Re: Estación Central - Kobenhavns Hovedbanegard [ZdR]

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 9:28 pm

Y como un día cualquiera alli que me encuentro yo, rodeada de gente que me empuja de un lado para otro hasta guiarme a la salida de la estación central de Copenhague. El mismo recorrido que hago todas las tarde al volver del trabajo y/o de la universidad, el mismo recorrido 365 días, el mismo recorrido durante cinco años... Ya debería hata de conocer a la gente que se sube en el mismo tren que yo. El único problema es que antes solía volver sentada en una incómoda butaca de un autobús más viejo que el meao' y que lo único que hacía era un tracatú infernal provocado por las ruidas desinfladas. No, en esta ciudad no gastan mucho dinero en los transportes públicos.

Cuando por fin logro salir del tumulto de gente que suele formarse a la salida de la estación en horas puntas como esta, me tropiezo con el pie de alguna persona y me veo obligada a apoyar las manos ante mi cara para no acabar deformada contra el suyo. Mierda ¿cada vez que paso por aqui me tiene que ocurrir algo malo? Avergonzaba levanto la cabeza con una mínima esperanza de que nadie me haya visto, o al menos no el mismo desconocido del otro día, ese que estaba tan (/). El caso, el caso, que me levanto del suelo y me sacudo las rodillas con un pequeño Ay de dolor.

por **Kate S. Eyre** Miér Jun 09, 2010 9:47 pm

Kate se encuentra aprisionada entre un fumador compulsivo que no deja de echarle humo en la cara y una señora, bastante rellenita, que no cesaba de hablar dirigiéndose a todo el tren en general, aunque realmente nadie le escuchaba. No hubiera sido realmente un problema para Kate que la señora hablara tanto si no estuviera justo enfrente de ella salpicándole la cara con su saliva mientras se quejaba sobre los precios de los trenes, que si estaban muy caros, que si no había derecho, que si era muy mayor como para estar allí de pie, etcétera. Cuando por fin el tren llegó a la parada en la que la señora molesta se bajó, Kate suspiró con resignanción y se apresuró a sentarse en un mohoso asiento que había quedado libre. Sacó un libro de su bolso y comenzó a leer, intentando olvidarse de todo lo que la rodeaba y deseando llegar a su destino cuanto antes.

Al llegar a la siguiente parada, decidió descansar un poco de su lectura y mirar un poco al exterior, ya que al salir de la estación anterior apareció ante ella un precioso campo repleto de flores y de algunos animales que parecían recién salidos de un reportaje del National Geographic. Estaba realmente arrepentida de haber tomado la decisión de ir en avión hasta Lyon y después ir de tren en tren hasta Copenhague, debía haber cogido el primer avión que hubiera visto, ya que tampoco le suponía problema económico alguno. Aunque lo cierto era que había escogido este medio de transporte para conocer un poco los exteriores de allí, pero por ahora el 90% de lo que había visto habían sido pasajeros de tren, y no paisaje alguno.

Hace un amago de sonreír al oír por los megáfonos del tren que ya habían llegado a su destino, y se apresuró rápidamente a salir, ya que no quería pasar allí ni un minuto más. Entre empujones y pisotones consiguió pisar tierra firme a los cinco minutos de levantarse de su asiento, se ve que el orden y la educación no reinaba mucho por aquellos lugares. En cuanto salió, vió como una chica caía al suelo, por culpa de la gran aglomeración de personas que allí se encontraba, y se acercó a ella con grandes zancadas, esperando que no le hubiera ocurrido nada.

-¿Estás bien? -le preguntó ofreciéndole una mano para que pudiera terminar de incorporarse, ahora que la pobre estaba sacudiéndose las rodillas. Se da cuenta que no es muy normal acercarse de esa forma a una chica desconocida, por lo que decide excusarse y presentarse a la vez, un poco avergonzada-. Bueno, yo me llamo Kate, y no he podido evitar venir a ayudarte cuando al salir del tren te he visto caer. ¿Podemos salir de aquí cuanto antes? Las aglomeraciones me agobian.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 10:12 pm

Me cachis, siempre tengo la misma mala suerte ¡la próxima vez me vuelvo a venir en autobús y me ahorro la aglomeración de gente maleducada y tonta que no sabe que hay que dejar salir antes de entrar! No, hace tiempo que había llegado a la conclusión de que en Copenhague no es que sean demasiado educados ni que respeten las normas generales de la sociedad. ¡Que es muy fácil por Dios, antes de entrar se deja salir! ¿Qué es peor, tener que esperar diez minutos a que pase de nuevo el tren o tener que buscarse las mañanas para llegar al otro lado de la ciudad andando porque el tren no pasa en la dirección que tú quieres? Ah bueno, ya pensaba yo.

Pero una chica -al parecer la única con dos dedos de frente- se acerca a mi y me tiende la mano en un intento de ayuda, pero yo he sido más lista y he logrado levantarme antes de ser aplastada contra el suelo por unos tacones afilados o unas botas de montañas, que aqui hay de toda variedad. Sonrio a la chica agradeciéndoselo y pensando que va a seguir su camino normal, pero no. Se presenta y me aconseja irnos del lugar, juntas. Frunzo el ceño levemente ¿y esas confianzas? Bah, da igual, al fin y al cabo tiene toda la razón.

- Beca Kana-Basinas, me presentoo con el apellido para que cuando muera asfixiada por esta cantidad de gente puedad avisar a mis padres de que quiero que me incineren y tiren al mar para ser un montón de cenizas libres -sonrio ante mi propia broma y empiezo a hacerme hueco entre la gente, mirando de vez en cuando hacia atrás para ver si la chica me sigue. Transpaso gordas, fofas, delgaduchos, tontos, feos, guapos -a los que aprovecho para tocarles el culin, ehé- hombre, mujeres, niños... Arg, por dios ¡cuanta gente!

por **Kate S. Eyre** Miér Jun 09, 2010 10:35 pm

La chica le frunce el ceño cuando Kate le ofrece irse de allí, y suspira, no se explica como no se lo esperaba. La educación no debe estar muy en alza por aquí, por lo que observa en la chica. Parece incómoda por su presencia, por lo que Kate se apresura a irse, pero la chica se presenta, así que se para en seco, para no quedar ella misma como una maleducada. Dice que se llama Beca, nombre que no ha escuchado jamás y que, por lo tanto, le parece realmente extraño. Sigue a la chica intentando no perderla de vista, ya que en caso contrario le sería imposible volver a encontrarla, aunque duda que a Beca le importe mucho, tal y como se muestra con ella. Para una vez que intenta abrirse un poco al llegar a un lugar y le toca encontrarse con una maleducada a la primera, menuda suerte. El gesto es algo que pasaría de desapercibido para muchas otras personas, pero a ella le hará no confiar en nadie ni acercarse a desconocidos en Copenhague en un largo tiempo... Quizás nunca más, quién sabe.

Tras muchos empujones y pisotones más, y algún que otro culazo, consiguen dejar atrás la parte de la estación en la que se encuentran todas las vías de los trenes y por fin llegan a la entrada de esta, que está mucho más despejada que el lugar de donde vienen. Se para en seco y mira a la chica, sin saber muy bien qué hacer, si seguir caminando hacia el infinito o qué. Se sacude un poco la ropa, ya que entre tanta gente estaba más arrugada que un Shar Pey.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 10:54 pm

Tras muchas personas mi cuerpo acaba fuera de todo el tumulto. Creo que entre el sudor y el aplastamiento al que me he visto sometida he perdido al menos tres centímetros de grosor y un par de kilos, voy a tener que venir más a menudo a la estación para quedarme echa toda un fideo, más aún. Apoyo la mano en la pared para poder descansar, no sé porqué pero hoy está todo más concurrido, será porque es sábado por la noche y toda la gente de los pueblos llega a la ciudad para divertirse, claro.

Después de un par de segundos cogiendo el aire suficiente como para poder hablar me doy cuenta de que es una tonteria ya que la chica no parece decir nada. Sí, se ha presentado como Kate y yo he accedido a salir de aquel lugar con ella tra hablar por lo que ahora le toca a ella hacer, aunque sea, una exclamación o un comentario sobre lo aburrido del lugar o lo agobiante. Algo, lo que sea para que no quede como mal educada. Bueno bueno, no nos pasemos Beca que eso no es nad,a simplemente es una persona que no mantiene tus cánones de conversación 'Ahora tú, ahora yo, ahora tú, ahora yo'. Con el ceño fruncido pro la confusión vuelvo a mirar a la chica ¿qué le digo?

- Ehm... ¿Hacia dónde vas? -como ya he mencionado varias veces no soy una persona con muchos temas de conversación, no tengo ninguno y otros los corto son mis comentarios cerrados para ser más exacta, y al parecer me ha tocado encontrarme con una chica de mi mismo caracter, poco habladora. Esbozo una sonrisa ante ella, una sonrisa de comprensión.

por **Kate S. Eyre** Miér Jun 09, 2010 11:07 pm

Beca se apoya en la pared, y Kate opta por no hacer lo mismo, ya que ni cree que a la chica le agradara ese exceso de confianza y ni siquiera a ella misma le gustaría. Deja la pequeña maleta de ruedas de pie en el suelo, soltándola y descasando un poco los brazos, ya que parecía llevar piedras allí dentro, ¿en qué pensaría al hacer la maleta? Se abraza las caderas, incómoda, supone que no debería haberse acercado a la chica, no la conocía ni nada... No estaba siguiendo sus métodos de conducta habituales, cosa que la exasperaba por momentos. En esos pensamientos estaba cuando Beca los interrumpe preguntándole sobre su dirección, y le mira de forma afable, pero no le devuelve la sonrisa, cosa que no suele hacer excepto con personas con las que comparte una gran afinidad y/o afecto.

-Lo cierto es que no lo sé muy bien. He terminado las clases hace apenas una semana, y decidí darme algún que otro viaje por Europa, ya que solo había conocido algunas regiones de Francia, Suiza y Alemania. Aunque por como empieza mi travesía por Copenhague, no parece que éste lugar me vaya a gustar mucho... ¿Y tú, eres de aquí o también vienes de vacaciones o por trabajo? -dice observando que la chica parecía ser algo mayor que ella, quizás un par de años, o incluso tres. No, no aparenta más de diecinueve, y no será ella tan indiscreta como para preguntarle.

por **Beca I. Kana-Basinas** Miér Jun 09, 2010 11:28 pm

Escucho atenta la historia de la chica, de la cuál ya no recuerda el nombre, ignorando el hecho de que no me ha devuelto la sonrisa. Bah, mejor no le tomo importancia ni le tomo nada, ante una desconocida esas cosas se ignoran... Aunque por educación tú finges corresponderle la sonrisa ¿no? Bueno, da igual, no todo el mundo tiene que tener la misma opinión que yo de lo que es reglas mínimas de sociedad.

- ¿Vienes de vacaciones a Copenhague? -enarco una ceja extrañada. Sí, de acuerdo, una se puede ir de vacaciones a dónde más le apetezca ya l sitio que más le llame la atención y se pueda permitir ¿pero a esta ciudad? Si está llena de mafias y malos callejones donde pueden violarte y/o raptarte, eso es más que conocido. Parpadea confundida y ladea levemente la cabeza, finjándose en la cacho maleta que la rubia lleva consigo- No es una mala ciudad, tiene cosas muy interesantes y las personas suelen ser muy... atrevidas, o al menos las que yo he podido ver y conocido lo son, llevo unicamente cinco años aqui y tampoco te creas que me he recorrido Copenhague entera, de mi casa al trabajo, a la universidad y a la estación central para vovlver de nuevo -le explico encogiendo los hombros la pura realidad de mis grandiooosos conocimientos de la ciudad en la que vivo. Es patético ¿a que si? Pues me da igual, yo tengo una vida demasiado ajetreada como para ponerme a hacer turismo. Pero todavia tengo una duda que puede que sea demasiado personal, pero nunca se me ha dado bien callarme- ¿Aún no sabes dónde vas a dormir, en serio?

por **Kate S. Eyre** Miér Jun 09, 2010 11:42 pm

Al no ver ningún lugar donde puedan sentarse, tales como asientos de espera o algo así, que estuvieran libres, decide sentarse sobre su maleta, total, no llevaba nada de excesivo valor allí dentro. Se cruza de piernas y escucha lo que dice Beca con atención, mientras coloca ambas manos sobre la rodilla derecha, entrelazando los dedos. Le mira un poco extrañada, no parece muy cómoda allí, con ella, por lo que se sigue preguntando si ha hecho bien en seguir hablando con ella. Está acostumbrada a la soledad, es más, la suele preferir a la compañía, pero le pareció de mala educación ayudarle a levantarse del suelo e irse así como así. En fin, a estas alturas, ya da igual.

- No a Copenhague en particular. He pasado algunos días en Lyon, y elegí este destino como podría haber elegido cualquier otro. ¿Nunca has escuchado lo de dar vueltas a una bola del mundo y poner el dedo sobre ella sin saber dónde te va a tocar? Una vez me tocó hacer un crucero por el pacífico -le comenta mientras recuerda aquellos días en los que podía ir donde quisiera, sin responsabilidades ni nada por el estilo. Ahora solo podía hacerlo en vacaciones-. Pues... no, la verdad. Supongo que buscaré algún hotel a última hora, o algo así, como cualquier otro visitante del lugar, ¿no? -le dice enarcando una ceja, no se explica por qué se extraña de ello.

por **Beca I. Kana-Basinas** Jue Jun 10, 2010 6:04 pm

Algo sorprendida escuccha el relato de la chica, sin recordar aún cuál había mencionado que era su nombre. Un momento, un momento, de acuerdo que fuera muy guapa y tuviera tal estilazo que hasta quizás era modelo de alta costura -que ella en estas cosas no está nada metida- pero ¿coger una bola del punto y viajar hasta dónde apunte tu dedo? Venga ya, ni en los mejores sueños de príncipe Alí.

- ¿Y nunca te has encontrado con un destino que no te gustara? -pregunto ladeando la cabeza con una mirada llena de curiosidad. Sí, a mi me encantan las historias fantásticas y grandiosas en las que la princesa encuentra un principe pobre y desvalido que la salva de su personalidad abrumadora y altanera, las amo tanto a ella como a él, pero sé que si esa chica llegara a existir una chica de ese modo la odiaría más que a nada. ¿Porqué te tienes que pegar tú mil viajes cuando cada treinta seundos muere un niño en África por culpa de la malaria? No soy una hippie preocupada por el mundo ni por el medio ambiente pero tampoco una ignorante de la vida. Aunque mejor no se lo demuestro a la chica y, en vez de sonreir como haría normalmente frente a alguien recién conocido, espero una contestación con un gesto desenfadado y curioso.

- Nunca me he dado ese placer de viajar hasta un lugar extraño y desconocido sin precisar antes los lugares en los que, mínimo, voy a dormir, pero supongo que entre las personas de mi edad ahora es algo común -con aire interrogante me encojo de hombros, no llego a comprender como alguien puede hacer eso y no morir de miedo en el tren. Te pueden robar el dinero y quedarte en el lugar, robarte el móvil y más de lo mismo, la maleta ¡cualqueir cosa! Ya tienes que ser muy valiene... y muy tonta- Digo yo que es lo que harán todos los turistas, cuando yo llegué aqui ya teníamos la casa comprada, aunque yo lo vea raro. Por alli creo que hay un hotelucho. Da pena pero si no encuentras nada es barato y más cómodo que un banco en la plaza del ayuntamiento. si no te molesta la pregunta ¿de dónde vienes?

por **Kate S. Eyre** Jue Jun 10, 2010 9:55 pm

La mira de forma extraña, ya que Beca parecía no ser de su clase social, y por ello y su comportamiento curioso Kate deduce que quizá no debería de hablar de aquellos temas con ellas, podría pensar que alardeaba de ello o algo por el estilo. Nada más lejos de la realidad pues, otro cosa no, pero el dinero le importaba más bien poco, se las había podido arreglar varias veces sin él. Aunque también claro estaba que siempre es bienvenido, aunque no crucial. Escucha con atención todo lo que Beca dice, intentando recordar todas sus preguntas para responderlas de forma correcta más tarde. Asiente cuando formula la primera, y se prepara para contestarle, tomando aire.

- La verdad es que sí, pero supongo que ese es el encanto de viajar a cualquier lugar, ¿no? Puedes acabar en el edén o en los suburbios de una ciudad demacrada. Aunque tampoco creas que viajo así todos los días, no suelo habitualmente, sólo cuando tengo algún motivo que celebrar, teniendo en cuenta que soy menor de edad -mira a la chica de forma amable, no sonriendo pero sí dando a entender que está a gusto manteniendo una conversación con ella. Se dispone a responder a su última pregunta-. Soy estadounidense, más concretamente, californiana, aunque vivo en Nueva York. Aunque, indudablemente, no es el mejor sitio para vivir. Mucho estrés acumulado y mucha obesidad, no te lo aconsejo -dice recordando su tierra natal, mientras hace un mohín. Al contrario que la gran mayoría de los estadounidenses, ella no defiende América sobre todas las cosas si sabe que no es un buen lugar para lo que sea. Aunque está claro que también posee muchísimas ventajas-. ¿Y tú, Beca, de dónde eres? Si no es indiscreción, por supuesto.

por **Leizel S. Valentine** Vie Jun 11, 2010 3:16 pm

Leizel despierta tirada en un banco tras haber pasado varias noches por allí tirada, como si fuera una cutre indigente. Estaba sucia, tenía hambre y sed y aún no había podido recuperar su bolso y sus pertenencias. Además, le dolía la espalda como si le hubieran andado encima de ella, de dormir en aquel banco en el que casi se colaba por las rejillas. Intentó estirarse, pero también le dolían los miembros. Sí, era una quejica y una delicada, pero ella no estaba acostumbrada a ése tipo de cosas. Suspiró y volvió a cerrar los ojos, esperanzada de poder volver a dormirse otra vez, pero el gentío que se había instalado en la estación y el ruido que producían no era favorable para un pequeño sueño.

Se incorporó y miró a su alrededor. La gente pasaba, inmersa en sus asuntos, hablando por teléfono, estresados por perder el tren o pensando en qué harían en los próximos días. Al ver a tanta persona reunida, Leizel no pudo evitar preguntarse si alguien habría encontrado ya su bolso, si estarían haciendo un uso indebido de él o algo por el estilo. El simple hecho de imaginar a algún desgraciado haciendo jugarretas con su precioso bolso de diseño hacía que se le llenaran los ojos de lágrimas. Ella sólo quería volver a casa, y todos los factores parecían indicar que no podría hacer realidad su deseo hasta que pasara mucho tiempo. Ni siquiera podía avisar en casa de que la habían robado, por si hacían algún cargo excesivo en la tarjeta.

Leizel se retiró con la yema de los dedos -con cuidado para no difuminarse el maquillaje- una pequeña lágrima de cocodrilo que había empezado a brotar de ellos. Ya empezaba a estar cansada de estar allí y no había hecho más que llegar. Ahora se preguntaba qué iba a ser de ella, adónde tendría que ir y, sobre todo, un sitio donde poder comprarse algo de comer. Su estómago gruñía y pedía algo para digerir. Leizel sólo llevaba encima un paquete de galletas rancias que le habían servido para saciar su hambre la noche anterior. Debía administrárselas bien, pues no sabía el tiempo que iba a permanecer así. Y las perspectivas no eran precisamente como para animarse.

Así que así era la vida de las clases bajas. Bueno, visto desde aquella manera, lo que contaban los medios tampoco era una exageración. Se incorporó del todo hasta quedar sentada en el banco y sacó el paquete de galletas de su maleta azul. Había prometido administrárselas bien, comer sólo cuando lo necesitara, y aquel era un momento crítico. Destapó la lata con las pocas fuerzas que le quedaban -y que siempre había tenido-, y sacó una deliciosa galleta que se llevó a la boca en cuestión de segundos. Tras deglutirla lentamente, cerró la lata con fuerza y volvió a meterla en la maleta. Y se quedó mirando a la nada. ¿Y ahora, qué? De momento, lo único que deseaba era salir de aquella cutre estación. Frunció el ceño y se puso de pie, a pesar de que sus entumecidos miembros apenas se lo permitieron. Agarró las asas de sus maletas y empezó a caminar hasta salir de allí, sin poder evitar soltar algún estornudo que otro. Dormir a la interperie no es bueno.

por **Beca I. Kana-Basinas** Vie Jun 11, 2010 3:27 pm

Algo más cómoda con la conversación apoyo toda la espalda contra la pared, sólo me falta un asiento y una cerveza bien fresquita y alli que me quedo todo el día. Porque aunque resulte extraños se está bastante cómoda en la salida de la estación, no hay gente acumulada que te orpima los pulmones y la brisa del verano poco a poco se hace más notable. Aunque nunca se sabe, este cambio climático puede hacer que nos muramos de calor un lunes y que el martes a las cinco de la madrugada esté toda la ciudad nevada. Vuelvo a mirar a la chica con mi habitual sonrisa, radiante y feliz. Algunos pueden tacharme de ilusa e incluso otros de loca mental, pero yo no tengo problemas para estar triste y si al resto de las persona les molesta que me ria... ¡Fuck you, envious!

- ¿Eres menor de edad? Mentira, no me lo creo, aparentas 22 ó 23, mínimo. Oh vamos, si mides uno setenta y pico seguro y tienes hasta los rasgos más femeninos y marcados que yo, que tengo 21 -mi tono de sorpresa de hace claramente notable, no puedo creer que la visitante no llegue a los dieciocho años ¡si tiene un pelo rubio típico de las modelos veinteañeras que salen en televisión por ir con litros de alcohol metidos en vena y conducir a más de doscientos kilómetros por hora! Mientras espero impaciente la respuesta de la pregunta que acabo de realizar -la curiosidad me puede- me dispongo a contestar al segundo comentario. Me encojo de hombros para demostrarle que la pregunta no me incomoda, la chica parece de fiar y a mi me hace gracia que la gente se percate del pequeño acento que sigue vivo en mi- Llegué hace cinco años a Copenhague ¿tanto se me nota que no soy de alli? Vengo de un pequeño pueblo de Grecia, te diría el nombre porque como eres tan viajanta a lo mejor lo conoces, pero no creo que me entendieras hablando en mi idioma ¿hablas griego? -rio entredientes, volver a pronunciar algo en mi idioma natural no me resulta dificil, pero no creo que la chica lo entendiera ni aunque se lo escribiera ¿pasar de un inglés americano a un griego? Sí claro, y Lady Gaga no es cantosa.

Perdone uhted por la mierda de post, lo he hecho corriendo para no hacerte esperar más que ayer se me olvidó responder ._.

por **Kate S. Eyre** Vie Jun 11, 2010 3:45 pm

Sus dedos tamborilean un poco sobre su maleta azul, que parecía aguantar bien su peso, sin ceder ni arrugarse siquiera un poco. Mientras hace ésto, se da cuenta de que la pintura de las uñas ha cedido y que gran parte de ellas ya carece de color. Hace un mohín, lo cierto es que se las había pintado hace escasamente unas horas, de color rojo intenso. Pero qué más da, total, ya volverá a pintárselas cuando llegue a algún hotel donde instalarse. Escucha a la incrédula Beca y no puede evitar reirse cuando ésta da por imposible que Kate sea menor de edad. ¿Tan mayor parece? La chica dice algo sobre la altura y los rasgos, cosa que le hace seguir riéndose, divertida. La verdad es que nunca le habían dicho nada así, ya que solía parecer muy tranquila y seria al pasarse la mayor parte del día meditando o leyendo.

- Pues... Sí, soy menor de edad, sólo tengo diecisiete años. Como supongo que sabrás, en mi país la mayoría de edad se alcanza al cumplir los veintiún años, al contrario que aquí, que creo recordar que se sobrepasa al cumplir solo los dieciocho años. Algo temprano a mi parecer -comenta mientras muestra su opinión sobre el tema ante la chica, duda mucho que ningún adolescente sea capaz de cuidar de sí mismo a los dieciocho años... Menuda fauna debía pulular por allí-. La altura no es más que una cuestión genética, al igual que los rasgos faciales, sobre los cuales tampoco comparto tu opinión -escucha su última pregunta, y niega con la cabeza, asombrada-. Pues no, no sé hablar griego, tampoco he ido nunca a Grecia, la verdad. Supongo que se te nota por el acento, no lo sé, pero eso no es malo. Si yo hablara algún idioma desconocido, estoy segura que soltaría algunas paridas en americano -dice rodando un poco los ojos, ya que espera no tener un acento muy marcado... No le gustaría pegar el cantazo tanto como lo hacen los tejanos.

No te preocupes, que para post malos, los míos van en cabeza :braq:

por **Beca I. Kana-Basinas** Vie Jun 11, 2010 4:04 pm

Escucho atenta lo que dice la chica con respecto a su país, conocer nuevas culturas siempre me ha resultado interesante ya que llegan a ser totalmente diferentes tanto las personas como las constumbres. Una vez escuché que en ¿Irak? Bueno, no recuerdo en qué país, el eructar después de comer era símbolo de buena educación, lo extraño era no hacerlo. Arg, constumbres nuevas pero ajquerosas, lo siento mucho por ellos... Frunzo el ceño ¿en su país se cumple la mayoría de edad a los veintiún? Pues no, eso no lo sabia yo, pensaba que en todos los países del mundo los jóvenes se podian independizar a los dieciocho.

- Pues que tarde ¿no? No me imagino estar tanto tiempo pegada a mis padres por obligación, resultaría tan agobiante ¿no es suficiente aguantarlos todos los días como para tener que hac... -pero de repente algo empieza a vibrar en mi bolsillo, el móvil. Miro el reloj intintivamente al recordar que debía llegar a casa antes de hora ¡mierda, llego tarde! Me incoporo recolocándome el pesado bolso y le dirigo una sonrisa a la chica- Un placer conocerte ¿Kate? Pero debo irme, me reclaman por tierras paternas para que vaya al supermercado. Si necesitas algo puedes llamarme, te ayudaré encantada -y salgo corriendo dirección como si la vida me fuera en ello. Sí sí, me he ofrecido a ser la chica de ayuda de toda nueva persona, pero no le he dado el móvil. Yo siempre tan despitada, coroño.

por **Kate S. Eyre** Vie Jun 11, 2010 4:22 pm

Escucha la respuesta de Beca con atención, quizás en Europa y en el resto de países dónde se era adulto antes de los veintiuno se madurara antes, aunque lo duda con creces. Si allí con veintiún años ya están desfasando, no quiere imaginar cómo será la juventud dónde se les permite beber a los veintiuno, tener armas a los veintiuno, fumar a los veintiuno... Su esperanza de vida debía ser claramente casi inexistente. Si por ella fuera, la edad mundial para ser considerado un adulto sería la misma que existe en su país. A ella le iba bastante bien con sus diecisiete años, no cree que sea una gran desgracia esperar tres años más para ser independiente, no es necesario vivir en soledad y dejar a la familia a edad tan temprana. Aunque si allí, en Copenhague, no había visto aún ninguna desgracia ni había divisado a ningún desgraciado, será porque no es tan mala idea.

- Bueno, si como dices aún vives con tus padres siendo adulta desde hace tres años, será que no se vive tan mal con ellos, ¿no? -dice sin poder imaginarse su vida sin sus padres. ¿Qué haría ella? Su asesoramiento y consejos le resultan prácticamente una bendición, sobre todo los de su madre, por mucho que discuta con ellos de cuando en cuando. Del roce nace el cariño, y puede también que a la inversa funcione, al menos en su caso. En aquellos pensamientos estaba cuando, de repente, el teléfono de la chica vibra y ésta se ve obligada a ir al ¿supermercado? Vaya, no creía que fuera tan dependiente de sus padres como para que tuviera que ir a hacer ella la compra por obligación. En fin. Se apresura a despedirse de ella mientras también se incorporaba a su vez-. No te preocupes, ya nos veremos. -e iba a seguir hablando cuando ésta sale, prácticamente, corriendo como una loca, y sin acordarse de darle su número de teléfono. Supone que, de aquel modo, jamás se volverá a cruzar con ella, aunque no cree que vaya a influir mucho en su humor. Se termina de incorporar, alisándose un poco la ropa, y coge su maleta de forma ágil y sale de la estación, buscando algún hotel donde instalarse.

por **Master II** Vie Ene 07, 2011 10:40 pm

ROLES ANTIGUOS

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