Pasta Basta [ZdR]

por **Master** Sáb Mayo 08, 2010 12:18 am

Este conocido restaurante económico ofrece 15 tipos de platos de pasta y las opciones son imaginativas, con fettuccine en vino blanco con tiras de salmón a la parrilla con caviar de salmón y azafrán. El entorno es sencillo, con un estilo luminoso y aireado; también ofrecen un bufé libre diario. Además de tener una buena relación calidad-precio Pasta Basta es un restaurante familiar perfecto para grupos grandes con más de 150 asientos.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 6:23 pm

La lluvia había sorprendido a Melanie en medio de una calle bastante solitaria. La gente lista había decidido no salir de sus casas o terminar rápido sus compras para evitar lo que ahora estaba cayendo, pero ella siempre dejaba todo para el último momento. La pereza, otro de sus muchos pecados. Por éso, cruzó la calle y se metió al primer local abierto que encontró. Un restaurante. Sus abrigo negro goteaba, empapado, y tenía todo el pelo chorreando. Con una sonrisa de disculpa por el charco que estaba montando, se dirigió a la mesa más apartada, suspirando. No quería comer nada, pero tenía que compensar al pobre dueño, así que se pidió un té calentito.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 6:47 pm

Keyan ya estaba en el restaurante italiano cuando la chica hizo su aparición. Sentado sólo en una de las mesas más apartadas mientras leía el periódico del día y tomaba un refresco sin mucha ansia, ya que el día era bastante frío. Levantó la vista de las líneas de la noticia para fijarse en la chica empapada. Medio sonrió al darse cuenta de la suerte que había tenido al llegar un poco antes; hubiese sido un desperdició empaparse entero sólo porque al tiempo le dio por cambiar. Vio la señal del dueño del restaurante y se acercó hasta la barra para que el hombre le diera un sobre. Lo miró por encima enarcando una ceja y finalmente estrechó la mano del tipo, guardándose el paquete en un bolsillo mientras volvía a su mesa lentamente. Sin venir a cuento el camarero que le esaba sirviendo el té a la chica se cruzó en su camino y tuvo que echarse a un lado para esquivarle.

- Pero... - parpadeó sin dar crédito a aquello - Ten más cuidado hombre - al volverse se percaró de la interrupción que había provocado en la vida de aquella joven - Perdón por la intrusión - enarcó una ceja sorprendido por verse pidiendo disculpas, pero a veces tenía días bastante "agradables".

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 7:01 pm

Con aire ausente, aunque estaba prestando bastante más atención de la que aparentaba, se dedicó a observar a toda la gente que había en el local, que tampoco era mucha. Codo en mesa y cabeza en mano. Un muchacho llamó su atención, más que nada porque el dueño -ése que la había matado con la mirada- le llamó para darle un paquete. Sospechoso. ¿Qué llevaría ahí dentro? ¿Drogas, problemas legales? ¿Relaciones con la mafia? Su mente ya estaba trabajando a toda velocidad en el misterio, invantado, casi seguro, cosas que se alejaban de la realidad. Suspiró, bajando la mirada del chico y decidiendo que no le daría más importancia. Hoy tenía un día normal y no quería comerse la cabeza con cosas que ni le iban ni le venían. Mientras esperaba se puso a pasarse los dedos entre el pelo, desenredando las suaves ondas que se le iban secando poco a poco. El camarero llegó y ella levantó la cabeza con una sonrisa embaucadora.
-Muchas gra... -comenzó a decir, cogiendo la taza entre ambas manos para entrar en calor, cuando el muchacho casi se estampa con el trabajador y le pidió perdón-. No pasa nada, hombre, no estaba haciendo nada interesante que hayas interrumpido.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 7:11 pm

El camarero dejó la bebida con el brillo del sudor en su frente tras el susto y se fue, restándole importancia al choque con Keyan, al que miro como si le tuviese miedo, pues quizás sí se lo tuviera. Le siguió con la mirada hasta que el chico desapareció por la puerta de la cocina y se volvió para mirar a la chica a la que había "molestado".

- Disfruta del té - le deseó con una lánguida sonrisa caminando hasta su mesa con grandes zancadas. Volvió a sentarse, cerrando el periódico y sacando el móvil - más bien una PDA - del bolsillo de su chaqueta comenzó a tocar botones, revisando algunas cosas. Volvió la vista al periódico como si hubiese encontrado algo raro y frunció el ceño, finalmente escribiendo un mensaje de texto.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 7:18 pm

Melanie observó con una sonrisa divertida el sudor que perlaba la frente del camarero, un tanto sorprendida. ¿Se asustaba tanto por un simple casi golpe? Lo dudaba. El misterio que antes había intentado enterrar en su mente volvió a salir a la superficie, rodeando al moreno que tenía en frente. Y, tal vez por la adrenalina, le salió la vena felina. Cuando la tenía sólo le importaba su propio bien y hacía lo que le venía en gana, sin importar las consecuencias. Por éso, se levantó de su silla té en mano y siguió al muchacho hacia su mesa, de forma sigilosa aunque no lo pretendiera. Cuando el chico se escondió tras su periódico, ella se sentó en la silla de en frente, sonriendo de forma traviesa. Se llevó la bebida a los labios y dio un trago.
-Se disfruta mejor en compañía -dijo tras una pausa, echándose hacia atrás en el asiento y dejando la taza sobre la mesa, sin dejar de observar lo que hacía el chico con su móvil y el periódico.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 7:25 pm

Levantó la vista del periódico lo justo para ver como la joven se acercaba a él con paso decidido. No recordaba haberle dado una invitación a sentarse con él o hacerle de compañía. Pulsando una tecla del teléfono volvió a guardarlo, cogiendo después la bebida que estaba sobre la mesa y dándole un trago antes de apartar también el periódico y cruzar la mirada con aquella chica que descaradamente se había sentado con él.

- No soy la compañía que buscas - le dijo con los ojos ligeramente entrecerrados, mientras hacia una señal al camarero para que le trajera otro vaso de lo mismo. En pocos minutos el chico depositó el vaso lleno sobre la mesa, llevándose el otro únicamente con hielo medio deshecho. - ¿Quieres algo? - preguntó finalmente a la chica. Ya sabía que quería compañía, pero querría algo más de él, si no, no se hubiese sentado en la mesa pudiendo ser Keyan cualquier tipo de persona. Apoyó un brazo sobre la mesa, dejando que los dedos tamborilearan impacientemente sobre la superficie.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 7:31 pm

Otra sonrisa más hizo acto de presencia en el rostro de Melanie, otra pícara. Como muchas veces, sonreía como si la hubieran pillado en falta, de manera inocente. Y falsa, claro, pues de inocente tenía lo que el Papa de guapo; pero la falsedad no se le notaba. Levantó de nuevo la taza para dar otro sorbo, relamiéndose después los labios para eliminar los restos de té y echándose hacia adelante de nuevo.
-¿Por qué no vas a serlo? Me he sentado aquí -respondió con la voz tranquila y amable, sin hacer caso a los ojos entrecerrados del chico que no podían significar nada bueno, y sin hacer caso a la pregunta tampoco-. Melanie Sanders.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 7:36 pm

Ladeó la cabeza mirando a la chica con suspicacia, ella empapada con al parecer alguna idea en la cabeza que a Keyan posiblemente no le gustara nada. Si había visto el cambio que se habría producido antes en la barra y la mirada de miedo que le había echado el camarero... posiblemente estuviera ahí sentada por curiosidad. Curiosidad que Keyan no iba a apaciguar.

- Melanie - repitió como si así se le fuera a quedar grabado el nombre en la mente. Se llevó el vaso a los labios y bebió un trago corto, casi parecía que sólo se había mojado los labios. Dejó con suavidad el vidrio sobre la mesa y se inclino sobre ella, apoyando ambos codos, mientras su espalda quedaba algo encorvada - No me gusta repetir las cosas... ¿qué quieres? - emitió en un casi susurró, vigilando a las miradas curiosas que se habían depositado sobre ellos en aquellos instantes. Contuvo un suspiro de resignación.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 7:43 pm

El dueño del local la iba a matar, definitivamente. Primero, montaba una piscina en la entrada, y ahora empapaba dos sillas y un poco las mesas. Distraidamente, ajena en apariencia al hecho de que su compañía no era bien recibida, se puso a acariciar el recipiente de porcelana con la uña, produciendo un chirrido molesto que pronto cesó, pues la chica fijó su atención en el muchacho cuando se inclinó hacia ella de modo que sus rostros quedaban algo juntos. Seguramente, no quería que oyeran lo que parecía esconder una amenaza a oídos de Melanie. Cada vez le parecía más sospechosa la actitud del desconocido.
-Compañía, ya lo he dicho -sonrió inocentemente una vez más, echándose el pelo hacia atrás de una manera un poco brusca que hizo que saltaran varias gotitas, algunas de ellas al rostro del chico-. Ups. No has mencionado tu nombre, por cierto.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 7:48 pm

Compañía... definitivamente no era esa sólo lo que ella quería, pero Keyan también sabía guardar las apariencias, volvió a reposar la espalda contra el respaldo de la silla de manera ausente, esta vez dándole un buen trago a su bebida, notando como la garganta se refrescaba en el acto. Apartó la mirada de Melanie, revolviéndose el pelo con una mano dándole un aire inocente, todo lo contrario a lo que había demostrado anteriormente.

- Es posible que no quiera decírtelo, ¿no crees? - enarcó una ceja interrogante. No tenía intención de decirle su nombre y aunque le dijera uno, sería totalmente falso. No le apetecía tener que cargar con chicas detrás de él. Eso le recordó a la de la noche anterior, que se había tomado la libertad de tomarle hasta de bote salvavidas.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 7:55 pm

Ensanchó la sonrisa, divertida al saber que estaba molestando al chico. Estaba harta de no poder pensar en él con un nombre, pero tampoco le importaba demasiado. Sin embargo, su diversión en estos momentos la producía la situación, así que insistiría. Unas risas cantarinas salieron de su garganta al oír la respuesta del muchacho y ver su cara, que le daba un aspecto interesante y, cómo no, más misterioso aún. ¿Por qué no querría decirlo? Más dudas sin respuesta.
-Es posible que no me canse hasta saberlo -replicó con una sonrisa traviesa, echándose también hacia atrás y cruzándose de brazos para imitar un poco su aire de pasotismo, burlona. El pobre se pensaría que era una acosadora, pero ése papel no era el que le había tocado a Mel.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 8:11 pm

La miró atentamente, estudiando cada uno de sus movimientos con detenimiento, intentando de verdad entender a qué venía ese estúpido juego que se traía entre manos. Aquello comenzaba a irritarle lo suficiente como para levantarse de la mesa y largarse, pero tenía su propio orgullo y no iba a dejar que una chica del tres al cuarto pudiera con su paciencia.

- No veo porqué deberías saberlo - se encogió de hombros manteniendo su talente indiferente y carente de emoción. Comenzó, entonces a jugar con el vaso que tenía delante, notando que el móvil vibraba en su bolsillo. Lo sacó y lo miró tranquilamente, haciendo caso omiso a Melanie - Dame una buena razón para decírtelo y quizás me lo piense.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 8:19 pm

La cara de indiferencia que se pintó en el rostro del muchacho indicaba a las claras que le estaba tocando lo de abajo de una forma no muy agradable, pero le daba igual. Ahora sólo pensaba en su propia diversión, y en el misterio del muchacho y el sobre; pero éso estaba más apartado. Le hacían gracia las reacciones del muchacho, cómo pasaba de amenazarla a intentar aparentar indiferencia de un modo demasiado bueno. Otro con experiencia, al parecer, para el engaño.
-Es de buena educación dárselo a una persona que te lo ha dado -respondió tranquilamente, sabiendo antes de decirlo que él seguiría en sus trece y no se lo daría, pero ella también seguiría en las suyas. La contestación no había sido muy buena, pero se guardaba las amenazas para más tarde. Ella tenía una paciencia de santo cuando quería.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 8:41 pm

- Tú me lo has dado porque has querido - terció él mirándola con cierta gracia. Terminó la bebida que aún estaba en su vaso y lo apartó hacia una esquina, volviendo él a inclinarse hacia delante para tener más cerca a Melanie - Bien, digamos por un momento que te digo mi nombre... ¿cuál sería la siguiente pregunta? - sus ojos verdosos emitieron un destello peculiar al decir aquellas preguntas como si escondiera algo tras esa fachada de indiferencia.

Ahora se arrepentía de haberse chocado con el camarero sin querer - si es que podía arrepentirse de eso - y, sobre todo, de haberse disculpado por haberla "molestado", porque parecía que aquella había sido la invitación necesaria para que ella se acercara a Keyan con todo su "desparpajo".

FdR: Me empané, perdona#

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 8:49 pm

Asintió con un encogimiento de hombros, dándole la razón. Más risas salieron de su boca al escuchar la siguiente pregunta. Cuando se detuvieron las carcajadas clavó sus ojos azules brillando de diversión en los verdes de él, que lo hacían de un modo peculiar que daba que pensar. Y éso, la imaginativa mente de Melanie lo convirtió en más pruebas para desconfiar de él. Y de la primera de la que no había que fiarse era de ella.
-La siguiente sería -murmuró mientras se echaba hacia delante, con la voz un tanto ronca y seductora, como si lo que fuera a decir fuera algo relacionado con dos personas y una cama- el color de tus calcetines -terminó con una sonrisa igualmente pícara, volviendo a reír de forma infantil y manteniéndose cerca.

Don't worry ^-^

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 9:13 pm

¿El color de sus calcetines? Esa es una pregunta que casi hubiese preferido ni oír, no porque fuera estúpida, si no porque ni siquiera sabía si se los había puesto del mismo color - que claramente sí lo había hecho - pero a una persona normal tú no le vas preguntando el color de su ropa interior.

- ¿Mis calcetines? - sin duda alguna, la pregunta más rara que le habían hecho en su larga vida. Sacudió la cabeza la ver la risa que salía de los labios de Melanie, sin verle realmente la gracia a la pregunta o sin ver la broma interna de aquella chica - Te lo diré, pero cuando tú me digas el color de tu sujetador. - dice con un leve encogimiento de hombros.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 9:21 pm

Sí, la pregunta había sido tonta, ¿y qué? Podía desear saber lo que le diera la gana, y había sido la primera cosa estúpida que se le había pasado por la cabeza. Al oír la pregunta ensanchó la permanente sonrisa que llevaba pintada en los labios rosáceos. ¿Se creía que era comprometedor? Pues para ella no. Se apartó un poco el abrigo húmedo, dejando a la vista un jersey negro que también hizo a un lado hasta que se vio su pálido hombro cruzado por una línea fina y de color azul oscuro. Volvió a taparse.
-Ahí lo tienes -dijo como si nada, a punto de reír al ver la cara de susto que ponía una madre sentada con sus hijos en la mesa de en frente. A saber lo que se había pensado.

por **Keyan Danvers** Lun Mayo 17, 2010 9:34 pm

Se rió al ver como la chica le enseñaba el tirante de su sujetador y negó con la cabeza, levantándose la pernera del los vaqueros ligeramente lo justo para ver el color de sus calcetines. Volvió la cabeza hacia Melanie y medio sonrió, elevando la comisura de los labios un ápice.

-Grises - los que más predominaban en su cajón, obviamente. No le gustaba dar el cante con sus ropa. Echó una hojeada al reloj y se levantó con suavidad, arrastrando la silla hacia atrás - Ha sido... un placer - comentó antes de marcharse con una sonrisa ligeramente burlona. Pagó su cuenta en la barra y instantes después salió del establecimiento, perdiéndose entre la multitud cargada de paragüas de la calle.

por **Melanie R. Sanders** Lun Mayo 17, 2010 9:40 pm

Se retorció en la silla para poder ver ella misma los calcetines, no fuera a mentirle. Tampoco tenía mucha importancia, por no decir ninguna, pero si él había visto su hombro, ella tenía que ver su tobillo. Ojo por ojo y diente por diente, aunque ése no fuera el sentido del dicho. Se levantó al mismo tiempo de asiento, riendo al ver la mancha de agua que había dejado en la silla y sonriendo al desconocido de la misma forma burlona que él.
-Sí, ya me dirás tu nombre algún día, quieras o no -se despidió, dejando el dinero del té sin acabar en la mesa y saliendo a la calle sin paragüas. Nunca llevaba de éso, así que estaba acostumbrada a la lluvia. Pero, entonces, ¿por qué había ido allí a resguarecerse de ésta?

por **Catherine O'Connor** Lun Jun 14, 2010 6:00 pm

La lluvia había pillado a Catherine paseando por una de las muchas calles de la ciudad. Eso le pasaba por salir todos los días a andar para, al final, no hacer nunca nada. Se estaba mojando demasiado y si no lo evitaba pronto, su pelo pagaría las consecuencias por lo que decidió meterse en el primer bar que encontró. 'Pasta basta... y yo que pensaba que los nombres de los restaurantes de América eran raros. En fin...'. El lugar era bastante acogedor y cálido, sobre todo cálido. Siempre hacía frío en Copenhague y Cath odiaba el frío. No sabía qué hacer en un restaurante a esas horas. Vale, era la hora de la comida pero a ella siempre le había gustado comer tarde. ¿Algún problema? Con la ropa empapada y adherida al cuerpo decidió que no le quedaba otra que sentarse a esperar a que la lluvia cesara y que no iba a estar todo el tiempo mirando pasar a los camareros. Encontró una mesa para dos al final del restaurante, se sentó y pidió una Coca-cola. 'Ahora a esperar', suspiró con resignación.

por **John A. Miller** Lun Jun 14, 2010 6:09 pm

Libre, al fin. El explotador de su jefe había decidido darle un par de días a su aire. No. No es que ahora hubiera venido la Virgen a iluminarlo ni nada de éso y se hubiera ablandado, pensando que el pobre Erik estaba, quizás, demasiado atareado con la mudanza, las primeras misiones y tal. ¡Cómo se le ocurrió, tan siquiera, pensarlo! Lo que pasaba era que al viejo fofo acababa de amenazarlo una empresa de comestibles, diciéndole que llamarían a la policía y toda esa mierda. Como si la mafia fuera a detenerse por unos imbéciles corruptos como eran los agentes, que no tenían un duro y aceptaban todo tipo de chantaje. Así que Erik tenía que ir a recordarles el por qué del miedo de la gente a su grupo. Que le tocaba sacar toda su rabia, vamos. Y no era poca.
Pisando fuerte, a grandes zancadas y chocando con todo el mundo sin pedir perdón, Erik vagaba de calle en calle buscando un maldito local que le prometiera calor y comodidad. Uno de ellos le llamó la atención entre todos los bares de copas. ¿Por qué? Fácil. Pasta. Italia. Desvió su rumbo hacia el local y abrió la puerta del tirón, colándose de un salto para que la incesante lluvia no lo siguiera calando. Con el pelo empapado y chorreante, al igual que la ropa, se dirigió a la barra y se sentó en un taburete.

por **Catherine O'Connor** Lun Jun 14, 2010 6:28 pm

Llevaba diez minutos esperando y ya no podía más. Parece raro y lo es. Pero es que Catherine es una de esas personas que no pueden estar quietas ni dos minutos a no ser que esté totalmente agotada y el sueño pueda con ella. Se hartó de aguardar a que al maldito tiempo le diese la gana de dejar de llover y, justo cuando iba a levantarse para irse vio a Erik entrar y sentarse en las barra. 'Vaya, vaya, vaya... mira a quién tenemos por aquí'. Pues esta vez no se lo iba a poner tan fácil. El otro día se dejó convencer porque estaba demasiado aturullada pensando en sus cosas y no tenía ganas de hacerse la dura. Pero hoy... hoy sería otro día. Se acercó a la barra para pedir otra Coca-cola y "casualmente", se situó a su lado.
- Hola Erik, ¿cómo tú por aquí? No pareces el tipo de chico al que le preocupe mojarse, al menos no demasiado.-sonrió de forma picarona y aparentó indiferencia. Cogió su bebida que, por cierto, estaba helada. ¿Qué se puede esperar de un refresco? Y se alejó de nuevo a su mesa. 'Esta vez o vienes tu, o no hay Cath que valga.'

por **John A. Miller** Lun Jun 14, 2010 6:43 pm

Con un encogimiento de hombros se deshizo de la chupa de cuero. Ahora olería a perro mojado la prenda a la que tanto cariño tenía y le tocaría soltar un pellizco en la lavandería para que la limpiasen y toda la parafernalia. Debajo llevaba una camiseta de manga corta azul oscuro que, a causa de la tromba de agua que le había caido, se le pegaba al cuerpo por completo, marcando -e incluso transparentando un poco- los músculos de debajo. Cuando llegó el servicial camarero, la mirada de Erik hizo que rápidamente se fuera por donde había venido. Ya pediría más adelante, ahora se contentaba con relajarse un poco. Respiró profundamente y apoyó ambos codos en la barra, dejando caer la cabeza entre las manos para frotarse un poco los ojos. Aquello era peor que un día entero de ejercicio, sólo había dormido seis horas. Y Erik era un koala. Cuando una voz aguda y fría le habló, ya había conseguido deshacerse casi por completo de su mal humor, e iba a pedir un buen plato de ravioli. Asomó la cabeza por debajo de uno de sus trabajados brazos y alzó una ceja. La Catherine que recordaba era más alegre, vivaz y, en definitiva, le gustaba más. Una tía sosa y que iba de estrecha no tenía nada que a Erik pudiera interesarle, pues lo que él buscaba era justo diversión y entretenimiento. Nada más.
-Tengo hambre. Y no, no suele molestarme. Pero una cosa es lluvia y otra es un tsunami. Y no me dirás que tú estás aquí porque quieres sentarte -contestó, sin devolverle la sonrisa. Seguía esperando que apareciera la otra pelirroja, pero no lo hacía. Y se fue hacia una mesa, más digna que un pavo real. Con una ceja azada, Erik se quedó decidiendo si mover el culo para averiguar qué narices le picaba -aunque realmente no le importabalo más mínimo, la quería para lo que la quería- o comer tranquilamente. Y como él era de acción, y una tía cabreada es lo más jodidamente peligroso que te puedes encontrar, dio un rodeo para que no lo viera acercase y, sin previo aviso de ruido ni nada -experiencia-, se dejó caer en la silla de en frente suya.

por **Catherine O'Connor** Lun Jun 14, 2010 7:01 pm

Menuda decepción para Cath, le había fallado su único modo de despejarse y de pasarlo bien un rato -o puede que algo más-. De todos modos tampoco es que le importarse demasiado y ya bastantes problemas tenía como para preocuparse de un tío- uno que estaba muy bueno, pero al fin y al cabo, un tío-. Levantó la cabeza y allí estaba él. Casi le da un ataque, ¿cómo narrices había llegado hasta allí? Pero en su interior estaba la mar de contenta. En serio, necesitaba más vida social que no se reduciese a su grupo de música y a gente que se iba cruzando por la calle. 'Buen chico, has pasado la prueba'. Sonrió ampliamente y, a pesar de su mal humor a causa de la lluvia, se mostró radiante. Si le había molestado lo de antes- que no lo creía en absoluto- que aguantese como un machote. No quería causarle una mala impresión, pero Cath solía tener cambios muy bruscos de carácter y, con hacer lo que ella te dicee una sola vez, puedes tenerla contenta eternamente. Bueno, no tanto, pero sí durante una larga temporada.
- No pareces estar de muy buen humor y no creo que sea por la lluvia. ¿Quieres?- le había dicho que tenía hambre y si no le daba azúcar no rendiría al cien por cien. Le sobraba con haber estado una vez co él en la que casi se queda duemiendo. Le orfreció la Coca-cola y le dio la carta con los menús mientras que no le quitaba el ojo de encima. Erik era demasiado misterioso para ella y éso la atraía mucho, muchísimo.

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