerse a la chavala. Masdicó varias veces y ayudó a bajarlo con un sorbo de la bebida. A partir de ahí fue más despacio, porque casi se le quedó el pedazo de pan en la garganta de lo poco que lo había mordido. Cuando se terminó un par de rebanadas, apartó la cesta con la mano y dio otro trago. Así, al menos, aguantaría hasta llegar a casa, donde podría prepararse cualquier cosa rápida como un bocadillo. Algo con más sustancia, vaya. Que el pan con pan es comida de tontos.
-Quién sabe. Tal vez sí, tal vez no -respondió a su pregunta con una sonrisa igualmente inocente, mordiéndose después el labio, fingiendo preocupación-. Oh, vaya, entonces tendrás que acompañarme si voy para que no me maten.
-Quién sabe. Tal vez sí, tal vez no -respondió a su pregunta con una sonrisa igualmente inocente, mordiéndose después el labio, fingiendo preocupación-. Oh, vaya, entonces tendrás que acompañarme si voy para que no me maten.
John A. Miller- Teniente
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Re: Studenterhuset [ZdR]
Como su momentánea diversión se esfumó tan pronto como Erik los espantó, buscó con la mirada algún otro -más agraciados que los otros- para reirse otro rato; pero el rubio los había espantado en cadena: Ahuyentando a tres, los que estaban alrededor también se alejaron por miedo a recibir ellos también otra de las mortales miradas del hombre. Pues nada, se conformaría con Erik, aunque con él no era tan divertido porque ya conocía sus...artimañas.
Se dedicó a darle sorbitos a su segundo vaso de Vozka con Limón mientras el chico llenaba su estómago de rebanadas de pan, varias seguidas. Parecía que su último trabajito de aquella noche, si había tenido uno, claro, lo había dejado con hambre.
-Seguro que es que sí, no hace falta que te hagas el misterioso .-afirmó, riendo pícara. Quienla viera, pensaría que se comportaba como una vulgar fulana; pero ellan o se veía así, era su forma de divertirse. Aunque una, un tanto extraña.-Claro, te acompaño y si hace falta te ayudo si no puedes a bajarte los vaqueros .-le guiñó el ojo nada más terminar de decir aquello y de un nuevo golpe, se bebió el culillo que quedaba de su bebida.-Vamos Erik, vamos a bailar .-le pidió, con la mejor de sus sonrisas y tiando del brazo derecho de él. Habían montado una improvisada pista de baile y ella además de querer bailar, quería hacerlo preferentemente con el rubio.
Se dedicó a darle sorbitos a su segundo vaso de Vozka con Limón mientras el chico llenaba su estómago de rebanadas de pan, varias seguidas. Parecía que su último trabajito de aquella noche, si había tenido uno, claro, lo había dejado con hambre.
-Seguro que es que sí, no hace falta que te hagas el misterioso .-afirmó, riendo pícara. Quienla viera, pensaría que se comportaba como una vulgar fulana; pero ellan o se veía así, era su forma de divertirse. Aunque una, un tanto extraña.-Claro, te acompaño y si hace falta te ayudo si no puedes a bajarte los vaqueros .-le guiñó el ojo nada más terminar de decir aquello y de un nuevo golpe, se bebió el culillo que quedaba de su bebida.-Vamos Erik, vamos a bailar .-le pidió, con la mejor de sus sonrisas y tiando del brazo derecho de él. Habían montado una improvisada pista de baile y ella además de querer bailar, quería hacerlo preferentemente con el rubio.
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