Estación Central - Kobenhavns Hovedbanegard [ZdR]

por **Master** Vie Mayo 07, 2010 10:11 pm

Spoiler:

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La estación central de Copenhague es en danés Københavns Hovedbanegård, abreviado Københavns H. Es la estación más grande del país, y se encuentra a 10 minutos a pie del centro. Es el punto de intercambio no solamente para las líneas nacionales pero también para la mayoría de los trenes de cercanía. El sistema de tarificación es un poco complicado, y acudir a una gran estación te permitirá conseguir toda la ayuda necesaria para comprar el billete justo. La estación tiene trenes Intercity que conectan con Suecia y la ciudad de Malmo, también con Alemania. Hay algunas tiendas y lugares para comer. La primera estación fue construida a mediados del siglo XIX, fuera de las murallas de la ciudad. No me pareció tan llena de gente para ser la más transitada de la capital. Los trenes regionales tienen internet a bordo y son muy cómodos. Está dentro de la misma zona que Alemania para el Eurorail.

por **Kyle S. Zeelth** Jue Jun 03, 2010 8:30 pm

Y ahí estaba, a las ocho y media de la tarde y cercionándose de que el último cargamente de heroína llegaba en perfectas condiciones. Desde hacía meses que camuflaban la droga entre varios señuelos que la llevaban de conrabando desde Rusia a Copenhague por medio del tren y, hasta el momento, la cosa funcionaba. Y él era el encargado de que la gente que tenía que recogerla estuviera en sus posiciones y que nada saliera él. No por nada era uno de los más importantes del mundillo en esa ciudad y con tan sólo 21 años.
Y todo marchó a la perfección, la droga fue dada y recibida en correcto orden y ya cada uno podía irse por donde había venido, para más tarde llevarla a su almacén y repartirse las ganancias y nuevas mercancías.

Como acostumbraba hacer cada vez que le tocaba este tipo de ronda, salió a fuera de la estación, donde infinitud de taxis, coches y atobuses, además de viandantes, iban y venían con rapidez. Se apoyó contra la pared donde se encontraba la puerta principal y, con desesperante parsimonia, sacó un cigarro y lo prendió, después de habérselo llevado a la boca.

por **Beca I. Kana-Basinas** Jue Jun 03, 2010 10:36 pm

Con lo que parecer ser el bolso de Mary Poppins a cuestas, por el hecho de que lleva dentro más cosas de las que te puedas imaginar, bajo del tren de cercanías que aquella chica me había aconsejado coger después de salir del trabajo. Cinco años viajando diariamente en autobús durante un trayecto de casi hora y media cuando puedo montarme el un trenecillo que me deja justo a pocos metros de mi casa. Desde luego mi inteligencia supera límites.

Camino hasta la puerta de la estación sin fijarme demasiado en como la gente choca contra mi. Vamos, que me violan y yo ni me entero, estoy demasiado cansada para fijarme y me pesa demasiado el bolso como para estar pendiente de otra cosa que no sea el hecho de que de un momento a otro pueden romperse las costuras y dejar caer todo lo que llevo dentro al suelo. Sería una verdadera catástrofe. Recolocándome las gafas de sol en la cabeza para sostener el pelo acabo apoyada contra una pared esperando a que aparezca por ahi alguno de los múltiples taxis que suelen rondar el lugar. Me niego a irme con este peso hasta mi casa, esté lo cerca que esté.

por **Kyle S. Zeelth** Jue Jun 03, 2010 10:54 pm

Saboreando cada larga calada que le daba a aquel trozo de papel que envolvía su preciado vicio, se dedicó a observar el ir y venir de los transeuntes y de los vehículos, como si fuera el más entretenido programa. En verdad en vez de tanta banalidad debería de irse yendo al almacén; los idiotas que estaban bajo su cargo no sabían hacer nada a derechas sin él. Hizo caer la poca ceniza que pendía del final del pitillo y su mirada se posó esta vez en una morena que iba hacia la pared en donde estaba él con un bolso que parecía ser incluso más grande que ella. Así, a primera vista le prestó en un momento la más mínima atención, pero una vez la chica a su lado, sus ojos se dieron el lujo de recorrerla de arriba a abajo. Una morena normal y corriente, pero parecía tener un aura de candidad e inocencia que pedía a gritos ser perdida.

Lanzó el cigarro a medio terminar al asfalto de la acera, pisoteándolo con la suela de uno de sus zapatos y sonriendo lobunamente. Con una buena ya en mente, se dirigió a paso seguro a la muchacha, con aire descuidado y despreocupado. Conforme se acercaba a ella, se echaba más hacia el lado en donde ella estaba apoyada, hasta que, a menos de un metro de ella, chocó contra el costado del cuerpo más menudo, empujándola suavemente hacia uno de los lados, haciendo ver que había sido u accidente.

-Oh..Lo siento, ¿estás bien? -preguntó, como todo un hombrecito educado.

por **Beca I. Kana-Basinas** Jue Jun 03, 2010 11:08 pm

Rebusco por el gran bolso como si de un cofre del tesoro se tratase. Y para qué menos, creo que me he dejado la cartera en la panadería y sin ella me voy a ver obligada a llegar hasta casa en el coche de San Fernando, un rato a pie y otro andando. Por supuesto que esto incrementaría un dolor excesivo en la zona muscular de hombros y cuello, lo que conllevaría, quizás, un semana de baja y por lo tanto una semana de descanso. A lo mejor caminar no es tan malo como parece.

- Ugh -emito un pequeño quejido de sorpresa cuando un pequeño golpe en el costado me saca de mis pensamientos sobre la futura buena vida ¿Es que la gente no sabe caminar sin pegarse a la pared? Desde luego es incomprensible, los que esperamos nos apartamos para dejarles paso y ellos hacen todo lo posible por molestarlos, increíble. Lo que también es increible es que, al despitarme y dejar de ejercer fuerza sobre las asas de mi bolso, éstas han resbalado por mis hombros hasta abrirse y ¡voilá! Carpetas, CDs, boligrafos, móvil, folios escritos por delante y por detrás... resumiendo, todos mis utensilios tanto de estudio como de trabajo aterrizan en el suelo con un golpe sordo. Madre mia como se haya roto algo, me suicido. Fulmino momentánemente al tonto que no ha sabido caminar en su dirección acompañado de un ' Estoy perfectamente ¿no lo ves? ', pero sólo momentáneamente, porque antes de que yo misma me dé cuenta estoy agachándome para comprobar el buen estado del móvil. Sin este aparato no sobrevivo ¿cómo me enteraria de las neuvas noticias y de los trabajos los días que falto a clase? El ordenador brilla por su ausencia en mi vida.

por **Kyle S. Zeelth** Jue Jun 03, 2010 11:20 pm

Y lo que fue buscando, lo consiguió. El pesado bolso, que colgaba peligrosamente por una única asa sobre el delicado hombro de la morena, cayó al suelo con un golpe sordo, esparciendo todo lo que contenía por la acera, alrededor de ambos. Galantemente y haciendo caso omiso a la impertinente contestación que salió de los pequeños bonitos labios de la joven, se agachó hasta quedar de cunclillas y fue recogiendo, objeto por objeto todo lo espacido por el suelo, para depositarlo uno a uno en el enorme bolso. Cuando terminó su "buena acción", se levantó del mismo modo que antes y se lo tendió a la muchacha, con su mejor sonrisa de conquistador nato.

-Ey, lo siento, andaba con prisas y no vi por donde andaba .-se disculpó haciendo ver que estaba arrepentido. A veces con esa táctica, las chicas caían a sus pies en cuestión de décimas de segundos. Mantuvo la sonrisa aunque la chica pasara de él en un primer momento, no pensaba dejar que la cosa se quedara así, hacía tiempo que no se llevaba a nadie consigo para pasar un buen rato y ella se había convertido en su nueva presa. Quizás era hora de buscar nuevos y más interesantes retos.

por **Beca I. Kana-Basinas** Jue Jun 03, 2010 11:34 pm

Mierda, el móvil se ha apagado por culpa del golpe. Prometo que como no encienda o el golpe haya ocasionado algún problema defectuoso en él buscaré hasta la saciedad al muchado que tengo delante, por mis manos tan preciadas que lo hago. Presiono el boton rojo que se encuentra en la parte superior del teléfono mientras rezo interiormente por el buen estado de éste. Venga, pequeño, ánimo, enciende ¡enciende! Exacto, funciona. Bien, te has librado persona desconocida, no sabes lo fatal que puede llegar a ser mi furia. Tras meter el pin y toda la parafernalia correspondiente -como el típico sonido que transpasa los oidos- levanto la vista, para ver que todas las cosas que se encontraban esparcidas a mi alrededor ya no están. ¡Un ladrón, un ladrón! Ah no, que el despistado las ha metido todas en el bolso y hasta me ofrece la mano para levantarme. Acepto su mano aún con cierto rintintín y un gesto de desconfianza acompañandome.

- Pues cómprate una gafs -murmuro para mi misma, sin percatarme de que quizás lo haya dicho demasiado alto. Como buena artista que soy tengo mis momentos de despiste y reflexión con una misma en la que no te das cuenta de las personas que tienes a tu alrededor ni de lo que pueden llegar a escuchar. Eso justamente es lo que me ha pasado antes, y ahora- Tranquilo, me suele pasar a mi muchas veces. Aunque si no llego a estar yo en medio te tragas la pared, trozo de hormigón a trozo de hormigón -porque el chico iba directamente a chocarse contra el muro que se encuentra a mi espalda. Mi buena acción del día hecha. Espera ¿la buena acción no había sido cubrir a mi compañera? Bah, mañana libro de buenas acciones. El caso, que aunque las palabras en sí sean simpáticas y mi habitual sonrisa casi radiante esté plasmada en mi cara, el tono llega a ser burlón. Y como no espero que se pare a darme conversación ni a besarme los pies ni siquiera me presento. Total ¿qué persona en su sano juicio diria su nombre a un desconocido que por simple casualidad acaba de chocarse con ella? Él seguiría andando y yo esperando el taxi, como hacemos todos los transeuntes normales.

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 04, 2010 3:43 pm

Se quedó con el bolso entre las manos, mirando suspicazmente a la morena y golpeteando el suelo con uno de sus pies. Eo, que estaba allí y no había cosa más que detestara que la gente pasara de él y encima, que fuera por un puñetero móvil. Carraspeó para hacerse notar, aunque finalmente la chica aceptó su ayuda para levantarse y además, cogió al final el maldito bolso. Eso de hacerse el caballeroso para conseguir un polvo le estaba cansando ya. Y la frasecita de la muchacha ya fue la guinda que coronó el pastel.

-Me las compraría, pero estropearían mi atractivo físico .-sonrió con socarronería. Se cruzó de brazos de brazos, dejándola hablar y tan sólo asintió un par de veces, para dejarle ver que le prestaba algo de atención.-Te daría las gracias...pero mejor me las guardo .-no agradecía nunca a nadie y menos cuando no había hecho ella realmente nada para agradecer, él lo había hecho aposta para ligársela y ya.
Quizás pudo sonar borde, idiota, pero así era él y desde pequeño que no había cambiado. Se la quedó mirando fijamente durante unos largos segundos y al final sonrió de forma picaresca.

-¿Y cómo te llamas, morena?

por **Beca I. Kana-Basinas** Vie Jun 04, 2010 4:19 pm

Frunzo leve y momenmente el ceño al escuchar los comentarios del muchacho que me había ayudado a recoger las cosas del bolso, que aunque él había provoca el accidente yo sabía aceptar cuando una persona había hecho un buen gesto y cuando no. Otros hubieran hasta pisado mis pertenencias en vez de pararse. Vaya, ya me ha tocado con chulo playa que ni siquiera da las gracias, y para colmo alega que es mejor guardárselas para sí mismo.

- En la actualidad el hecho de llevar lentes de visión, o sea gafas, no representa destractivo físico como en la antiguedad, todo lo contrario. Un chico que las lleve puede llegar a estar incluso más cautivador que uno que lleve la cara despejada, da una ire inteligente que gusta a muchas chicas -comento tranquila. Soy de esas chicas que tienen gustos raros, imaginación a rebosar y respuestas simpáticas hasta para Hannibal el canibal. Aunque tampoco pienso perder toda la tarde ni besar sus pies por la ayuda que me ha brindado, que el tono del chico no es lo que se dice amigable, para aguantar futuros comentarios ácidos sobre lo genial que le quedan las gafas de sol a las tres de la mañana me voy a una discoteca de canis con música bachatera. Pero al escuchar que me pregunta el nombre me veo obligada a girar la cabeza hacia el lugar en el que se encuentra situado, o sea, a mi lado.

- Beca -respondo con simpleza, parpadeando mientras mantengo la mirada fija en él. Mi nombre no es muy largo y tampoco da juego para formar una gran presentación, es lo que hay. ¿Y porqué me llama morena? Arg, odio a los chulillos a los que les da por apodar a la gente por su color de piel o de pelo, depende de si estás buena o simplemente quieren pasar el rato. Pero como no soy una persona desagradable, esbozo una sonrisa ladeada tras decir el nombre con el que me bautizaron mis padres- ¿Y tu nombre cuál es, ehm... persona con el pelo? -como ya he dicho, me niego a llamar a alguien por un apodo tan terriblemente cutre como son los que he mencionado anteriormente. Ladeo la cabeza ún sin despegar la vista de él, tenia que preguntar algo y se me ha olvidado... ¡ah ya, mi futuro depende de ello! Agrando la sonrisa, haciéndola más inocente aún de lo que ya parece- ¿No tendrás que coger un taxi, por casualidad?

por **Kyle S. Zeelth** Vie Jun 04, 2010 6:50 pm

Como si la cosa no fuera con él, hizo un aspaviento con la mano, restándole importancia al asunto. Que no le echara la charla sobre la belleza y que tal, que a él no le importaba. Él estaba muy contento consigo mismo y le daban igual los demás. Una vez libre de las pertenencias de la morena, se apoyó contra la pared, al lado de la muchacha y teniendo una visión de ella de más de cerca. Sí, tenía buen ojo, era guapilla y con carácter. En pocas palabras; una fiera en la cama.

¿Acaso la chica estaba dando a entender que a ella le ponían los gafotas? Uuhh, quizás le podría cumplir esa fantasía en un momento de la noche, a él le gustaba innovar. Por segunda vez en lo que estaba en la estación, sacó otro cigarro y lo prendió una vez colocado en sus labios, aspirando profundamente y después soltando una bocanada de humo formando una perfecta "o".
¿Con qué Beca, eh? Nombre curioso, en verdad que sí.

Una ceja se alzó en su inmaculado rostro ante el apodo impuesto por la morena. Irónica o no, podría haberse buscado uno más ingenioso, que pensar no era tan malo. ¿Pero, persona con pelo? Eso no tenía ni gracia ni nada.

-Kyle, Kyle Zeelth .-saborenó su propio nombre, cada vez que lo pronunciaba delante de un desconocido, se enorgullecía de él. Sus ojos se movieron rápidos hasta el rostro de ella, con una sonrisa que no presagiaba nada bueno. ¿Necesitaba ayuda? Pues él cobraba los favores con creces.-Tengo mi propio coche, no dependo de taxis, monada.

por **Beca I. Kana-Basinas** Sáb Jun 05, 2010 12:26 pm

Observo como el chico se apoya en la pared en la que yo me encuentro esperano al taxi, como ya he dicho antes, a mi lado. Y para colmo saca un cigarrillo y con total tranquilidad expulsa el humo, aboréandolo. Frunzo el ceño levemente, sin comprender el porqué ¿pero es que estos peatones no tienen nada que hacer? Se ve que es su diversión del día es llegar a la estación y buscar algún objetivo con el que coquetear hasta que acabe sudando debajo de su pecho, y de paso fastidiarle momentos antes. Pero a mi eso me da igual, si te soy sincera, conmigo lo máximo a lo que puede aspirar un chico es a quedarse a cenar en mi casa, los que me conocen ya saben que no pillo las indirectas ni aunque me las pongan en cartel y con subrayador fosforito.

- Oh, encantada Kyle -eso eso, sonrisa radiante -que en realidad es la que llevo siempre plasmada en la cara porque soy una chica feliz, qué vamos a hacerle- que tienes que conseguir que te page el taxi que tú, bien lista que eres, te has olvidado la cartera en el trabajo. Si es que no se puede ir con tantas prisas, la próxima vez me dejo la ropa y ni me entero. Espera ¡bien, tiene coche! Pero no me atrevo a montarme en el coche de un desconocido, gracias- Me alegro, yo estoy ahorrando para comprarme uno de segunda mano, pero ese no era el caso -muevo la mano en un claro gesto para restarle improtancia, no me interes alo más minimo su super coche divino, su furgoneta o lo que sea que psea, yo solo quiero llegar a mi casita bonita- Es que verás, me he dejado la cartera en el trabajo porque he salido con prisas y ahora tengo que llegar a mi casa, pero con lo que pesa el bolso sé que voy a acabar con una contusión, minimo. Yo preguntaba por si no te importaba dejarme un poquillo de dinero y me das tu movil y yo te lo devuelvo, te juro que te lo devuelvo -ale ale, y vueelvo a contarle mi vida y mi historia a un desconocido, un desconocido que me mira algo raro cuando ha mencionado el hecho de tener coche. ¿Porqué hace eso? Que a mi esas cosas me intimidan, hombre. Me alejo disimuladamente unos pasos hacia el lado contrario, algo incómoda. Si pregunta proqué puedo alegar que me molesta el humo del tabaco y punto, ehé.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Jun 05, 2010 1:15 pm

En verdad estaba esperando a que la chica le rogase que la llevara hasta donde quisiera, para así después decirle que le debía una copa, emborracharla y llevársela a la cama para por último, si te he visto no me acuerdo. Tan sólo buscaba eso, pero por el momento el plan se le resistía. O la chica era tonta y no pillaba las indirectas, o se hacía la estrecha, o tan sólo la difícil. Pero él soportaba hasta cierto punto eso.

Apenas le hizo caso al principio, con eso del coche de segunda mano y demás, muy bien por ella. ¿Ah, lo que le pedía era dinero para un taxi? Nah, aunque no le parecía mal eso de dejarle dinero y luego quedar para que se lo devolviera y el poder seguir con el plan de emborracharla y tal. Él prefería llevarla en coche y sino, pues se sentía, que se fuera andando.

-Verás...es que no llevo ahora mismo dinero, ni una mísera corona, pero si quieres...te puedo llevar yo. No me cuesta nada Very Happy

por **Beca I. Kana-Basinas** Sáb Jun 05, 2010 3:35 pm

Chst, no ha funcionado la sonrisa. Dejo caer los hombros al escuchar su comentario ¿y ahora qué hago yo? O sea, puedo dejar que un desconocido llamado Kyle no se qué me lleve en coche hasta casa, un desconocido que aunque tiene buena pinta porque no podemos decir que el chico está mal, puede ser perfectamente un narcotraficante que me quiere utilizar para drogarme disimuladamente alegando dejarme una pastilla para el dolor de cuello y hacerme adicta a su material. O también puede encerrarme en su coche y llevarme hasta un descamapado al lado de un centro comercial y hacerme cosas que nadie puede imaginar, para luego cortame en trozos de tres centímetros de diámetro, sacarme los dientes y los órganos importantes y traficar con ellos. Quién sabe, el caso es que estoy imaginando demasiadas cosas, tengo veinte años ya ¿no? Sé defenderme.

- ¿De verdad que no te improta? No vivo lejos, te haría tener que... ¿enchufar el coche para nada? Bueno, cómo se diga -no, aún no sé hablar danés a la perfección, cinco años no son tanto ¿a que no? Y tanto el acento griego como algunas palabras extrañas que coloco en frases donde no pegan ni con superglú siguen predominando en mi vocabulario.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Jun 05, 2010 4:00 pm

Tampoco era tan difícil lo que tenía que hacer la chica; aceptar su proposición o rechazarla. Pero tenía el presentimiento de que no se negaría, aunque él fuera un completo desconocido. ¿Quién rechazar la idea de ser llevado en coche y así no tener que ir cargado/a hasta su casa? A no ser que ahora se estuviera imaginando que él era un violador y que después de acostarse con ella un par de veces la secuestraría y la haría su esclava sexual, o cosas similares. Las mujeres tenían una imaginación desbordante para aquel tipo de cosas. Con un par de largas caladas, tiró el cigarrillo a medio terminar al suelo y lo pisoteó con la suela de su zapato. Sacó las llaves del coche del bolsillo del vaquero y empezó a jugar con ellas, para incitar a la morena y que se diera prisa en decidirse.

-¿Entonces si no vives tan lejos puedes ir andando no? Si te lo estoy diciendo es porque no me importa, pero si no quieres que te lleve, me da lo mismo ¿eh? .-movió la mano en el aire, restándole importancia al asunto, mostrando un falso desinterés.

por **Beca I. Kana-Basinas** Sáb Jun 05, 2010 4:19 pm

Me percato de como saca las llaves del bolsillo y empieza a jugar con ellas, esa indirecta si que la he pillado, leches ¿cómo se puede ser tan maligno? Me resigno con un suspiro casi inexistente. Al fin y al cabo como dice él no le cuesta nada llevarme ¿para algo se ha ofrecido a acercarme a casa, no? Si tuviera algún problema en sacar el coche para que una desconocida no andara un par de kilómetros no hubiera dicho nada, asi de fácil. Tras volver a acomodarme el pesado bolso entre ambas manos, repartiendo el peso en los dos hombros para no acabar chepada hacia un único lado, asiento convencida. Mientras ocurre todo esto, mi conciencia murmura ¨Allá tú, Beca, allá tú¨. Tsk, calla tonta, que seguro que el chico es de fiar.

- Bueno, está bien, si no te importa entonces... Vivo en la calle esa que tiene muchas plantas bajas con fachadas de color blanco, no recuerdo el nombre. Está cerca de un supermercado -indico la dirección esperando que sepa cuál es el lugar que le estoy diciendo, porque como me pregunte alguna calle cercana o tienda importante no voy a saber decirle nada, que yo para estas cosas soy totalmente despistada. Sonrio, una sonrisa pequeña pero con intensidad.

por **Kyle S. Zeelth** Sáb Jun 05, 2010 10:43 pm

Bien, bien, bien. Eso es lo que no paró de repetirse en su concencia, con una exultante sonrisa, que ella no llegó a ver. Al final la morena se había decidido, y por la buena opción. Paró de girar las llaves entorno a su dedo índice y las apretó bajo el puño. Ahora sólo le faltaba que la chica supiese orientar bien, porque si no, mal iban. Pasó su mano libre por su cabello, revolviendo mucho más de lo que ya lo tenía.

Y la chica había tenido suerte, porque sí que sabía donde estaba aquella calle; había pasado varias veces por ella, pues allí vivía uno de los suyos. Bien, no tendría ningún problema en cuanto a la dirección.

-Venga vamos, así podrás descansar ya de ese pesado bolso .-le dijo, haciéndose el comprensible. Venga, debía de currárselo para que la chica tuviera buena opinión de él y se sintiera en confianza, para que después...(/).La agarró de una de las manos, y tiró de ella hasta donde tenía aparcado el coche, a la vuelta de la esquina de la estación. Una vez enfrente el coche, quitó la alarma y abrió la puerta del copiloto, esperando a que la muchacha subiese a dentro.

por **Beca I. Kana-Basinas** Dom Jun 06, 2010 11:41 am

Mierda, mierda, mierda. Eso es lo que no paró de repetirse en mi conciencia, con una mueca de desconfio, que el chico no llegó a ver. Aún no estaba del todo segura de que la idea hubiera sido buena, mantenía la esperanza de que, con mi pésimo sentido de la orientación, hubiera descrito una calle parecida a otras mil trescientas de la ciudad y él no supiera concretar exactamente la dirección. Pero no, al parecer Kyle se sabe de memoria cada detalle de cada una de las calles de Copenhague, porque por la manera con la que me ha cogido de la mano para guiarme al coche no está lo que se dice dudoso. Aunque nunca te puedes fiar, quizás sólo está fingiendo ser un caballero para luego... Bueno sí, no voy a volver a exponer todas mis extrañas ideas sobre lo que puede depararme el futuro.

Pero ya no hay tiempo de echarse atrás, por dos motivos. Primero: el chico ya me ha abierto la puerta del coche en un gesto bastante caballeroso que no se puede rechazar sin quedar de maleducada. Y segundo, yo estoy demasiado roja y avergonzada por haber caminado de la mano con un desconocido como para hacer otra cosa que no sea sentarme en el asiento de lo que parece ser un cómodo coche. Asi eso es lo que me decido a hacer, quedarme sentadita con una sonrisa tras un ¨Gracias¨ y las mejillas ligeramente encendidas.

- Oh, que gusto -dejo escapar un murmullo con una sonrisa de satisfacción al notar como el aplastamiento de hombros disminuye exageradamente cuando apoyo el maxibolso en las piernas una vez sentada. Con un inento de disimulo -lo que se traduce para ella en girar la cabeza con descaro para ver todo lo que pueda- me dedico a inspeccionar el coche - ¿En qué trabjas? El coche no parece ser barato y generalmente las personas de tu edad no suelen tener dinero como para comprárselo -ale, viva la gente que cotillea la vida de los demás. Menos mal que yo no lo hago con mala intención, ni con intención ni siquiera. Son preguntas expontáneas de una chica que sueña con tener su propio vehículo.

por **Kyle S. Zeelth** Dom Jun 06, 2010 4:05 pm

Una sonrista de burla apareció en finos labios al ver como la morena subía al auto toda roja y avergonzada; la querría tener así cuando se volvieran a ver, pero por otro motivo que seguramente no sería el mismo de esos momentos. ¿Estaba avergonzada de subir a su coche? Que muchacha tan...tierna. Esperó paciente a que ésta subiera al asiento del copiloto, tampoco tenía porque preocuparse tanto la morena, no le iba a hacer nada malo...Por el momento. Además, ni que el sexo fuera algo malo y, si -aunque dudaba que eso pudiera llegar a pasar- no quisiera acostarse con él, pues allá ella, no iba a ponerse a rogar ni nada. La morena se lo perdería.

Su sonrisa se amplió ante el gracias susurrado por la chica y, con una ligera inclinación, simulando un joven galán, cerró la puerta. Dio la vuelta al coche sin prisas, llegando a la puerta del piloto y sentándose en el mullido asiento, con toda la parsimonia del mundo. No había ninguna prisa en llevar a la muchacha a su casa, tenía toda la noche hasta llegar. Metió la llave en y la giró suavemente, encendiendo el coche. Pisó el acelerador, colocó ambas manos en el volante y puso rumbo a la calle de la muchacha, sin alcanzar mucha velocidad; como si fueran de paseo.

-¿En qué trabajo...? Tengo un par de acciones en Bolsa, ya sabes .-imaginación al poder. Siempre que le preguntaban, se inventaba un nuevo trabajo, si todas las personas que le hubieran hecho la misma pregunta, se reunieran, pondrían en común más de 20 trabajos diferentes; todos mentira.
No tenía nada que preguntarle por el momento, así que prendió la radio del vehículo y dejó que la música fluyera por los altavoces incorporados, mientras duró el recorrido. No tardaron más de diez minutos en llegar a la calle que le había indicado, estacionado en uno de los pocos sitios libres que había a lo largo de ésta.-¿Cuál es tú edificio?

por **Beca I. Kana-Basinas** Dom Jun 06, 2010 4:37 pm

Y como no soy tonta me percato de la lentitud con la que el chico camina, abre la puerta y se sienta, como si tuviera todo el tiempo del mundo y la vida fuese infinita. ¿Y porqué hace eso? A lo mejor tiene algún problema en los músculos y no puede andar rápido ni hacer movimientos demasiado bruscos porque se le pueden romper los tendones o incluso quebrársele algún hueso. Quién sabe, tampoco em voy a poner a investigar, a mi mientras me lleve sana y salva a mi casa me basta y me sobra. Deshecho esa idea al percatarme de que la velocidad del coche tampoco es lo que se dice extrema, se dedica a conducir como si fuera un guia de esos que te cobran cincuenta euros por decir un par de palabras y enseñarte la ciudad. Y para más inri enciende la radio, como lo que suelen hacer los conductores de guaguas para que no te aburras.

- Esta canción me gusta -comento en un momento cualquiera del camino. Nunca he sido una persona a la que le ha incomodado el silencio ya que siemrpe suele estar presente alguno de mis comentarios repentinos y de esos que no necesitan contestación, como el que acabo de hacer. Pues mira, sobre lo que estaba pensando nates, ya de paso me quedo mirando por la ventana para aprenderme el camino. A la izquierda, rotonda segunda salida, derecha... Espera ¿primero era a la derecha o a la izquierda? Frunzo el ceño cabreada conmigo misma, vivamos yo y mi estupenda memoria. Cuando veo aparecer mi calle al otro lado del cristal sonrio, sacando la cabeza por la ventana, lo que ocasiona que mis pelos vuelen hacia dónde le apetezca al viento, todo para comprobar que mi casa sigue en perfecto estado, tal y como la dejé.

- Es esa de alli, la que tiene la puerta azul -si, quizás es algo hortera pero qué vamos a hacerle, cuando mi madre la compró se emocionó demasiado pintándole cada trozo de madera de un color distinto, que combinaran entre ellos, por supuesto, pero distintos. Aunque qué más da, al fin y al cabo es otra muestra más de nuestro espiritu libre y desenfadado. Vuelvo a meter la cabeza en el interior del coche para mirar al chico, que por cierto, cosa en la que antes no me habia fijado, parece llevar tatuajes por cada parte del cuerpo que se pueda tatuar. Aunque yo nunca he sido fan de meterme tinta en la piel siempre me han resultado curiosas las personas que lo hacen. Momentos antes de salir del coche me quedo mirando los tatuajes de su brazo -el brazo en sí- a la vez que me muerdo el labio, no por nada en especial, pero soy una chica como otra cualquiera, majo, y aunque lo parezca no soytan débil a la carne.

- Muchas gracias por el paseo -porque ha sido un paseo en toda regla. Un momento, alo mejor se cree que estoy insultando su manera de conducir o algo parecido, que los hombres tienen un orgullo muy extraño. Me encojo d ehombros ante mis pensamientos, qué más da si no voy a volver a verlo, como si quiere estrellarse nada más salir de auqi. Uy no, Beca, eso no, no le deseo ese mal a nadie por Dios. Con una sonrisa ensanchada y enérgica cierro la puerta del coche y echo a andar hacia mi casa con ventanas de colorines.

por **Kyle S. Zeelth** Dom Jun 06, 2010 5:09 pm

Tenía la mirada fija en la carretera a primera vista, pero realmente estaba pendiente de la morena, observando de reojo todos sus gestos y movimentos. Parecía una cría, pero estaba buena y eso era lo que valía. Tamborileó sus finos dedos contra el cuero que cubría el volante y, cuando al final le señaló el edificio donde vivía, una de sus estilizadas cejas se alzó por ella misma, ante tan curiosa fachada. Toda pintada de colorines, ¿a quién se le ocurriría pintarla así? Mejor no preguntar.
Lo bueno de aquello es que no sería difícil recordar en donde vivía la muchacha, para hacerle una muy pronta visita. Sí, porque pensaba volver a verla muy pronto.

-Muy curiosa...tú casa .-comentó, esbozando una media sonrisa, por no echarse a reir más que otra cosa. Tenía que recordar seguir siendo agradable para conseguir su propósito. No hizo comentario alguno cuando se fijó como la chica le miraba, más bien sus ojos estaban clavados en sus curiosos tatuajes; mucha gente tenía el mismo comportamiento al ver éstos.

-De nada, me alegra que te haya gustado .-sonrió, sí porque el asunto le había hecho gracia. No es que condujera así siempre, era más, amaba la velocidad, pero así hacía el tiempo de dejar a la morena en su casa mas largo.
Finalmente la muchacha bajó del coche y, con un gesto y una maliciosa sonrisa, la despidió. Esperó a que ésta entrara al edificio y, una vez que lo hizo, pisó el acelerador al máximo y se esfumó del lugar.

por **Leizel S. Valentine** Miér Jun 09, 2010 7:38 pm

Nada más el tren detenerse en la estación, Leizel puede abrir por fin los ojos. Había estado durmiendo durante todo el viaje en una postura más que incómoda, y el cuello le empezaba a doler ligeramente. La demás gente que había viajado con ella se empujaba y se arremolinaba, luchando por salir de aquel angustioso tren. Se agolpaban en las puertas, y a veces se podía escuchar algún insulto que otro. El estrés causaba tantos estragos en el día a día... Lei rodó sus brillantes ojos azules y suspiró. Decidió esperar a que bajara toda la gente del tren para que ella no corriera la misma suerte de ser insultada o golpeada.

Una vez el tren estuvo lo suficientemente vacío -apenas si quedaban dos o tres personas para salir, madres con sus hijos que habían usado la misma técnica que ella para abandonar el tren-, Leizel se levantó y cogió sus maletas, apenas si podía tirar de ellas, puesto que el cansancio tiraba más de ella. Volvió a suspira otra vez, tirando de sus maletas con más fuerza, ya teniendo algo de miedo por si las puertas del tren se cerraban y no la dejaban salir.

Las puertas hacia el andén se habían tragado a toda la gente, y Leizel tiró de una vez por todas de sus maletas, hasta que pudo salir al pasillo que dividía al tren. Lo recorrió casi con prisa, dando algunos saltitos al correr, y logró salir del tren justo a tiempo de que las dos puertas correderas se cerraran automáticamente para que el tren continuara con su trayecto. Suspiró aliviada, cuando entonces se dio cuenta de que no sabía adónde tenía que ir. Supuso que se habría echado algún mapa al bolso, y cuando fue a echar mano de él... no estaba. Presa del pánico, miró cómo el tren abandonaba la estación.

- ¡Eeeeeh! - echó a correr detrás de él, pero se paró en seco cuando el tren abandonó por completo la estación y solo dejaba un hilillo de humo a la vista. Perfecto, se había dejado el bolso con el pasaporte, el dinero y todo en el tren. A saber adónde viajaría ese tren, y dónde acabarían sus cosas. Suspiró, con una mezcla de rabia y tristeza. Luego volvió hacia sus maletas, mirándolas sin saber qué hacer. ¿Y ahora? ¿Qué iba a hacer? Se mordió el labio inferior con fuerza. ¿Habría una oficina de objetos perdidos cercana?

por **Cédric Grosvenor R.** Miér Jun 09, 2010 7:46 pm

- Bien, mira a los lados antes de que un tren te pase por encima -piensa precavidamente, metiéndose ambas manos en los bolsillos, avanzando lentamente con su flequillo rubio mojado ligeramente al mal tiempo del lado de la ciudad en la que se hallaba. Sus azules ojos miraban fijamente el suelo, como hipnotizado, mientras que en su mente se arremolinaban pensamientos un tanto raros. Kyle. Tenía ya más de una semana que ni le veía el pelo. Scott. Otro que había desaparecido de su vida. Pero tenía ambos números. Es más, podía montar un trío *O*

Sigue caminando, quitando aquellas morbosas ideas al observar a una chica rubia gritar histérica por su bolso. Se queda en su lugar, pensando dos veces si ir a ayudarle o quedarse ahí. Al final opta por la primera opción, y se mueve como una nutria en el agua, postrándose al lado de la desconocida.

- ¿Necesitas ayuda? :eh:

por **Leizel S. Valentine** Miér Jun 09, 2010 7:51 pm

Ella ya estaba con sus pensamientos negativos, pensando que tendría que pasar la noche en la estación como una cutre indigente de clase baja. ¡No! Antes la muerte que eso. Se agachó y empezó a rebuscar entre sus maletas, esperando encontrar aunque sea su teléfono móvil para poder llamar e informar de su accidente. Pero nada, aquello tampoco daba indicios de vida allí revuelto entre sus cosas. Bueno, que no cundiera el pánico, podría explicar lo que le pasaba en la taquilla. Quizás le hicieran el favor de dejarle llamar a casa, por lo menos. Cerró la cremallera de la maleta, dispuesta a llevar a cabo su plan, y se pone en pie para ir a la oficina cuando, de repente, se topa con un chico rubio que le ofrece ayuda.

- Ehmm... - murmura. ¡Ella nunca necesitaba ayuda! ¿Pero qué se creía? -. No a menos que tengas poderes en el tiempo Very Happy

por **Cédric Grosvenor R.** Miér Jun 09, 2010 7:58 pm

Observó con duda cada uno de los movimientos de la rubia, mientras él contaba ovejitas en su tostada cabecita. Sus manos seguían dentro de su pantalón. Y a la final, le salen con una bordería. ¿Pero ésta qué se creía? ò_ó Su mirada se torna confusa pero a la vez fría, algo poco común en él. Saca ambas manos de sus bolsillos, frunciendo el ceño ligeramente, pensando en irse definitivamente o dejar a la doña borde sola y estrellar el auto de su papá frente de su casa ¬o¬

- No, de eso no tengo, borde ¬o¬ -dice disgustado, acomodándose un poco el flequillo-. Me alegro que te hayan robado ¬¬ -una sonrisa se curva en sus labios, indicando felicidad alguna por la desgracia de la chica.

por **Leizel S. Valentine** Miér Jun 09, 2010 8:03 pm

Leizel no podía dar crédito a lo que sus oídos escuchaban. ¿Aquel rubio se le estaba poniendo chulito? ¿A ella? ¿Pero qué diantres se estaba creyendo? Sacó un paquete de chicles del bolsillo de sus vaqueros y se introdujo uno en la boca, masticándolo con gran placer, mientras pensaba en algo para decirle a aquel chulito y que se callara.

Finalmente puso la sonrisa más cálida y dulce que pudo y se puso de pie, quedando a unos ligeros centímetros de la altura del chico. Vale, él era más alto que ella, ¿y qué? El tamaño no importaba. ¿Cuántos años podría tener? ¿Diecisiete? ¿Diecinueve? Bah, qué importaba. La había vacilado y lo iba a pagar caro. Si había algo que realmente le molestaba a Leizel, era que le tocaran las narices cuando estaba en alguna sensación en la que, ya de por sí estaba cabreada. Aunque cabe destacar que era lo que más le gustaba hacer a ella, sacar de sus casillas a la gente.

- ¿Yo? ¿Borde? Very Happy

- pregunta sin dejar de mostrar su enorme y blanca sonrisa, llena de dientes. Empieza a hacer una pompa enorme con el chicle, de color rosa pálido, que explota en la cara de aquel chico creído -. Me llamo Leizel, no borde ^-^ - contenta con haberle llenado ligeramente al chico la cara de chicle, se da la vuelta dispuesta a coger sus maletas. Ahí tenía su merecido.

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