The Moose [ZdR]

por **Master II** Sáb Mayo 08, 2010 11:18 pm

El Moose es una discoteca ideal para comenzar la noche. Siempre tiene muy buen ambiente en el que se mezclan daneses y extranjeros pero tiene el inconveniente de que siempre está hasta los topes. Es muy recomendable para tomar la primera cerveza de la noche con los amigos, pero no le sirve ni a quien busca una discoteca o la tranquilidad de un café. Tampoco es ideal para quien tenga problemas de claustrofobia. Eso sí, las noches de los jueves no hay ningún local que pueda batir sus precios. La hora feliz, que se prolonga toda la noche, ofrece dos pintas por 30 coronas. Un regalo en la ciudad.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 12:28 am

¿Qué pintaba ella, que intentaba tener el menor contacto posible con la humanidad, en una discoteca? Ni idea. Tal vez era la noche, que la trastornó un poco. Tal vez que todos necesitamos salir de vez en cuando. Tal vez que, aunque se lo negara a sí misma, necesitaba hablar con los demás. El caso era que allí estaba, plantada con un vestido azul marino en el umbral de la puerta, estudiando todo con la mirada. Avanzó un par de pasos de manera vacilante, insegura, acabando por colarse entre la marea de cuerpos para llegar hasta la barra, donde logró descansar sobre un taburete. A penas unos minutos en el local y ya se le habían pasado las ganas de socializar. Al menos, si iba a hacerlo que fuera con personas sobrias e interesantes, no con idiotas borrachos que se movían espasmódicamente de manera que solo de pensarlo le dolía todo el cuerpo. Debería haberlo planeado un poco más, aunque el problema era ése: que no lo había planeado. Sino, no estaría allí. Si hubiera reflexionado aunque solo fuera un segundo habría visto que éso era peor, que acabaría haciendo amistades y perdiéndolas más tarde. Su vida se había reducido a éso.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 12:42 am

Su fiel Aston Martin negro frenó de forma gradual enfrente de la discoteca. Los cristales humeados impedían que la gente observara al varón que aferraba con envidiable seguridad el volante y el cambio de marchas. Bajó lentamente la ventanilla del copiloto y se agachó para poder ver con seguridad el panorama que se alzaba aquella noche de luna llena. Al parecer con la noche no solo se había evaporado la luz sino que también se había evaporado la cordura de algunas jovenes mentes que entorpecían sus movimientos a base de alcohol y más alcohol. Dió un par de vueltas a la manzana y acabó por aparcar en un espacio que parecía haber sido traído al mundo para él. Una simple maniobra bastó. Salió del vehículo y se encaminó hacia la puerta custodiada por un par de gorilas con complejo de armario. Con un simple carraspeo ambos se apartaron y lo dejaron pasar, a sabiendas que era el hijo de uno de los más importantes narcotraficantes del lugar, aparte de manejar un burdel. Sí, una buena pieza. En estas que Garrett entró en el local sobrecargado de humo, hedor y niñatos bebidos. Localizó un hueco en la barra y tomó asiento en uno de los taburetes, sin miramientos. Un pestañeo en dirección a la persona indicada y ante su figura ya yacía desnudo un martini seco. Asintió a modo de gratitud y tomó el vaso con la mano diestra.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 11:01 am

Dubitativa, pues nunca había estado en un local parecido y no tenía ni idea de cómo actuar -bastaba con ver que iba un poco más formal que los demás-, cogió una carta de bebidas y escogió lo primero que vio, sin reparar ni en el nombre. Suspiró, aburrida, mientras esperaba a que el camarero le sirviera lo pedido, tamborileando con los dedos sobre la mesa y dejando que su mirada vagara de aquí para allá, deteniéndose de vez en cuando en algún que otro rostro. Y uno le llamó más la atención que los demás. No por las facciones en sí, sino por la manera de actuar y cómo el camarero, sin preguntarle si quiera, ya sabía lo que servirle. O era un borracho frecuente que siempre pedía lo mismo o a saber. Por fin, el empleado le sirvió un vaso alargado lleno de un líquido al que ella no prestó mucha atención. Casi nunca bebía alcohol, pues sabía que solía subírsele a la cabeza en seguida, pero allí estaba. Dispuesta a hacer el ridículo por culpa de una bebida. Cogió el baso y le dio un trago bastante grande, vaciando casi la mitad de golpe. Tuvo que recordarse que aquello no era agua.
-¿Los tienes a tu servicio? -preguntó al tipo, que tan solo estaba a un par de asientos. ¿Tan rápido le pasaba factura? Imposible. A lo mejor se debía a la curiosidad mezclada con el ambiente festivo. Rezaba para que no la hubiera oído, pero a la distancia que estaban y lo fuerte que lo había dicho eran esperanzas vanas.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 11:17 am

Tras haber tomado el vaso con la mano diestra lo alzó ligeramente hasta posarlo a la altura de sus ojos. Observó el líquido que aparentaba ser agua si no fuera por sus señores grados de alcoholización. Un simple parpadeo hizo temblar el líquido cual ráfaga de viento helado. Dejó que los potentes focos de colores del local se concentraran en la copa y reflejaran arcoiris en la desnuda pero manchada y pegajosa barra. No sonrió cuando oyó una estridente voz referirse -o más bien pedirle explicaciones sobre- su modo de actuar. Ladeó ligeramente la cabeza hacia su izquierda, sin bajar la copa de su posición. El arcoiris tembló.
- ¿Perdona? - Se limitó a susurrar a sabiendas de que, a pesar de la música y los chillidos, ella podría leer esos labios hipnoticamente masculinos. Algo en su interior le dijo que aquella miserable velada no la pasaría solo. La música prosiguió tronando a sus alrededores mientras sus ojos azules no se despegaban de los femeninos labios, humedecidos por una excelente bebida previamente.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 11:30 am

Sus mejillas se tiñeron de un color rosáceo fruto de que la poca vergüenza que a ella le quedaba había decidido salir a tomar un ratito el fresco. La timidez, por pequeña que fuera, había llegado al darse cuenta de que, en cierto modo, estaba entablando lo que podría llamarse conversación con un desconocido. Y, en parte, también era por el alcohol. Como ya sabía ella, se le subía en seguida y, por poco que le gustara eso, la ayudó a levantarse de la silla y acercarse más al hombre, sentándose al lado con el taburete orientado hacia él, y haciéndola más abierta. El rastro de rubor, sin embargo, no se fue. Volvió a alzar su vaso una vez más y le dio un sorbo.
-Sólo me preguntaba cómo los tienes tan adiestrados -contestó a un volumen de voz más razonable, leyendo la pregunta en los labios del hombre. Su mirada paró unos momentos en el pequeño mar de color que tenía entre las manos el desconocido para después volver al rostro del mismo.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 11:38 am

La respuesta a la pregunta era demasiado desconcertante como para rebelársela a una forastera, luego eso era precisamente lo que era esa muchacha que ahora se había acercado a hablar. Su soltura podría ser admirada, mas un ligero rubor la traicionaba, dándole a entender el varón que ella no siempre era de ese modo. Le sorprendió -gratamente o no- que ella osara perderse en su fría mirada. Podía refelejar un mar, ciertamente, pero era un mar engañoso, de esos que te abrazaban y te mecían con sus olas pero a su vez te alejaban de una orilla en la que jamás volverías a dejarte caer. Traicionero de forma incosnciente y natural, como el alcohol y sus efectos. - No lo sé. Es su trabajo, supongo. - Se limitó a sisear de nuevo, mirándo de nuevo el vaso reflector de pequeños y maravillosos arcoiris coloridos. La verdad es que si le temían y/o respetaban no era exactamente por vocación, sino más bien porque todos elos estaban alertados sobre el grado de exigencia de aquél al que apodaban en contadas ocasiones Señor. Anderson no era alguien hablador, mas en una noche como esa prefirió no guardar excesivo silencio, a riesgo de perder el ápice de diversión que prometía la pequeña presencia de la castaña. - ¿Algo más, señorita? - Puntualizó posteriormente, con una voz serenamente atrayente, sin perder la elegancia o seriedad de su posado.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 11:53 am

Lo que dijo no la complació ni de lejos. Su mente, enfebrecida un poco ya por la bebida, había estado trabajando posibles historias de mafia y respeto o, por el contrario, superhéroes y admiración. Ninguna de ésas le encajaba con la figura del hombre, tan formal y correcto, aunque las apariencias solían mentir a menudo. Sus ojos igualmente azules, de un tono bastante parecido al hielo debido a las luces de la discoteca, recorrieron de arriba a abajo la silueta del desconocido, sin reparos. Necesitaba que encajara en alguna historia fantástica para satisfacer su alocada mente. Alacoda en eso momentos, claro.
-Sí, bueno, será eso -no pareció darle más importancia, pero en su interior seguía dándoles vueltas a las aventuras más propias de comics que de la vida real. Cuando le hizo la siguiente pregunta, asintió con la cabeza mientras una sonrisa se abría paso a sus labios-. No sé su nombre, caballero.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 12:15 pm

Algo le decía que esa pequeña mente algo alcoholizada requería saber más de él para autocomplacer sus fantasías. Siguió dejando que su azulada mirada viera más allá de cuanto todos podían ver. Resiguió con suma precisión el borde del vaso con la yema del dedo índice y algunas mujeres que lo miraba sufrieron un escalofrío producto de le excitación. Era uno de los pocos dones del hombre, alterar los sentidos de cuantos le rodeaban. Eso sí, él parecía no darse cuenta, o al menos no reflejarlo en su siempre serio semblante. Se dignó a volver a mirarla y dejó suavemente el martini en la barra, sin haberlo probado aún. Era de los de la filosofía de cada cosa a su debido tiempo. Examinó con su gélida mirada penetrante a la muchacha. Sus rasgos seguían siendo de niña, aunque algo dentro de ella estaba floreciendo cada día más, su madurez. Calculó que en un par de años ya sería una mujer hecha y derecha. Almacenó esa hipótesis en su mente y alzó la copa para dar un sorbo sin que la aceituna lo entorpeciera, posteriormente devolvió el recipiente pulido a la barra. - Los nombres solo son etiquetas inútiles. ¿Para qué precisas saberlo? - Preguntó como si nada, dejando que su varonil voz escapara de unos húmedos labios para acariciar su perfumada piel femenina.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 12:28 pm

Siguió con la mirada las acciones del hombre, reparando un poco más en sus rasgos que antes y sacudiendo la cabeza al oír suspirar a otras chicas por él. Vale, que el chaval tenía un polvo encima, o dos, pero rendirse a sus pies por, simplemente, entretenerse con el borde de la copa era demasiado. Cogió de nuevo su vaso, abandonado encima de la mesa, y lo volcó sobre sus labios para dar otro corto trago. Después de volver a dejarlo, alzó sus ojos hacia los del hombre, encogiéndose de hombros ante la pregunta.
-Necesito un apelativo con el que referirme a tí -respondió sinceramente, cansada de pensar en él como 'el hombre' o 'el desconocido'. Además, para una vez que conseguía hablar con alguien interesante -fuera fruto o no del alcohol su atrevimiento- quería hacerlo bien-. Si sigues así les dará algo a tus admiradoras -comentó con una sonrisa pícara, inclinando a penas unos milímetros la cabeza hacia el grupito de mujeres que poco más y tenían que sujetarse a la barra para no caer de puro deseo.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 12:57 pm

Rodó los ojos una sola vez y alzó de nuevo la copa para mojarse los labios con ese líquido embriagador. Posteriormente la dejó en su sitio y permitió que su lengua repasara suavemente los labios para secar todo rastro del líquido que pudiera lucir en ellos. Ella siguió hablando, mas él esperó su turno en silencio, sin prisa alguna. - Puedes llamarme Garrett. - Aclaró con soltura y firmeza, seguro de sí mismo. Miró de nuevo el líquido en el que se reflejaba la noche y se volvió a relamer el labio inferior de forma distraída, cual serpiente que serpentea por áridos terrenos. La música siguió bombardeando esos desprotegidos cerebros mientras la celeste mirada gélida del varón intercambiaba miradas mudas con la muchacha de su izquierda. El silencio decía más que las palabras en algunas ocasiones, esa por ejemplo. ¿Y qué decía? Decía que esa noche prometía. Miró en dirección a esas mujeres a las que previamente ella se había referido y arqueó una ceja. Parpadeó sin mediar palabra en un inicio y no perdió más el tiempo en esas mujeres que deseaban poder descubrir cuán hombre era. - ¿Cómo puedo llamarte yo? - Preguntó en un nuevo susurro atrayente. Las yemas de sus dedos siguieron acariciando la copa de forma distraida.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 1:10 pm

¿Lo hacía a posta o, simplemente, ser sexy formaba parte suya? Ni idea, pero ésa lengua perfilando los labios dejó al grupito ávido de más. Y, claro, Melanie no era de roca, pero tampoco una pava. Sin saber bien por qué, pues no había tenido problemas hasta ahora para sostenerle la mirada, tuvo que centrarse un momento en su bebida. Tal vez era por si la había pillado mirando mientras hacía esas cosas tan provocativas -ya fueran planeadas o no-. Asintió distraidamente al escuchar el nombre, pasado ya el momento de timidez, y volvió a alzar la mirada. Y justo en éso se perdía, en la mirada del chico. Le parecía interesante, misterioso.
-Melanie, Mel si lo prefieres -nunca le había gustado ése apodo, pero lo había escuchado ya tantas veces que se le hacía soportable que la gente la llamara así. No le agradaba porque le recordaba a su hogar, a su familia perdida. Oh, por Dios, no. Melancolía ahora no. Sacudió la cabeza suavemente, apartando a un lado los recuerdos y teniendo que hacer más tarde lo mismo con el pelo ondulado, que se le había puesto en el rostro al agitar la cabeza.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 1:34 pm

Melanie, Melanie, Melanie. Repitió su nombre tres veces con tal de memorizarlo mientras sus ojos azules no se despegaban ni un momento de los de ella, guardando en sus irises celestes cada una de sus facciones. Su respuesta no se hizo esperar. - Te llamaré Melanie, los apodos son algo aún más estúpido que los nombres. Llamar a alguien por un apodo es... - prefirió no finalizar la frase y alzó de nuevo la copa para dar un lento trago, dejando que el alcohol trazara un ardiente camino por su garganta, haciéndola escocer. Los altavoces empezaron a escupir una mítica canción de The Police llamada So Lonely. Alzó la mirada y, por primera vez, un amago de sonrisa salió a relucir. Su sonrisa era algo peculiar, casi perfecta. Contenida pero sin parecer cohibida. Serena pero sin ser aburrida. Pícara pero sin ser pervertida. Sincera pero sin dejar de ocultar los más oscuros secretos, paradojas de la vida ¿verdad? - ¿y tiene Melanie acompañante esta noche? - Preguntó volviendo la vista al camarero, logrando que éste se alejara, dejándoles más intimidad.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 1:47 pm

En eso estaban de acuerdo. Bueno, ella no tenía nada en contra de los apodos, pero sí de su diminutivo. Así que, en parte, opinaban igual. Se giró hacia la barra para poder apoyar el codo en ésta, cosa de la que se arrepintió un poco al notar lo pegajosa que estaba, y así reposar la cabeza sobre la mano. No estaba muy acostumbrada a trasnochar, y estaba cansada. Oportuna canción la que decidieron poner. ¿Acaso querían los de la discoteca recordarle que, a parte de su hermano Alexander, no tenía a nadie? Aunque hubiera sido por decisión propia, la soledad dolía.
-Melanie está sola -respondió con una sonrisa burlona, haciendo una especie de broma por la canción de fondo, aunque con el volumen que le ponían no se podía llamar así. Se fijó un momento en la sonrisa de Garrett, dándose cuenta de que era la primera vez que lo veía hacer éso en toda la noche, y a punto estuvo de hacerle la pregunta tonta de por qué lo hacía.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 2:13 pm

Las cosas ocurren porque las circunstancias lo permiten. Esa era su filosofía. Y esa noche parecía empeñada en hacer que esos dos individuos solitarios bailaran juntos. Un parpadeo por parte de ambos logró dejar entre los dos un silencio lejos de ser incómodo. De sus labios una frase expiró. - Te sacaría a la pista, pero no me gusta ni se me da bien bailar. - Comentó borrando esa media sonrisa para recuperar su habitual posado misteriosamente atrayente. Sus dedos se separaron de la copa para dirigirse a su bolsillo y sacar un cigarrillo tan solitario como ellos dos. Lo acompañço hasta sus relamidos labios y lo dejó bailar en esa zona, serenamente, al ritmo de la música. Volvió a clavar su intensa mirada en la de ella y ladeó la cabeza para que el flequillo no le molestara. Habló con los labios ladeados ya que el cigarrillo le impedía murmurar cosas frontalmente. - ¿Tienes fuego? - Sí, habéis acertado. Habitual fumador.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 2:27 pm

Lo que dijo le recordó la enorme cantidad de gente que había tras ellos, contoneándose cual junco mecido por el viento pero lejos de que sus movimientos fueran tan hermosos. Dio gracias al cielo, por poco que creyera en que había una deidad ahí arriba, por ese 'pero'. Ella tampoco quería bailar. No, al menos, de ésa forma. ¿Dónde quedaban los valses antiguos y elegantes? Ahora bastaba con que al día siguiente tuvieras un dolor muscular terrible. Tras echar una mirada a los borrachos de detrás, volvió a centrarse en Garrett.
-Las fiestas ya no son lo que eran -murmuró, negando con la cabeza, disgustada con lo que había traído la modernización en ese sentido. Ahora todo se limitaba al desenfreno. Siguió con la mirada sus movimientos y asintió con la cabeza, bajando la vista para rebuscar en su bolsito de fiesta a juego con el vestido. Ella no era mucho de fumar, pero de vez en cuando daba alguna que otra calada a un cigarrillo. La relajaba-. Ten -dijo, tendiéndole un mechero plateado.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 2:48 pm

Mientras que la muchacha parecía protagonizar un monólogo interior en el que se debatía algo importante, Garrett se dedicó a buscar con la mirada algo a su alrededor que pudiera abastecer sus sentidos. Localizó a ese grupo de féminas que no despegaban la mirada de él. Sus miradas se cruzaron de forma lenta y algunas empezaron a hiperventilar. El joven Anderson retiró la mirada cuando la que se acababa de convertir en su acompañante habló. Asintió una sola vez, él también era más de bailar como antaño, a pesar de ser un postmoderno ejemplar. Así iba la sociedad. Los dioses parecieron escuchar las peticiones de ambos y se deleitaron en poner una lenta de fondo. La gente aprovechó ese descanso para ir al baño a hacer pis, caca u otras cosas que prefiero guardarme de nombrar. Alargó la mano hacia el mechero y rozó con las yemas de los dedos la palma de ella. La miró a los ojos fieramente en ese instante, pero se concentró en tomar el mechero y llevarlo al extremo del cancerígeno cigarrillo, uno de sus pocos vicios insanos. Lo prendió y succionó lentamente de la anaranjada boquilla, sensual como pocos al fumar. Exhaló el humo por la nariz, cual dragón y le tendió una mano. - ¿Bailas? - Ese hombre tanspiraba elegancia por cada uno de los poros de su piel.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 3:02 pm

Le devolvió la mirada igualmente cuando estaba cogiendo el aparato, como había hecho durante toda la noche pero sin llegar a entender del todo el brillo de sus ojos. Tanta soledad le había pasado factura y no era muy buena interpretando expresiones. Ella, al igual que el club de fans de Garrett, se quedó mirando mientras éste encendía el cigarrillo. Demasiado provocativo, y sólo estaba fumando. La pista se vació casi por completo con el cambio de música, cosa que ella no entendió. Con lo bonita que era la canción que acababan de poner. Tan tranquila, relajada... '¿Bailas?'. Parecía leerle los pensamientos, porque ahora se moría de ganas.
-Claro -dijo, sonriendo de forma dulzuna, un poco ausente. La música así le recordaba a su infancia, cosa mala. Alargó la mano para coger la de Garrett, volviendo al presente tras escuchar los suspiros de las chavalas. Seguramente, se morirían por estar en su lugar. Éso la hacía sentirse, de alguna manera, poderosa, como si tuviera cierto control sobre ellas.

por **Garrett P. Anderson** Sáb Mayo 15, 2010 4:54 pm

La pista se vaciaba gradualmente como las copas de los árboles al llegar el castaño otoño. Eso les permitió ver una mejor prespectiva del lugar en el que pasarían los próximos minutos. Siguió con la mano tendida hacia la mujer y el cigarrillo humeando entre sus varoniles labios. El martini prefirió ser testigo y no partícipe de la escena cuando el hombre bajó del taburete y arrastró de la mano, extremadamente elegante, a la mujer en dirección a la pista al son de Something Stupid. Llegaron a los pocos instantes y ambos se detuvieron para intercambiar una mirada sigilosa. Decenas de ojos curiosos o envidiosos se clavaron en sus figuras, desnudándolos con la mirada, a ambos. No le soltó la mano de la que la llevaba agarrada, al contrario, apoyó la otra en su cintura y la acercó un poco a su cuerpo. Todo ello sin despegar su perfecta mirada fría y letal de la de ella, tratando -a drede o no- de cautivarla como pocos o ninguno la habría cautivado antes. Algunos os preguntaréis porqué lo hacía, la respuesta es sencilla, simplemente él era así. Siempre lo habían educado así, para ser eso, un gentleman interesantemente peligroso. Una mordaz serpiente disfrazada de culebra altiva y solemne. La música sonó al ritmo de los cortos pasos del hombre, que guió a la muchacha en un lento baile improvisadamente perfecto. No sonreía, sería raro que lo hubiera hecho, simplemente bailaba.

por **Melanie R. Sanders** Sáb Mayo 15, 2010 5:15 pm

Mientras caminaba hacia el centro de la pista de baile con sus andares demasiado elegantes y con un toque felino, cogida de la mano de Garrett, sintió un montón de miradas clavadas en su espalda. Por muy alta que fuera, se sintió pequeña. Vulnerable. Algo que nunca había sentido desde que supo lo que era. Como si se la fueran a comer en cualquier momento. Sin embargo, pronto se olvidó de todos. El tiempo se congeló, existiendo sólo su pareja de baile y ella, con la voz de Sinatra de fondo, trayendo a su mente un montón de recuerdos. Cuando notó su otra mano en la cintura, alzó la libre hasta su hombro, devolviéndole la mirada con los ojos azules brillando por las luces parpadeantes. Le era imposible dejar de mirarlo a los ojos. Tenían algo que la atraía de una forma indescriptible. Como si fuera un imán. Irremediable. El baile comenzó como ella lo recordaba, fluido y elegante. Hermoso en todas sus facetas. Algo que le hizo olvidar todo lo demás. El baile siempre le había hecho sentir así, por éso odiaba lo que ahora tenían los jóvenes por baile. Y, de un modo u otro, sintió como si conectara con aquel extraño, como si algo los hubiera unido para siempre. Como si tuviera un amigo, cuando a penas eran conocidos. Más tarde se odiaría a sí misma por haber dejado que ocurriera aquello, pero ahora sólo podía disfrutar del momento.

por **Kyle S. Zeelth** Jue Jun 03, 2010 11:58 pm

¿Y qué hacía él una noche entre semana en aquella discoteca? A parte de trapichear la mercancía que había recibido el otro día, bucar a alguien con quien poder pasar un buen rato. Hacía un par de semanas que no se había involucrado con nadie y su cuerpo ya le pedía urgentemente un cuerpo sudoroso bajo suyo, clamando por más. Con unos ajustados vaqueros a la altura de trasero y con un par de roturas en ciertos lugares y a conjunto con una camiseta de manga corta negra, ahí se encontraba Kyle; en la barra del piso de abajo de la discoteca, buscando quien podría ser la presa de aquella noche. Así a primera vista no había nadie que le llamara la atención, todos eran unos críos que lo único que querían era calentar al personal y después dejarlos con las ganas y él no era de esos a los que podías calentar y ya; lo que empezabas lo terminabas.

Pidió al barman de turno un whiskey doble con hielo, aunque el gentío apenas dejaba escucharse a sí mismo, comprobó que el muchacho había pillado su orden y ya se lo estaba preparando. Si en un rato no encontraba a nadie que valiera la pena por allí, se iría a alguno de los otros bares que poblaban aquella zona de Copenhague. Pero aquella noche conseguiría a alguien.

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 04, 2010 12:10 am

- ¡Fiiiiiiiieeeeeeeeeeeeestaaaaaaaaaaaa! ¡WUUUJUUUU! :loc:

-Y ahí va el de tarúpido, gritando bobadas en medio de tanta música, disfrutando de buenos cuerpos sudorosos y de roces continuos con nalgas y demás. Já, ve tú a saber qué hacía él en medio de un local a esa hora y en un día de la semana. Bueno, ¡ya vivía solo y nadie podía darle órdenes! Mira a un par de chicos, haciéndose la idea que le miraban el trasero. Anda. ¿Querían montar una orgía con él? Pues ¡no! ¬_¬ Ve tú a saber si tienen SIDA o Sífilis y se la pegan ¬o¬. Decide que ya ha bailado suficiente, y se dirige a la barra, tocando finalmente la fría barra que se abría paso entre tanto cuerpo.

- Un Vodka -pide con voz jadeante, pasenado lentamente sus manos por su pelo, jugueteando con él, aburrido por el hecho de no haberse conseguido a nadie decente hoy. Con tal. Ya había tenido demasiada diversión para borrar de su mente a Alex y podría divertirse sin ningún inconveniente. Mira que a su lado se encuentra un chico con pinta de malote pero con una cara que... (/). Y se piensa varias veces si hablarle o no, temiendo que le fuera a golpear luego de intentar tirarle los tarros. Se sienta correctamente al fin, bebiendo un poco de su vodka, pensándose en hablarle o no una y mil veces. Pero a la final, por impulso, termina haciéndolo...- Hola :shy:

-Saluda, devorándole con la mirada.

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 04, 2010 4:06 pm

Por encima de las voces de las personas e incluso por encima de la música del local, se escuchó una estruendosa voz, que lo desubicó momentáneamente; ¿ahora dejaban entrar a aquella discoteca a cualquier loco drogado? Quizás hubiera sido mejor el haber ido a otro antro. Paseó una mano desde la nuca hasta el cabello, despeinándoselo a su paso y observando distraidamente ala gente que iba y venía de cuarto oscuro. Quizás luego podría pasarse por él y ver un buen espectáculo. Los chicos y chicas que poblaban aquella pequeña y oscura habitación eran por demás, apetitosos y hacían que se reacrearan sus ojos. Volvió su vista al vaso intacto de Whisky y ahí fue cuando se toparon con quien iba a pasar la noche. Porque sí, tenía la absoluta certeza de que aquel rubito estaría debajo suya en un par de horas.

Con el vaso en la mano y con soltura, apartó con un par de empujones a los moscones que se apretujaban a lo largo de la barra, hasta colocarse él al lado del chico rubito. Le dio un rápido trago al vaso repleto de alcohol y lo depositó seguidamente en la superficie del mueble, observando el cuerpecito del chico de arriba a abajo, sin vergüenza alguna. Sonrió para sus adentros cuando el chico se decidió hablarle y, de manera casual, como si le hubiera pillado por sorpresa, se tomó sus segundos en responderle.

-Hola rubio .-le devolvió el saludo, con una sonrisita que dejaba ver su perfecta dentadura. Vio como un par de chicas habían fijado sus ojos en ellos dos, y con todo el descaro del mundo se los comían con la mirada. Si hubiera sido en otro momento, el moreno les habría seguido el juego, pero ahora estaba más pendiente del rubito que tenía a su lado.-Sabes...detrás tuya tienes a un par de chiquillas babeando, yo que tú aprovecharía...

por **Cédric Grosvenor R.** Vie Jun 04, 2010 6:47 pm

Su mirada se encontraba desviada completamente a cada fibra, músculo o pelo del chico moreno, recreándose con tanta belleza que tenía delante de él. Suelta una risita por lo bajo al oír lo de las mosconas, bebiendo de una buena vez todo su vodka, pidiendo otro al mesonero, desviando de nuevo sus azules y cristalinos ojos, mostrando una mirada pícara. Muestra una sonrisa convincente, demostrando que el comentario del rubio le había hecho gracia y mucha.

- Bah -dice, bebiendo de su vaso-. Tengo muchas mosconas; pero pocos caso les hago. -Responde, suavizando un poco el tono de voz-. Además, yo creo que te mosquean a ti, moreno -informa, volteándose para mirar a una rubia, una pelirroja y una castaña con sonrisa de idiota. Por Alá .___.

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 04, 2010 7:00 pm

El asunto de aquellas tipas lo dejó estancado a un lado, centrándose solo en el rubito hermoso que tenía a tan sólo un par de metros de su propio cuerpo. Bonita cara, bonito cuerpo y, si se giraba un poco, podría entonces también afirmar si su trasero era bonito o no. Aunque en poco tiempo lo descubriría sin problemas (/). Observó de reojo lo poco que quedaba de líquido en el vaso y con un único trago se lo termino, depositando el vaso con suavidad en la barra. Por ahora ya estaba bien servido.

-¿Les haces poco caso? ¿Quizás tengas en mente a alguien en especial o por el contrario...prefieres a los moscones? .-directo al grano, como siempre. Además, si tenía novia o novio, a Kyle le daba igual. Tan sólo lo quería para una noche y ya.-¿A mi? Bueno, quizás si hubieran aparecido antes les prestaría atención, pero ahora mismo no me interesan en absoluto Very Happy

.-sonrió, lanzándole una lujuriosa mirada.

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