Re: Le Sommelier [ZdR]

por **Melanie R. Sanders** Lun Jun 14, 2010 11:01 pm

Esperando aún su contestación, y al ver que esta tardaría si tenía que esperar a que Doña Finura se metiera más bocados a la boca con cuchillo y tenedor -que por cierto, qué mal gusto debía tener el camarero, porque si lo que más le convendría era una hambuerguesa bien podría haberse ido a un sitio menos caro, y no pagaría un riñón por ella-, Melanie cogió su copa entre los largos dedos y se la llevó a los labios, bebiendo un par de tragos del refrescante líquido. Alzó una ceja al ver lo que hizo a continuación Fawn. Guau. Lástima que no llevara una cámara fotográfica, porque éso, sin duda, habría que preservarlo para la posteridad. Se podría hacer un buen chantaje. Y no pudo hacer otra cosa sino levantar aún más la ceja al escuchar su contestación. ¿La estaba vacilando, o se estaba haciendo la graciosa? Porque si era lo segundo bien poco se le notaba, y si era lo primero que se llevara cuidadín. Con una sonrisilla, se llevó el tenedor de nuevo a la boca antes de hablar.
-Al menos lo admites, querida -comentó con la voz tranquila y pausada, con ese toque agudo y musical que siempre acompañaba sus palabras.

por **Fawn D. Poynter** Lun Jun 14, 2010 11:17 pm

Apartando con la mano el plato, ya vacío, y cogiendo con la otra la servilleta de tela que tenía al lado para limpiarse cualquier tipo de rastro que hubiese podido quedarse en su cara después de zamparse aquel delicioso manjar, comienza a pensar en la posibilidad de irse a cualquier rincón oscuro, lejos de la civilización, para poner en práctica la capacidad de pelea que podría soportar sus músculos después de tanto tiempo sin arrearle un tortazo a nadie. Demasiado mal estaba eso, la verdad. Había que mantenerse siempre en forma. Pero cuando ve aparecer un enorme helado de chocolate que se dirige a ella los ojos le brillan por un instante y todas sus ideas antisociales se esfuman.

- ¿Por qué no debería hacerlo? - le pregunta, algo sorprendida. Normalmente, cuando te preguntan cómo eres o básicamente te preguntan algo hay que responder con la verdad, sin rodeos, porque si no es lo mismo que no preguntar: algo inútil.

Pasa el dedo suavemente por encima del helado de chocolate que tiene delante y se lo lleva a la boca para probarlo. Uh, qué rico...

por **Melanie R. Sanders** Lun Jun 14, 2010 11:27 pm

Poco a poco su plato de espaguetis se había ido vaciando, hasta que al final sólo le quedaban unos cuantos apartados que dejó sin tocar. Creía que si comía un poco más podría explotar, y éso sí que no le gustaría a su acompañante. Las vísceras últimamente no estaban de moda, y el rojo tampoco se llevaba en ciudades como aquella. Qué horror sería para la chica ir así por la calle, ¡era modelo! Aunque, visto lo visto, estaba empezando a replantearse éso de que la chica era súper modosita, porque comer, lo había hecho como una cerda. Hablando en plata. Muy rectita y tal, pero bien que se había cansado de los cubiertos y que se chupaba el dedo. Tal vez sólo lo era por su trabajo. Para ella, que rara vez se arreglaba y se subía a unos tacones, ser una modelo sería una pesadilla. No. En su hospital, con sus zapatillas de deporte y su uniforme blanco estaba mucho mejor, sacando niños. Éso seguro que era más productivo que que te hicieran fotitos así y fotitos asá.
-Ah, no sé, hay gente que no quiere ver la realidad -contestó, pensando que ya era hora de ir yéndose. Pero antes, claro, tenía que pagar. Cuando el camarero pasó cerca le pidió la cuenta. Aunque tal vez se quedara un poquito más.

por **Fawn D. Poynter** Mar Jun 15, 2010 9:26 pm

Armada con una cuchara más grande que su boca y unos dientes con una protección extra contra el frío, comienza a comerse el helado de chocolate tan divinamente delicioso que le habían traído. Ella no se preocupaba mucho por su cuerpo, pero tenía que reconocer que había tenido suerte al tener esta constitución de como-mucho-engordo-nada.

Casi se atraganta cuando Mel le informa sobre eso de la falsa realidad que desea ver la gente. Para ser sinceros, todas estas revelaciones de la sociedad que le estaba confesando la morena acabarían por hacer que se muriese ahogada con el helado. Simplemente, no entendía el pensamiento este de vivir siempre en un mundo diferente al que estaban. Un momento... ¿Desde cuando le importaba a ella lo que la gente creía o dejaba de creer? Bah, será el helado.

- ¿Y qué quiere ver? Es una santa tontería, éso - dice, sin perder el toque frío e impasible de sus palabras, a pesar de que interiormente estubiese más desconcertada que un pingüino en un desierto de arena.

por **Melanie R. Sanders** Miér Jun 16, 2010 9:34 pm

Mientras la morena se dedicaba a engullir su helado, Melanie pagó lo que debía y esperó a que el atento camarero que bien podía mirar menos su escote le trajera el cambio. Con la punta del zapato comenzó a dar golpes acompasados sobre la reluciente losa del suelo, impaciente. Ya era tarde y, si no quería dormirse en medio de un parto, debía descansar al menos unas seis horas. Con un asentimiento de cabeza medio distante, Melanie le dio la razón a lo de la tontería. Pero la gente era como era. Unos eran imbéciles y no lo querían ver. Otros unos asesinos y tampoco. Ella, por lo menos, sabía lo manipuladora que podía llegar a ser, porque es lo que pretendía.
-Quieren ver la mentira -y con esa frase en el aire, se levantó, cogiendo previamente el dinero que el hombre le había dado, y se marchó a pasos elegantes dedicándole una sonrisa de despedida a la chica.

por **Fawn D. Poynter** Miér Jun 16, 2010 10:50 pm

Acabado ya el helado y dedicada ya la mirada informativa al camarero para que anotase la cuenta en su lista, se queda pensando en lo que le ha dicho la morena, la cual ahora está saliendo del local. ¿Mentiras? Esa palabra no estaba en su vocabulario, por eso se le hacía tan rara la idea de que a la gente le gustase vivir en una. Y se marcha de allí así, planteándose preguntas que seguramente, cuando el helado acabase de estar bien digerido dentro de su cuerpo, desaparecerían de su cabeza como suspiros.

por **John A. Miller** Jue Jun 24, 2010 1:12 pm

Vestido, de nuevo, con traje de chaqueta de color negro, con el pelo un tanto menos revuelto -media hora intentando domirnarlo daba sus frutos- y con zapatos pijos, Erik entró en el restaurante sintiéndose un tanto extraño allí, y más con esas pintas de imbécil. Aunque no le quedaba mal el traje, pero él odiaba arreglarse de esa forma. Si lo hacía era en plan informal, no pareciendo un pez gordo como los que él conocía. Todavía no sabía por qué había decidido ir allí a comer, el caso es que le había llamado la atención mientras paseaba y se había dicho ¿por qué no? Podía y quería. Pero al pasar el umbral de la puerta ya no tuvo tan claro éso de querer. Suspirando, se dirigió a una mesa pegada a la cristalera. Al menos tendría vistas.

por **Catherine O'Connor** Jue Jun 24, 2010 1:28 pm

Se dirigía a pasos rápidos hacia un restaurante súper pijo, había quedado con una vieja amiga y la había obligado a arreglarse para no llamar la atención en el restaurante. Llevaba un vestido negro de palabra de honor, ajustado en el pecho mientras que el resto le caía libre hasta la rodilla, y todo ello lo conjuntaba con un par de tacones negros y escandalosamente altos. Gracias a Dios estaba acostumbrada a andar con ellos. Mientras que el pelo lo llevaba como siempre, con un cambio, hacía un par de días se lo había teñido de rojo escarlata. Entró en el restaurante y estiró el cuello para buscar a su acompañante, pero no la vio, y en ese momento le sonó el móvil. Su amiga se había roto el pie y no podía ir a comer. Tras preguntarle como estaba colgó el móvil con un suspiro de resignación.
-¿Y qué se supone que hago yo ahora?- dijo más para ella misma que para que la oyeran. Aún así, seguía sin saber que hacer. Por lo que se quedó de pie buscando una mesa libre. Había venido a comer, y comería.

por **John A. Miller** Jue Jun 24, 2010 1:36 pm

Mientras observaba la calle a través del transparente cristal con la mirada perdida, Erik distinguió una figura que le sonaba. Aunque estaba mucho más arreglada de lo normal, menos desgarbada y descuidada. Además, bien podía no ser la pelirroja, pues recordaba su cabello unos tonos más anaranjados, no tan rojos. De todos modos, sus dudas se disiparon, como si una ráfaga de aire se las hubiera llevado, pues la mujer entró en el local. Era Catherine, y aún estando un poco apartado pudo escuchar su queja. En la distancia, se la comió con los ojos. Bonito escote, bonitas piernas. Muy mona en conjunto. Con una sonrisilla en los labios, alzó un mano en el aire y la agitó un poco, para llamar su atención. Con un poco de suerte ya tendría alguien con quien charlar.

por **Catherine O'Connor** Jue Jun 24, 2010 1:49 pm

Levantó la mirada tras guardar el móvil en el bolso -si es que se le podía llamar así, apenas le cabían la cartera y el móvil- y vio a EriK agitando la mano en el aire para llamar su atención. Llevaba traje y, debía admitir que le quedaba estupendamente bien. Seguramente estaría esperando a alguien, o no.
Se dirigió hacia su mesa con una sonrisilla picarona en los labios y se colocó en frente suya. Al menos así tendría alguien con quien hablar.
-¿Cómo tu por aquí? ¿Esperas a alguien?- Sonrió y se sentó en la silla. Si esperaba a alguien se levantaría cuando llegara y si no, se quedaría e intentaría olvidar que la habían dejado plantada. ¿Por qué la gente no podía ser un poco más precavida? Si no estás hecha para hacer el loco, no lo hagas. Aunque ella no era la más indicada para hablar de locuras.

por **John A. Miller** Jue Jun 24, 2010 1:56 pm

Echándose hacia atrás, esperó a que la chica llegara hasta él sin apartar la mirada de sus curvas de mujer. Desde donde estaba aún no podía pillarlo mirándolo, así que se deleitó un poco antes de tener que mirarla a la cara cuando estuvo más cerca. Una sonrisa curvó sus labios en respuesta a la de la chica y a sus actos, es decir, a que se sentara con él sin más invitación que una mano moviéndose en el aire. Chica lista, chica lista.
-En realidad no, no sé por qué he venido -contestó sinceramente, apoyando ambas manos en el regazo y entrelazando los dedos. Así evitaría que se pusieran a tamborilear sobre la mesa cual bailarines de claqué-. ¿Y tú? -preguntó, ladenado un poco la cabeza. Ya sabía que la habían dejado plantada, o por lo menos lo intuía, pero tenía que saber si había ido ahí con un chico. La competencia nunca es buena.

por **Catherine O'Connor** Jue Jun 24, 2010 2:04 pm

Genial, estaba solo. Ya eran dos. Al menos a él no le habían dejado plantado, había ido solo porque le había dado la gana. De todos modos tenía una alternativa bastante buena, y si cada vez que la iban a dejar plantada se encontraba con un tío así, bueno... que la dejasen plantada todo lo que quisieran y más.
-Pues si te digo la verdad había venido a come r con una amiga. La muy desraciada me ha hecho arreglarme de este modo para encima ni siquiera venir porque se ha roto un pie jugando al voley.-Le había molestado que la dejase de ese modo. Más que nada porque odiaba arreglarse tanto para que después no sirviera de nada. Supiró una vez y sonrió con amabilidad.-Dejando al lado mi estrés, ¿qué tal todo?- Vaya patético intento de cambiar de tema, pero si seguía con el mismo le daría un ataque y mataría a Lindsey por teléfono.

por **John A. Miller** Jue Jun 24, 2010 2:11 pm

Otra que odiaba que la dejaran tirada. Aún recordaba el rebote que pilló el otro día cuando el tipo no se presentó. La diferencia era que él cuando lo dejaban en la estacada se ponía furioso, mientras que ella decía que se la cargaría cuando todo el mundo sabía que no lo haría. Cuando dijo lo de arreglarse, Erik aprovechó la excusa para echarle una mirada de arriba a abajo, sin cortarse un pelo aquella vez. Vamos, que la pobre podría ponerse del color de su recién adquirido pelo ante tal inspección.
-Pues yo creo que podrías hacerlo más amenudo. Es mi humilde opinión -comentó tranquilamente, soltándole un piropo bien disimulado por su queja. Ahora para que lo mandara a freír espárragos, encima de que le decía cosas bonitas de ésas que tanto gustan. Una sonrisa volvió a cruzar su rostro-. Bien, nada nuevo. ¿Y a ti cómo te trata la vida?

por **Catherine O'Connor** Jue Jun 24, 2010 2:27 pm

Así que Erik pensaba que debería arreglarse más a menudo... Puede que le hiciera caso, al menos cuando el estuviera delante. De todos modos seguía odiando tirarse horas para elegir conjuntito y para maquillarse. Era un coñazo, lo hombres lo tenían fácil, traje de cahqueta y punto, en lo único que podrían tener duda sería en el color de la corbata, y casi siempre pedían ayuda para éso.-Puede que siga tu consejo.- Le sonrió y le guiñó un ojo. Siempre le habían dicho que no cuidaba lo suficiente su imagen, y que para una estrella del rock és era lo primordial. Aún así, a Cath le resbalaba lo que pudieran decir, ella vestía como le apetecía y no dejaba que nadie le dijera lo contrario.
Siguió escuchando, aunque no había mucho que escuchar. Erik era un chico muy reservado, y no terminaba de abrirse a la pelirroja.-Pues se supone que no me puedo quejar, me estoy adaptando bastante bien a la ciudad y el otro día me cruzé con una amiga que no veía desde hace mucho. Tampoco es que sea emocionante, pero no me quejo.- encogiéndose de hombros le quitó importancia al asunto.

por **John A. Miller** Jue Jun 24, 2010 4:08 pm

Le devolvió una ancha sonrisa a la pelirroja al escuchar su respuesta y ver su guiño, cogiendo la carta que había sobre la mesa y echándole una ojeada. Buf, no sabía qué escoger. Con sus ojos leyendo a una velocidad de vértigo, Erik intentó decidirse por algo, pero no tenía ni idea de qué podría tomar. ¿Por qué sería que nada le llamaba más que la tía? Sacudiendo la cabeza, le pasó la hoja a Catherine con una sonrisa inocentona en el rostro.
-Hoy te toca escoger a tí, Heinz -dijo, dándole el nombre de uno de los ketchups más famosos. A ver si pillaba la broma. Sino, podría ser preocupante, porque era bien facilita. Escuchó como buen chico todo lo que tenía que decir, pues sabía que a las mujeres les iba la cháchara y el parloteo, y que un chico con unos buenos oidos les encantaba-. La acción que se la queden las películas, que la vida tranquila es la mejor -replicó, mintiendo aunque no se notara. Porque ¿cómo podía hablar él de tranquilidad, cuando su vida era de lo más movida? Tampoco se lo iba a decir, claro.

por **Catherine O'Connor** Jue Jun 24, 2010 4:21 pm

Erik se puso a mirar la carta de los menús, y como pareció no decidirse por nada le pasó la hoja a Cath para que tomase ella la decisión. Desde luego la había tomado con su pelo, pero bueno, era lo que ocurría cuando llevabas el pelo de un color tan vistoso.'¿Pero que te pasa?' Ya era la segunda vez que le hacía un chiste malo sobre su pelo, y era la segunda vez que no se enfadaba. Ya se daba por perdida a ella misma. Con Erik nada era como solía serlo.-¿Heinz? ¿Buscas un mote nuevo para cada día o...? El caso es que ese no se me había ocurrido.-Sonrió ampliamente y escuchó hablar a chico mientras pensaba que podían comer. No tenía ni idea, era la primera vez que iba a ese restaurante y no sabía que debía escoger.-No opino de ése modo. Si no hubiera acción en la vida, todo sería horriblemente rutinario y monótono, por algo me hize cantante de rock. La vida de un lado a otro, sin tener un lugar fijo en el que vivir, que todo el mundo te conozca pero tu no conoces a nadie... no sé, supongo que no estoy hecha para la vida sedentaria.-Bajó de las nubes y esperó con impaciencia la respuesta de Erik.

por **John A. Miller** Jue Jun 24, 2010 4:41 pm

Le devolvió la sonrisa de la forma más inocente, pasándose depués la lengua por los labios y dándole un trago al agua que le acababa de llevar el camarero. Para no ser descortés, le servió a ella un poco en la copa correspondiente, pues se percató de que había varias. Maldito protocolo y la madre que lo parió, con lo bien que estaba él sin tener que decidir en qué maldito vaso echar el agua. De verdad, cada vez odiaba más el mundillo de los con-dinero.
-Mi imaginación para los motes no tiene límites -bromeó con una sonrisa ladeada, pasándose una mano por el pelo para volver a revolverlo. Sin duda, así le gustaba mil veces más. Y, sin previo aviso, volvió a inclinarse hacia la chica, dejando de nuevo escasa distancia entre ambos-. ¿No crees? -sus ojos no se apartaban de los de la muchacha. Tras unos momentos más, volvió a retirarse, encogiéndose de hombros para mantener su coartada de 'hombre-que-no-quiere-acción'.

por **Catherine O'Connor** Vie Jun 25, 2010 1:48 pm

Genial, una copa descartada, ya solo quedaban otras tres mil para saber cual era la del vino, la del champagne etc etc... Odiaba los malditos protocolos y parecía que Erik también, pues tardó lo suyo en dedicir en que copa echar el agua. Tras hacerlo comenzó a hablar y a acercarse a Cath como había hecho la última vez. Todo se repetía, solo que en este momento era ella quien decidía el menú. Esperaba que su papel de chico tranquilo al que no le gusta la acción, fuera solo éso: un papel. Más que nada porque los chicos que suelen tener ese ~~cuerpazo~~ cuerpo, no solían estar muy quietos. Al menos no demasiado.
Sonrió con ademán misterioso y cogió la copa para beber agua, y mientras se alejaba de ella nuevamente, volvió a dejar la copa donde estaba -ahora manchada de carmín- .
-Es posible, aunque dos motes relacionados entre sí...-sonrió de forma juguetona-tendrás que pensar en alguno nuevo para que piense éso, ¿no crees?-alzó una ceja y volvió a mirar distraídamente la carta de los menús, seguía sin saber que narices pedir.

por **John A. Miller** Vie Jun 25, 2010 10:02 pm

Mientras ella seguía mirando la carta de platos, él, sin saber por qué, se quedó mirando la marca roja que sus labios había dejado sobre el fino cristal de la copa. Cuando se dio cuenta de que se había quedado en otro mundo sacudió la cabeza y soltó unas cuantas risas bajas, como si se riera de un chiste interno. Y en realidad lo hacía, porque ver aquella manchita le había traído a la cabeza lo que, sin duda, habría dicho uno de sus mejores amigos: quién fuera copa... Y es que el tío estaba obsesionado con las tías, y si estuviera en su lugar ya se habría hecho dueño de los labios de la pelirroja. Sin embargo, él seguía en sus trece de dejarla hasta las trancas, y cada vez parecía que se acercaba un poco más. A la chica le faltaba poco para hundirse por completo en sus encantos.
-¿No te decides, llamita? -preguntó, incorporando a la cuestión otro mote para que viera que podía colgarse la medalla de imaginación para inventar apelativos cutres.

por **Catherine O'Connor** Vie Jun 25, 2010 10:20 pm

'¡Ya lo tengo!' Patatas asadas al aroma de trufa, fue éso lo que le dijo Lindsey que le haría probar, y lo haría con, o sin ella. Ensimismada como estaba, escuchó las leves carcajadas de Erik. Se podría estar riendo de ella o no, no le importaba. Se contentaba con haber conseguido acordarse de ese plato tan raro. Levantó la mirada y sonrió.-Pues sí, la verdad es que sí, Don: mi imaginación no tiene límites-Fingió imitar su voz mientras intentaba ahogar las carcajadas por el nuevo mote.-creo recordar lo que Lindsey me quería obligar a probar, y creo que lo tomaré, tomaremos en su honor.-Suspiró con melancolía fingida y dejó la carta a un lado en la mesa.-Patatas asadas al aroma de trufa, suena realmente raro.-Arrugó el entrecejo y esperó a que Erik hablara.

por **John A. Miller** Vie Jun 25, 2010 10:36 pm

No pudo evitar reír al escuchar la pobre imitación de su tono en labios de Catherine. Su voz, tan aguda y cantarina, no podía llegar a interpretar bien la del rubio, tan pausada y tranquila. Negando con la cabeza a modo de 'tú estás muy mal' -en el buen sentido-, se acomodó mejor en la silla, con la espalda un poco más recta. Ya que estaba vestido de galas, por lo menos que no diera el cante con su forma de sentarse, desgarbada e impresentable.
-Cúrratelo más para la próxima -bromeó al escuchar su nuevo y recién adquirido mote, dejando caer suavemente el párpado de uno de sus ojos. Cuando vio su aire apenado por la ausencia de su amiga, compueso él uno de ligera tristeza y rechazo también bastante creíble. Era un buen actor-. ¿Preferirías que estuviera ella contigo en vez de este joven?

por **Catherine O'Connor** Vie Jun 25, 2010 11:06 pm

No había inentado imitarlo a la perfección, era una broma, éso era todo. Parecía que la falta de inteligencia afectaba también a los chicos guapos, aunque a ellos se les perdonaba -al menos las primeras veces-.
-No creo que vuelva a imitarte, pero si vuelvo a hacerlo lo tendré en cuenta.-se encogió de hombros mientras emitía una débil sonrisa y volvió a coger la copa del agua para volver a mancharla de carmín, ¡malditos pintalabios!' maldijo en su interior. Siguió escuchando hablar al chico y alzó una ceja al escuchar esa pregunta.-Mmmm,-fingió pensar-la verdad es que no sabría decirte, te gusta mucho meterte con mi pelo, y ella no lo hace, y éso normalmente suele molestarme bastante.-sonrió con inocencia mientras le devolvía al camarero que se acababa de acercar los menús y pedía con calma:-Dos platos de patatas asadas alaroma de trufa, por favor.-y mientras el camarero se marchaba se giró para mirar a Erik.

por **John A. Miller** Vie Jun 25, 2010 11:22 pm

Siguió fingiendo estar triste y dolido por el hecho de que ella preferiera a su amiga tan sólo por el pelo, mientras se daba cuenta de que si normalmente le molestaba que dijeran cosas feas sobre su cabello y con él no lo hacía podía significar algo bueno. Una señal de que sí que estaba coladita por él. Aún siguiendo su papel de mosqueado, se concentró en mirar al camarero mientras tomaba nota y se marchaba, sonriendo de lado cuando una idea medio loca se le pasó por la cabeza.
Sin previo aviso, volvió a acercarse a ella y puso una mano en su nuca. Sus rostros estaban peligrosamente cerca, y los ojos de Erik se clavaron con una intensidad anormal en los de Catherine. Un segundo más tarde, posó sus labios dulcemente sobre los de la chica durante lo que dura un suspiro. Como si nada hubiera pasado, volvió a sentarse de manera normal y corriente mientras se pasaba la lengua distraidamente por la boca.
-Um... ¿Y ahora? -preguntó con picardía, con una sonrisa inocente curvando las comisuras de sus labios y los ojos igualmente diciendo no-he-roto-nunca-un-plato.

por **Catherine O'Connor** Vie Jun 25, 2010 11:33 pm

Catherine estaba alucinando. Parecía que los reproches se los tomaba como algo bueno -al menos para hacer algo bueno-.En un par de segundos había cruzado la mesa, la había mirado y la había besado, por lo que Cath se quedó mirando a Erik con gesto ausente. No sabía como tomárselo, o era un buen síntoma, o solo lo había hecho para convencer a la pelirroja de que su compañía era mejor. El caso es que estaba totalmente confundida, pero a la vez en las nubes, pero no dejaría que él lo viera.-¿Y esto por...? ¿Intentas convencerme de que tu compañía es mejor?-Sonrió dulce y ampliamente-Porque si es así, ya estaba convencida de que prefería estar contigo-'No debí decir éso' Menuda metida de pata, intentaría arreglarlo.-Lindsey es demasiado estirada para mi gusto.-Le sonrió mientras se mordía el labio inferior -casi sin poder evitarlo-.

por **John A. Miller** Sáb Jun 26, 2010 12:04 am

A punto estuvo de arquear una ceja al ver que su beso no había causado, en apariencia, reacción alguna en Catherine, pero se contuvo. ¿Así se lo agradecía? ¿Poniendo cara de... Catherine? ¿Ni un simple rubor? ¿Ni una sonrisilla tontaina? ¿Nada? Pues se quedaría sin volver a probar sus labios de nuevo hasta que ella decidiera que valía la pena besarlo. Medio mosqueado como estaba pero sin dejar que se notara, se encogió de hombros y siguió con su cara de angelito.
-No, en realidad lo he hecho porque he querido -respondió, reparando en la sonrisa dulzona. Bueno, algo era algo, pero le había molestado que en un primer momento no hubiera hecho nada. Así que seguiría con su plan de no besarla hasta que pidiera clemencia-. Me alegro -comentó al escuchar lo de que prefería su compañía, sin hacer caso a lo de que era porque su amiga era muy pija. Que se aclarara, coño. O le gustaba estar con él o no, no había punto intermedio. Aunque sabía, claro está, que sólo se hacía la estrecha pero que en realidad lo adoraba.

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