Pasta Basta [ZdR]
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Melanie R. Sanders
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Re: Pasta Basta [ZdR]
Y, de golpe y porrazo, la frialdad de la chica se fue, como la madre de Marco. Adiós mamá, pensaré mucho en tí. Porque sí, lo haría, pero tan sólo lo justo y necesario para llegar a la conclusión de que Catherine tenía la menstruación. Aquellos cambios de humor no podían ser normales. ¿O sí? A pesar de toda su experiencia con las tías -tanto fuera como dentro de la cama-, aún seguían siendo como un perro verde que te encuentras por la calle. Muy mono, sí, pero incomprensible. Dudaba que ningún chico fuera capaz de llegar a entender en toda su totalidad a alguna fémina en su vida. No, los gays no cuentan. O era éso que les venía a las chavalas todos los santos meses, o era como una pila. Bipolar. De todas formas, tampoco era muy importante ni algo necesario para que pudiera seguir viviendo a gusto sin ningún misterio en su vida por resolver. Bastante tenía ya con preocuparse por cómo tirársela y dejarla colada al mismo tiempo. Porque Erik, como ya he mencionado, necesitaba dejar marca. No como los perros cuando van a hacer sus necesidades, sino algo más profundo. Que le doliese si algún día él se tenía que marchar de la ciudad -a ella, claro-. ¿Tengo que repetir lo capullo que era para esas cosas?
-¡Rin, rin! Premio para la señorita Tomate -bromeó, echándose hacia atrás mientras una sonrisa -no tan radiante ni satisfecha como la de Catherine- se extendía por su rostro. Aunque no fuera una muy entusiasta, podía seguir quitándole el aliento a cualquiera. Con un asentimiento de cabeza, cogió la lata y se la terminó de un trago. Aunque éso no llenaba el estómago. Cuando un camarero pasó cerca, Erik lo llamó chasqueando los dedos. Ven, Tobi, ven-. Tráeme dos platos de ravioli y dos coca-colas, por favor -mientras pedía, sin mirar si quiera al joven trabajador, le guiñó un ojo a Catherine con complicidad. Cuando se marchó, cruzó las manos sobre el regazo y, tan seguro de sí mismo como siempre, añadió-: Te gustará.
-¡Rin, rin! Premio para la señorita Tomate -bromeó, echándose hacia atrás mientras una sonrisa -no tan radiante ni satisfecha como la de Catherine- se extendía por su rostro. Aunque no fuera una muy entusiasta, podía seguir quitándole el aliento a cualquiera. Con un asentimiento de cabeza, cogió la lata y se la terminó de un trago. Aunque éso no llenaba el estómago. Cuando un camarero pasó cerca, Erik lo llamó chasqueando los dedos. Ven, Tobi, ven-. Tráeme dos platos de ravioli y dos coca-colas, por favor -mientras pedía, sin mirar si quiera al joven trabajador, le guiñó un ojo a Catherine con complicidad. Cuando se marchó, cruzó las manos sobre el regazo y, tan seguro de sí mismo como siempre, añadió-: Te gustará.
John A. Miller- Teniente
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Re: Pasta Basta [ZdR]
Claro, bebe, bebe, toda para ti. Hombres... Algún día tendría que acostumbrarse a ellos si quería mantener alguna relación estable pero, como de momento no quería, no tenía por qué intentarlo. Al menos parecía no estar de tan mal humor como antes y le había gustado el ofrecimiento, a juzgar por la rapidez con la que se tragó su Coca-cola.
-¿Tomate? Nunca me habían llamado así. Muy original por tu parte. -Se rio y lo dejó correr. Normalmente se habría levantado, habría empezado a gritarle y le habría obligado a retirar lo dicho. No le gustaba que se metiesen con su pelo, pues era sagrado. Pero éso le hizo gracia. Mal, muy mal Cath, te dejas influenciar por un chico. ¿Algún día tendría que ocurrir, no? Llamó al camarero y pidió dos platos de ravioli. ¿Tanta hambre tenía? Porque si esperaba que Cath se comiera éso, la llevaba clara. Nunca había probado la comida italiana. Al menos nada que saliera de lo normal -macarrones y espaguetis- y no quería hacer el ridículo delante suya escupiéndoselo en la cara. Pero si él decía que le gustaría no podía rechistar, lo hecho hecho estaba.
- Gracias, creo. Si te digo la verdad en mi vida he probado los ravioli y descubrí que existían jugando al Scrubble. No te ofendas.- ¡Qué situación tan bochornosa! Volvió a sonreir. En compañía de Erik sonreía mucho.
-¿Tomate? Nunca me habían llamado así. Muy original por tu parte. -Se rio y lo dejó correr. Normalmente se habría levantado, habría empezado a gritarle y le habría obligado a retirar lo dicho. No le gustaba que se metiesen con su pelo, pues era sagrado. Pero éso le hizo gracia. Mal, muy mal Cath, te dejas influenciar por un chico. ¿Algún día tendría que ocurrir, no? Llamó al camarero y pidió dos platos de ravioli. ¿Tanta hambre tenía? Porque si esperaba que Cath se comiera éso, la llevaba clara. Nunca había probado la comida italiana. Al menos nada que saliera de lo normal -macarrones y espaguetis- y no quería hacer el ridículo delante suya escupiéndoselo en la cara. Pero si él decía que le gustaría no podía rechistar, lo hecho hecho estaba.
- Gracias, creo. Si te digo la verdad en mi vida he probado los ravioli y descubrí que existían jugando al Scrubble. No te ofendas.- ¡Qué situación tan bochornosa! Volvió a sonreir. En compañía de Erik sonreía mucho.
Catherine O'Connor- MAXIMUS UMBRA
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Fecha de inscripción : 21/05/2010
Re: Pasta Basta [ZdR]
La cara de la chica dijo mucho sobre lo que pensaba de las libertades que se había tomado con la señora Coca-cola. Con una sonrisilla de disculpa, Erik acompañó las carcajadas cantarinas y frescas de ella con las suyas, más bajas de volumen, pues él casi siempre reía entre dientes. Y, si lo hacía mucho, entonces sí que era escandaloso. Y se le ponían las orejas y las mejillas coloradas, como cuando bebía alcohol. Con un gesto vago hecho con la mano, como si espantara una mosca suavemente, Erik hizo como si fuera un famoso que le quitaba importancia a uno de sus múltiples logros. La rapidez del camarero le sorprendió. Tal vez sería porque a esas horas, y en un día entre semana, a penas había cuatro clientes en el local a los que dar de comer para rellenar hambrientos y rugientes estómagos. A diferencia del de Erik, claro. Que, por muy voraz que fuera su apetito en aquellos momentos, se mantenía calladito como buen chico. Ya hasta su cuerpo sabía cuando podía o no ser vulgar. Y entre tías, estaba claro, no podía defraudarle. Un tío al que le rugen las tripas, le huelen los pies o le sudan las axilas no atrae mucho. Bueno, a las moscas sí, pero ésas cerdas se posan hasta en la mi... mirienda de los sábados. Ultrahéroe. Un humo blanquecino ascendía perezosamente de cada uno de los platos. Que, por cierto, tenían una pinta exquisita.
-¿El Scrubble? -no pudo contenerse, se echó a reír. Y no precisamente de la forma típica en él, sino más bien tuvo que echar la cabeza hacia atrás y cerrar los ojos para contener alguna que otra lagrimilla. No, si a chispa no la ganaba nadie. Ahora toda ella prendería en llamas-. Bueno, entonces me colocaré la medalla de haberte hecho probar este plato, que está delicioso... Los que yo hago sí, éstos ni idea. Si no te gustan, entonces tendrás que venirte a mi casa a probar unos en condiciones -no podía haber soltado una invitación más clara y directa que aquella. Aunque, evidentemente, si la pelirroja pisaba su casa no sería sólo para ponerse gorda. De éso se encargaba él.
-¿El Scrubble? -no pudo contenerse, se echó a reír. Y no precisamente de la forma típica en él, sino más bien tuvo que echar la cabeza hacia atrás y cerrar los ojos para contener alguna que otra lagrimilla. No, si a chispa no la ganaba nadie. Ahora toda ella prendería en llamas-. Bueno, entonces me colocaré la medalla de haberte hecho probar este plato, que está delicioso... Los que yo hago sí, éstos ni idea. Si no te gustan, entonces tendrás que venirte a mi casa a probar unos en condiciones -no podía haber soltado una invitación más clara y directa que aquella. Aunque, evidentemente, si la pelirroja pisaba su casa no sería sólo para ponerse gorda. De éso se encargaba él.
John A. Miller- Teniente
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Fecha de inscripción : 08/06/2010
Re: Pasta Basta [ZdR]
El camarero trajo unos platos a rebosar de ravioli. ¡Maldita sea! ¿No podían traer los platos medio vacíos como cualquier restaurante que se precie? No, por supuesto que no, el caso era dejar a Cath mal y el día tampoco acompañaba demasiado. Aunque... debía admitir que tenían una pinta estupenda y que olían maravillosamente bien. Había conseguido poner a Erik de muy buen humor. Tanto es así que, la primera vez que se rio, su carcajada era apenas audible pero parece ser que lo del Scrubble le hizo gracia porque empezó a reirse y poco más y llora. Normal, Catherine O'Connor tenía ese efecto en la gente. Lo más raro de todo éso era que no intentaba ser graciosa, al menos no mucho. Era verdad, no del todo, pero sí. Una historia larga de contar. Tampoco se iba a quejar, la respuesta le había venido de maravilla y ahora Erik parecía más accesible. Mejor.
- La verda es que tienen buen aspecto pero... tendré que probar los tuyos para averiguar si realmente los haces tan buenos y espero que también sepas hacer unos postres deliciosos.- ¡Toma indirecta! Si no la pillaba, ya tenía que ser muy cortito. Pero Erik parecía listo. Y Cath esperaba que se la tomase muy en serio. Aquí lanzados podemos ser todos y, si encima le das cuerda, ¿para qué pedir más? Su cara sacó a relucir una sonrisa de lo más juguetona y le guiñó un ojo para, finalmente, pinchar un ravioli y metérselo a la boca. '¡Esto está realmente bueno -ambas cosas-!'.
- La verda es que tienen buen aspecto pero... tendré que probar los tuyos para averiguar si realmente los haces tan buenos y espero que también sepas hacer unos postres deliciosos.- ¡Toma indirecta! Si no la pillaba, ya tenía que ser muy cortito. Pero Erik parecía listo. Y Cath esperaba que se la tomase muy en serio. Aquí lanzados podemos ser todos y, si encima le das cuerda, ¿para qué pedir más? Su cara sacó a relucir una sonrisa de lo más juguetona y le guiñó un ojo para, finalmente, pinchar un ravioli y metérselo a la boca. '¡Esto está realmente bueno -ambas cosas-!'.
Catherine O'Connor- MAXIMUS UMBRA
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Re: Pasta Basta [ZdR]
Antes de si quiera pinchar uno de los raviolis, sopló un poco al plato y los removió con el tenedor, haciendo que así el calor se fuera un poco. Sino, bien podría asarse la lengua, como había hecho el día anterior con el café en la discoteca esa. Aquello le recordó a la pelirroja imbécil, que le había sugerido que, para que ella pudiera reírse, volviera a beber del café y se volviera a quemar. Como si no tuviera otra cosa mejor que hacer que ser el bufón de una tía que, encima, ni estaba buena. Pelirrojas no solían gustarle, pero Catherine no contaba, porque ella se había hecho ya tantos cambios de look por su condición como cantante que ni si quiera se sabía su verdadero color de pelo. Además, por lo menos con ella se reía. Y si no se reía con una tía bien difícil veía acabar en la cama con ella. Pobre desconocida que le había ofrecido el cubata, ahora no tendría ese honor.
Con una sacudida de cabeza se deshizo de tanto pensamiento innecesario a la par que tonto, porque ahora debía concentrarse en que la chica que tenía en frente se quedara coladita por él. Cuando por fin se llevó un par de raviolis a la boca, entonces Catherine habló. Al escuchar lo de los postres sonrió de forma pícara, con una ceja alzada, mientras se pasaba la servilleta que le correspondía por los labios.
-¿Acaso lo dudas? -preguntó con un tono de voz a la vez atrayente y normal, mezclando inocencia y sensualidad a partes iguales. Si no estaba ya enamorada de él, bien poco le faltaba. O no. Porque tal vez ella sólo quería lo mismo que él. Entonces tendría que redoblar sus esfuerzos.
Con una sacudida de cabeza se deshizo de tanto pensamiento innecesario a la par que tonto, porque ahora debía concentrarse en que la chica que tenía en frente se quedara coladita por él. Cuando por fin se llevó un par de raviolis a la boca, entonces Catherine habló. Al escuchar lo de los postres sonrió de forma pícara, con una ceja alzada, mientras se pasaba la servilleta que le correspondía por los labios.
-¿Acaso lo dudas? -preguntó con un tono de voz a la vez atrayente y normal, mezclando inocencia y sensualidad a partes iguales. Si no estaba ya enamorada de él, bien poco le faltaba. O no. Porque tal vez ella sólo quería lo mismo que él. Entonces tendría que redoblar sus esfuerzos.
John A. Miller- Teniente
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Fecha de inscripción : 08/06/2010
Re: Pasta Basta [ZdR]
Habría sido demasiado pedir que Erik se sorprendiera por la indirecta y, fiel a lo que Cath pensaba lo único que hizo fue seguirle el juego. Parecía muy seguro de sí mismo pero tendría que seguir intentándolo, pues la pelirroja no se dejaba convencer con facilidad. Ya era hora de engatusar al rubio de ojos castaños. Aunque, de momento, era como si ambos intentasen lo mismo. De todos modos Catherine ya tenía planes para el chico.
Volvió a pinchar un ravioli y antes de metérselo en la boca dijo:- No se me ocurriría hacer tal cosa. El único problema es que normalmente se hacen unos platos principales estupendos pero el postre siempre suele bajar de nivel. Aunque tu no pareces ese tipo de chico. No creo que te permitas el lujo de hacer nada mal.- Alzó una ceja y le sonrió de forma picarona. Jugueteó un poco con el ravioli antes de metérselo a la boca y, finalmente se lo comió sonriendo muy satisfecha de sí misma. No esperaba nada en concreto pero, tal vez la jugada le acabara saliendo bien y todo. No hay que desaprovechar las oprtunidades que da la vida y, en este caso, tenía una enorme en sus narices.- O tal vez me equivoque.- finalizó tras tragarse la comida.
Volvió a pinchar un ravioli y antes de metérselo en la boca dijo:- No se me ocurriría hacer tal cosa. El único problema es que normalmente se hacen unos platos principales estupendos pero el postre siempre suele bajar de nivel. Aunque tu no pareces ese tipo de chico. No creo que te permitas el lujo de hacer nada mal.- Alzó una ceja y le sonrió de forma picarona. Jugueteó un poco con el ravioli antes de metérselo a la boca y, finalmente se lo comió sonriendo muy satisfecha de sí misma. No esperaba nada en concreto pero, tal vez la jugada le acabara saliendo bien y todo. No hay que desaprovechar las oprtunidades que da la vida y, en este caso, tenía una enorme en sus narices.- O tal vez me equivoque.- finalizó tras tragarse la comida.
Catherine O'Connor- MAXIMUS UMBRA
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Fecha de inscripción : 21/05/2010
Re: Pasta Basta [ZdR]
Entre ravioli y ravioli, la mirada de ojos azulverdoso de Erik no paraba de clavarse en la de los castaños de ella. La tenía justo en el bote, estaba más que claro. Por muchas vueltas que le diera, estaba coladita por él desde el momento en que se vieron, y ningún intento de hacerse la fría serviría. Únicamente la dejaría mal después de tanto coqueteo. Sólo había que ver la sonrisa radiente -que casi dejaba ciego- de Catherine cuando Erik se dejó caer en el asiento de en frente y sus ojos de felicidad, como si fuera una niña golosa a la que le habían regalado la piruleta más grande y sabrosa del mundo.
Con una sonrisilla, el muchacho comía despacio y tranquilamente, sin prisa pero sin pausa. O al revés, ni idea. Con cada mirada furtiva, los ojos del rubio se rodeaban de pequeñas arrugitas por la sonrisa que sus labios, por debajo, dibujaban. Le daba un toque aniñado que, en conjunto con su físico, podía resultar a la vez extraño y gracioso, dependiendo de quién lo viera.
Unas carcajadas, cortas y muy bajas, salieron de sus labios rosados al escuchar su indirecta. Volvió a darle un trago al refresco y se inclinó un poco hacia adelante, apartando previamente el plato para no mancharse de la salsa que llevaba la pasta. La mesa era pequeña, así que con tan solo acercar un poco su cara a la de ella ya estaban a escasos centímetros.
-Éso tendrás que decírmelo tú, ¿no? -su voz, más seductora que nunca, salió como un susurro apenas audible, mientras Erik sonreía de igual forma que ella, mordiéndose más tarde el labio inferior para, muy lentamente, volver a erguirse sobre su silla. El espacio anteriormente reducido ahora volvía a ser el de siempre.
Con una sonrisilla, el muchacho comía despacio y tranquilamente, sin prisa pero sin pausa. O al revés, ni idea. Con cada mirada furtiva, los ojos del rubio se rodeaban de pequeñas arrugitas por la sonrisa que sus labios, por debajo, dibujaban. Le daba un toque aniñado que, en conjunto con su físico, podía resultar a la vez extraño y gracioso, dependiendo de quién lo viera.
Unas carcajadas, cortas y muy bajas, salieron de sus labios rosados al escuchar su indirecta. Volvió a darle un trago al refresco y se inclinó un poco hacia adelante, apartando previamente el plato para no mancharse de la salsa que llevaba la pasta. La mesa era pequeña, así que con tan solo acercar un poco su cara a la de ella ya estaban a escasos centímetros.
-Éso tendrás que decírmelo tú, ¿no? -su voz, más seductora que nunca, salió como un susurro apenas audible, mientras Erik sonreía de igual forma que ella, mordiéndose más tarde el labio inferior para, muy lentamente, volver a erguirse sobre su silla. El espacio anteriormente reducido ahora volvía a ser el de siempre.
John A. Miller- Teniente
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Re: Pasta Basta [ZdR]
La situación se estaba poniendo de lo más interesante. Si no para Erik, al menos para Cath. Vale, tenía que admitirlo, Cath se estaba interesando demasiado por el chico que tenía delante, pero no podía evitarlo, Erik parecía ser el típico chico que va por la vida engatusándolas a todas y luego, sin más preámbulos, se marcha dejando un corazón roto a su paso y quedando como el malo de la película. Lo que él no sabía era que a la pelirroja le gustaban ese tipo de películas y que siempre defendía al pobre chico quedando como la rara delante de sus amigas, por decirlo de alguna manera.
No le importaba en absoluto pasárselo bien con Erik, lo máximo que podía ocurrir era que el no quisiera nada con ella -aunque parecía todo lo contario- o que se largase. En cualquier caso, un buen helado de chocolate lo arregla todo.
- Por supuesto, éso lo decidiré yo. Pero necesito estar advertida, si no es posible que me ilusione y que después me lleve una gran decepción.- La distancia que separaba a Cath y a Erik no superaba los dos dedos y a Cath casi se le corta la respiración. Menos mal que se apartó rápido y, antes de que él se diera cuenta, se relajó a sí misma y sonrió de forma pícara tras morderse el labio inferior. No iba a dejar que Erik tomase el control de la situación. Si no lo había cogido ya.
No le importaba en absoluto pasárselo bien con Erik, lo máximo que podía ocurrir era que el no quisiera nada con ella -aunque parecía todo lo contario- o que se largase. En cualquier caso, un buen helado de chocolate lo arregla todo.
- Por supuesto, éso lo decidiré yo. Pero necesito estar advertida, si no es posible que me ilusione y que después me lleve una gran decepción.- La distancia que separaba a Cath y a Erik no superaba los dos dedos y a Cath casi se le corta la respiración. Menos mal que se apartó rápido y, antes de que él se diera cuenta, se relajó a sí misma y sonrió de forma pícara tras morderse el labio inferior. No iba a dejar que Erik tomase el control de la situación. Si no lo había cogido ya.
Última edición por Catherine O'Connor el Mar Jun 22, 2010 5:26 pm, editado 1 vez
Catherine O'Connor- MAXIMUS UMBRA
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Fecha de inscripción : 21/05/2010
Re: Pasta Basta [ZdR]
Como si segundos antes no hubiera estado a apenas un centímetro de besarla y no la hubiera dejado medio tonta, Erik se hizo el sueco para que la chica se tranquilizara a gusto y pudiera poner esa cara tan mona de perra en celo y volvió a pinchar un poco de pasta, masticando de forma lenta y pausada y dando más tarde otro trago al refresco. Éste estaba tan frío que un pequeño estremecimiento recorrió la espalda del rubio y la piel de los brazos se le puso unos segundo de gallina. Tras volver a tomar un poco más del plato, dejó apoyada una mano sobre la mesa y, lentamente, mientras clavaba sus ojos en los de ella con más intensidad que nunca para distraerla y que no se enterara, fue arrastrándola por el tablero de madera hasta rozar con las puntas de sus dedos los de ella, de forma muy suave.
Arqueó una ceja al oír sus palabras de forma que podía pasar por un simple coquete -y que lo hacía-, cuando realmente estaba pensando en que la chica se pensaba que llegarían a algo serio. Al menos, la última parte de su frase tenía toda la pinta. 'Es posible que me ilusione y que después me lleve una gran decepción'. Que sí, que podía simplemente referirse al 'postre', pero Erik le veía un doble sentido, y creía que la pelirroja lo había hecho a posta.
-¿No te fías de mí? -preguntó en el tono de voz más inocente que tenía, alzando la otra ceja para darle un aspecto más dolido a sus facciones. Mientras tanto, su mano había acabado completamente encima de la de ella, y él un poco más inclinado de nuevo, pero no tanto como antes.
Arqueó una ceja al oír sus palabras de forma que podía pasar por un simple coquete -y que lo hacía-, cuando realmente estaba pensando en que la chica se pensaba que llegarían a algo serio. Al menos, la última parte de su frase tenía toda la pinta. 'Es posible que me ilusione y que después me lleve una gran decepción'. Que sí, que podía simplemente referirse al 'postre', pero Erik le veía un doble sentido, y creía que la pelirroja lo había hecho a posta.
-¿No te fías de mí? -preguntó en el tono de voz más inocente que tenía, alzando la otra ceja para darle un aspecto más dolido a sus facciones. Mientras tanto, su mano había acabado completamente encima de la de ella, y él un poco más inclinado de nuevo, pero no tanto como antes.
John A. Miller- Teniente
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Fecha de inscripción : 08/06/2010
Re: Pasta Basta [ZdR]
Definitivamente todo se le había ido de las manos incluso antes de poder darse cuenta. Erik tenía la situación totalmente controlada y ya no había marcha atrás. Así que lo mejor que podía hacer era seguirle el juego, no tenía otro modo de escapar de la recién tejida red. Fue acercando su mano poco a poco, seguramente con intención de posarla sobre la suya aunque, claro está, él pensaba que Cath no se daría cuenta. Pues lo hizo. Aún así, no hizo nada para evitarlo.
- Pues, si te digo la verdad... no. Tendrás que ganarte mi confianza.- Y no pudo evitar que una amplia sonrisa de suficiencia se extendiese por toda su cara. No quería que se convirtiera en su mejor amigo en el mundo, pero si tendría que conocerle más.
Había colocado su mano sobre la de la pelirroja y ésta consiguió esconder un estremecimiento. No sabía si a causa de lo frías que tenía las manos o por su contacto. No hizo ningún amago de apartarse y continuó como si nada. No dejaría que la impresionara. Al menos no mucho.- No te ofendas, pero pareces salido de una película para adolescetes. El típicio chico misterioso que rompe corazones a cal y canto sin importarle lo que los demás piensen de él y que, al final, encuentra su lugar con la típica buenaza para formar una familia y ser felices.- fingió un estremecimiento para dar a entender lo mucho que odiaba esos finales de cuentos de hadas y tras volver al mundo real, le miró a los ojos y volvió a sonreir.
- Pues, si te digo la verdad... no. Tendrás que ganarte mi confianza.- Y no pudo evitar que una amplia sonrisa de suficiencia se extendiese por toda su cara. No quería que se convirtiera en su mejor amigo en el mundo, pero si tendría que conocerle más.
Había colocado su mano sobre la de la pelirroja y ésta consiguió esconder un estremecimiento. No sabía si a causa de lo frías que tenía las manos o por su contacto. No hizo ningún amago de apartarse y continuó como si nada. No dejaría que la impresionara. Al menos no mucho.- No te ofendas, pero pareces salido de una película para adolescetes. El típicio chico misterioso que rompe corazones a cal y canto sin importarle lo que los demás piensen de él y que, al final, encuentra su lugar con la típica buenaza para formar una familia y ser felices.- fingió un estremecimiento para dar a entender lo mucho que odiaba esos finales de cuentos de hadas y tras volver al mundo real, le miró a los ojos y volvió a sonreir.
Catherine O'Connor- MAXIMUS UMBRA
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Re: Pasta Basta [ZdR]
Al ver que Catherine no hacía nada en contra de su contacto, Erik le dio suavemente la vuelta a su mano para bajar la mirada hacia ésta y hacer unos dibujos sobre la palma de manera distraida y suave, de forma que bien podría hacerle cosquillas -o no-. El chico rio entre dientes al escuchar sus palabras. Bueno, algo a favor para ella, pues se había dado cuenta. Pero también podía ser malo para él, porque más o menos lo había pillado. Aunque, claro, ella nunca podría ver confirmadas sus sospechas, así que no problem. Además, pensara lo que pensara seguía besando el terreno que Erik pisaba.
Sin para de hacer círculos en la piel de la chica, Erik alzó la mirada con una sonrisa dulce en los labios pese a las palabras que la joven le estaba dirigiendo. Unas carcajadas brotaron, altas y sonoras, cuando escuchó lo último. Vale, otra posible indirecta. ¿Le estaba diciendo que quería que él sentara la cabeza con ella? ¿Él? Por mucho estremecimiento que hiciera, bien podía estar insinuándole éso. Qué fuerte.
-Tampoco ligo tanto, Catherine. ¿Y de verdad tengo cara de niño? -preguntó con tono ofendido -fingido, claro-, mientras retiraba la mano y volvía a centrarse en la comida un poco, sin dejar de mirarla de vez en cuando.
Sin para de hacer círculos en la piel de la chica, Erik alzó la mirada con una sonrisa dulce en los labios pese a las palabras que la joven le estaba dirigiendo. Unas carcajadas brotaron, altas y sonoras, cuando escuchó lo último. Vale, otra posible indirecta. ¿Le estaba diciendo que quería que él sentara la cabeza con ella? ¿Él? Por mucho estremecimiento que hiciera, bien podía estar insinuándole éso. Qué fuerte.
-Tampoco ligo tanto, Catherine. ¿Y de verdad tengo cara de niño? -preguntó con tono ofendido -fingido, claro-, mientras retiraba la mano y volvía a centrarse en la comida un poco, sin dejar de mirarla de vez en cuando.
John A. Miller- Teniente
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Re: Pasta Basta [ZdR]
Durante un momento se centró en la mano de Erik haciendo pequeños dibujos en la suya. Levantó la mirada y al oir su contestación no pudo evitar que una carcajada apenas audible se escapara de sus labios.- No intentes disimularlo, se ve a la legua. No intentes no ofenderme, no lo haces.- sonrió levemente y apartó la mirada sin saber realmente porque.- No creas que me interesa lo que hayas hecho o dejado de hacer y sinceramente, aunque me importara, tampoco tengo derecho a reprocharte nada.- ¿Por qué diablos se estaba disculpando? No había dicho nada por lo que tuviera que hacerlo. A veces se sorprendía a sí misma de sus cambios de humor porque, en algunos momentos, ni ella misma se daba cuenta de ello.- No tienes cara de niño, ¿quién te ha dicho éso?- arrugó el entrecejo ante esa pregunta. Ella no le veía cara de níño en absoluto. Aunque, llegados a este punto ya no sabía si era realmente objetiva.
Le había contado sus pensamientos hacia él. Cosa que no había tenido intención de hacer y, para colmo, se había disculpado sin haber hecho nada. '¿Catherine?, ¿Dónde estás y qué narices te pasa?'
Pinchó un ravioli de forma ausente y se limitó a mantener la mirada fija en su plato.
Le había contado sus pensamientos hacia él. Cosa que no había tenido intención de hacer y, para colmo, se había disculpado sin haber hecho nada. '¿Catherine?, ¿Dónde estás y qué narices te pasa?'
Pinchó un ravioli de forma ausente y se limitó a mantener la mirada fija en su plato.
Catherine O'Connor- MAXIMUS UMBRA
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Re: Pasta Basta [ZdR]
Una ceja se alzó levemente cuando la chica, aparentemente avergonzada por sus propias palabras, le decía que no intentara ocultar algo. Para una vez que era sincero -porque no, no se pasaba todo el tiempo ligando- y le decían que estaba mintiendo. Ya podían irse todos a la mierda. Y flipó más en colores cuando escuchó lo segundo. Vale, esas palabras de la pelirroja correspondían más a cuando la gente se conoce desde hace mucho, y uno está enamorado del otro y tal y cual, Pascual. La pobre Catherine se había puesto el anuncio de 'Pillada por Erik' en ese momento. Tanto por su comentario como por su incapacidad de mantenerle la mirada cuando decía éso. Y el rubio no dudaría en usarlo a su favor. En su cara nada podía leerse, aunque dudaba que la chica fuera a levantar la mirada en un ratillo mientras se le pasaba el momento de timidez. Una sonrisa se extendió por su rostro al oír lo último.
-Lo decía por lo de 'sacado de una película de adolescentes' -y, sin más, arrastró un poco la silla y se puso en pie. Coló una de sus manos en el bolsillo a la pesca de un par de billetes y los dejó sobre la mesa, pagando, así, él la cena-. Invita el caballero -con un guiño de ojos a modo de despido y una sonrisa pícara, se marchó del local.
-Lo decía por lo de 'sacado de una película de adolescentes' -y, sin más, arrastró un poco la silla y se puso en pie. Coló una de sus manos en el bolsillo a la pesca de un par de billetes y los dejó sobre la mesa, pagando, así, él la cena-. Invita el caballero -con un guiño de ojos a modo de despido y una sonrisa pícara, se marchó del local.
John A. Miller- Teniente
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Re: Pasta Basta [ZdR]
Aún avergonzada por sus propias palabras, escuchó lo que dijo Erik y se dio cuenta que su incomodidad no le había pasado desapercibida. Más avergonzada que antes e incapaz de levantar la mirada, sonrió levemente y escuchó al chico levantarse de la silla para irse. Cuando ya lo había hecho, levantó la mirada del plato y se cercioró de que estaba casi lleno. Ya no tenía hambre. Se bebió de untrago la Coca-cola que le quedaba y, cuando el camarero se hubo llevado el dinero se levantó con resignación y abandonó el restaurante con la esperanza de que si se volvía a cruzar con él, las cosas acabaran mejor de lo que lo habían hecho hoy.
Catherine O'Connor- MAXIMUS UMBRA
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Re: Pasta Basta [ZdR]
ROLES ANTIGUOS
Master II- The Emperator
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